Recientemente Netflix ha repuesto este film de culto:
"Perdidos en Tokio" (2003) aunque, a decir verdad, prefiero su título original,
"Lost in translation", que en verdad hace justicia al espíritu de la película.
Varias imagenes de este largometraje proyectan una fuerza poetica, cada fotograma es una delicia de ver pues en pocos films he visto que unos pocos gestos y unas acciones sencillas transmitan muchas emociones. Es una fortuna que la directora Sofia Coppola (hija del reconocido Francis Ford Coppola) se haya decantado por usar película analógica pese a que su padre le haya sugerido usar película digital. De haber elegido esto último, creo que la película hubiese perdido mucho de su belleza y las emociones que intenta transmitir (que, de cierto modo, sucede en muchos de films comerciales de ahora, a veces la fotografía se ven tan artificial...)
Por otra parte, las actuaciones en este film son estupendas tanto por Bill Murray y una jovencisima Scarlett Johanson (apenas tenia 17 años cuando comenzó el rodaje) que tienen una química que trasciende la pantalla (la escena final es realmente maravillosa y proyecta tanto que me quedo sin palabras... de mis finales preferidos). Un mención honrosa para Anna Faris (más conocida por ser la protagonista de la saga de películas de "Scary Movie") que interpreta a una exitosa actriz en la promoción de su película en Japón. Su performance es muy buena, llena de vitalidad, locuacidad y espontaniedad pese a que solo aparece en pocas escenas.
Destaco también el soundtrack que aunque no es muy invasivo (hay muchas escenas que no tienen una melodia instrumental que lo acompañen) es lo suficientemente bueno, en especial temas como la melodia instrumental "Tommib" que refuerza una escena sublime de Scarlett Johanson o el tema "Girls" con el cual abre la película y otros más que nos da una idea del buen gusto que tiene la directora.
Como no todo es perfecto, vale la pena mencionar que los ciudadanos japoneses son representados de manera un poco caricaturesca. Creo que la directora debio tener un poco de cuidado en este aspecto. Por otro lado, esta película dividió a los cinefilos: mientras que una parte le encantó esta película (me incluyo), otros en cambio la calificaron de un ejercicio de aburrimiento o pesadez, la consideran sobrevalorada.
A casi 20 años de su estreno, espero que alguna cadena de cine en nuestro país se anime a proyectarla nuevamente pues esta película lo merece sin lugar a dudas.