Lechesolohayuna
Soldado
Crecí con mis primos, vivíamos juntos en una casa de dos plantas, en la primera, mis tíos y sus 3 hijos -dos varones y una mujer-, y en la segunda mis padres junto con mi hermano y yo. Cada vez que nos juntábamos para jugar pelota o a las escondidas, siempre se unía Katy, la vecina, que vivía con sus abuelos, su mamá vivía en Las Vegas, Estados Unidos desde hace ya unos años atrás, era una chica muy divertida y buena onda, era muy amiga de mi prima, aparte de la edad -13 años en ese entonces- compartían muchas cosas, ropa, películas, revistas, etc. Eran muy buenas amigas.
Fueron pasando los años, mis primos comenzaron la universidad, y las tardes de juegos y ocio fueron desapareciendo, yo estaba iniciando clases en un instituto -la universidad nunca fue lo mío- Silvia -mi prima- y Katy, seguían frecuentándose, no era raro llegar a casa y encontrar a Katy en la sala viendo televisión o bailando alguna coreografía, cosas de chibolas. Para ser honesto, nunca vi con otros ojos a mi vecina, la veía como parte de la familia, pero, fue creciendo y desarrollando un cuerpo muy bonito, ella siempre fue delgada, de tez clara, medía aproximadamente 1.70 m, sus senos eran pequeños y su trasero era bien formado, redondo y levantado.
Facebook recién se estaba haciendo conocido, lo usaba para poder comunicarme con mis amigos del instituto, debido a la cantidad de trabajos que me dejaban, no era raro que me amaneciera en la computadora casi a diario, recuerdo que en una de esas amanecidas, me llega una solicitud de amistad, veo, y era Katy, mi vecina.
Obviamente acepté, repito que nunca la vi con ojos de malicia, sentía más un cariño de hermano hacia ella. Empezamos a chatear con mayor frecuencia, compartíamos videos de música y una que otra película. Recuerdo que una noche conversando me dice lo siguiente:
Katy: Mi computadora está un poco lenta, creo que se le ha metido un virus.
Yo: Ah, es lo más seguro. ¿Le has pasado un antivirus?
Katy: Sí, dos veces, pero sigue igual…
Yo: Entonces, creo que vas a tener que formatearla para que quede bien.
Katy: ¿Tú sabes hacer eso? Yo no sé mucho de esas cosas-
Yo: Sí, no es complicado, tranquila.
Katy: ¿Puedes venir mañana sábado para que la revises?
Yo: Está bien, mañana por la tarde tengo tiempo.
Katy: Genial, muchas gracias!
Al día siguiente, llegué a su casa, estaba sola, sus abuelos habían salido a realizar unas compras al centro de Lima, era temporada de verano y el calor era insoportable, me recibió con un short corto, un top a la altura del ombligo y sandalias.
Katy: Gracias por venir, mi compu ya no da para más jaja
Yo: Tranquila, todo tiene solución, voy a formatearla y vas a ver que funcionará sin problemas.
Me senté en el escritorio para comenzar con el formato, ella se sentó a mi costado y mientras el proceso estaba en marcha, conversábamos de varias cosas, me hablaba sobre sus viajes realizados a Estados Unidos, las luminosas calles de Las Vegas y las marcas de moda de ese entonces. Terminé de formatear la computadora, la probó y todo bien, me dió las gracias mientras yo iba acomodando mis cosas para ir a mi casa.
Katy: Oye, tengo unas cervezas que mi abuelo trajo de Estados Unidos ¿quieres una, para el calor?
Yo: Bueno, si tu abuelo luego no se da cuenta que le falta una botella, normal.
Katy: Tranquilo, no se dará cuenta. En mi casa se siente más el calor porque no es muy ventilada.
Puso un poco de música en la computadora y nos sentamos en la sala a tomar esa botella de cerveza, la combinación de calor y cebada hizo que mi pene tenga una erección, me dió mucha vergüenza porque noté que ella se había dado cuenta de lo que me estaba pasando, traté de disimular agarrando un cojín del mueble para ponerlo sobre mi short, ella me miraba y se hacía la desentendida, traté de relajarme y hablarle sobre cualquier tema para pasar ese bochornoso momento.
Katy: ¿Y qué tal las cosas en el instituto?
Yo: Bien, hasta ahora jaja, aunque la verdad la carrera es bien matada -diseño gráfico- las amanecidas me están pasando factura.
Katy: Sí, me imagino, debe ser pesado.
Yo: Sí, pero, no me quejo, es la carrera que me gusta, creo que lo que más extraño es salir a juerguear con mis amigos, hace bastante tiempo que no lo hago.
Katy: ¿Y con tu enamorada tampoco sales?
Yo: No tengo enamorada, con el ritmo de la carrera sería imposible, no seas mala jaja
Katy: Jajaja, perdona, pensé que salías con alguien.
Yo: No, ahora solo estoy enfocado en mis estudios…Y tu ¿tienes enamorado?
Katy: No, no tengo.
Yo: Ah bueno, ya conocerás a alguien que te guste y puedas iniciar una relación, eso si, siempre cuidándote, no vayas a perder la cabeza por un momento de locura
Ella se quedó en silencio por unos segundos y me dijo:
Katy: A mi siempre me ha gustado un chico, pero creo que si le digo lo que siento por él, me rechazaría.
Percibí cierta tensión y tristeza en sus palabras, la miré y le dije:
Yo: Mira Katy, tú eres una chica muy linda, divertida y de buena familia. ¿Por qué te rechazarían? ¿Y si ese chico siente lo mismo por ti? El que no arriesga, no gana…
Katy: Bueno, solo tengo una manera de saberlo.
Yo: ¿Cuál es?
En ese momento, ella se sienta sobre mi e intenta besarme, yo estaba totalmente sorprendido, aquella niña de hace unos años, que compartía juegos y reuniones familiares conmigo, estaba sentada sobre mis piernas intentando besarme…Mi primera reacción lógica fue retroceder un poco mi cabeza, mirarla a los ojos y decirle:
Yo: ¿Oye, qué fue?
Katy: Ves, temía que esto pasara, que me rechazaras.
Yo: Pero, yo jamás imaginé que yo te gustaba, siempre te he visto como una hermana y pensé que tú también me veías igual.
Katy: Siempre me has gustado, cuando iba a tu casa, sí, iba para ver a tu prima que es mi mejor amiga, pero, también iba porque sabía que me cruzaría contigo.
Yo: Katy, no sé qué decirte, te repito que jamás me imaginé que algo así pasaría.
Katy: Por favor, no se lo vayas a contar a nadie, no quiero que tu familia piense mal de mi.
En esas fracciones de segundos, muchas cosas pasaron por mi cabeza, pero la calentura del momento nubló mi juicio…
Yo: Tranquila, tengo una una mejor idea.
La cargué y la comencé a besar mientras la llevaba a su habitación, ella estaba muy excitada, sentí como sus pequeños pezones se endurecían, ella apretaba mi cabello por la parte posterior de mi cabeza mientras emitía gemidos cortos pero muy excitantes.
La eché en su cama, y la miré a los ojos, en ese momento no podía pensar con claridad, no medí consecuencia alguna, estaba muy caliente y excitado, por mi cabeza solo pasaba una sola cosa, hacerle el amor a mi vecina.
Lentamente le comencé a bajar el short y su pequeño calzón que estaba muy mojado, le acariciaba las piernas mientras le besaba el abdomen, fui bajando a la pelvis, lo hacía despacio, porque me excitaba mucho ver a Katy que cerrara los ojos y gima de placer, su vagina era realmente deliciosa, depilada y muy aseada, me quedé un buen rato lamiendo todo su clítoris, ella me apretaba el cabello, como diciéndome que no pare, que realmente lo estaba disfrutando tanto como yo.
La desnudé por completo, mi pene estaba muy duro y deseoso de penetrarla, ella se puso de pie y me pidió que me tumbara en la cama, acercó su boca a mi pene y lo comenzó a lamer, lo hacía lentamente, me gustaba sentir su lengua en la cabeza de mi pene, luego, trató de introducirlo todo en su boca, casi lo logra.
Katy: La tienes muy gruesa
Yo: Sí, y tu la chupas muy bien.
Katy: Creo que me va a doler un poco
Yo: Tranquila, te la meteré despacio.
Katy: Sí, por favor, porque tú serás el primero…
Yo: Me estás diciendo que eres…¿virgen?
Katy: Sí, siempre he querido que mi primera vez sea contigo.
Esa confesión hizo que mi cabeza volara, mi vecina, aquella niña que creció conmigo y que prácticamente la veía como a una hermana, me acababa de decir que siempre me deseó sexualmente, que quería perder su virginidad conmigo.
Ella se sentó sobre mi, y lentamente comencé a introducirle mi pene, notaba su expresión de dolor y placer a la vez, sus manos me apretaban el pecho cada vez que intentaba metérsela un poco más.
Katy: Sigue, hazlo despacio, pero por favor no te detengas.
Yo: ¿Te gusta como te la estoy metiendo?
Katy: Sí, me encanta, siempre imaginé este momento, siempre quise que seas tú el que me haga el amor por primera vez.
Yo: Disfrútalo, hoy, esta pinga te pertenece.
Traté de metérsela con un poco más de fuerza y sentí dos cosas, el estiramiento de su himen y la sangre que corría sobre mi pene, ella gritó un poco por el dolor, me apretó muy fuerte el pecho y siguió sentada sobre mi pene, inmóvil por unos segundos.
Yo: ¿Te encuentras bien?
Katy: Sí, tranquilo, siento un poco de dolor, pero, me gusta.
La eché en la cama y yo me puse de pie, al filo, ver mi pene ensangrentado me dio mucho morbo.
Yo: Ahora sí, ya no te la voy a meter despacito, ahora voy a cacharte muy duro.
Katy: Hazme lo que quieras, soy tuya.
Eso me excito demasiado, puse sus piernas en mis hombros y se la comencé a meter toda, ella gemía fuerte, ya en ese momento no me importaba nada, cada vez se lo metía más fuerte y ella cada vez gritaba más y más.
Katy: Eres un salvaje, me estás destrozando la vagina.
Yo: ¿No querías que te cachara así de rico en tu primera vez?
Katy: ¡Ay! Sigue, sigue, por favor dame más.
Yo: Así que cada vez que ibas a mi casa, te imaginabas mi pinga en tu concha
Katy: Siii, siempre quise que me la metas, que me cacharas, que me hicieras tu mujer.
Abrí sus piernas y puse mis manos en su cintura, la apretaba cada vez más fuerte, luego, comencé a apretarle los senos, estaban duros, me encantaba verla retorcerse de dolor y placer. Puse mi mano en su cuello y la comencé a ahorcar suavemente.
Yo: ¿Quieres que te la deje adentro?
Katy: Siii, por favor no la saques, quiero sentir esa leche en mi.
Yo: Te la voy a dejar toda, para que nunca te olvides de mi, de tu primera vez
Katy: Tú eres mi macho, quiero la leche de mi macho en mi concha, la quiero toda.
Al escuchar eso, sentí como todo mi semen se descargaba dentro de su vagina, todo, hasta la última gota.
Katy: ¡Ahhhh! Qué ricooo, que rico se siente
Yo: Todo para ti, como siempre lo deseaste.
Katy: Siento mi vagina destrozada, ardida, pero, me encanta.
Yo: Qué rico se sintió todo esto, pero, me tienes que prometer que no se lo dirás a nadie.
Katy: Tranquilo, este será nuestro secreto.
El cerrojo de la puerta de su casa comenzó a sonar, eran sus abuelos, no me había percatado de la hora, en ese momento no sabía dónde esconderme, ella se paró rápidamente y me dijo que me meta debajo de la cama…Continuará.
Fueron pasando los años, mis primos comenzaron la universidad, y las tardes de juegos y ocio fueron desapareciendo, yo estaba iniciando clases en un instituto -la universidad nunca fue lo mío- Silvia -mi prima- y Katy, seguían frecuentándose, no era raro llegar a casa y encontrar a Katy en la sala viendo televisión o bailando alguna coreografía, cosas de chibolas. Para ser honesto, nunca vi con otros ojos a mi vecina, la veía como parte de la familia, pero, fue creciendo y desarrollando un cuerpo muy bonito, ella siempre fue delgada, de tez clara, medía aproximadamente 1.70 m, sus senos eran pequeños y su trasero era bien formado, redondo y levantado.
Facebook recién se estaba haciendo conocido, lo usaba para poder comunicarme con mis amigos del instituto, debido a la cantidad de trabajos que me dejaban, no era raro que me amaneciera en la computadora casi a diario, recuerdo que en una de esas amanecidas, me llega una solicitud de amistad, veo, y era Katy, mi vecina.
Obviamente acepté, repito que nunca la vi con ojos de malicia, sentía más un cariño de hermano hacia ella. Empezamos a chatear con mayor frecuencia, compartíamos videos de música y una que otra película. Recuerdo que una noche conversando me dice lo siguiente:
Katy: Mi computadora está un poco lenta, creo que se le ha metido un virus.
Yo: Ah, es lo más seguro. ¿Le has pasado un antivirus?
Katy: Sí, dos veces, pero sigue igual…
Yo: Entonces, creo que vas a tener que formatearla para que quede bien.
Katy: ¿Tú sabes hacer eso? Yo no sé mucho de esas cosas-
Yo: Sí, no es complicado, tranquila.
Katy: ¿Puedes venir mañana sábado para que la revises?
Yo: Está bien, mañana por la tarde tengo tiempo.
Katy: Genial, muchas gracias!
Al día siguiente, llegué a su casa, estaba sola, sus abuelos habían salido a realizar unas compras al centro de Lima, era temporada de verano y el calor era insoportable, me recibió con un short corto, un top a la altura del ombligo y sandalias.
Katy: Gracias por venir, mi compu ya no da para más jaja
Yo: Tranquila, todo tiene solución, voy a formatearla y vas a ver que funcionará sin problemas.
Me senté en el escritorio para comenzar con el formato, ella se sentó a mi costado y mientras el proceso estaba en marcha, conversábamos de varias cosas, me hablaba sobre sus viajes realizados a Estados Unidos, las luminosas calles de Las Vegas y las marcas de moda de ese entonces. Terminé de formatear la computadora, la probó y todo bien, me dió las gracias mientras yo iba acomodando mis cosas para ir a mi casa.
Katy: Oye, tengo unas cervezas que mi abuelo trajo de Estados Unidos ¿quieres una, para el calor?
Yo: Bueno, si tu abuelo luego no se da cuenta que le falta una botella, normal.
Katy: Tranquilo, no se dará cuenta. En mi casa se siente más el calor porque no es muy ventilada.
Puso un poco de música en la computadora y nos sentamos en la sala a tomar esa botella de cerveza, la combinación de calor y cebada hizo que mi pene tenga una erección, me dió mucha vergüenza porque noté que ella se había dado cuenta de lo que me estaba pasando, traté de disimular agarrando un cojín del mueble para ponerlo sobre mi short, ella me miraba y se hacía la desentendida, traté de relajarme y hablarle sobre cualquier tema para pasar ese bochornoso momento.
Katy: ¿Y qué tal las cosas en el instituto?
Yo: Bien, hasta ahora jaja, aunque la verdad la carrera es bien matada -diseño gráfico- las amanecidas me están pasando factura.
Katy: Sí, me imagino, debe ser pesado.
Yo: Sí, pero, no me quejo, es la carrera que me gusta, creo que lo que más extraño es salir a juerguear con mis amigos, hace bastante tiempo que no lo hago.
Katy: ¿Y con tu enamorada tampoco sales?
Yo: No tengo enamorada, con el ritmo de la carrera sería imposible, no seas mala jaja
Katy: Jajaja, perdona, pensé que salías con alguien.
Yo: No, ahora solo estoy enfocado en mis estudios…Y tu ¿tienes enamorado?
Katy: No, no tengo.
Yo: Ah bueno, ya conocerás a alguien que te guste y puedas iniciar una relación, eso si, siempre cuidándote, no vayas a perder la cabeza por un momento de locura
Ella se quedó en silencio por unos segundos y me dijo:
Katy: A mi siempre me ha gustado un chico, pero creo que si le digo lo que siento por él, me rechazaría.
Percibí cierta tensión y tristeza en sus palabras, la miré y le dije:
Yo: Mira Katy, tú eres una chica muy linda, divertida y de buena familia. ¿Por qué te rechazarían? ¿Y si ese chico siente lo mismo por ti? El que no arriesga, no gana…
Katy: Bueno, solo tengo una manera de saberlo.
Yo: ¿Cuál es?
En ese momento, ella se sienta sobre mi e intenta besarme, yo estaba totalmente sorprendido, aquella niña de hace unos años, que compartía juegos y reuniones familiares conmigo, estaba sentada sobre mis piernas intentando besarme…Mi primera reacción lógica fue retroceder un poco mi cabeza, mirarla a los ojos y decirle:
Yo: ¿Oye, qué fue?
Katy: Ves, temía que esto pasara, que me rechazaras.
Yo: Pero, yo jamás imaginé que yo te gustaba, siempre te he visto como una hermana y pensé que tú también me veías igual.
Katy: Siempre me has gustado, cuando iba a tu casa, sí, iba para ver a tu prima que es mi mejor amiga, pero, también iba porque sabía que me cruzaría contigo.
Yo: Katy, no sé qué decirte, te repito que jamás me imaginé que algo así pasaría.
Katy: Por favor, no se lo vayas a contar a nadie, no quiero que tu familia piense mal de mi.
En esas fracciones de segundos, muchas cosas pasaron por mi cabeza, pero la calentura del momento nubló mi juicio…
Yo: Tranquila, tengo una una mejor idea.
La cargué y la comencé a besar mientras la llevaba a su habitación, ella estaba muy excitada, sentí como sus pequeños pezones se endurecían, ella apretaba mi cabello por la parte posterior de mi cabeza mientras emitía gemidos cortos pero muy excitantes.
La eché en su cama, y la miré a los ojos, en ese momento no podía pensar con claridad, no medí consecuencia alguna, estaba muy caliente y excitado, por mi cabeza solo pasaba una sola cosa, hacerle el amor a mi vecina.
Lentamente le comencé a bajar el short y su pequeño calzón que estaba muy mojado, le acariciaba las piernas mientras le besaba el abdomen, fui bajando a la pelvis, lo hacía despacio, porque me excitaba mucho ver a Katy que cerrara los ojos y gima de placer, su vagina era realmente deliciosa, depilada y muy aseada, me quedé un buen rato lamiendo todo su clítoris, ella me apretaba el cabello, como diciéndome que no pare, que realmente lo estaba disfrutando tanto como yo.
La desnudé por completo, mi pene estaba muy duro y deseoso de penetrarla, ella se puso de pie y me pidió que me tumbara en la cama, acercó su boca a mi pene y lo comenzó a lamer, lo hacía lentamente, me gustaba sentir su lengua en la cabeza de mi pene, luego, trató de introducirlo todo en su boca, casi lo logra.
Katy: La tienes muy gruesa
Yo: Sí, y tu la chupas muy bien.
Katy: Creo que me va a doler un poco
Yo: Tranquila, te la meteré despacio.
Katy: Sí, por favor, porque tú serás el primero…
Yo: Me estás diciendo que eres…¿virgen?
Katy: Sí, siempre he querido que mi primera vez sea contigo.
Esa confesión hizo que mi cabeza volara, mi vecina, aquella niña que creció conmigo y que prácticamente la veía como a una hermana, me acababa de decir que siempre me deseó sexualmente, que quería perder su virginidad conmigo.
Ella se sentó sobre mi, y lentamente comencé a introducirle mi pene, notaba su expresión de dolor y placer a la vez, sus manos me apretaban el pecho cada vez que intentaba metérsela un poco más.
Katy: Sigue, hazlo despacio, pero por favor no te detengas.
Yo: ¿Te gusta como te la estoy metiendo?
Katy: Sí, me encanta, siempre imaginé este momento, siempre quise que seas tú el que me haga el amor por primera vez.
Yo: Disfrútalo, hoy, esta pinga te pertenece.
Traté de metérsela con un poco más de fuerza y sentí dos cosas, el estiramiento de su himen y la sangre que corría sobre mi pene, ella gritó un poco por el dolor, me apretó muy fuerte el pecho y siguió sentada sobre mi pene, inmóvil por unos segundos.
Yo: ¿Te encuentras bien?
Katy: Sí, tranquilo, siento un poco de dolor, pero, me gusta.
La eché en la cama y yo me puse de pie, al filo, ver mi pene ensangrentado me dio mucho morbo.
Yo: Ahora sí, ya no te la voy a meter despacito, ahora voy a cacharte muy duro.
Katy: Hazme lo que quieras, soy tuya.
Eso me excito demasiado, puse sus piernas en mis hombros y se la comencé a meter toda, ella gemía fuerte, ya en ese momento no me importaba nada, cada vez se lo metía más fuerte y ella cada vez gritaba más y más.
Katy: Eres un salvaje, me estás destrozando la vagina.
Yo: ¿No querías que te cachara así de rico en tu primera vez?
Katy: ¡Ay! Sigue, sigue, por favor dame más.
Yo: Así que cada vez que ibas a mi casa, te imaginabas mi pinga en tu concha
Katy: Siii, siempre quise que me la metas, que me cacharas, que me hicieras tu mujer.
Abrí sus piernas y puse mis manos en su cintura, la apretaba cada vez más fuerte, luego, comencé a apretarle los senos, estaban duros, me encantaba verla retorcerse de dolor y placer. Puse mi mano en su cuello y la comencé a ahorcar suavemente.
Yo: ¿Quieres que te la deje adentro?
Katy: Siii, por favor no la saques, quiero sentir esa leche en mi.
Yo: Te la voy a dejar toda, para que nunca te olvides de mi, de tu primera vez
Katy: Tú eres mi macho, quiero la leche de mi macho en mi concha, la quiero toda.
Al escuchar eso, sentí como todo mi semen se descargaba dentro de su vagina, todo, hasta la última gota.
Katy: ¡Ahhhh! Qué ricooo, que rico se siente
Yo: Todo para ti, como siempre lo deseaste.
Katy: Siento mi vagina destrozada, ardida, pero, me encanta.
Yo: Qué rico se sintió todo esto, pero, me tienes que prometer que no se lo dirás a nadie.
Katy: Tranquilo, este será nuestro secreto.
El cerrojo de la puerta de su casa comenzó a sonar, eran sus abuelos, no me había percatado de la hora, en ese momento no sabía dónde esconderme, ella se paró rápidamente y me dijo que me meta debajo de la cama…Continuará.