Michael Corleone
Cuenta Verificada
- 974
- 1.622
- 199
- Registrado
- 19 Nov 2014
- Registrado
- 19 Nov 2014
- Mensajes
- 974
- Puntos de reacción
- 1.622
- Puntos
- 199
10 Years of Service
1.Taken...
- Es seguro?
- Cómo?
- Nunca se responde con otra pregunta, muchacho.
Acto seguido, el profesor colocó las pinzas de carga de batería sobre los testículos de Roberto, para luego subir el interruptor de la electricidad.
- Ayyyyyyyyyyy aaaaaaaaggggggghhhhh!
El grito de Renato fue tan desgarrador que obligó al Profesor a colocarle un trapo en la boca para que los alaridos no le rompan los tímpanos.
Culminada la descarga, Renato sentía desfallecer. Apenas segundos de paz le esperaron hasta que el Profesor le volvió a reanimar con una cubeta de hielo.
- Es seguro?
- Seguro? Qué carajos es seguro? No entiendo! Por favor, no me haga más daño!
- Respuesta errada, muchacho.
Esta vez el profesor subió el voltaje de la descarga, provocando que el infortunado Renato se arquee en el viejo sillón acondicionado para tortura.
Hasta hace 12 horas, su vida transcurría entre el trabajo, los excesos y las prostitutas, amparado en un sueldo ganado por favores familiares que le permitía darse algunos gustos a sus casi treinta años, aparte de la impunidad por tener un padre militar.
24 horas antes, departia en una fiesta privada que de cuando en vez la logia que formaba parte organizaba, sea en departamentos u hoteles exclusivos.
Justamente, luego de tener sexo anal con una morena hermosa y brillando como una esclava negra sonriendo con ganas.
La había abordado desde el ascensor, impresionado por su 1.75 de carnes duras y huesos largos, como una modelo de United Colors of Benetton.
- Amiga, cuánto?
- 300 soles.
- incluye anal?
- Estás loco? No hago esas cosas!
- Disculpa amiga, me aceptas un trago para que se te pase la cólera?
- No tienes hierba, mejor?
- Vamos al cuarto y ahi te invito.
Media hora después de ese diálogo inicialmente accidentado y gracias a porros mezclados con licor y violafacil, estaba rompiéndole el culo macizo y redondo de Xica, sin preservativo y sin resistencia, sosteniéndola boca abajo para que no pueda oponer resistencia a sus embestidas.
Dicen que las morenas tienen la vulva caliente, y Renato no solo lo había comprobado, sino que además supo que el ano de las negras era deliciosamente húmedo y estrecho.
Poco a poco Xica dejó de oponer resistencia, echada a su suerte. Sabía en el fondo que escenas como la que estaba pasando era un riesgo que tenía que asumir, así no se pueda levantar al dia siguiente.
- Me está doliendo por favor, termina ya, coño!
- cállate que ya estoy por venirme, qué deliciosa eres, eres mi puta!
La excitación hizo que se viniera dentro del culo de Xica, llenando su orificio de semen, ya que le gustaba sacarse el preservativo a escondidas y metérselas a pelo, como un kamikaze del sexo.
- ahhhhhhh, así que ricooooo,ahhhhh.
Y Renato sonrió de placer, recordando la última vez que fornicó sin saber que sería también su polvo final en su azaroza vida.
- Es seguro?
La gruesa voz de su captor y torturador lo hizo despertar del sueño de opio de sus recuerdos. Ahora todo era distinto para él, la picana a la que fue sometido le iba a provocar, si es que salía vivo, una impotencia cronica puesto que sus testiculos estaban a punto de reventar.
- Por favor, le suplico, ya no lo haga más! Prometo portarme bien!
- Muchacho, no tienes puta idea porqué estás aquí y mucho menos cuál será tu destino.
(Continuará)
- Es seguro?
- Cómo?
- Nunca se responde con otra pregunta, muchacho.
Acto seguido, el profesor colocó las pinzas de carga de batería sobre los testículos de Roberto, para luego subir el interruptor de la electricidad.
- Ayyyyyyyyyyy aaaaaaaaggggggghhhhh!
El grito de Renato fue tan desgarrador que obligó al Profesor a colocarle un trapo en la boca para que los alaridos no le rompan los tímpanos.
Culminada la descarga, Renato sentía desfallecer. Apenas segundos de paz le esperaron hasta que el Profesor le volvió a reanimar con una cubeta de hielo.
- Es seguro?
- Seguro? Qué carajos es seguro? No entiendo! Por favor, no me haga más daño!
- Respuesta errada, muchacho.
Esta vez el profesor subió el voltaje de la descarga, provocando que el infortunado Renato se arquee en el viejo sillón acondicionado para tortura.
Hasta hace 12 horas, su vida transcurría entre el trabajo, los excesos y las prostitutas, amparado en un sueldo ganado por favores familiares que le permitía darse algunos gustos a sus casi treinta años, aparte de la impunidad por tener un padre militar.
24 horas antes, departia en una fiesta privada que de cuando en vez la logia que formaba parte organizaba, sea en departamentos u hoteles exclusivos.
Justamente, luego de tener sexo anal con una morena hermosa y brillando como una esclava negra sonriendo con ganas.
La había abordado desde el ascensor, impresionado por su 1.75 de carnes duras y huesos largos, como una modelo de United Colors of Benetton.
- Amiga, cuánto?
- 300 soles.
- incluye anal?
- Estás loco? No hago esas cosas!
- Disculpa amiga, me aceptas un trago para que se te pase la cólera?
- No tienes hierba, mejor?
- Vamos al cuarto y ahi te invito.
Media hora después de ese diálogo inicialmente accidentado y gracias a porros mezclados con licor y violafacil, estaba rompiéndole el culo macizo y redondo de Xica, sin preservativo y sin resistencia, sosteniéndola boca abajo para que no pueda oponer resistencia a sus embestidas.
Dicen que las morenas tienen la vulva caliente, y Renato no solo lo había comprobado, sino que además supo que el ano de las negras era deliciosamente húmedo y estrecho.
Poco a poco Xica dejó de oponer resistencia, echada a su suerte. Sabía en el fondo que escenas como la que estaba pasando era un riesgo que tenía que asumir, así no se pueda levantar al dia siguiente.
- Me está doliendo por favor, termina ya, coño!
- cállate que ya estoy por venirme, qué deliciosa eres, eres mi puta!
La excitación hizo que se viniera dentro del culo de Xica, llenando su orificio de semen, ya que le gustaba sacarse el preservativo a escondidas y metérselas a pelo, como un kamikaze del sexo.
- ahhhhhhh, así que ricooooo,ahhhhh.
Y Renato sonrió de placer, recordando la última vez que fornicó sin saber que sería también su polvo final en su azaroza vida.
- Es seguro?
La gruesa voz de su captor y torturador lo hizo despertar del sueño de opio de sus recuerdos. Ahora todo era distinto para él, la picana a la que fue sometido le iba a provocar, si es que salía vivo, una impotencia cronica puesto que sus testiculos estaban a punto de reventar.
- Por favor, le suplico, ya no lo haga más! Prometo portarme bien!
- Muchacho, no tienes puta idea porqué estás aquí y mucho menos cuál será tu destino.
(Continuará)