T Corazon de Leon
Sargento
Esta pareja sobrevivió al derrumbe del edificio de la imagen anterior. A continuación su trágica e increible historia publicada el día de hoy en el diario La Tercera de Chile.
pareja atrapada en edificio desplomado:
“encontrábamos injusto morir tan
conscientes”
el jueves de la semana pasada, el tecnólogo médico ricardo chandía (26) y su polola, la estudiante de arte karen golle (23), se instalaron en el departamento que él acababa de comprar en concepción: El número 1206 del edificio alto río, un flamante inmueble de 15 pisos y 113 viviendas. Menos de 48 horas después, el terremoto que golpeó al país derribó el inmueble y ellos quedaron atrapados por casi cinco horas. estuvieron entre las primeras personas en ser rescatadas por bomberos. Esta es su historia, en sus propias palabras.
karen: Ese día lo habíamos pasado muy bien. Después comentábamos eso, que justo ese día había pasado todo esto. Ese viernes ricardo iba a trabajar y yo me quedé en el departamento que él arrienda. Llegó su familia y pasé el día con ellos. Fuimos a laguna chica, que está en san pedro. Después, en la noche, fuimos con la hermana de ricardo, valeska, a comer sushi. Estuvimos como hasta las 0.30 y después la pasamos a
dejar al departamento que ricardo arrienda -donde vivía antes- y nosotros nos fuimos al nuevo, del alto río. Nos acostamos. Hasta que de pronto, empiezo a sentir un temblor.
ricardo: Karen me dice: “oye ricardo, está temblando muy fuerte”. y yo no sentía nada. Me paro y voy a la ventana y veo que el puente se estaba moviendo harto. cuando caché que era muy fuerte, me voy hacia la puerta. Pensé decirle a karen que se corriera conmigo, porque iba a poner el colchón en la ventana para que no nos cayeran los vidrios. Y estaba a punto de decirle eso, cuando siento un estruendo.
karen: Tienen que haber sido como 30 segundos. El departamento no resistió nada. Empezamos a rodar, a rodar. Yo vi cómo ricardo volaba. Empezamos a rodar y rompimos la pared y llegamos a la pared del baño y nos dimos vuelta. No sabíamos cómo había quedado el departamento, porque se cortó la luz, quedamos atrapados en un lugar ínfimo.
ricardo: No sabíamos cómo había quedado el edificio, pero yo sentí que se cayó. Yo salté, volé. Cuando íbamos cayendo, yo iba gritando. Karen me gritó “¡amor!”. Pero yo gritaba para saber en qué momento me iba a morir.
karen: Pensaba que me iba a morir, porque sentía cómo íbamos cayendo.
atrapadosricardo : No recuerdo a qué hora escuchamos a una niña gritar. Ella veía, tenía luz. Gracias a mónica -así se llama-, yo me di cuenta cómo cayó el edificio.
ricardo: Pensé que el edificio se había derrumbado, pero no que se había ido de espaldas. El movimiento fue hacia abajo, como cinco o seis remezones fuertes, y después sentimos que nos fuimos para atrás. Después de caer, cuando me di cuenta de que estaba vivo, empecé a gritar “¡karen!, ¡amor! ¿dónde estás? ¿dónde estás?”. Y ella me dice: “estoy abajo tuyo, caímos juntos”. Lo que yo creo que pasó es que cuando yo me puse de pie el edificio se fue de espalda, y yo me
levanté por la gravedad, y karen se vino hacia adelante con cama y todo. Entonces cae ella, caigo yo, nos cae la cama y luego las paredes.
y por eso nos salvamos. La mayor parte del temblor lo pasamos en el suelo, el edificio no resistió nada, estuvimos como un minuto y medio sintiendo el movimiento del terremoto. Yo sentía que podía levantar lo que tenía encima, pero me daba miedo hacerlo, porque pensaba que el edificio había colapsado y había caído hacia abajo y le dije a karen que era mejor que no nos moviéramos, que nos quedáramos así como estábamos, porque nos podíamos caer y así estuvimos hasta que llegó bomberos, un poco antes de las 8.00. Estaba todo oscuro. No veíamos nada. Con mis piernas traté de sentir cómo estaba todo, porque podía mover las piernas y los brazos. Primero, le pregunté a karen si estaba bien. Con los pies trataba de sentir dónde estaba: Tocaba con pies algo duro y pensaba que eso podía ser el techo, tocaba algo blando y pensaba que se podía caer. No lograba determinar cómo estábamos. En ese rato conversamos harto para mantener la calma. Le pedíamos a dios que nos salvara. Los dos encontrábamos bastante injusto que fuéramos a morir tan conscientes. Yo pensaba “¿por qué no nos morimos con el golpe?”.
karen: Estábamos bien. No teníamos ni un rasguño, nada. Movíamos los pies, estábamos despiertos. Pero después dejamos de hablar, porque pensamos que nos podía faltar el oxígeno, si es que estábamos más días ahí. En un momento nos empezó a faltar el aire porque hacía mucho calor, porque se nos cayó el colchón encima con las sábanas y el cubrecamas. estaba todo cerrado y como que se condensaba el aire adentro. Transpirábamos los dos. Ricardo cayó sobre mí -quedaron como en cruz- y eso nos ayudó, porque nos pudimos apoyar. Nunca perdimos la calma.
karen: Ella hablaba con alguien más. Y ricardo preguntó si hay alguien y ella le contestó que sí. Le preguntó cómo estaba el edificio y ella respondió que el de paz -un inmueble vecino- estaba entero, pero que nosotros parece que habíamos caído en posición horizontal, que se había partido en tres partes.
ricardo: Se partió en el piso 11 ó 12, justo donde estábamos nosotros. Cuando mónica nos dijo eso, me di cuenta de que habíamos caído de espaldas. Decidí esperar a que llegara bomberos para hacer movimientos y me escuchen.
el rescate
karen: No sabíamos cómo estábamos entonces, ni podíamos movernos fuerte, porque podíamos estar colgando. De repente, sentimos un poco de aire en los bordes y ricardo tocó las paredes y sintió un espacio hueco, le pegó un combo y ahí entró un poco de aire y luz. Ya eran como las 6.00. A esa hora, estábamos desesperados, nos estábamos ahogando. Teníamos el colchón encima y también las paredes. Cuando él pega el golpe, y yo pude sacar un poco la cabeza. Me podía mover un poco más. Vi que había espacio arriba y que el colchón se transparentaba así que dedujimos que no había nada que se nos pudiera venir encima. Ahí esperamos a los bomberos. Se demoraron mucho en llegar. Era porque estaban evaluando la situación. Ellos necesitaban que un superior les diera la orden (de realizar un rescate) y nadie se las daba. El gobierno actuó muy tarde en todo.
ricardo: Después del terremoto escuchamos voces, ruidos.
karen: Nosotros estábamos sin ropa y los escombros nos hacían heridas. Por suerte, el piso flotante tiene espuma y me ponía eso en la espalda.ricardo: En un momento karen se estaba ahogando. Ella es asmática y yo trataba de levantarme un poco para que no le pesara tanto. Nos tratábamos de acomodar, de movernos. En un momento no sentía mi pierna izquierda, pero no le di mucha importancia. Creo que pasó como una hora y media o dos, y no la sentía. Pensaba que me la iban a tener que cortar. Después empecé a patear con la pierna izquierda, harto rato y entró un poco más de aire. Mónica era la que nos decía la hora. Ella vivía en el 1106 (bajo su departamento), pero estaba al lado nuestro.
karen: Cuando llegaron los bomberos, pensamos que nos habían escuchado, pero no. Ellos preguntaban cuánta gente había en el departamento y nosotros gritábamos “¡dos!”. Y ellos decían: “ya, ahí vamos. Salga”. Y yo salí. Levantamos todo y logré salir. Y me paro: Estaba pisando la puerta del baño, y miro hacia arriba y las ventanas estaban ahí. Era todo al revés. Me di cuenta cómo estábamos. Entonces empezamos a gritar, a gritar porque nos dimos cuenta que el bombero estaba haciendo contacto con otra persona y no con nosotros. Nos habíamos confundido. El bombero nos decía que no nos veía y nos tiró un palo para ver si nosotros lo podíamos ver a él. Lo vimos y nos tiró una escalera. Por suerte el clóset quedó justo a nuestro lado. Saqué algo de ropa, nos vestimos y subimos la grúa con la escalera. Bajamos. Eran como las 8.00.
ricardo: Recién ahí, abajo, yo pregunté por mis papás. Ellos estaban en el departamento que yo arrendaba. Logré comunicarme con ellos. Gracias a dios no sabían que el edificio se había caído. Les conté que estábamos bien, que estábamos vivos. Ellos me dijeron que estaban arriba: Yo pensé que estaban en el edificio.
y ahora qué
karen: La pdi nos fue a dejar. Entramos al edificio que él arrienda, subimos al sexto piso y estaba todo en el suelo. La taza del baño estaba salida, los azulejos también. Nos dio miedo porque no había nadie. Cuando bajamos, llegó la familia y nos dijeron que se habían ido al cerro porque creían que venía un tsunami.
karen: No sé cómo mantuvimos la calma.
ricardo: Esas cinco horas se nos pasaron rápidas. Yo en un momento pensé en dormirme rápido para no sentir cuando me muriera. Las réplicas eran a cada rato.
karen: Yo lo había ido a ver porque estaba de vacaciones y ricardo se equivocó en comprarme el pasaje de vuelta. En vez de comprármelo el 23 de febrero, me lo compró para el 23 de marzo.
ricardo: Lo bueno, dentro de todo, es que si karen se hubiera ido yo le habría pasado el departamento nuevo a mis papás y mi mamá no hubiera aguantado. Ella es muy nerviosa, se hubiera muerto. A medida que han pasado los días tengo rabia. Imagínate: Fuimos a linares y vimos una casa de adobe de no sé cuántos años y no se cayó. Y este edificio nuevo no aguantó ni 30 segundos.
karen: Yo tengo muchas pesadillas. Cuando cierro los ojos, siento que voy cayendo. Ayer fui al doctor y me están haciendo exámenes porque la orina me sale con sangre y podría ser producto del golpe.
era una casa nueva
ricardo: Tenía los muebles embalados, el comedor embalado. La cama la había comprado hace poco. Empecé a negociar con la constructora en octubre. El de dos dormitorios valía como 1.600 uf, pero tuve problemas con el banco. Nome daban el crédito y empecé como a descartar la idea y no estaba tan interesado. Lo que me gustaba del departamento era la vista que tenía: Se veía la desembocadura del biobío y al otro lado se veía hualpén y por eso lo quería. Después me volvieron a llamar y me dijeron que los departamentos habían bajado de precio y ahora estaban en 1.460 uf y venían con bodega y estacionamiento. Hablé con mi ejecutiva de cuentas y me apuró el crédito. A mitad de enero pagué el departamento y me lo entregaron a principios de febrero. Empecé a comprar todo de a poco: Un comedor, refrigerador y la cama especialmente porque venían mis papás. La del terremoto fue la segunda noche que dormía en el departamento.