Me siento en mi PC, reviso mis E-mails, son muchos los que hay en la bandeja de entrada ya, hay muchos que no leído y hay otros que leí unas cien veces, son como tesoros perdidos, mis propios tesoros. Me dispongo a borrar los que no me interesan, decido empezar desde atraz, desde los más antiguos, me voy a la página inicial, el mail más antiguo que encuentro es uno del año 1999, empiezo la limpieza y borro páginas completas. "holaaaaa" dice el asunto de uno muy especial que me resisto a borrar, me gana la tentación de volver a leerlo, se me vienen muchos recuerdos al hacerlo. Imaginariamente vuelvo y me veo en las calles del centro de Lima, donde todo empezó.
Es más de medianoche, el invierno limeño parece ser generoso y no hace tanto frio como hace algunas semanas, la ruta después de casi dos meses de protesta vuelve a serla misma. Camino por los eternos senderos: Colmena y Rufino Torrico. Mi destino una vez más, el Safari. Ya no sé porqué o por quién vengo aquí, ¿Será por Alexa? cuyas caricias me son tan familiares que hasta me disgustan. ¿Será por Luna? cuya capacidad de adaptarse a cualquier circunstancia es admirable, puede hacer las veces de consejera e inspirarme muchísima ternura y otras veces puede convertirse en la mujer más sensual del mundo y encender fuegos dentro de mi, que sólo pueden terminar en caricias desenfrenadas en una simulación del acto sexual en el segundo piso. ¿Será por Lucía?, cuya inteligencia me pareció admirable aquella vez que la conocí.
Me inclino por N.A. (Ninguna de las anteriores) Y la razón está ligada principalmente a recuerdos, recuerdos que están encadenados a mi corazón, que tienen que ver con una fichera de nombre literario, que en la ficción va a la ciudad en busca del hombre que la embarazó, y cuyo apellido en la vida real, traducido al español evoca a un ave de presa tan rápido como el halcón; esta vez soy yo el que la busca, pero no me animo a preguntar, el tiempo transcurrido es mi peor enemigo. Los recuerdos se resisten a abandonarme y sé que a estas alturas parece que tendré que cargar con ellos por siempre.
Me siento en una esquina, cerca del bar, espero no sea la esquina de mi amigo, el Apóstol13. "Ha venido" me dice el chato Urbano, refiriendóse a Lucía. "que venga entonces" le digo, no muy animado. Se sienta a mi lado Luna, me ve y me abraza, hace muchos meses que no nos vemos. "Me invitas un trago" me dice, y me mira con ojos de niña buena. "por supuesto, todo lo que tú quieras" le respondo y miro su rostro, está radiante, bellíisima, como nunca antes, hago un esfuerzo increible rechazando la tentación de besar sus labios de rojo carmesí. En medio de la conversa aparece en la barra el show de Estrella y su acompañante, el baile simplemente es espectacular, muy bien ensayado, Estrella sin ser muy simpatica se lució completamente.
"¿Que opinas?" me pregunta Luna. "estupenda idea, mira a la gente, todos están concentrados mirando el espectáculo, ¿ocurre lo mismo cuando bailan las chicas solas? claro, cuando tú bailas sí, porqué tu eres linda, pero las demás no, la pareja le da un plush de sensualidad y el ensayo, que se nota que han tenido, engrandece el show". le respondo. "Eres todo un analista de espectáculos" me dice y nos matamos de la risa.
Cae la noche y Lucía no viene, "parece que se va a demorar, porqué está con un pata que le invita fuerte" me dice el chato. Pienso en Lucía un momento y me pregunto: ¿porqué llevarla al privado, es Lucía una fichera para llevarla al privado, no es la grata conversa que se puede mantener con ella su mayor atractivo? dejo esta pregunto a la cofradía.
La veo venir, y le hago señales para que se acerque, me ignora y me da la espalda, enseguida aparece su acompañante, de mirada intimidante, se da cuenta de las señales que le hago a ella y me mira fijamente, nuestras miradas se cruzan, de sus ojos parecen salir puñales que vienen hacia mí. Se quedan bailando frente a mi. El sujeto parece conocerme, "debe ser un cofrade" me digo a mi mismo. Parece ser el Amado García Guerrero que todos creen, su ropa está impecablemente planchada, su baile es elegante y Lucía parece sentirse a gusto con él. "Ya se le acabará el dinero a este Amadito sector AB" pienso y decido seguir esperando.
A los pocos minutos le digo al mozo que llame a Alondra, y comenzamos a recordar los viejos tiempos, cuando lucía radiante en el olvidado Tropical. "Una vez me dijiste: 'No te acompaño, porqué a ti te acompaña Lena'" le hago recordar, pero no se acuerda y eso me da licencia para escribir este pequeño fragmento de nuestra conversa. Alondra guarda mis más recónditos secretos, a veces pienso que me tiene lástima, sus ojos parecen decírmelo.
Saludos cofrades.