El paso a paso de WikiLeaks
Por Rodrigo Salazar
10 de Mayo de 2011
WikiLeaks es un fenómeno tan complejo que se necesita de un libro para entenderlo. Eso es lo que hizo el diario inglés
Guardian, que fue el que negoció con Julian Assange, creador de WikiLeaks, para que los cables se filtraran a la prensa, con
WikiLeaks: Inside Julian Assange’s War on Secrecy. Los periodistas David Leigh y Luke Harding, ambos de
Guardian, escribieron este libro con lujo de detalles, que van desde cómo un soldado de bajo rango de 23 años pasó a obtener los documentos más valiosos de Estados Unidos hasta cómo funciona la mente de Assange –un tipo tan raro que se disfraza de abuela para que no lo descubran–, cómo negociaron con él las publicaciones y si efectivamente violó a las dos mujeres que lo acusan de ese delito.
Si alguna vez leyó el libro
All The President’s Men, donde se narra toda la historia de la caída de Richard Nixon, y que llevó al estrellato a los periodistas del
Washington Post Carl Bernstein y Bob Woodward, el libro de WikiLeaks le parecerá tanto o más sorpresivo. Es, pues, una verdadera joya del periodismo. Por ese mismo motivo, los periodistas encontrarán en este libro un objeto de culto, que sin duda en el futuro será usado en las universidades.
En su inicio, el libro cuenta la historia del soldado Bradley Manning, que se enroló en el ejército y viajó a Irak como un miembro del equipo de sistemas. Incluye también el
chat que mantiene con un amigo suyo (que luego lo delató ante las autoridades) acerca de cómo se encontró con los 250,000 documentos y la responsabilidad que sentía de que el público en general se enterara de las atrocidades cometidas por Estados Unidos. Cuenta que era sumamente fácil tener acceso a los documentos y poco a poco los iba “quemando” en un CD de Lady Gaga –mientras silbaba las canciones para que nadie sospechara lo que hacía–, cuyo contenido borró previamente. Fue así como se contactó con Assange, pero no antes de medio año terminó entregándole los documentos. Los periodistas arman un perfil de Manning, un chico homosexual con intensos problemas sociales, para luego pasar a un perfil de Assange, a quien describen “como un hombre que no acepta un no como respuesta” (que es una de las tesis que se usan para los supuestos casos de violación), que hace lo que quiere y al que se le subió el poder a la cabeza tras coronarse como discutiblemente el hombre más famoso del mundo. El libro cuenta el pasado tormentoso de Assange cuando niño pasó de campamento
hippie a campamento
hippie. Por otro lado, descubre que efectivamente Assange es un tipo con un sólido código moral, que cree que todo tipo de información importante debe estar en manos de la opinión pública, cueste lo que cueste.
Pero lo más interesante del libro y que hace imposible dejar de leerlo con avidez es cómo se llegan a contactar los periodistas de
Guardian con Assange. El australiano, un hombre que no puede estar más de dos semanas en una ciudad, citaba a los periodistas en diversos lugares y se negaba a compartir los documentos con “la prensa masificada”. Cuando los periodistas le comentan que es imposible que la gente entienda los documentos, por estar escritos en clave, y que una alianza con el
New York Times es posible, además de con la alemana
Der Spiegel, Assange se interesa (y luego pide incluir a otros dos medios:
El País y
Le Monde). Ello tras intensas reuniones de varias horas –con gritos incluidos– tanto en restaurantes como bares, algunas veces con Assange disfrazado. Cuando, después de algunos tragos, Assange acuerda con
Guardian, The New York Times y
Der Spiegel publicar algunos documentos, los problemas comienzan. Era imposible conocer todo el contenido de los 250,000 documentos, todos ellos en clave, en tan poco tiempo. Por eso es que en
Guardian comienzan a estudiar los cables, crean un glosario para entender los términos e incluso tienen que crear una complejísima base de datos para guardarlos.
Poco después comienzan a llegar los documentos acerca de algunas ilegalidades, envenenamientos, contrabando y actos de corrupción de varias empresas, entre las que están Shell, Pfizer, Barclay’s Bank, British American Tobacco, entre otras. Aunque no es el foco del libro, es uno de los atractivos. Y Assange adelanta tener muchos más documentos sobre “atrocidades” cometidas por corporaciones.
Los problemas comienzan cuando Assange, ya lleno de poder, intenta hacer lo que quiere. Comienza a presionar a los medios a publicar lo que a él le parece en el momento que le parece, a lo que no se acopla
Guardian. Entonces las relaciones se rompen. En ese ínterin, se da el escándalo sexual. Assange, ya preocupado por una posible extradición, chantajea a los medios de comunicación con futuros cables. El australiano condiciona la colaboración: Si ellos publican algo respecto de su acusación de violación, la colaboración terminará.
Este libro acaba de salir de la imprenta, motivo por el cual actualmente sólo se vende en Europa y el único idioma en el cual se le puede leer es inglés. Sin embargo, puede adquirirlo por poco más de US$22 en Amazon.com. Es, como se especificó párrafos arriba, toda una joya del periodismo.