Seguíamos en el proyecto así que era usual nos vean juntos en la oficina, en sala de reuniones lo que llamó la atención de los demás es la actitud de Romina hacia mí, en un inicio pensaban que nos mataríamos, se ganaron cuando le puse el alto, se dieron cuenta que tampoco era de aguantar pulgas, ahora ella era mas amable hasta cierto punto cariñosa, algunas ocasiones traía algunos duces que compartía solamente conmigo, en los almuerzos de camaradería nos veían juntos, ella me acariciaba la mano con la excusa de que mi reloj le gustaba, salíamos juntos al término del día laboral, ambos ahora asistíamos al mismo GYM, los fines de semana la pasábamos generalmente en su departamento que era muy amplio, veíamos películas, me quedaba a dormir, la verdad no podía dormir cuando la tenia cerca, me excitaba el olor, calor de su cuerpo estaba siempre con una erección, dormíamos desnudos de costado, yo detrás de ella, mientras ella dormía profundamente ubicaba mi pene entre sus nalgas movía una de sus piernas, lentamente ubicaba mi pene en su vagina el que iba frotando, poco a poco iba lubricando y su respiración acelerando, se la introducía levantándole una de las piernas ella entre dormida y despierta se iba entregando inerte, me puse encima de ella le abría las piernas se la introduje, ella ahora mas despierta me besaba, me sujetaba con una mano la espalda con la otra me tomaba de las nalgas empujándome hacia ella, sus piernas atenazaron las mías, sus gemidos eran fuertes, Fernanda que dormía en la habitación continua dijo “ Carajo dejen dormir, ustedes no se cansan parecen conejos, no jodan…” mientras seguí dándole hasta venirme dentro de ella, recién el sueño me ganaba y quedaba dormido, al despertarnos la cama era un desastre con machas de nuestros fluidos por las sabanas, ella me decía que le encantaba le hiciera en amor mientras dormía.
Compartíamos mucho tiempo juntos, el trabajo, el GYM, los fines de semana, sin darme cuenta mi vida giraba entorno de ella, recordé la canción de Pedro Suarez Vertiz “un vino una cerveza” sin darme cuenta me había alejado de los amigos, las pichangas los domingos. Para variar le propuse pasar una noche en un hotel, así que el siguiente fin de semana fuimos la hotel, mi idea era hacer algo distinto fuera de lo cotidiano, al cerrar la puerta de la habitación sin darle tiempo la bese con intensidad, la eche sobre la cama e intente despojarla de la ropa, ella ponía resistencia me decía que me calmara de lo contrario iba gritar, tome eso como una broma parte del juego, respondí grita lo que gustes pensaran que son de placer, luego de eso se puso a llorar, temblar me detuve, pregunte que era lo que estaba pasando, me decía que se quería ir, le dije que no había problema que primero se tranquilice, deje de llorar luego la llevaría a su departamento, pedí a recepción agua luego de unos minutos se tranquilizó completamente, ya calmada le dije la llevaría a su departamento dijo que quería quedarse, lo sucedido en inicio me preocupo luego me incomodo, preferí no preguntar solo dormimos esa noche, ese día quedo marcado en mi memoria, que habría pensado que le haría algo, si ya nos conocíamos lo suficiente.
Sentí me había alejado de mi mundo, mis actividades, las amistades hable con ella, le dije que los domingos iría a jugar fulbito con los amigos, no le gusto la idea, por más que le decía que era bueno tener un tiempo para uno mismo que ella también podría compartir con sus amigas, ella lo tomo como que me había cansado de ella, luego de esa conversación se puso celosa, sus llamadas eran mas frecuentes y si no le contestaba luego me reclamaba, esa actitud termino de asfixiarme ya no me sentía a gusto y tranquilo a su lado, termino de cansarme le dije que esto podía seguir así debemos poner fin a esta relación. En la oficina todo volvió a un inicio Romina volvió hacer la mujer pedante que conocí al inicio.