CESARION
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Me permito compartirles este interesante articulo sobre las ventajas y desventajas de la Bicameralidad, la cual fue disuelta durante el golpe de estado de Alberto Fujimori, osea en la reforma del Congreso (1992).
Lunes, 6 noviembre 2006
Lunes, 6 noviembre 2006
Si usted pregunta a las personas en la calle sobre la posibilidad de instalar una segunda cámara, es decir, tener más representantes, lo más probable es que se encuentre con un rechazo generalizado a su pregunta. La sola idea de tener más de lo mismo que se encuentra en el Congreso molesta a algunos y asusta a otros. Sin embargo, el debate sobre la bicameralidad debería centrarse no sólo en el nivel de aprobación de los congresistas o en el gasto que significaría, sino en los potenciales beneficios para la imagen y actuación del Parlamento.
Después del intento de regresar a la bicameralidad durante el gobierno pasado, que no llegó a ser aprobada con los 81 votos necesarios, el tema de la reforma constitucional y el regreso a la Constitución de 1979 ha vuelto a poner la bicameralidad sobre el tapete. El proyecto está siendo impulsado por la bancada aprista, específicamente por el congresista Arturo Alegría. No obstante, el tema ya está dividiendo a la mencionada bancada, ya que el congresista Aurelio Pastor presentará un segundo proyecto referente a la bicameralidad, aunque con modificaciones en ciertos puntos. Por ejemplo, mientras que el proyecto de Alegría incluye 150 diputados y 50 senadores vitalicios, el proyecto de Pastor implica 130 diputados y 50 senadores no vitalicios. Cabe resaltar que el congresista Pastor es el presidente de la Comisión de Constitución del Congreso, que deberá recibir el proyecto en primera instancia para ser revisado y modificado dentro de lo necesario.
Pero el tema todavía no se encuentra en la agenda de la Comisión, ya que la tan urgente reforma del Poder Judicial estará ocupando su tiempo durante todo el mes de noviembre. Sin embargo, nunca es tarde para comenzar a discutir sobre una reforma tan importante para el futuro de la política peruana. Las críticas más comunes al regreso a la bicameralidad ya han sido mencionadas más arriba: el costo supuestamente excesivo que representa tener a más representantes, y el hecho de que la pésima actuación de los congresistas anteriores haya generado anticuerpos en la población. El argumento sobre el gasto innecesario ha sido utilizado por el congresista Carlos Raffo, del Grupo Parlamentario Fujimorista, para criticar el proyecto.
En el Perú existió un Parlamento bicameral hasta el autogolpe del 5 de abril de 1992, con el cual el ex –y ahora extraditable- presidente Alberto Fujimori disolvió el Parlamento. Antes del autogolpe, el Parlamento peruano tenía una cámara alta, el Senado, conformada por sesenta senadores, y una cámara baja, conformada por ciento ochenta diputados. A partir de ese momento, el Congreso peruano está conformado por 120 congresistas, aunque el Congreso Constituyente Democrático, instalado desde 1993 hasta las elecciones de 1995, estaba conformado por 80 miembros.
Debemos ahora considerar las ventajas que significa tener dos cámaras. En primer lugar, la gran ventaja que representan las dos cámaras es la posibilidad de establecer un “filtro”, que permita evitar episodios tan perjudiciales para la imagen del Congreso como lo ocurrido con la “Ley Wolfenson”, o la aprobación del TLC casi en la madrugada. Es decir, funciona como un mecanismo que busca evadir aquellas acciones que son llevadas a cabo “al caballazo”, para luego observar cómo es que el Congreso retrocede sobre sus pasos al percibir la opinión pública desfavorable. En segundo lugar, una segunda cámara significa la distribución de funciones que pueden aligerar la carga de una sola cámara. Esto obviamente no significa que se contradiga con la función de reflexión que podemos encontrar con la existencia de una segunda cámara de senadores. Al contrario, puede representar una forma de mejorar la imagen del Parlamento frente a la ciudadanía.
En tercer lugar, no debe obviarse el hecho de que los peruanos nos encontramos subrepresentados en comparación con otros países. Nuestro Congreso está conformado por 120 miembros, que representan a 27 millones de peruanos, cuando un Parlamento de estas características pueden encontrarse en Israel, por ejemplo, que cuenta con aproximadamente 4 o 5 millones de habitantes.
Por lo tanto, antes de pensar en un Congreso actual multiplicado por dos, debemos tomar en cuenta la posibilidad que encontramos en la bicameralidad de revertir la situación deplorable a la que ha llegado nuestro Parlamento. Representará un gasto más, pero si al final el argumento en contra de la bicameralidad se reduce al gasto y al nivel de aprobación de los congresistas, será cuestión de tiempo antes de plantear un Congreso de sólo unos pocos miembros que hayan hecho una labor decente a los ojos de la población.
Mariana Olcese.
Fuente: http://www.perupolitico.com/?p=343
P.D. : Actualmente el Congreso consta de 130 congresistas, lo cual implica un incremento en su presupuesto; ademas, de los ya sabidos favores salariales con los que cuentan, como el derecho de instalacion y desinstalacion. Como el mismo articulo menciona es necesario encontrar el costo-beneficio en este tema.