¿Tríos? Hmmm... ¿Gratis? Hmmm... No, nunca los he hecho.
A lo largo de toda mi vida, las mujeres con las que he establecido una relación sentimental - no comercial han sido, siempre, de la clase que sólo cree en la monogamia y la fidelidad mutua como base de toda relación.
Pero tríos con kines... eso ya es otra cosa.
Nunca pensé que me sentiría cómodo con dos mujeres a la vez, ni que valiera la pena o que pudiera obtener de la experiencia el valor de mi dinero, estaba seguro que más a cuenta me salía dos salidas individuales, una con cada una, que una salida con dos a la vez... hasta que una kine saunera a la que llamé para una salida en su día libre me salió con la propuesta de salir con ella y su amiga (otra de mis engreidas en ese mismo sauna). En un principio me negué pero ante su insistencia y, sobre todo, ante la rebaja que me hizo (300 por las dos, cuando ellas acostumbraban a pedir 250 cada una), me dejé convencer; resultó que justo el sauna había cerrado y las flacas estaban en nada, lo que jugó a mi favor. Al fin y al cabo, pensé, la segunda kine me sale por sólo 50 lucas... no pierdo nada con probar. Y vaya que valió la pena.
No voy a contar detalladamente la experiencia, el rating está desde hace años en su lugar correspondiente en el foro pero, definitivamente, el tener a dos flacas para disfrutarlas como quieras casi sin descanso, es una experiencia a la que me volví adicto. Claro que las kines son como los bancos o como las empresas de telefonía y cable, una cosa es el trato que te ofrecen cuando tú vas a buscarlas y otra muy diferente el que puedes conseguir cuando son ellas las que te buscan a tí. Los siguientes tríos ya me salieron a 200 para cada una... y fueron muchas muchas muchas veces; de hecho ya nunca las volví a llamar para una salida individual.
Cuando mis dos engreidas se embarazaron con pocas semanas de diferencia (les juro que no fui yo), yo ya estaba listo para dar el siguiente paso... el sexo en grupo.
En esa época había un forista que organizaba, en su propia casa, lo que él llamaba "fiestas de sexo"; cinco o seis patas con seis o siete chicas (siempre una chica de más) haciendo lo que más nos gusta en la amplia sala de su departamento, en los sofás y/o en las colchonetas que cubrían por completo el piso de la sala, todos desnudos teniendo sexo al mismo tiempo y en el mismo ambiente. Debo decir que me gustó y lo disfruté bastante mientras duró, aunque no tanto como disfruto de estar yo solo con dos chicas en la suite con jacuzzi de un buen hotel. Pero lo mejor de todo es que allí, en esas fiestas, conocí a dos primas que se convirtieron en mis nuevas compañeras de trío. Esto me permitió llegar a donde nunca había llegado con las dos primeras porque, a diferencia de ellas, estas no eran kines de sauna ni de agencia ni de burdel; estas eran chicas normales, una tenía un trabajo normal y la otra estudiaba en un instituto superior, y ambas hacías esto sólo por rebeldía, espíritu de aventura, el dinero fácil y, sobre todo, porque eran las dos mujeres más arrechas que he conocido en mi vida. No voy a dar más detalles en esta ocasión tampoco; uno porque, al igual que con las chicas anteriores, los ratings ya están posteados en la sala correspondiente del foro y, dos, porque esta historia tuvo un final muy muy triste y muy muy intenso del cual, todavía, no estoy totalmente recuperado emocionalmente.
Pero la vida continúa, las kines continúan, y así tuve la oportunidad de conocer a una nueva kine que recién empezaba en el negocio, alentada y guiada por una de mis más antiguas y confiables engreídas. Algo en la manera alocada y desinhibida de ser de esta chica me hizo pensar que podía ser material para un trío como los que a mí me gustan; y algo en su interacción con mi amiga me hacía sospechar que, si le metía el gusanito de la idea en su loca cabecita, me ayudaría a convencer a mi amiga que, para ser kine, es una de las mujeres más conservadoras y convencionales que conozco. Mala idea. Para comenzar, y ya que era yo el que les pedía el trío, las bandidas querían cobrar 300 cada una por el trío, cuando su tarifa normal era de 220 y 200 respectivamente, con lo que al final terminé transnando por 250 para cada una. Ese mal comienzo ya debería haberme advertido que la cosa no iría bien y, efectivamente, una vez en la intimidad las cosas no caminaron. Mi amiga estaba completamente chupada y no parecía ser capaz de soltarse mientras su amiga estuviera presente... ¡Hasta me costó trabajo que se desnudaran! La otra chica resultó más mandada a la hora de hablar que a la hora de hacer y ¡Oh sorpresa! una vez desnudos los tres, parecía sentirse más atraída hacia mi amiga de lo que yo, o ella, hubiéramos imaginado. Huelga decir que la experiencia no se repitió más.
Todo esto me ha llevado a deducir varias cosas sobre mi en relación al sexo en grupo. Lo primero es que me gusta el sexo con varias chicas y me gusta mucho, de verdad de verdad que lo dosfruto. Lo segundo es que no me gusta compartir mi chica con otros hombres, el trío HMH definitivamente no es para mí; esto lo sé porque en el contexto de las fiestas de sexo a las que asistí, muchas veces se daban tríos (de las dos clases) y hasta cadenas de sexo... como que un pata esté haciendole el perrito a una chica... que le está haciendo sexo oral a otro pata... quien está sopeando a otra chica... y así sucesivamente. Yo he estado ahí, he hecho eso, y puedo asegurarles que no lo disfruté; siempre preferí, incluso en el contexto de la orgía, tener a mi chica para mí solo. Y lo tercero es que, a diferencia de muchos otros foristas que han escrito sobre sus preferencias y sus fantasías, el lesbianismo durante un encuentro MHM no me excita para nada; yo prefiero largamente que las dos chicas se dediquen, ambas, a darme placer a mí y no que me dejen de espectador mientras ellas se disfrutan mutuamente, en mi tiempo, tiempo por el que yo estoy pagando. Si quieren tortearse, que lo hagan gratis, en su casa y en su tiempo. Y, por último, que para que el trío funcione, es imprescindible que no sea necesario tener que convencer a las chicas; o bien son ellas las que lo proponen o bien aceptan al primer intento sin necesidad de insistir, y tienen que ser ellas mismas las que propongan o elijan a la compañera de trío. Eso es básico.
Por ahora, nuevamente estoy a la búsqueda de un par de chicas dispuestas a disfrutar conmigo de los particulares placeres del sexo de a tres. Kines o no kines, si ellas no lo disfrutan, la cosa no funciona.
Bueno, eso es todo lo que quería compartir con ustedes, espero no haberlos aburrido con mis divagaciones.
Diablito