canebo
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Parte 1: Acompañando a mi pata...
Fui con un pata de mi barrio a una curandera muy lejos de mi zona para que le viera si tenía daño, ps según él, sentía que las cosas de pronto se le ponían muy complicadas y sospechaba que una de sus ex o salientes por ahí le había hecho algún trabajo.
Llegamos al lugar, una casa que no parecía para estos fines, ambos entramos más de una vez pues él estaba en más de una sesión para una “limpia”, pero en una de esas tantas visitas logré conversar con la señora, a quien llamaré Concepción, se veía muy coqueta, simpática, y atractiva, según ella tenía 56 años, su piel era clara, no blanca, siempre nos recibía con unas pantalonetas deportivas que moldeaban un culazo redondo, bien conservadito para su edad, bien maquillada y una polera rosada que la hacía ver chibola, su cabello castaño hasta un poco más abajo de los hombros y unos pechos que se veían grandotes.
En varias veces que íbamos habíamos tenido varias conversas, ella siempre me hacia sentir como en casa a pesar que solo iba a acompañar a mi pata, me decía que era del norte chico, separada de su esposo hace años, sus hijos vivían en otro distrito y que ahí vivía sola, casi siempre le gustaba saludarme tomándome de la mano o cogiéndome del brazo, incluso me preguntaba si tenia novia, o cómo me he sentido en la semana.
Como la última vez le pagué la mitad yo y la mitad mi pata, ella me comentó que quería de cortesía hacerme el servicio de pasarme huevo por haberle caído bienes por ello que me dijo que viniera solo una semana después, martes o viernes, escogí viernes...
(Continuará)
Fui con un pata de mi barrio a una curandera muy lejos de mi zona para que le viera si tenía daño, ps según él, sentía que las cosas de pronto se le ponían muy complicadas y sospechaba que una de sus ex o salientes por ahí le había hecho algún trabajo.
Llegamos al lugar, una casa que no parecía para estos fines, ambos entramos más de una vez pues él estaba en más de una sesión para una “limpia”, pero en una de esas tantas visitas logré conversar con la señora, a quien llamaré Concepción, se veía muy coqueta, simpática, y atractiva, según ella tenía 56 años, su piel era clara, no blanca, siempre nos recibía con unas pantalonetas deportivas que moldeaban un culazo redondo, bien conservadito para su edad, bien maquillada y una polera rosada que la hacía ver chibola, su cabello castaño hasta un poco más abajo de los hombros y unos pechos que se veían grandotes.
En varias veces que íbamos habíamos tenido varias conversas, ella siempre me hacia sentir como en casa a pesar que solo iba a acompañar a mi pata, me decía que era del norte chico, separada de su esposo hace años, sus hijos vivían en otro distrito y que ahí vivía sola, casi siempre le gustaba saludarme tomándome de la mano o cogiéndome del brazo, incluso me preguntaba si tenia novia, o cómo me he sentido en la semana.
Como la última vez le pagué la mitad yo y la mitad mi pata, ella me comentó que quería de cortesía hacerme el servicio de pasarme huevo por haberle caído bienes por ello que me dijo que viniera solo una semana después, martes o viernes, escogí viernes...
(Continuará)