enomine
Coronel
Que tal gente, como mis relatos Cuckold no tuvieron mucha pegada, decidí dejar ahí el tema, pero como para no desconectarme nuevamente tanto tiempo de este foro que me agrada, decidí escribir sobre algo que me pasó hace poco:
Desde inicio de la pandemia (marzo 2020) me tuve que adecuar a un distrito donde solo caí de visita. Ya llevo regular tiempo por este point, y resulta que conocí a nuevos vecinos, pero entre todos había dos mujeres que me llamaban mucho la atención. Una de ellas es una MILF, de cerca 43 años de edad y madre de una hija. Lo favorable de esta MILF es que tiene un culo monumental (para mi gusto) pero lo negativo, es que tiene una boca de caramelo, o sea suele soltar muchas lisuras.
Con esta MILF solamente me saludaba de un hola y chau, pero creo que con el pasar del tiempo ella se daba cuenta que yo buscaba cualquier excusa para estar en la calle cuando ella pasaba por la vereda del frente. El detalle es que algo me decía que no le generaba incomodidad que yo me le quede mirando el culo. Verano en especial, usaba unos shorts tipo leggins que le marcaban rico el culo. Lo negativo es que siempre usaba calzón de abuela.
Para no hacerla tan larga, les comento que como estoy metido en temas políticos, eso me ha ayudado a conocer mucha gente y entre ellos empresarios del medio de diversión, o sea organizadores de eventos, dueños de discotecas, etc. Un día uno me invita a su discoteca porque iba a venir un artista de los años 2000´s y obvio iba a convocar gente de mi rango de edad. Así que como haciendo más vida social, decido ir.
Llego y directo a la zona VIP. Pasaban las horas, los tragos y la buena música. Cuando en una me doy cuenta de que dicha vecina estaba entre la gente con una amiga más, tomando y bailando rico. Ella estaba vestida de una manera muy sexy: un vestido azul noche muy ceñido con encajes desde el hombro hacia la parte lateral de su cuerpo y unos zapatos de plataforma. Cruzamos miradas y nos dimos un saludo moviendo la cabeza. Ese intercambio de miradas se empezaba a hacer más seguido y con cada mirada, tenía una sensación que me causaba excitación. Ya andaba con la verga bien fierro.
Plan de 2am cuando el aforo ya había bajado a un 50%, le digo a mi amigo (dueño de la disco) si puedo invitar a dos amigas y en one me dice que sí. Así que me acerco a mi vecina, directo con beso en el cachete y le digo: HOLA, ¿NO TE NOS QUIERES UNIR? A lo que ella me dice: MUCHO TE DEMORASTE. Ahí sentí un clic que me causa más excitación aún, como si mi verga supiera que algo bueno se venía.
Brindábamos, hablábamos y bailábamos. Pero en cada baile, el ritmo hacía que nuestros cuerpos estén más pegados, tanto así que cuando le daba vueltas, ella rozaba de una manera grotesca y deliciosa, su culo contra mi verga. Cuando se vino la hora del reaggeton, fue un ritmo tan pegajoso, que todos los que quedamos, recordamos nuestros años de adolescentes y empezamos a perrear como aquellos años. Cuando inicio un mix, ella dio el típico grito: WOOOOOO!!! Y me agarró de la mano y me sacó a la pista de baile a unirnos con la masa. Mi verga me seguía dando palpitadas, como señales de que algo bueno se venía. Ella se dio media vuelta y empezó a pegar sus nalgas contra mi verga. Al tener ese contacto físico, ella sintió claramente mi bulto y giró su mirada hacia mí y jaló mis manos hacia sus caderas y dio un empujón. Sentí como esas nalgas doblaban mi verga con tanta presión, pero su culo se sentía caliente. Bailamos dicho MIX de inicio a fin.
Cuando acabó la canción, ella volteo y me dio un beso en la boca. Su amiga, al ver eso la jaló y ella reaccionó mal y dijo: DÉJAME SER. Y me zampó otro beso. En el fondo entendía la reacción de la amiga porque esta MILF es casada y yo vivía con mi pareja. O sea, al vivir uno frente al otro, conocíamos claramente nuestra situación sentimental.
Pero yo decidí hacerle caso a las palpitaciones de mi miembro, que ya estaba como fierro y le dije: YA ESTA TARDE, VAMOS, TE LLEVO A TU CASA. Y ella respondió inmediatamente: YA, VAMOS. Se despidió de su amiga y yo me despedí de mis amigos, subimos al carro y fuimos directamente al primer hostal que estaba cerca.
Entramos al cuarto y ella - como mujer en celo, como mujer que no cogió después de años - se fue directo al cierre de mi pantalón y sacó mi verga, la cual rebotó en su cara por la presión que le hacía mi ropa. Ella se llevó mi verga a su boca mientras que sus manos me seguían desvistiendo.
Era una chupada magnifica. Ella movía mi verga de un lado a otro dentro de su boca y de rato en rato se le metía hasta el fondo y al sacarla me la escupía, para inmediatamente metérsela otra vez.
Acabamos eso y la puse de pie, le di media vuelta y le subí el vestido. Sorpresa mía fue ver que usaba una lencería muy ardiente. Ese calzón, ni en mis fantasías me la hubiera imaginado sobre sus ricas nalgas, ya que como comenté líneas arriba, siempre se le marcaba el típico calzón de abuela. Eso no me hizo más que pensar que ella pensaba si o si follar esa noche y yo fui el afortunado.
Le hice a un lado los pequeños hilos de esa lencería y separé sus nalgas con tantas ganas y desesperación, como cuando Sméagol (Gollum) quiere poseer el anillo de Frodo. Y es que nunca imaginé poder tener a milímetros, el culo que tan solo me conformaba con ver menear cuando andaba por la calle.
Al separar sus carnosas nalgas, quedó al descubierto su ano. Me acerqué y coloqué mi lengua en ese ano y ella, por reflejo se alejó; a lo que con fuerza jalé sus caderas hacia mi cara y me hundí en medio de esas nalgas para hacerle un beso negro. Noté que era una sensación nueva en ella, así que para no que se sienta ajena, mientras que mi lengua disfrutaba de su ano, mi dedo empezó a estimular su clítoris, mientras iba metiendo otro dedo poco a poco en su vagina. A los minutos, empecé a intercalar mi lengua entre su ano y su vulva. Sus jugos vaginales estaban calienten y tenían un aroma a sexo, que ocasionaba en mi una erección cada vez más intensa.
Decidí pararme tras de ella y dirigí mi verga que andaba con las venas bien resaltadas como queriendo estallar de la excitación; y empecé a empujársela en su vulva. Ella se recostó completamente en la cama y dijo: YA CÁCHAME DE UNA VEZ. Ni corto, ni perezoso, obedecí su pedido y le zampé toda mi verga hasta que mis huevos empezaron a rebotar contra su clítoris. Las embestidas fueron de menos a más, tan intensas que generaban cierto tono rojizo en sus nalgas por el choque de mi cuerpo contra ellas. Ella gemía de una manera deliciosa, hasta que dijo: PARA, PARA QUE ME CORRO, NO PUEDO LLEGAR ASÍ A MI CASA. ¿Para qué me dijo eso?... Agarré más viada y empecé a taladrarla de tal manera, que su “PARA, PARA” se volvió en “SI, DAME, DAME, REVIÉNTAME” y estiro sus manos para jalar una almohada y las apretó con tal fuerza que noté que las uñas se clavaban en la tela y empujó su cara contra ella y dio un gemido tan intenso, que inmediatamente sentí como salió un chorro cálido y con olor a sexo, de su vagina y empezó a mojar la cama y mis piernas. Se había dado una exquisita corrida. Aún en medio de ese charco, le seguía dando y el sonido de les embestidas, se complementó con el sonido como cuando pisas con fuerza un charco de agua.
Al tenerla bien adormecida, decidí colocar mi dedo en la entrada de su ano y a ejercer algo de ligera presión. Ella estaba tan fuera de sí, que no ponía resistencia y me dejaba hacer lo que quería. No voy a negar, que al notar que mi dedo entraba ligeramente en su ano, me causó tanta excitación que tuve un exquisito orgasmo y al intentar sacar mi dura verga de su vagina, ella hizo un movimiento de caderas, que interpreté me autorizaba para venirme dentro de ella. Fue un orgasmo exquisito que ambos caímos, a un lado del otro, recostados en la cama. Nuestra respiración estaba tan agitada, que no podíamos decir ninguna palabra en ese instante.
A los minutos, ella se acercó y empezó a besarme de una manera tan apasionada que la correspondí sin pensarlo. Nos besamos por mucho rato y decidí invitarla a irnos a la ducha, pues por la ventana ya se veía que el día empezaba a aclararse.
En la ducha los besos y caricias se iban haciendo tan calientes, que por más que le metía el dedo por el ano o la vagina, ella no mostraba resistencia alguna. Más bien empezó a acariciar mi verga y al notar que iba reaccionando, se puso de rodillas y empezó a darme una buena mamada. Se notaba que ella quería que se levantara, así que le dije para unos a la cama. Así todo mojados, nos acostamos en la cama y nos hicimos un 69, que ayudó a mi que verga se pusiera tiesa. Aprovechando que yo estaba acostado, ella decidió montarme y empezamos nuestro segundo round.
Ella movía sus anchas caderas como batidora y yo apretaba sus nalgas y por ratos buscaba meterle el dedo por el culo. En mi mente ya pasaba de todo así que mi insistencia en meterle el dedo por el culo fue mayor y dejé de hacerlo porque ella me dijo: PARA QUÉ METER EL DEDO, SI PARA LA PRÓXIMA PUEDES METERME TU PINGA. Esa frase fue causal de un segundo orgasmo, que ella recibió con mucho placer dentro de su vagina y ella batió mi leche con sus movimientos de caderas hasta que también se corrió y de acostó sobre mi pecho a seguirme besando.
Ambos nos aseamos, nos alistamos y procedimos salir del hostal. Eran ya las 6.00 am así que la deje en la calle paralela a la mía y nos separamos.
Luego de ese día, nos cruzábamos mucho en la calle. Incluso en el parque donde nuestros hijos jugaban juntos. Pero no hablábamos del tema. Tampoco había comunicación por el Whastapp, todo era como antes. Hasta que…

Desde inicio de la pandemia (marzo 2020) me tuve que adecuar a un distrito donde solo caí de visita. Ya llevo regular tiempo por este point, y resulta que conocí a nuevos vecinos, pero entre todos había dos mujeres que me llamaban mucho la atención. Una de ellas es una MILF, de cerca 43 años de edad y madre de una hija. Lo favorable de esta MILF es que tiene un culo monumental (para mi gusto) pero lo negativo, es que tiene una boca de caramelo, o sea suele soltar muchas lisuras.
Con esta MILF solamente me saludaba de un hola y chau, pero creo que con el pasar del tiempo ella se daba cuenta que yo buscaba cualquier excusa para estar en la calle cuando ella pasaba por la vereda del frente. El detalle es que algo me decía que no le generaba incomodidad que yo me le quede mirando el culo. Verano en especial, usaba unos shorts tipo leggins que le marcaban rico el culo. Lo negativo es que siempre usaba calzón de abuela.
Para no hacerla tan larga, les comento que como estoy metido en temas políticos, eso me ha ayudado a conocer mucha gente y entre ellos empresarios del medio de diversión, o sea organizadores de eventos, dueños de discotecas, etc. Un día uno me invita a su discoteca porque iba a venir un artista de los años 2000´s y obvio iba a convocar gente de mi rango de edad. Así que como haciendo más vida social, decido ir.
Llego y directo a la zona VIP. Pasaban las horas, los tragos y la buena música. Cuando en una me doy cuenta de que dicha vecina estaba entre la gente con una amiga más, tomando y bailando rico. Ella estaba vestida de una manera muy sexy: un vestido azul noche muy ceñido con encajes desde el hombro hacia la parte lateral de su cuerpo y unos zapatos de plataforma. Cruzamos miradas y nos dimos un saludo moviendo la cabeza. Ese intercambio de miradas se empezaba a hacer más seguido y con cada mirada, tenía una sensación que me causaba excitación. Ya andaba con la verga bien fierro.
Plan de 2am cuando el aforo ya había bajado a un 50%, le digo a mi amigo (dueño de la disco) si puedo invitar a dos amigas y en one me dice que sí. Así que me acerco a mi vecina, directo con beso en el cachete y le digo: HOLA, ¿NO TE NOS QUIERES UNIR? A lo que ella me dice: MUCHO TE DEMORASTE. Ahí sentí un clic que me causa más excitación aún, como si mi verga supiera que algo bueno se venía.
Brindábamos, hablábamos y bailábamos. Pero en cada baile, el ritmo hacía que nuestros cuerpos estén más pegados, tanto así que cuando le daba vueltas, ella rozaba de una manera grotesca y deliciosa, su culo contra mi verga. Cuando se vino la hora del reaggeton, fue un ritmo tan pegajoso, que todos los que quedamos, recordamos nuestros años de adolescentes y empezamos a perrear como aquellos años. Cuando inicio un mix, ella dio el típico grito: WOOOOOO!!! Y me agarró de la mano y me sacó a la pista de baile a unirnos con la masa. Mi verga me seguía dando palpitadas, como señales de que algo bueno se venía. Ella se dio media vuelta y empezó a pegar sus nalgas contra mi verga. Al tener ese contacto físico, ella sintió claramente mi bulto y giró su mirada hacia mí y jaló mis manos hacia sus caderas y dio un empujón. Sentí como esas nalgas doblaban mi verga con tanta presión, pero su culo se sentía caliente. Bailamos dicho MIX de inicio a fin.
Cuando acabó la canción, ella volteo y me dio un beso en la boca. Su amiga, al ver eso la jaló y ella reaccionó mal y dijo: DÉJAME SER. Y me zampó otro beso. En el fondo entendía la reacción de la amiga porque esta MILF es casada y yo vivía con mi pareja. O sea, al vivir uno frente al otro, conocíamos claramente nuestra situación sentimental.
Pero yo decidí hacerle caso a las palpitaciones de mi miembro, que ya estaba como fierro y le dije: YA ESTA TARDE, VAMOS, TE LLEVO A TU CASA. Y ella respondió inmediatamente: YA, VAMOS. Se despidió de su amiga y yo me despedí de mis amigos, subimos al carro y fuimos directamente al primer hostal que estaba cerca.
Entramos al cuarto y ella - como mujer en celo, como mujer que no cogió después de años - se fue directo al cierre de mi pantalón y sacó mi verga, la cual rebotó en su cara por la presión que le hacía mi ropa. Ella se llevó mi verga a su boca mientras que sus manos me seguían desvistiendo.
Era una chupada magnifica. Ella movía mi verga de un lado a otro dentro de su boca y de rato en rato se le metía hasta el fondo y al sacarla me la escupía, para inmediatamente metérsela otra vez.
Acabamos eso y la puse de pie, le di media vuelta y le subí el vestido. Sorpresa mía fue ver que usaba una lencería muy ardiente. Ese calzón, ni en mis fantasías me la hubiera imaginado sobre sus ricas nalgas, ya que como comenté líneas arriba, siempre se le marcaba el típico calzón de abuela. Eso no me hizo más que pensar que ella pensaba si o si follar esa noche y yo fui el afortunado.
Le hice a un lado los pequeños hilos de esa lencería y separé sus nalgas con tantas ganas y desesperación, como cuando Sméagol (Gollum) quiere poseer el anillo de Frodo. Y es que nunca imaginé poder tener a milímetros, el culo que tan solo me conformaba con ver menear cuando andaba por la calle.
Al separar sus carnosas nalgas, quedó al descubierto su ano. Me acerqué y coloqué mi lengua en ese ano y ella, por reflejo se alejó; a lo que con fuerza jalé sus caderas hacia mi cara y me hundí en medio de esas nalgas para hacerle un beso negro. Noté que era una sensación nueva en ella, así que para no que se sienta ajena, mientras que mi lengua disfrutaba de su ano, mi dedo empezó a estimular su clítoris, mientras iba metiendo otro dedo poco a poco en su vagina. A los minutos, empecé a intercalar mi lengua entre su ano y su vulva. Sus jugos vaginales estaban calienten y tenían un aroma a sexo, que ocasionaba en mi una erección cada vez más intensa.
Decidí pararme tras de ella y dirigí mi verga que andaba con las venas bien resaltadas como queriendo estallar de la excitación; y empecé a empujársela en su vulva. Ella se recostó completamente en la cama y dijo: YA CÁCHAME DE UNA VEZ. Ni corto, ni perezoso, obedecí su pedido y le zampé toda mi verga hasta que mis huevos empezaron a rebotar contra su clítoris. Las embestidas fueron de menos a más, tan intensas que generaban cierto tono rojizo en sus nalgas por el choque de mi cuerpo contra ellas. Ella gemía de una manera deliciosa, hasta que dijo: PARA, PARA QUE ME CORRO, NO PUEDO LLEGAR ASÍ A MI CASA. ¿Para qué me dijo eso?... Agarré más viada y empecé a taladrarla de tal manera, que su “PARA, PARA” se volvió en “SI, DAME, DAME, REVIÉNTAME” y estiro sus manos para jalar una almohada y las apretó con tal fuerza que noté que las uñas se clavaban en la tela y empujó su cara contra ella y dio un gemido tan intenso, que inmediatamente sentí como salió un chorro cálido y con olor a sexo, de su vagina y empezó a mojar la cama y mis piernas. Se había dado una exquisita corrida. Aún en medio de ese charco, le seguía dando y el sonido de les embestidas, se complementó con el sonido como cuando pisas con fuerza un charco de agua.
Al tenerla bien adormecida, decidí colocar mi dedo en la entrada de su ano y a ejercer algo de ligera presión. Ella estaba tan fuera de sí, que no ponía resistencia y me dejaba hacer lo que quería. No voy a negar, que al notar que mi dedo entraba ligeramente en su ano, me causó tanta excitación que tuve un exquisito orgasmo y al intentar sacar mi dura verga de su vagina, ella hizo un movimiento de caderas, que interpreté me autorizaba para venirme dentro de ella. Fue un orgasmo exquisito que ambos caímos, a un lado del otro, recostados en la cama. Nuestra respiración estaba tan agitada, que no podíamos decir ninguna palabra en ese instante.
A los minutos, ella se acercó y empezó a besarme de una manera tan apasionada que la correspondí sin pensarlo. Nos besamos por mucho rato y decidí invitarla a irnos a la ducha, pues por la ventana ya se veía que el día empezaba a aclararse.
En la ducha los besos y caricias se iban haciendo tan calientes, que por más que le metía el dedo por el ano o la vagina, ella no mostraba resistencia alguna. Más bien empezó a acariciar mi verga y al notar que iba reaccionando, se puso de rodillas y empezó a darme una buena mamada. Se notaba que ella quería que se levantara, así que le dije para unos a la cama. Así todo mojados, nos acostamos en la cama y nos hicimos un 69, que ayudó a mi que verga se pusiera tiesa. Aprovechando que yo estaba acostado, ella decidió montarme y empezamos nuestro segundo round.
Ella movía sus anchas caderas como batidora y yo apretaba sus nalgas y por ratos buscaba meterle el dedo por el culo. En mi mente ya pasaba de todo así que mi insistencia en meterle el dedo por el culo fue mayor y dejé de hacerlo porque ella me dijo: PARA QUÉ METER EL DEDO, SI PARA LA PRÓXIMA PUEDES METERME TU PINGA. Esa frase fue causal de un segundo orgasmo, que ella recibió con mucho placer dentro de su vagina y ella batió mi leche con sus movimientos de caderas hasta que también se corrió y de acostó sobre mi pecho a seguirme besando.
Ambos nos aseamos, nos alistamos y procedimos salir del hostal. Eran ya las 6.00 am así que la deje en la calle paralela a la mía y nos separamos.
Luego de ese día, nos cruzábamos mucho en la calle. Incluso en el parque donde nuestros hijos jugaban juntos. Pero no hablábamos del tema. Tampoco había comunicación por el Whastapp, todo era como antes. Hasta que…


