drais
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Me parece curioso que nadie comente del tema de la masacre de Orlando. Supongo que después de las elecciones todo el mundo está cansado, o que las masacres en USA no son noticia. En fin, no importa la causa, el hecho es que todos los dedos acusadores apuntan a una causa, la homofobia.
No creo que las cosas sean tan simples. Cada sociedad crea sus propios problemas y el espejo de todas ellas es, en gran medida, la estadounidense. La verdad es que pudo haber ocurrido en Alemania, España, Francia o Inglaterra, el problema que se observa el mismo: los límites de lo socialmente aceptado.
Esa es una cuestión muy seria en las sociedad que se definen como culturalmente diversas y laicas. La aparición de estas fricciones es muy rápida. Por ejemplo, ¿tiene derecho una autoridad a no ejercer sus funciones cuando estas se vinculan a situaciones que sienten que van en contra de su libertad de conciencia? Ejemplo, un alcalde o juez que no quiere casar parejas homosexuales. Segundo caso, si un policía detiene a una pareja gay por actos que atentan contra la moral y el orden público en un parque lleno de niños.
Vuelvan ahora a Orlando y piensen en el hecho que disparó el gatillo mental del asesino.¿Qué hubiera pasado si la pareja gay se reservaba su cariño a su vida privada y, en consecuencia, el sujeto no hubiera tenido la excusa de decir que su religión abomina a los gays? ¿Acaso el deseo consciente o inconsciente de provocar fue la causa de una tragedia?
No abundo sobre las aparentes dudas del sujeto sobre su sexualidad. Eso sería echar sal a la herida. Creo que ya bastante dilemas tenía por provenir de un país donde la "tolerancia" no es una virtud. Tampoco me ocupo del tema de la religión. Hay extremistas de todo tipo y confesiones.
En nuestro país nos enfrentamos al mismo problema. El que las parejas gays vayan ir a besarse multidinariamente frente a la Catedral es una provocación. ¿Para qué? ¿Disfrutan que la gente reaccione mal contra ellos, como esa señora estos días pasados en Miraflores?
La frase de Oscar Wilde, mártir de la causa gay en opinión del colectivo LGTB, que rezaba ", no importa que hablen mal de ti, lo que importa es que hablen", tiene límites. Cuando se cruzan te encuentras con una cara larga y una queja al policía (poniéndolo en un aprieto) o dando pie para justificarse y dar el paso final cometiendo un crimen atroz.
Aquí ya hemos cruzado esa barrera. SL y el MRTA mataban a los homosexuales en los años 80 del siglo pasado. Más frecuentes y anónimos son los abusos cometidos por los serenos y policías. Pienso en ellos como inocentes que pagaron por la provocación de otros. No hay necesidad de crispar a la sociedad con ciertos temas. Hay que vivir y dejar vivir. Esa debería ser la lección de lo ocurrido en Orlando el fin de semana pasado.
No creo que las cosas sean tan simples. Cada sociedad crea sus propios problemas y el espejo de todas ellas es, en gran medida, la estadounidense. La verdad es que pudo haber ocurrido en Alemania, España, Francia o Inglaterra, el problema que se observa el mismo: los límites de lo socialmente aceptado.
Esa es una cuestión muy seria en las sociedad que se definen como culturalmente diversas y laicas. La aparición de estas fricciones es muy rápida. Por ejemplo, ¿tiene derecho una autoridad a no ejercer sus funciones cuando estas se vinculan a situaciones que sienten que van en contra de su libertad de conciencia? Ejemplo, un alcalde o juez que no quiere casar parejas homosexuales. Segundo caso, si un policía detiene a una pareja gay por actos que atentan contra la moral y el orden público en un parque lleno de niños.
Vuelvan ahora a Orlando y piensen en el hecho que disparó el gatillo mental del asesino.¿Qué hubiera pasado si la pareja gay se reservaba su cariño a su vida privada y, en consecuencia, el sujeto no hubiera tenido la excusa de decir que su religión abomina a los gays? ¿Acaso el deseo consciente o inconsciente de provocar fue la causa de una tragedia?
No abundo sobre las aparentes dudas del sujeto sobre su sexualidad. Eso sería echar sal a la herida. Creo que ya bastante dilemas tenía por provenir de un país donde la "tolerancia" no es una virtud. Tampoco me ocupo del tema de la religión. Hay extremistas de todo tipo y confesiones.
En nuestro país nos enfrentamos al mismo problema. El que las parejas gays vayan ir a besarse multidinariamente frente a la Catedral es una provocación. ¿Para qué? ¿Disfrutan que la gente reaccione mal contra ellos, como esa señora estos días pasados en Miraflores?
La frase de Oscar Wilde, mártir de la causa gay en opinión del colectivo LGTB, que rezaba ", no importa que hablen mal de ti, lo que importa es que hablen", tiene límites. Cuando se cruzan te encuentras con una cara larga y una queja al policía (poniéndolo en un aprieto) o dando pie para justificarse y dar el paso final cometiendo un crimen atroz.
Aquí ya hemos cruzado esa barrera. SL y el MRTA mataban a los homosexuales en los años 80 del siglo pasado. Más frecuentes y anónimos son los abusos cometidos por los serenos y policías. Pienso en ellos como inocentes que pagaron por la provocación de otros. No hay necesidad de crispar a la sociedad con ciertos temas. Hay que vivir y dejar vivir. Esa debería ser la lección de lo ocurrido en Orlando el fin de semana pasado.