Estoy ya dentro, espero a que sea medianoche, a esa hora suelen empezar con el baile ya se quien tomara conmigo, lo había decidido ayer, ayer también la había visto trabajar, sabe bailar y esta de moda. Pasa reiteradas veces por mi mesa. Muestra curiosidad, ¿le habrán contado de mi?, no creo, es muy pronto, pero estoy seguro que al final de la noche, ella será la que pregunte por mi, si es que la se tratar. No muestro interés, debo mostrar perfil bajo, mantenerme distante, ser inteligente, estar alerta y aprovechar las oportunidades, hoy no ha venido mucha gente a pesar de ser Sábado, esa será mi ventaja, no ha venido mucha gente, tu tampoco has venido, te extraño, lo se. Tu amiga ingresa, no se da cuenta que estoy dentro, después de tiempo lo nota desde la barra, se sorprende. Ella no entiende, nunca entenderá. Ella es así.
Las bailarinas con las que tome la vez anterior me saludan esperando las invite a quedarse, hoy no, ayer fiche para no aburrirme, solo para no aburrirme, hoy me concentrare en una muy distinta a ellas, hoy limitare mi disponibilidad, el Sábado que viene gozare los resultados. La noche esta contenta. El DJ anuncia el inicio del espectáculo, el reloj marca las 12:30 A.M. la noche empieza para mi, tengo 4 horas exactas.
Pido una mesa y una cerveza, estoy cerca al escenario con vista a todas las ficheras, noto que las bailarinas con las que tome la vez pasada pasan reiteradas veces ahora por mi nueva ubicación, a veces me miran, otras quieren hacer notar que la casualidad las llevo por allí, uno se da cuenta rápido, de hecho buscan llamar la atención, no solo de mi sino también de los demás clientes, es su trabajo. Se pasean por el local, es fácil distinguir sus objetivos con solo observar. En el privado cuando una fichera te pide permiso para bajar (con cualquier excusa) el 70% de posibilidades es que baje a estudiar el terreno, preguntan a los mozos si alguien ha venido a buscarlas, casi siempre buscan un cliente fuerte para decirles que los esperen “que no demoran mucho”.
Es mejor retirarse cuando estas ganando esa es mi ley máxima. No debes involucrarte demasiado, siempre debes estar listo para retirarte, si es necesario, es mi segunda ley. Nunca digas mucho de ti, nunca dejes que sepan de ti, es la tercera.
Llega el pingüino con mi cerveza, le pago. El ambiente se empieza a cargar.
Tengo vista a cinco bailarinas fichando con sus respectivos clientes, Evelyn, Kiara, Luna, Rebeca y Briguitte. Kiara 18 años de la Selva, esta con dos pirañas, los tres y dos cervezas sobre la mesa y una cuba para ella. Yo se como es ella, es fácil tratarla.
Briguitte en una esquina con un cliente, con sueño y algo aburrida, debes practicar más con el tubo. Veo pasar a Alexa dirigiéndose a vestuarios, es su turno de bailar. Evelyn con un tío, esta alegre debe haber alguna razón. Esa noche no apura como en otras. Luna se levanta de su mesa y se va al privado. Rebeca esta extraña, la conozco. Mira a alguien. El ambiente esta cargado, bebo un sorbo de cerveza de mi vaso.
Veo pasar a mi objetivo, la mando traer, sonríe, me la presentan, se sienta junto a mí, estoy tranquilo, las preguntas de siempre, un trago de 10 soles, las luces se apagan, anuncian en escenario a Evelyn. Evelyn no es nueva.
El primer trago se consume rápido, alrededor de 10 minutos, cambio de ubicación, la bulla no favorece a la conversación, me alejo del ruido. La conversación mejora, el trago dura más. Algunas parejas bailan, es divertido ver a todas las ficheras disforzándose al máximo, las chicas actúan bien, cualquiera pensaría que quieren algo con sus esforzados clientes.
Es el turno de bailar de mi compañía, ella pide permiso para pararse de la mesa, se lo doy, habla con el DJ, se arregla en camerines, sale a escenario, baila un tema que me trae recuerdos, a veces vivo de los recuerdos, “los recuerdos son solo eso, nada más”, logra que me emocione, es distinta, definitivamente no es una chica “normal”, baila bien, sabe usar el tubo, siempre le ha gustado el baile, es atrevida, no tiene miedo, y eso me gusta.
Termina el baile con un desnudo, después de pocos minutos regresa a la mesa. Continuamos con la conversación. “I´ll know all your secrets”.
Logro el punto de inflexión, ahora todo cambia, empieza a mirarme de otra manera, se que le caigo bien, empieza a demostrarlo, debo estar seguro para llevarla al privado. Encuentro el punto débil, es cuestión de tiempo y tres cubas más para lograr convencerla que soy diferente. De vez en cuando me seduce, reduce la distancia, empieza a acercarse, y de repente, me abraza y se acurruca, ya esta lista. No ha sido fácil pero ya esta lista, ella lo ha querido.
No se si quiero subir, si quisiera me iría ahora mismo, me levantaría de la mesa en cualquier momento, ni siquiera tendría que dar un pretexto, simplemente me iría y me olvidaría de todo, estoy a punto de llevarla al privado, pero hay algo que me retiene. Vuelven los recuerdos atacando sin piedad, me quedo en silencio, mi compañía lo nota, me hago el huevon. Por que me siento así, soy bueno en muchas cosas, en mi trabajo, en mi vida, en las cosas que hago, alguna vez fui más que mejor por ella, ahora es solo un recuerdo, “los recuerdos son solo eso, nada más”, y la última vez que hable con ella le dije que “no valía la pena”. Tenía muchas cosas que decir, pero solo le dije eso y me fui. Soy bueno en muchas cosas menos para olvidar.
Recuerdo la noche que me aleje de ella, el odio que sentí, ahora no me importa nada.
Me levanto de la mesa, y llevo a la bailarina al privado. A partir de ahora todo cambiara, debo demostrarme que he olvidado. El tiempo te hace fuerte, cruel como la noche. En el Safari eres nada sin dinero, yo soy alguien.
Todo será diferente, las mujeres notan los detalles a la distancia, aun sin estar presentes.
Salgo del local, me siento bien y mal, ya es muy tarde para cambiar las cosas, camino por Colmena y no hago otra cosa más que pensar, miro al cielo injusto y sonrío seguro de que en las noches no volverá a brillar más una estrella en su firmamento.