Hace quizás 15 años quedé con una colocha negra alta en Lince, 120 la media y 220 la hora. Voy y era un telo con entrada angosta, escalera alta hasta el 2do piso donde estaba el hostelero. Llego y le digo a que habitación voy. Me abre la puerta y estaba en baby doll negro, medía entre 1.73 y 1.75 de estatura y era algo más llenita que en las fotos, tenía sus rollos, pero no desentonaba... era tipo esa bailarinas de zamba que uno ve en el Carnaval de Río.
Me saludó bien. Le dije que tomaría la hora. Ni bien le di los 220 su humor cambió por completo. No me toques esto, no me toques lo otro, que me están doliendo los pechos, que no me agarre el pelo. Me la chupó como para que se me pare y no más. Nada marchaba bien, así que pensé que a la mrda.. intentaría disfrutar agarrando esas caderazas, culeando y sacarle el jugo a la hora.
A los 10 minutos de estar dándole (que hasta el momento, solo fue iniciar con misionero y ponerla en cucharita) la morena me aparta y me dice "no vamos a estar haciéndolo toda la hora, una le irrita también, cómo crees que una termina, ya el resto del tiempo será para hablar". Para esto, yo era chibolazo y me desconcertó totalmente su actitud.
En ese momento, pensé que le seguiré el rollo de conversar un rato y de ahí le diré para volver al tire. A los minutos, ahora ya no quería ni hablar, solo paraba mirando el celular y contestándome con monosílabos. No tenía idea de cómo afrontar algo así, así que decido vestirme, ella ni me mira y le digo: "Préstame tu baño".
La habitación no tenía una mesa de noche, sino un aparador que está al lado del baño (frente a la cama) y allí ella había dejado el dinero que le di. Me dije: Ahora o nunca. Salgo, agarro 100 soles y a paso ligero, sin mirarle, le digo: "Solo voy a tomar media hora". Abro la puerta y me voy. Pensé, a perder 220 soles al menos perder 'solo' 120. Ella gritó: "¡¿Qué te pasa, oye?!!".
La morena estafadora se pone una bata ligera, mientras yo seguía bajando las escaleras, y desde arriba le grita al patita encargado: "¡Me ha robado! ¡Agárralo! ¡No me ha pagado!". Mi suerte fue que la mesa de recepción era en forma de U horizontal (como una herradura), así que para llegar hacia mí tenía que dar la vuelta. El tipo al ver que no iba a llegar a cerrarme el paso, alza sus manos, yo doy un salto ligero para caer parado unos 5 escalones y mientras bajo le grito: "Le he pagado media! Tú sabes cuánto tiempo he estado arriba!".
Salí y para mi buena suerte justo pasaba un taxi, me metí sin preguntar y le dije: "Tío, voltea el carro y pícala rápido". Menos mal era un señor de peso y no preguntó, solo lo hizo. Por qué el patita no me persiguió escaleras abajo, no lo sé, pero lo agradezco. Ya luego pensé en el riesgo al que me había expuesto ¿Qué hubiera pasado si me agarraba el tipo (que no era el caficho, ni hablar)? ¿Qué hubiera pasado si había un apretón en alguna habitación de ese hall o en la puerta del hotel? Menos mal, solo fue un gran susto.