severus
Recluta
Bueno, en este tema he leido muchas historias, y como hombres a todos nos gusta presumir especialmente de nuestras aventuras con amigas cariñosas, kines, novias, ex novias, trampas, jermitas de una noche para choque y fuga. Pero he encontrado pocas historias de hombres casados con sus esposas. No quiero creer eso que dicen que si estas aburrido del sexo, casate. Tengo que decir con orgullo que me he casado con una mujer que es extraordinaria en la cama. Siempre dispuesta a experimentar nuevas sensaciones, todo en busca de compenetrarnos mejor. Cuando nos conocimos, primero nos hicimos buenos amigos y después mejores amantes. "Tomás", uno de los personajes del libro de Milan Kundera "La insoportable levadad del ser", hace una reflexión muy interesante: "Uno puede acostarse con muchas mujeres, pero solo desa dormir con una sola". Creo que asi me siento desde que me case, mi esposa me da tanto en la intimidad que no necesito buscar nada más afuera. Es mi amiga, mi complice, mi amante, mi puta (con cariño).
Por eso quiero compartir algunas cosas que hemos planeado, siempre para tener nuevas experiencias. Tal vez no sean originales, pero nos hemos divertido haciéndolas.
Hace poco, para celebrar un aniversario mas de nuestro matrisuicidio, decidimos salir a comer y juerguear un poco. Dejamos a nuestra hija en casa de mi suegra y le pedimos que se quede a dormir alli, porque nos ibamos a demorar en una reunion de amigos. (mentir como cuando eras chibolo, para quitarte a hacer travesuras con la flaca sigue siendo excitante).
Despues de comer decidimos ir a un bar para tomar unos tragos y despues ya saben que seguia. Pero justo en ese momento se me ocurrio una idea. Le dije que se quitara el aro de matrimonio y que entrara al bar sola, que fingiera que iba sola y que no esperaba a nadie, yo la alcanzaria en un momento, pero no para encontrarme con ella, sino para observarla desde otro lado del bar.
Mi esposa es hija de una pucallpina, con una belleza propia de la selva, es delgada, pero tiene un buen cuerpo, unas tetas pequeñas pero bien formadas, un culo al que me encanta pegarme cada vez que puedo (carajo, que bien se le ve con jean) y unas piernas que gusto mucho de poner en mis hombros. Esa noche se puso una blusa escotada de color rojo, un pantalon ajustado que dejaba adivinar la forma de su hermoso trasero. Cuando salimos se que vamos a tener una noche de sexo salvaje, asi que se imaginaran que ando arrechazo. Pero no se por que la idea que tuve me excitaba, queria que algun extraño se acercara a ella y tratara de sacarle plan, asi que ella entro sola al bar y yo me quede en la calle para darle algun tiempo, me di unas vueltas admirando a las flaquitas que pasaban, algunas solas, otras acompañadas, realmente las mujeres me ponen a mil, pero ninguna como mi esposa.
Espere unos diez minutos y entre al bar, mi esposa se habia sentado en la barra y pidio una cerveza, el asiento dejaba ver su bien formado culo, lo cual me puso fierro, pero no quise que me viera, asi que me sente en una mesa pequeña al fondo del local, donde ella me daba la espalda. A su lado habian un par de patas, chibolos, al parecer universitarios, la miraban, se reian, uno de ellos queria acercarsele pero no se animaba. Ella segura de si misma le sonrio, pero el cojudo no supo como reaccionar. Un poco aburrida volteo a buscarme, ya habian pasado 20 minutos y yo no me aparecia. Me ubico en mi posicion de miron privilegiado y se sonrio. Con la mirada le pedi que no se mueva y que siguiera alli un rato mas para ver que pasaba.
Entonces se le acerco un tipo, casi de mi edad, le invito una chela y se puso a conversar con ella. Ella le coqueteaba descaradamente, sabia que yo la estaba observando, sabia que yo soy celoso al culo y de rato en rato me miraba como diciendo: "era lo que querias". Y por un momento pense que el juego que habia planeado no era tal, quise levantarme y sacarle la al huevon que se atrevia a hablarle a mi esposa. Pero me contuve. Pedi una chela y segui observandolos. Mi excitación crecia, no se porque, pero asi era. Solo de algo estaba seguro, el ver que mi mujer podia coquetar con otro en mis narices me jodia, pero me arrechaba a la vez.
Continuara...
Por eso quiero compartir algunas cosas que hemos planeado, siempre para tener nuevas experiencias. Tal vez no sean originales, pero nos hemos divertido haciéndolas.
Hace poco, para celebrar un aniversario mas de nuestro matrisuicidio, decidimos salir a comer y juerguear un poco. Dejamos a nuestra hija en casa de mi suegra y le pedimos que se quede a dormir alli, porque nos ibamos a demorar en una reunion de amigos. (mentir como cuando eras chibolo, para quitarte a hacer travesuras con la flaca sigue siendo excitante).
Despues de comer decidimos ir a un bar para tomar unos tragos y despues ya saben que seguia. Pero justo en ese momento se me ocurrio una idea. Le dije que se quitara el aro de matrimonio y que entrara al bar sola, que fingiera que iba sola y que no esperaba a nadie, yo la alcanzaria en un momento, pero no para encontrarme con ella, sino para observarla desde otro lado del bar.
Mi esposa es hija de una pucallpina, con una belleza propia de la selva, es delgada, pero tiene un buen cuerpo, unas tetas pequeñas pero bien formadas, un culo al que me encanta pegarme cada vez que puedo (carajo, que bien se le ve con jean) y unas piernas que gusto mucho de poner en mis hombros. Esa noche se puso una blusa escotada de color rojo, un pantalon ajustado que dejaba adivinar la forma de su hermoso trasero. Cuando salimos se que vamos a tener una noche de sexo salvaje, asi que se imaginaran que ando arrechazo. Pero no se por que la idea que tuve me excitaba, queria que algun extraño se acercara a ella y tratara de sacarle plan, asi que ella entro sola al bar y yo me quede en la calle para darle algun tiempo, me di unas vueltas admirando a las flaquitas que pasaban, algunas solas, otras acompañadas, realmente las mujeres me ponen a mil, pero ninguna como mi esposa.
Espere unos diez minutos y entre al bar, mi esposa se habia sentado en la barra y pidio una cerveza, el asiento dejaba ver su bien formado culo, lo cual me puso fierro, pero no quise que me viera, asi que me sente en una mesa pequeña al fondo del local, donde ella me daba la espalda. A su lado habian un par de patas, chibolos, al parecer universitarios, la miraban, se reian, uno de ellos queria acercarsele pero no se animaba. Ella segura de si misma le sonrio, pero el cojudo no supo como reaccionar. Un poco aburrida volteo a buscarme, ya habian pasado 20 minutos y yo no me aparecia. Me ubico en mi posicion de miron privilegiado y se sonrio. Con la mirada le pedi que no se mueva y que siguiera alli un rato mas para ver que pasaba.
Entonces se le acerco un tipo, casi de mi edad, le invito una chela y se puso a conversar con ella. Ella le coqueteaba descaradamente, sabia que yo la estaba observando, sabia que yo soy celoso al culo y de rato en rato me miraba como diciendo: "era lo que querias". Y por un momento pense que el juego que habia planeado no era tal, quise levantarme y sacarle la al huevon que se atrevia a hablarle a mi esposa. Pero me contuve. Pedi una chela y segui observandolos. Mi excitación crecia, no se porque, pero asi era. Solo de algo estaba seguro, el ver que mi mujer podia coquetar con otro en mis narices me jodia, pero me arrechaba a la vez.
Continuara...