Adriana la masajista

Tema en 'Relatos Eróticos Peruanos' iniciado por agapitopito, 4 Abr 2025.

    agapitopito

    Recluta

    23%
    Mensajes:
    8
    Me Gusta recibidos:
    12
    Puntos de trofeo:
    1
    Estimados, el día de hoy quiero contar una experiencia que tuve hace muchos años atrás. Dudé en qué lado ponerlo porque ya pasó mucho tiempo y la chica en mención al parecer ya se retiró del bisnes.

    Siempre disfruté el mundo puteril, pero he de admitir que todo este rollo de los masajes tántricos siempre han tenido algo especial. Será mayor intimidad, paciencia, no sé. Igual acá los pajeros sabrán que hay todo tipo de atenciones. Yo soy casado hace años y obviamente esto es algo que hago a escondidas de mi señora. Los años y la experiencia me ha enseñado a tomar precauciones de todo tipo, solo me doy estos gustos cuando sé con total seguridad que es buena fecha para hacerlo.

    Una de esas fechas donde sabía que podía darme una escapada en búsqueda de alguna masajista, busqué lugares por Miraflores y encontré este que al parecer ya no funciona. Me fui como siempre animado, bañado y bien recortado de pelos en todo lado. Ya para esto yo tenía experiencia. Había tenido experiencias empiladoras antes. Muchos sabrán entenderme que no hay nada más emocionante que llegar a cachar con una de estas masajistas que de entrada te dicen que no dan sexo. Es el mejor premio. Pero uno tiene que saber hacerlo y puede fallar humillantemente muchas veces.

    Con todo esto en mente, entré al lugar. Era u departamento miraflorino bonito y sencillo. Al parecer las chicas atendían de manera particular (eran dos). No estaban bajo el nombre fachada de un spa o algo así. Entré temeroso como siempre y atrás de la puerta la vi, a la que llamaremos Adriana. Una chica muy guapa, de ojos chinitos, cara redonda relativamente alta para la media peruana. No le vi mucho el cuerpo en ese momento, solo me quedé embelezado con su hermoso rostro. Pasé y empezamos a conversar sobre el servicio. Yo suelo consultar todo para estar siempre en sintonía.

    - Tú dime qué puedo o que no puedo hacer.

    - Los masajes son interactivos. Puedes tocarme .

    Normalmente las chicas de este rubro te ponen mucho más peros. Me gustó escucharla no tan cerrada.

    De inmediato hubo una conexión. Le comenté que me recordaba a una ex novia que tuve hace años. Se sorpendió y se ruborizaba cuando le decía lo bonita que era esta ex pareja y lo mucho que se parecía. Todo esto lo conversábamos mientras estaba yo de espaldas. La escuchaba reír sin descuidar los masajes. Me preguntó sobre mí, mi edad, muchas cosas. Sus preguntas se sentían genuinas y con una extraña curiosidad. Yo estaba feliz porque pensaba lo rico que iba a ser esa sesión, es innegable que cuando hay química uno siente la difefencia.

    Luego de un rato me volteé. La pude ver de nuevo a los ojos. Ella me miraba fijamente también.

    - Te puedo sacar esto? ( le dije mientras le señalé el sostén que tenía puesto).

    - Claro.

    Si bien al entrar al departamento y en las fotos del anuncio vi los grande senos que tenía, no creía lo rico que se veían en persona. Me contó que era mamá, por lo que sus pechos estaba algo caídos. Pero me encantaron. Eran lo suficientemente grandes para jugar con ellos y disfrutarlos.

    Me tocaba el pecho y se froraba encima mío con todo el aceite encima. Yo la acercaba más a mí y hacía que su rostro se acerque al mío. Sentía su respiración cerca. Olía riquísimo. Su aliento era familiar. Me hacía sentir cosas diferentes. No pregunté y solo la besé. Al comienzo un poco asustado porque no sabía si me iba a empujar o algo. Pero rápidamente sentí cómo me correspondía el beso. No era un beso morboso. Era un beso realmente romántico. Me mordía un poco los labios y nuestras lenguas jugaban suavemente. La eché a mi costado. Los masajes dejaron de importar. Solo nos echamos uno muy cerca del otro, besándonos y tocándonos. Sentía cómo se contorneaba. Su movimiento ondulatorio solo me hacía saber lo mucho que disfrutaba todo. Hasta ese entonces no había tocado su sexo, solo pase muy por encima y de formas sutiles. Me di en la tarea de recorrer su cuerpo completo. Dibujarlo con los dedos y tenerla para mí completa en ese momento.

    En un momento me vi encima de ella. Todavía frotándonos suavemente por la gracia de los aceites. Le tomaba el rostro mientras la seguía besando. El momento era hermoso. Por ratos me tocaba el miembro con dureza y lo pegaba a su monte de venus. Lo acercaba con sus manos y se movía como simulando una penetración. Riquísimo. Luego de unos minutos me acordé de esos hermosos senos y los apreté a mi cara. Los besé mucho. Ella lo disfrutaba.

    Luego en un momento nos pusimos como de cucharita. Mi pene rosaba en sus muslos que los juntaba más para presionar. Inevitablemente sentí su vagina varias veces. Esa sensación ligeramente aspera de su reciente depilación hacía que mi glande esté a punto de explotar. Mientras esto sucedía le mordía el cuello, le metía los dedos a la boca. Me mordía. Me lamía. Estábamos embriagados en el momento. Para esto yo estaba muy sorprendido. No voy a negar que anteriormente había llegado a otras cosas con otras masajistas, esto era otro nivel. Ya no se trataba de sexo. Estábamos envueltos en placer.

    Me encontee nuevamente encima de ella y veía cómo se masturbaba. Yo lo hacía también mientras nos mirábamos. Nos mirábamos a los ojos. Ni si quiera estábamos mirando nuestros sexos. Era un momento hermoso. Unos minutoa después empecé a acercarme para besarla y inevitablemente mi pene rosaba sus manos en su vagina mientras se masturbaba. Empezamos a rozarnos mucho. En un punto mi glande masajeaba su clitoris y ella se apoderaba de mi tronco para moverlo al ritmo que ella quería. En un punto la inercia estaba haciendo que mi pene baje un poco más a su vagina y me di cuenta que tenía un control de sus paredes vaginales bastante maldito. Ella empujaba mi pene con confianza hacia ella, sabiendo que con el control que tenía en su orificio yo jamás podía entrar. El juego siguió, era casi un reto y por más que intentaba aprerarla hacia mi me daba cuenta que no entraba. Lo cual me daba cierta tranquilidad. Aunque la verdad para ese entonces yo era un manojo de adrenalina pura. El juego se intensifico y de pronto me di cuenta que ya no estaba poniendo mucha resistencia. Entró parte de mi glande y lo saqué rápidamente. La miré a los ojos. Ella me miró con unos ojos caídos por el placer .

    - No quiero hacer nada que no quieras.
    - Solo un ratito.

    Escuchar esas palabras hicieron que pierda la razón completamente. Seguí con el juego y metiendo solo mi glande. Hasta que simplemente sucumbi. Mi pene entró fácilmente por lo húmeda que estaba. La penetré prfundamente mientras se abrió completamente de piernas. Nos acercamos todavía más. Los besos seguían sl ritmo de las penetraciones. Pasaron unos minutos y me vino un segundo de lucidez. Pensé: carajo, acabo de cacharme a pelo a una chica que si bien hace masajes, tiene interacción con cuántos hombres. Contra todo pronóstico saqué mi pene. La miré y le dije:

    - Mejor no.

    La arrechura era tal que aquello no nos bajó las revoluciones. Le dije que quería que se corra. Se masturbaba mientras me veía hacerlo también. Mientras se masturbaba la tocaba, recortía su cuerpo y también me tocaba. Pasó un momento y vi cómo se contorneaba de placee. Empezó a gemir más fuerte y se agarró fuerte de mi brazo. Un delicioso orgasmo. Vi eso y no dudé en subir la marcha hasta que me vine también de una manera deliciosa. La vi echada, cansada extasiada, sudada y la abracé. Nos besamos despacio y nos reímos.

    - Nunca he hecho esto. Le dije

    - Yo tampoco.

    A pesae que mi razón me decía; ni cagando, pues. Ella se dedica a esto. Al mismo tiempo mi corazón le creyó y me sentía especial.

    Me ayudó a limpiarme. Me fui a duchar. Mientras me duchaba me proyecté con todas las ETS del mundo. Me dio miedo. Pero al mismo tiempo estaba emocionado.

    Salí, hablamos un poquito más y le dije:

    - Oye, sobre lo que pasó. Yo no suelo hacer estas cosas.

    - Sí, no te preocupes. Yo me cuido. Uso inyecciones.

    - Ah, no. Me refiero a que, como te conté, yo tengo una esposa y yo solo tengo relaciones con ella.

    - Ah, no. Tranquilo. No pasa nada. Con decirte que no tenía sexo hace varios meses.

    Sentí sincera su respuesta. Me cambiaba mientras seguíamos conversando. Ambos sabíamos que el momento simplemente debía llegar a su fin. Me acompañó a la puerta me sonrió con esos hermosos ojos chinitos y entre confundida y avergonzada me dio un beso en el cachete. Salí embelezado. Hasta que horas después me entró el miedo.

    Días y semanas después de sus respectivos exámenes de ETS ya pude tranquilizarme. Con la cabeza más calmada esperé el momento para volver a buscarla y lamentablemente no pude encontrarla más. Me culpé por no pedirle su número. En verdad pienso que pudo dar para una relación cliente - masajista bastante interesante. Tampoco quiero ponerme romántico por las huevas, pero quién sabe. En fin. Este es mi relato. Espero les haya gustado.
     
    agapitopito, 4 Abr 2025

    ¿Quieres

    Caletitas Reales
    Mejor Contenido
    Más Diversión

    ?

    #1
    Icelos230680, sam peter, Fishman1 y 6 otros les gusta esto.

    spadina72

    General

    100%
    Mensajes:
    1.151
    Me Gusta recibidos:
    1.019
    Puntos de trofeo:
    197
    Muy buena experiencia cofrade...en verdad una lástima que no le pidieras su teléfono.
     
    spadina72, 4 Abr 2025

    ¿Quieres

    Caletitas Reales
    Mejor Contenido
    Más Diversión

    ?

    #2
    A agapitopito le gusta esto.

    sam peter

    Oficial

    21%
    Mensajes:
    222
    Me Gusta recibidos:
    149
    Puntos de trofeo:
    37
    Género:
    Masculino
    buen relato brother.
     
    sam peter, 6 Abr 2025

    ¿Quieres

    Caletitas Reales
    Mejor Contenido
    Más Diversión

    ?

    #3
    A Walia le gusta esto.

Compartir esta página