Maniakazo
Coronel
la declarada antifujihumalista habla en su columna del diario 16 aqui el articulo.
Uno de los errores más comunes que puede cometer un político, un periodista, un intelectual o un empresario de medios de comunicación es creer que su voto importa para la determinación del voto de los demás. No quiero decir con esto que las adhesiones no resulten ser de interés y que, cuando son transparentes, no dejen de revelar, al menos, la honestidad intelectual de quien las sustenta. Lo que me queda claro, luego de más de 11 años trabajando en medios, es que no influyen, o casi nada, en la decisión de cada elector. Sirven para partir aguas, para decir este dice esto porque está con aquél o aquella; es decir, sirven para advertir el sesgo del político de quien emite una opinión libre.
¿No me cree? Revise, por favor, qué medios de comunicación, opiniones razonables y adhesiones públicas favorecieron a MVLL en 1990 y cuántas a un perfecto desconocido como Fujimori. ¿Quién ganó? ¿Y en el 2000? Con todos los canales de TV coimeados, Fujimori terminó sus días en la ignominia de renunciar por fax. ¿No hay política más consentida por los medios que Lourdes Flores? ¿Y qué ha ganado? Puedo seguir, pero creo que el punto es claro. Los votantes peruanos no son estúpidos y son muy racionales en su voto. Averiguar qué es lo que realmente influye en un votante es el trabajo de todo estratega de campaña, pero por experiencia podría decirles que el 80% de la intención de voto la define el propio candidato con sus palabras, gestos y acciones.
En este contexto, puede resultar entonces ridículo todo acto de sabotaje mediático a una candidatura y, peor aún, si se pretende hacerlo desde la mentira de la neutralidad. Ridículo porque se nota al kilometro la intención. Lo honesto es declarar editorialmente la simpatía del medio o, si esta no existe, declarar qué ideas o principios se defienden. Por ejemplo, los Principios Rectores de América TV me obligan a defender la democracia, los derechos humanos y la libertad de prensa, obligaciones que acepté gustosa desde que decidí trabajar en ese medio. Ninguna otra, distinta a éstas puede serme impuesta.
Pese a lo obvio, la tentación de utilizar prestigios bien ganados para favorecer candidaturas no decae. Lo sucedido en Canal N el miércoles pasado y lo que viene sucediendo en América TV es prueba de ello. Hoy, existe para algunos periodistas, de ambos medios, la amenaza del despido. Porque cuando se despide personas competentes sin causa ni responsable alguno, entonces la causa solo es una: política.
Los periodistas de estos medios tienen un compromiso con la independencia. Defienden ideas, cuestionan, dudan y plantean dilemas al público cuando opinan, pero jamás son un elemento de propaganda. Ni lo serán. De esa resistencia estoy segura porque conozco la competencia y profesionalismo de las personas con las que trabajo. Y ahí está Patricia Montero para demostrarlo.
Creo que el ataque de pánico que genera Humala (y su plan de gobierno es un elemento perturbador a no dudarlo) está mal aconsejando a muchos, llevándolos a tomar no solo decisiones equivocadas sino peligrosas para aquello que es lo que debemos defender. Por mi parte, seguiré haciendo, junto a todos los periodistas con los que trabajo, el mismo periodismo crítico. Mientras se pueda. Con ninguna candidatura y al servicio de la gente que nos sigue creyendo.
y recuerden lo que dijo anteriormente.
@rmapalacios Rosa María Palacios
Despúes de hoy, mas miedo me da Keiko que Ollanta (a pesar de que su plan sigue siendo pésimo para el país) y crenme que eso es mucho.
Uno de los errores más comunes que puede cometer un político, un periodista, un intelectual o un empresario de medios de comunicación es creer que su voto importa para la determinación del voto de los demás. No quiero decir con esto que las adhesiones no resulten ser de interés y que, cuando son transparentes, no dejen de revelar, al menos, la honestidad intelectual de quien las sustenta. Lo que me queda claro, luego de más de 11 años trabajando en medios, es que no influyen, o casi nada, en la decisión de cada elector. Sirven para partir aguas, para decir este dice esto porque está con aquél o aquella; es decir, sirven para advertir el sesgo del político de quien emite una opinión libre.
¿No me cree? Revise, por favor, qué medios de comunicación, opiniones razonables y adhesiones públicas favorecieron a MVLL en 1990 y cuántas a un perfecto desconocido como Fujimori. ¿Quién ganó? ¿Y en el 2000? Con todos los canales de TV coimeados, Fujimori terminó sus días en la ignominia de renunciar por fax. ¿No hay política más consentida por los medios que Lourdes Flores? ¿Y qué ha ganado? Puedo seguir, pero creo que el punto es claro. Los votantes peruanos no son estúpidos y son muy racionales en su voto. Averiguar qué es lo que realmente influye en un votante es el trabajo de todo estratega de campaña, pero por experiencia podría decirles que el 80% de la intención de voto la define el propio candidato con sus palabras, gestos y acciones.
En este contexto, puede resultar entonces ridículo todo acto de sabotaje mediático a una candidatura y, peor aún, si se pretende hacerlo desde la mentira de la neutralidad. Ridículo porque se nota al kilometro la intención. Lo honesto es declarar editorialmente la simpatía del medio o, si esta no existe, declarar qué ideas o principios se defienden. Por ejemplo, los Principios Rectores de América TV me obligan a defender la democracia, los derechos humanos y la libertad de prensa, obligaciones que acepté gustosa desde que decidí trabajar en ese medio. Ninguna otra, distinta a éstas puede serme impuesta.
Pese a lo obvio, la tentación de utilizar prestigios bien ganados para favorecer candidaturas no decae. Lo sucedido en Canal N el miércoles pasado y lo que viene sucediendo en América TV es prueba de ello. Hoy, existe para algunos periodistas, de ambos medios, la amenaza del despido. Porque cuando se despide personas competentes sin causa ni responsable alguno, entonces la causa solo es una: política.
Los periodistas de estos medios tienen un compromiso con la independencia. Defienden ideas, cuestionan, dudan y plantean dilemas al público cuando opinan, pero jamás son un elemento de propaganda. Ni lo serán. De esa resistencia estoy segura porque conozco la competencia y profesionalismo de las personas con las que trabajo. Y ahí está Patricia Montero para demostrarlo.
Creo que el ataque de pánico que genera Humala (y su plan de gobierno es un elemento perturbador a no dudarlo) está mal aconsejando a muchos, llevándolos a tomar no solo decisiones equivocadas sino peligrosas para aquello que es lo que debemos defender. Por mi parte, seguiré haciendo, junto a todos los periodistas con los que trabajo, el mismo periodismo crítico. Mientras se pueda. Con ninguna candidatura y al servicio de la gente que nos sigue creyendo.
y recuerden lo que dijo anteriormente.

Despúes de hoy, mas miedo me da Keiko que Ollanta (a pesar de que su plan sigue siendo pésimo para el país) y crenme que eso es mucho.