Nuestra producción nacional es,
simplificando las cosas, la suma del consumo de bienes y servicios de los hogares peruanos, el gasto del gobierno, las inversiones privadas, los productos que exportamos (puse una alcachofa, pero debería haber quizá minerales), y a eso le descontamos las importaciones. Cada uno de estos componentes depende de una serie de factores bastante intuitivos, pero he especificado aquellos factores que inciden en la inversión privada: los
animal spirits y la tasa de interés. En un rato verás por qué. Los
animal spirits (Keynes dixit) son digamos el ímpetu psicológico del inversionista (que puede ser o no razonable). Por el lado de la tasa de interés, a mayor tasa de interés, menores inversiones: créditos más caros = frenazo a la inversión.
Y.. no necesitas saber nada más. ¿Qué ha pasado con los principales componentes de esta ecuación? Bueno, el consumo está relativamente estable tras la crisis, gracias a los créditos. Las exportaciones se han recuperado después de la crisis, pero todavía existe cierta incertidumbre internacional (con respecto a Estados Unidos y la Unión Europea, principalmente, nuestros principales socios). Sin embargo, la mayor atención debe centrarse en:
el gasto público y la inversión.
Es cierto que las inversiones -por la incertidumbre electoral- han dado un frenazo. Los inversionistas están expectantes al tipo de políticas que implementará el presidente electo. Es decir, los
animal spirits de los inversionistas han retraido la inversión. Y eso explica
parte de nuestra desaceleración económica. Como bien señala Mendoza en su artículo
, la tasa de crecimiento de la manufactura no primaria ha pasado de 15(%) a 4.6(%), y el de la construcción de 16(%) a 0(%). Frenazazo (olvídense de la bolsa, esto ya es la economía REAL).
¿Y por el lado del gasto público? Éste se retrajo considerablemente (citando a Mendoza nuevamente,
el ritmo de crecimiento de la inversión pública del Gobierno General … pasó de 15 % en el último trimestre de 2010, a – 16% en enero-abril de este año. En el mismo periodo, la inversión del gobierno nacional, de responsabilidad directa de Ismael Benavides, pasó de 21 por ciento a – 43 por ciento). Y paralelamente, el Banco Central (BCRP) -la autoridad monetaria-
aumentó la tasa de interés de referencia de 3,0% en diciembre del año pasado a 4,25% en mayo de 2011 (no habiendo variación en junio). Como recordarás, si elevas la tasa de interés, retraes la inversión. Ahora, probablemente te estés preguntando
¡¿por qué hicieron eso el MEF y el BCRP?!.
Mi impresión es que, aun conscientes de que los períodos electorales traen incertidumbre, veían este desenlace como bastante improbable (y bueno, ¿quien no no lo veía así hacía unos meses?). No esperaban mayores sobresaltos en los mercados luego de las elecciones. Estas medidas de política fiscal (MEF) y monetaria (BCRP) que restringen el gasto público y la inversión, respectivamente, tenían un claro objetivo: bajar las presiones inflacionarias (que quizás ustedes no advirtieron porque se dieron en plena campaña, pero eran fuertes). Todo bien con el BCRP, porque finalmente su rol es garantizar la estabilidad de los precios, pero como diría hoy González Izquierdo, da la impresión de que el MEF puso muy fuerte el pie en el freno.
Dejavu 2008
Dicen que es muy fácil ser capitán después de la batalla (es decir, comentar
expost), pero esta extraña conducta del MEF ya había sido advertida por muchos economistas. sólo que en esos tiempos sí lo advertí a tiempo. Primer acto: la inflación asecha. Segundo acto:
el BCRP sube la tasa y el MEF recorta el gasto, mientras la recesión mundial asoma. Tercer acto: “No pasa nada”. Cuarto acto: “OK, quizá sí pase algo” el MEF lanza un paquete anticrisis y el BCRP desploma la tasa, pero ya es algo tarde. Claro, esta vez no hay recesión mundial, esta vez hay
animal spirits malos por las elecciones, pero el principio es el mismo. Como siempre en economía.
¿Qué hacer?
Bueno, no todo está perdido. Algunas de las reuniones que está teniendo ahora el presidente electo, Ollanta Humala, son importantes. Sin embargo, mi impresión es que el
discurso de este 28 de julio es crucial: es la oportunidad de atacar esos
animal spirits e
inyectarle a la economía un shock de confianza. Lo segundo es
reactivar el gasto público: haciéndolo de forma eficiente se logrará también el objetivo de crecimiento con inclusión. En este escenario de incertidumbre, continuar congelando el sector público puede ser más contraproducente (de lo que ya ha sido). Y si, por ahí, asoma la inflación, que el BCRP se prepare para continuar subiendo la tasa de interés.
FUENTE:
http://homoeconomicus.lamula.pe/2011/07/06/por-que-economia-desacelera/bensolis