Encuentros Furtivos III

Encuentros Furtivos III

Cómo me contaste que tu esposo saldría de la ciudad por varias horas con el pretexto de la carrera y que irías a tu casa para traer ropa para la bebé y para tí, decidí darte una sorpresa. Cómo sabía más o menos por dónde vivías, decidí esperarte cerca para darte una sorpresa. Quería encontrarte antes de que ingreses a tu casa para así llevarte al hostal a toda prisa.
Luego de varios minutos de espera y al ver no aparecías, decidí llamar a tu casa (porque sabía que estarías sola) y vaya casualidad que te encontré. Te conté rápidamente de mi propuesta de irnos aunque sea una hora al hostal. No obstante, a pesar de que podría haber esperado un no como respuesta, me dijiste: ¡Mejor ven!
Te pregunté si estabas segura y me dijiste que si, que hoy el portero no estaba y que me abrirías la puerta.
No tarde más que unos tres minutos en llegar, subir los cinco pisos y llamar a tu puerta. Cerraste la puerta y nos empezamos a besar muy apasionadamente mientras mis manos masajeaban tus nalguitas. Luego mis labios se dirigieron a tu cuello que empecé a mordisquear y besar a mi antojo. Todo esto mientras te bajaba los leggins y masajeaba intensamente esas nalguita apenas cubiertas por tu tanga. Nos fuimos al sofá y te ayudé a quitarte las sandalias y los leggins. Te sacaste el polo/blusa y te quedaste en interiores. Te volví a besar toda incluso por encima de tu tanga y brasier. Te incorporaste y me dijiste: "Voy por una toalla". Me senté en el sillón mientras me deleitaba como se movían tus nalgas al alejarte de la sala para ir en búsqueda de la toalla.
Saqué un frasco de chocolate líquido que había llevado. Con este chocolate pensaba trazar mi propia ruta de placer: el circuito Rossana-Dakar.
Regresaste con la toalla y la colocaste sobre el sillón sin saber qué es lo que yo tenía en mente aún.
Te enseñé el frasco y me preguntaste: ¿Para qué es eso amorcito? Te dije que era para trazar mi propia ruta Rossana-Dakar. Te quité el brasier y la tanga te la saqué con mis dientes. Disfrutando del aroma de tu coñito.
Te recostaste desnuda con las piernas ligeramente separadas y empecé a trazar mi ruta empezando desde el empeine de la pierna derecha hasta el monte de Venus donde estaría el primer Pit de descanso. Hice lo mismo con la otra pierna.
Luego hice dos ramales desde este primer pit que se dirigían a cada uno de tus senos. Los que encirculé con líneas de chocolate que terminaban en tus pezones. También hice una derivación hacia tu cuello. Te dije mientras concluía: "Esta es la ruta de ida", ¡me falta la ruta de vuelta! Me pareció que entendiste el mensaje porque te reíste pícaramente. Comencé mi recorrido en tu empeine derecho preocupándome de no salirme de la ruta. Te besaba y daba pequeños mordiscos en tus pantorrillas y muslos a medida mi lengua las recorría. Y dado que el tiempo no era nuestro aliado, traté de hacerlo rápido pero placenteramente para ti y para mí. Con mucho gusto llegué al primero de los pits y me adentré entre sus pliegues y rincones saboreando cada gota que a estas alturas ya embadurnaban tu coñito y que iban acompañadas de más de un gemido. Separé tus piernas para disfrutar mejor de mi estancia en tu entrepierna y saboreé y me deleité con cada gota que de ti emanaba. Seguí mi camino y llegué a mi segunda parada: Tu seno izquierdo y luego tu seno derecho a los que besé, mordisqueé a mi entera satisfacción (y la tuya también obviamente). Me dirigí a tu cuello para que también pudiera sentir el recorrido de mi lengua pegajosa….
Como el tiempo apremiaba, me quité rápidamente los pantalones y la camisa y los calzoncillos, que a estas alturas demás está decir que estaba como un poste, le unté un poco de chocolate a lo largo y sin que te dijera nada me empezaste a dar una mamada de pinga como sólo tu sabes….Luego de unos minutos, pedí que te sentaras al borde del sillón con las piernas separadas; me arrodillé frente a ti y coloqué la cabeza de mi pinga en la entrada de tu conchita. Y te la metí de golpe. Y empecé hacerlo rápidamente. Sentí como se iba dilatando tu conchita ante cada una de mis embestidas. Se sentía delicioso y también sentía como tenías orgasmo tras orgasmo. Pero como no quería terminar en esa posición, pedí que te voltearas y esparcí un poco de chocolate sobre tus nalgas y empecé a comerte las nalguitas dando pequeños mordiscos a lo largo de mi ruta y luego de ello decidí que era momento de visitar tu gruta recién estrenada. Agregué un poco más de chocolate. Y comencé a explorar tu anito con mi lengua por primera vez. Sentí como te retorcías de gusto por el placer que sentías. Luego de varios minutos haciéndolo y un par de orgasmos más me detuve, separé un poco tus piernas y te la metí en la conchita. Y comencé a taladrarte rápidamente. Los dedos de mi mano izquierda empezaron a jugar con la entrada de tu culito y primero se metió uno, luego el segundo, todo esto mientras que tus gemidos no paraban de salir de tus labios. Todo esto mientras tiraba de tus cabellos y preguntándote: ¿Quién es mi putita? ¿Quién? No tardabas en responderme: “Yo, amorcito”
Luego yo te preguntaba: ¿Quién es mi perrita? ¿Te gusta ser mi perrita?
Luego de unos minutos de taladrar tu coñito, saqué mi chorreante pene y lo coloqué en la entrada de tu culito. Y sin mayor dilación empecé a empujar mi pene que poco a poco fue metiéndose por segunda vez en este anito que precisamente yo estrené. Mientras te penetraba, yo sujetaba tus senos y tu no parabas de gemir. A estas alturas mi excitación era mayúscula y no creía que iba a durar mucho. No obstante, seguí bombeando tu culito de forma acompasada a los gemidos que emanaban de tu garganta. Sentí que estaba por terminar y te dije. Sentiste como se iba ensanchando mi pene y como me apretaba más tu culito ante las últimas embestidas
Luego te pregunté: ¿De quién es ese culito?
Tu respondías: “Tuyo, mi amor, tuyo”.
¿Quién es el dueño de tu culito? Dilo: Me respondías: Tu amorcito.
Luego un profundo gemido te indicó que yo terminaba a la vez que tu gemías como nunca....lo que me indicaban que habías tenido tu segundo orgasmo anal en tu vida, dejándote por primera vez toda mi leche dentro de ti.

 

Q buen relato continue

 

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Buenos relatos continua

 

Se ve muy bueno la historia

 

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