pan chalaco
Recluta
Hace ya unos tres años, mi anterior secretaria me suelta una noticia bomba, le habían conseguido un mejor trabajo y debía retirarse ya. Ella era una chica un poquito entrada en carnes, guapa de rostro, pero jamás la miré con otros ojos que no fueran las de un jefe. Me dijo que traería una amiga, para su reemplazo.
Al otro día llegó la amiga, una guapa chica de apenas 19 añitos, pequeñita, 1.57, de cabello negro frondoso, cara demasiado sensual, y un cuerpito perfecto. Me trató de señor, al menos durante los primeros días, hasta que se rompió el hielo.
Debo admitir que hubo mucha química, pasaban las semanas y nos hicimos bastante amigos, mucha confianza. Demasiada talvés, ella sabía que la miraba con otros ojos, incluso cuando entraba a mi oficina y salía, volteaba de golpe para pescarme viéndole el tremendo tarraso que se maneja.
Y así pasaban los días, a veces tenía que salir a hacer algunos mandados y yo todo cojudo me ofrecía a llevarla en el auto. Nos íbamos a tomar desayuno, conversar, y la jodía cada vez que pasaba por un hostal, diciéndole,"dame una señal y me meto de inmediato". Ella se mataba de risa y me decía "NOOO!" jaja, ya caerás chiquita, ya caerás.
Hasta que recuerdo un día después de almuerzo, se quejaba de dolor de cintura, yo me mandé y le dije a ver déjame ver, y empecé a masajearle la cinturita por la espalda, mientras me ganaba con tremendo rabo. Ella se dejó, no dijo nada, incluso al terminar me agradeció, que se sentía mejor.
Salimos luego a dejar unos documentos (ella se sentía medio mal y no podía ir solita jaja) Ya regresando a la oficina me dice que le sigue doliendo la espalda, le dije pucha, necesitas un masaje urgente, a lo que me responde, "puede ser", ya te jodiste chibola, sin decir ni pio seguí manejando, hasta llegar a un telo conocido y simplemente me metí a la cochera. Cuando ella reacciono ya estábamos abajo en el sótano. Me dijo que hacemos aqui! y le dije, pues venimos para darte unos masajes espectaculares. Ella no sabía que hacer, estaba demasiado nerviosa. En un par de minutos ya estábamos en el cuarto, ella parada sin saber que decir, y yo más arrecho y feliz contemplando el caramelito que me voy a comer.
Zapatitos fuera, blusa fuera, y no se dejó sacar más, se puso boca abajo y me dijo "solo masajitos" jaja. Comencé con los masajes, WOW todo su cuerpo durito, nada de grasa, piel nuevecita, es una niña! y yo a mis treintaitantos no podía creer lo que se me había puesto en el camino. Me deleite con su bella espalda, sus hombritos, la delicadeza de sus brazos, la pequeña y perfecta cintura, su olor! una mezcla de piel deliciosa y alguna crema frutal, era una delicia total.
Luego de unos masajitos, y un pequeño afloje, logre sacarle el pantalón, solo para poder ver al fin, en vivo y en directo, ese culo tan redondo y gordito que había soñado mil veces, con el que me había pajeado tanto en mi ducha.
Y comencé a tocar ese tremendo trasero, duro, durísimo, perfecto, sin una estria, peca, marca o nada, impecable. Y lo más alucinante, el olor, que perfume, jamás había tenido a una hembrita de sabor y olor tan delicioso. Me divertía su calzoncito blanquito, nada puteril, de niña de su casa, jaja lindo. Ella se reía y me decía "estos masajes ya se están poniendo peligrosos"yo me reía y seguía ganándome con todo eso.
Para cuando le dí la vuelta se palteó, porque sus dos tetitas quedarían al descubierto, se las tapó nerviosa, y creo que ahí se dio cuenta de lo que pasaba. Me acosté a su lado y al mirarla a los ojos, pude ver nerviosismo en su cara, le tome el rostro con mi mano y la acerqué a mi. Le dí un tierno beso al que respondió feliz, eso la tranquilizo. Luego de estar chapando unos segundos le cogí la mano y la puse en mi pieza. Abrí los ojos y vi su cara de sorpresa, simplemente se palteó y no supo que decirme....
continuará...
Al otro día llegó la amiga, una guapa chica de apenas 19 añitos, pequeñita, 1.57, de cabello negro frondoso, cara demasiado sensual, y un cuerpito perfecto. Me trató de señor, al menos durante los primeros días, hasta que se rompió el hielo.
Debo admitir que hubo mucha química, pasaban las semanas y nos hicimos bastante amigos, mucha confianza. Demasiada talvés, ella sabía que la miraba con otros ojos, incluso cuando entraba a mi oficina y salía, volteaba de golpe para pescarme viéndole el tremendo tarraso que se maneja.
Y así pasaban los días, a veces tenía que salir a hacer algunos mandados y yo todo cojudo me ofrecía a llevarla en el auto. Nos íbamos a tomar desayuno, conversar, y la jodía cada vez que pasaba por un hostal, diciéndole,"dame una señal y me meto de inmediato". Ella se mataba de risa y me decía "NOOO!" jaja, ya caerás chiquita, ya caerás.
Hasta que recuerdo un día después de almuerzo, se quejaba de dolor de cintura, yo me mandé y le dije a ver déjame ver, y empecé a masajearle la cinturita por la espalda, mientras me ganaba con tremendo rabo. Ella se dejó, no dijo nada, incluso al terminar me agradeció, que se sentía mejor.
Salimos luego a dejar unos documentos (ella se sentía medio mal y no podía ir solita jaja) Ya regresando a la oficina me dice que le sigue doliendo la espalda, le dije pucha, necesitas un masaje urgente, a lo que me responde, "puede ser", ya te jodiste chibola, sin decir ni pio seguí manejando, hasta llegar a un telo conocido y simplemente me metí a la cochera. Cuando ella reacciono ya estábamos abajo en el sótano. Me dijo que hacemos aqui! y le dije, pues venimos para darte unos masajes espectaculares. Ella no sabía que hacer, estaba demasiado nerviosa. En un par de minutos ya estábamos en el cuarto, ella parada sin saber que decir, y yo más arrecho y feliz contemplando el caramelito que me voy a comer.
Zapatitos fuera, blusa fuera, y no se dejó sacar más, se puso boca abajo y me dijo "solo masajitos" jaja. Comencé con los masajes, WOW todo su cuerpo durito, nada de grasa, piel nuevecita, es una niña! y yo a mis treintaitantos no podía creer lo que se me había puesto en el camino. Me deleite con su bella espalda, sus hombritos, la delicadeza de sus brazos, la pequeña y perfecta cintura, su olor! una mezcla de piel deliciosa y alguna crema frutal, era una delicia total.
Luego de unos masajitos, y un pequeño afloje, logre sacarle el pantalón, solo para poder ver al fin, en vivo y en directo, ese culo tan redondo y gordito que había soñado mil veces, con el que me había pajeado tanto en mi ducha.
Y comencé a tocar ese tremendo trasero, duro, durísimo, perfecto, sin una estria, peca, marca o nada, impecable. Y lo más alucinante, el olor, que perfume, jamás había tenido a una hembrita de sabor y olor tan delicioso. Me divertía su calzoncito blanquito, nada puteril, de niña de su casa, jaja lindo. Ella se reía y me decía "estos masajes ya se están poniendo peligrosos"yo me reía y seguía ganándome con todo eso.
Para cuando le dí la vuelta se palteó, porque sus dos tetitas quedarían al descubierto, se las tapó nerviosa, y creo que ahí se dio cuenta de lo que pasaba. Me acosté a su lado y al mirarla a los ojos, pude ver nerviosismo en su cara, le tome el rostro con mi mano y la acerqué a mi. Le dí un tierno beso al que respondió feliz, eso la tranquilizo. Luego de estar chapando unos segundos le cogí la mano y la puse en mi pieza. Abrí los ojos y vi su cara de sorpresa, simplemente se palteó y no supo que decirme....
continuará...