Hace unos días realice una incursión nocturna en Las Cucardas, muy pocos cofrades, y menos chicas, y muchas de ellas sin hacer nada en sus habitaciones.
Vi a una reilona en la puerta de la habitación 122, y que paraba caminando por la pista de baile del primer piso y ante la falta de mejor material, la aborde, me dijo que se llamaba KELLY y que venia de monolandia. Parada y caminando se le notan muy bonitas piernas, contorneadas y buenos pechos, zalamera en la puerta, pero cuando cierra la puerta cambia totalmente, fria, distante, ni una sonrisa, realmente me bajoneo, es posible que no hubo química y fue un polvo para el olvido. No estoy seguro de darle una segunda oportunidad.