Publicado en Perú 21 en la columna de la Sexofolklórica Esther Vargas "Sobre sexo" el 18 de Agosto:
El tamaño y la angustia
Aunque digan que no les interesa, el tamaño del pene sigue siendo un tema angustiante para muchos hombres, caballeros que antes de preguntarse cómo lo mueven piensan y se angustian sacando el centímetro imaginario, esa regla que siempre acaba por lanzarles en la cara la medida incorrecta.
Están los que viven acomplejados eternamente y los que culpan a sus mujeres de turno de no encajar o no sentir. Y están los extremistas, los que buscan una solución, a cualquier precio.
El diario Público de España reveló este fin de semana que en ese país, en los últimos tres años, se han disparado las operaciones para engrosar y alargar el falo. No es que los penes españoles sean pequeños. La inmensa mayoría según este medio no tiene un problema entre las piernas, sino en su cabeza, pues llevan un pene normal. Al parecer, lo quieren grande para mejorar su autoestima.
Médicos consultados por Público señalan que cada año pasan por el quirófano entre 1,000 y 5,000 hombres. Además de engrosar y alargar, hay machos que se operan el escroto o el prepucio para que 'vayan bien con el resto de genitales. El precio: cerca de 4,000 euros.
La presidenta de la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (Asesa), Ana Puigvert, afirma que la cirugía para alargar el pene no garantiza que el miembro ganará un número determinado de centímetros. Depende de muchos factores como la dimensión de la bolsa escotral o los pliegues.
¿QUÉ ES PEQUEÑO? Si mide 6 centímetros, se trata de un micropene. Con este adminículo no se sienten ni las cosquillas. Aquí sí no pasa nada. Sin embargo, es preciso tener claro que el promedio de hombres tiene un falo de entre 12 y 16 centímetros en estado de erección. Estos no requieren ninguna intervención. Los que se angustian en España llegan a consulta con un miembro que no tiene nada de minúsculo, que sí se siente y que con buenas artes puede llegar a ser cumplidor y espectacular. Sí, el problema está en la cabeza superior de los angustiados.
¿QUÉ PASA EN EL PERÚ? El doctor Raúl Medina, presidente de la Sociedad Peruana de Urología, sostiene que tal furor no es muy frecuente en el Perú. Tanto así que en el reciente XXI Congreso Peruano de Urología, realizado en agosto, el tema ni siquiera se tocó. Pero hay más....
Gracias a Medina llegamos al urólogo y andrólogo José Antonio Arrus, quien ha realizado operaciones de este tipo en España, y sabe bien de los dramas masculinos.
¿El alargamiento y engrosamiento del pene es el sueño de muchos peruanos?, pregunto, luego de haber leído hasta media docena de correos electrónicos en los que amables y curiosos caballeros me pedían información sobre el tema. Según decían, no era para ellos sino para sus amigos. (Sí, claro).
Y Arrus responde: Hay numerosas consultas. Yo recibo pacientes que vienen indagando por la alternativa, pero de allí a que se sometan a una intervención hay bastante distancia, explica Arrus.
¿Y lo quieren largo o grueso? La mayoría, dice el especialista, quiere un pene largo. De 10 personas 7 buscan ello, y el resto espera alargar y engrosar, puntualiza. Para el médico, la mayoría de machos no necesita una intervención quirúrgica, pues supera los 7 centímetros 'requeridos.
Arrus acota que, de acuerdo con la experiencia médica, los hombres nunca quedan satisfechos después de la operación.
También advierte que se debe tener mucho cuidado. Deben evaluar en qué manos se van a poner, no es un juego y, sobre todo, no suele ser necesario, recomienda.
La edad promedio de los que demandan una 'solución fluctúa entre los 18 y los 30 años.
Los peruanos o mejor dicho, un buen grupo de peruanos para no generalizar y herir susceptibilidades lo quieren grande, ostentoso, como en esas pelis pornos donde los chicos lucen su virilidad con orgullo.
Bueno, este tipo de peruanos se pregunta con demasiada frecuencia si estará a la altura de las circunstancias de su amada, si la hará feliz, si la chica en cuestión gozará y terminará rendida de placer para luego elogiarlo y proclamarlo como el mejor. Este hombre de autoestima baja y pena oculta no se ha enterado de que el tamaño no garantiza el placer, que el sexo no es sinónimo de penetrar y que un falo grande puede ser un torpe instrumento del dolor.
A la fecha, en el Perú no se ha desatado un 'boom de operaciones como en España. No obstante, está clarísimo que el tema los inquieta.
Ay, si Dios me lo hubiera dado más grande. Con esta frase, un lector de esta columna coronaba la historia de su pequeñez que, por cierto, marcaba 12 (anotó él). Y pensé que la pequeñez no estaba en la longitud, sino en su nula experiencia y creatividad.
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La mayoría de hombres que buscan ésto, usualmente tienen problemas de autoestima, seguridad y lo peor, no son gente que necesiten dicha operación.