Captain James E. Raynor
General
Lo que ustedes ven como capricho, yo lo veo como un legítimo derecho de reclamar aquello de lo que creen es justo.
Coincido en que lo importante en un matrimonio o unión de parejas, o como se le pueda llamar, son los valores que comparten y trasmiten los integrantes de esa unión a toda la familia, esa es la verdadera razón por la que la familia es el núcleo de la sociedad y aquí insisto, la condición homosexual, no se puede relacionar con inmoralidad, o falta de valores éticos como aquí lo dejan entrever.
Tampoco podemos caer en el ridículo juego de llenarnos la boca y hablar de moralidad o de valores éticos, sin aceptar primero que esta es referencial, cómo casi todo en la vida. Si cayéramos en ése juego, forzosamente nos estrellaríamos con ése dicho que dice: No mires la paja ajena...
Hemos sido testigos a través de la historia, como los movimientos que luchan por la igualdad y la libertad, son algo así como las piedras que caen en el agua y se expanden por medio de ondas a su alrededor. Talvés si no hubiera habido revolución en Francia, no hubiera habido emancipación en América. El asunto de fondo es lo conseguido, porqué insisto, es una cuestión de justicia e igualdad, y no las circunstancias en que se consiguieron.
Si se da cuenta, estimado cofrade, las parejas gay luchan por su "igualdad" y "libertad" a costa del orden social. Es decir, les importa un bledo lo que pueda pasar con el concepto de familia y sus valores morales, con tal de sentirse "aceptados", "libres" y orgullosos. Existe una gran brecha entre lo que es la libertad y el libertinaje. El capricho (es el término más exacto) de una minoria no puede empañar el sosiego de la mayoría. En ese caso que se legalice la venta de drogas, y de paso también el aborto voluntario (como lo dice el maricón de Bayly).