AlexanderVidalon7
Cabo
No sabía cómo comenzar este relato sin acabar otro, pero es algo también muy reciente y corto, asi que lo puse en este lugar del Foro cofrades, espero este bien y algunos comentarios. El dia de hoy me reuní con unos viejos amigos del colegio, solo 2 del grupo de 7 palomillas que éramos en secundaria, ya saben ese grupo chacotero del cual paran a todos lados (Gianfranco, Camilo, Jhonathan, André, Renzo y Tommy). Con Camilo y André nos pusimos a tomar tragos y recordar momentos del cole…
Ignorando los momentos contados entre nosotros que son grandes relatos para otra ocasión (como profesoras y madres que cayeron y quinceañeros de antaño) había momentos que de morbo que aunque no llegan a ser un relato en sí, valían la pena ser contados. Aquí les dejo 3 que recordé con ellos.
1. La miss majo, o María José para los demás, era una profesora de matemáticas que aunque era delgada y pequeña (masomenos 1.65) se manejaba un rabo digno de no olvidar, de nalgas levantadas y caderas anchas esta profesora siempre venía con pantalones de vestir plomos y grises algunas veces blancos, y negro casi nunca; por lo cual siempre que comenzaba a hacer sus operaciones en la pizarra era todo un show observarla, varios jalaron por culpa de ese culo.
Una vez André se puso una casaca encima de él y comenzó a masturbarse en clase solo viéndola, lo cual nos mataba de risa mientras tratábamos de jalarle la casaca y que todos observaran. Yo en mis tantas palomilladas me compre un spray de agua pequeño y bastante fino, el cual liberaba agua casi como vapor, como yo me sentaba adelante cada vez que pasaba la miss majo por delante mío de espaldas liberaba un poco del spray, lo suficiente como para que se le marcara de la humedad las líneas del calzón, pero poco como para que no lo sienta mojado. De todas las veces que observábamos veíamos todos los modelos de calzones que traía, desde cacheteros hasta hilos.
Pero hubo una oportunidad que recordamos donde aplique el spray varias veces pero no se notaba ninguna línea, por ser chibolos no entendimos a la primera que no había traído calzón esa vez. Lo cual nos levantó el morbo a mil aunque majo se dio cuenta que su trasero estaba húmedo de tantos apliques que le di por no darme cuenta a la primera.
2. Siempre tenemos esas amigas movidas del colegio, aunque a mí más me traía morbo las que no lo eran; no lo negare, me gustaban las maduras desde pequeño, pero habían compañeras y chicas de mi edad que siempre tendrán lo suyo si saben a lo que me refiero. Teníamos una compañera llamada Leslie, la cual era una santita o mejor dicho la de menor reputación en el salón y en el cole. Pero una vez como varias Leslie decide hablar con el compañero de al frente recostándose encima de toda la carpeta y estirándose más.
Ella en esa oportunidad estaba con las piernas abiertas, asi que ni corto ni perezoso aproveche la oportunidad y con un lápiz comencé a levantar lentamente su falda desde atrás, mis patas y algunos sapos aprovecharon a ver desde lo bajo y como yo observaron tremendo rabo que tenía oculto con un calzón rosado. Fue uno de los primeros calzones en ver en una mujer. Dado que fue a inicios de la secundaria.
3. Siendo amigo de la compañera Ariadna, todos conocían a su madre, la cual manejaba un buen jamos, buenas nalgas o al menos lo suficiente para atraer la mirada de casi todos cuando llegaba a recoger a su hija, era una señora de tez blanca cabello negro descuidado lacio, y poca cintura, pero de nalgas anchas y media levantadas.
La cosa es que para un compartir el cual varios padres y madres fueron invitados, los ojos estaban sobre la mama de Ariadna, dado que había decidido venir con un jean delgado apretado que le hacía justicia a las nalgas que portaba. En este compartir de motivo siendo fiesta de la primavera o algunas de estas festividades sin importancia había una zona que era de regalos donde todos se pararon para abalanzarse encima de ellos.
Al momento que todos estaban de pie en el salón, la madre de Ariadna se quedó atrapada entre la mesa en medio de todos, yo al ver ese trasero supe que era mi oportunidad, asi que abriendo la mano lo más que podía con el dedo medio hacia adelante, le doy una agarrada con el movimiento suficiente para mover todas las nalgas y sentir lo que me encantaba sentir. Fue cuestión de segundos pero fue maravilloso, también como la cachetada que le metió a Julio, un compañero de aula que justo estaba detrás mío y recibió todo el golpe. Pensé que la señora no llegaría a ese extremo pero me había equivocado y se había metido en un problema mayor.
Y ustedes tienen algún recuerdo del cole?
Ignorando los momentos contados entre nosotros que son grandes relatos para otra ocasión (como profesoras y madres que cayeron y quinceañeros de antaño) había momentos que de morbo que aunque no llegan a ser un relato en sí, valían la pena ser contados. Aquí les dejo 3 que recordé con ellos.
1. La miss majo, o María José para los demás, era una profesora de matemáticas que aunque era delgada y pequeña (masomenos 1.65) se manejaba un rabo digno de no olvidar, de nalgas levantadas y caderas anchas esta profesora siempre venía con pantalones de vestir plomos y grises algunas veces blancos, y negro casi nunca; por lo cual siempre que comenzaba a hacer sus operaciones en la pizarra era todo un show observarla, varios jalaron por culpa de ese culo.
Una vez André se puso una casaca encima de él y comenzó a masturbarse en clase solo viéndola, lo cual nos mataba de risa mientras tratábamos de jalarle la casaca y que todos observaran. Yo en mis tantas palomilladas me compre un spray de agua pequeño y bastante fino, el cual liberaba agua casi como vapor, como yo me sentaba adelante cada vez que pasaba la miss majo por delante mío de espaldas liberaba un poco del spray, lo suficiente como para que se le marcara de la humedad las líneas del calzón, pero poco como para que no lo sienta mojado. De todas las veces que observábamos veíamos todos los modelos de calzones que traía, desde cacheteros hasta hilos.
Pero hubo una oportunidad que recordamos donde aplique el spray varias veces pero no se notaba ninguna línea, por ser chibolos no entendimos a la primera que no había traído calzón esa vez. Lo cual nos levantó el morbo a mil aunque majo se dio cuenta que su trasero estaba húmedo de tantos apliques que le di por no darme cuenta a la primera.
2. Siempre tenemos esas amigas movidas del colegio, aunque a mí más me traía morbo las que no lo eran; no lo negare, me gustaban las maduras desde pequeño, pero habían compañeras y chicas de mi edad que siempre tendrán lo suyo si saben a lo que me refiero. Teníamos una compañera llamada Leslie, la cual era una santita o mejor dicho la de menor reputación en el salón y en el cole. Pero una vez como varias Leslie decide hablar con el compañero de al frente recostándose encima de toda la carpeta y estirándose más.
Ella en esa oportunidad estaba con las piernas abiertas, asi que ni corto ni perezoso aproveche la oportunidad y con un lápiz comencé a levantar lentamente su falda desde atrás, mis patas y algunos sapos aprovecharon a ver desde lo bajo y como yo observaron tremendo rabo que tenía oculto con un calzón rosado. Fue uno de los primeros calzones en ver en una mujer. Dado que fue a inicios de la secundaria.
3. Siendo amigo de la compañera Ariadna, todos conocían a su madre, la cual manejaba un buen jamos, buenas nalgas o al menos lo suficiente para atraer la mirada de casi todos cuando llegaba a recoger a su hija, era una señora de tez blanca cabello negro descuidado lacio, y poca cintura, pero de nalgas anchas y media levantadas.
La cosa es que para un compartir el cual varios padres y madres fueron invitados, los ojos estaban sobre la mama de Ariadna, dado que había decidido venir con un jean delgado apretado que le hacía justicia a las nalgas que portaba. En este compartir de motivo siendo fiesta de la primavera o algunas de estas festividades sin importancia había una zona que era de regalos donde todos se pararon para abalanzarse encima de ellos.
Al momento que todos estaban de pie en el salón, la madre de Ariadna se quedó atrapada entre la mesa en medio de todos, yo al ver ese trasero supe que era mi oportunidad, asi que abriendo la mano lo más que podía con el dedo medio hacia adelante, le doy una agarrada con el movimiento suficiente para mover todas las nalgas y sentir lo que me encantaba sentir. Fue cuestión de segundos pero fue maravilloso, también como la cachetada que le metió a Julio, un compañero de aula que justo estaba detrás mío y recibió todo el golpe. Pensé que la señora no llegaría a ese extremo pero me había equivocado y se había metido en un problema mayor.
Y ustedes tienen algún recuerdo del cole?