polo35
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Cierto día me dedique a hacer trámites en una universidad de la capital, y vaya que me rompía el ojo al ver a las chicas universitarias, todas lindas con sus mochilas y sus figuras que harían pecar a cualquier mortal.
Entre idas y vueltas se hizo el mediodía y coincidí un par de veces con una linda universitaria. Empezamos a conversar y vaya que me sorprendió su madurez para sus recién cumplidos 19 añitos. Conversamos de varios temas, sobre todo los académicos, de su carrera de Nutrición y me brindaba algunas orientaciones para un tipo como yo, cerca a los 50. Aunque trato de comer saludable y hacer deporte, igual un consejo o recomendación es necesario.
Cómo tenía clases por la tarde, fuimos a almorzar y seguimos con la plática. En este caso, el tema de conversación fue variado hasta llegar al plano sentimental. Contó que tenía enamorado, aunque prefería no tenerlo porque no le sumaba (exigente la nena). En ese caso, me tocó brindarle algunas recomendaciones, aunque ella lo tenía todo claro y programado, así que mis palabras eran refutadas por ella con sabios argumentos.
Intercambiamos números telefónicos y me dijo que le parecía una persona con quién conversar y porque no, tener una buena amistad. Más madura la nena, yo parecía el chibolo jajaja
Entre idas y vueltas se hizo el mediodía y coincidí un par de veces con una linda universitaria. Empezamos a conversar y vaya que me sorprendió su madurez para sus recién cumplidos 19 añitos. Conversamos de varios temas, sobre todo los académicos, de su carrera de Nutrición y me brindaba algunas orientaciones para un tipo como yo, cerca a los 50. Aunque trato de comer saludable y hacer deporte, igual un consejo o recomendación es necesario.
Cómo tenía clases por la tarde, fuimos a almorzar y seguimos con la plática. En este caso, el tema de conversación fue variado hasta llegar al plano sentimental. Contó que tenía enamorado, aunque prefería no tenerlo porque no le sumaba (exigente la nena). En ese caso, me tocó brindarle algunas recomendaciones, aunque ella lo tenía todo claro y programado, así que mis palabras eran refutadas por ella con sabios argumentos.
Intercambiamos números telefónicos y me dijo que le parecía una persona con quién conversar y porque no, tener una buena amistad. Más madura la nena, yo parecía el chibolo jajaja