dayane
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Hoy día, El Comercio informa que en la Declaración de Lima se incluirá una condena a toda forma de terrorismo y de violencia religiosa, étnica y racial
Las naciones árabes y sudamericanas, disímiles y distantes, tienen una oportunidad de fortalecer su acercamiento político con la III Cumbre ASPA que se celebrará desde mañana en Lima.
La cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, en la que se espera la participación de 32 países de la Liga Árabe y de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), salvo Siria y Paraguay por estar suspendidos de sus respectivos bloques, será inaugurada el martes por el presidente Ollanta Humala.
Esta cita, bajo el lema una cultura de paz, inclusión y desarrollo, se realizará después de ser postergada el año pasado en más de una oportunidad por la inestabilidad política que trajeron revueltas populares como las de Túnez, Egipto, Jordania y Yemen.
Actualmente, en Siria se vive un cruento conflicto entre los seguidores del presidente Bashar al Assad y sus opositores, quienes han sido violentamente repelidos y que exigen una reforma democrática, por el que han muerto miles de manifestantes, hecho que ha recibido la condena internacional.
CONDENA A LA VIOLENCIA RELIGIOSA
El director para Medio Oriente y Países del Golfo de la Cancillería peruana, Augusto Thornberry, dijo que el documento que se busca suscribir al final del encuentro, la Declaración de Lima, estará enfocado al diálogo político sobre problemas de actualidad y la cooperación en los países del ASPA. Según Thornberry, en la declaración se incluirá una condena a toda forma de terrorismo y de violencia religiosa, étnica y racial, además de unos párrafos respecto a la situación de Siria, el proceso de reconstrucción de Libia y el conflicto entre Palestina e Israel.
Para el analista político Farid Kahhat la situación en el mundo árabe no afecta a la relación con los países sudamericanos: América Latina ha vivido en el pasado experiencias de transición a la democracia tanto exitosas como fallidas, y eso podría servir como ejemplo al mundo árabe.
HAY UN POTENCIAL ECONÓMICO
Kahhat manifestó que Latinoamérica tiene relaciones comerciales boyantes con China que también es un régimen autoritario que jamás ha tenido un Gobierno democráticamente elegido.
No es que el mundo árabe vaya a reemplazar como área de interés a China o Estados Unidos, pero hay un potencial mayor al que se ha explorado para la relación económica bilateral, apuntó. Para el analista, la influencia árabe en América Latina es una huella oculta pero profunda, por la dominación moral que se ejerció en la península Ibérica y la posterior conquista española.
Tienen interés en cooperación económica bilateral, más allá de las similitudes culturales que son más grandes de lo que se cree Están además las posibilidades de cooperación en áreas donde el Medio Oriente tiene ventajas comparativas como la exploración, explotación y comercialización de petróleo y gas, aseveró.
EL ROL DE LA MUJER
Una marcada diferencia entre los dos bloques es el rol de la mujer en la sociedad, que en muchos de los países islámicos ha sido relegado a un segundo plano y sometido ante el poder masculino.
En el mundo árabe el problema no es sólo de los derechos de la mujer, sino en general la falta de derechos para la población, que ha sido un factor de atraso político, pero los procesos de democratización en curso podrían cambiar esa situación, acotó Kahhat.
Las naciones árabes y sudamericanas, disímiles y distantes, tienen una oportunidad de fortalecer su acercamiento político con la III Cumbre ASPA que se celebrará desde mañana en Lima.
La cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, en la que se espera la participación de 32 países de la Liga Árabe y de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), salvo Siria y Paraguay por estar suspendidos de sus respectivos bloques, será inaugurada el martes por el presidente Ollanta Humala.
Esta cita, bajo el lema una cultura de paz, inclusión y desarrollo, se realizará después de ser postergada el año pasado en más de una oportunidad por la inestabilidad política que trajeron revueltas populares como las de Túnez, Egipto, Jordania y Yemen.
Actualmente, en Siria se vive un cruento conflicto entre los seguidores del presidente Bashar al Assad y sus opositores, quienes han sido violentamente repelidos y que exigen una reforma democrática, por el que han muerto miles de manifestantes, hecho que ha recibido la condena internacional.
CONDENA A LA VIOLENCIA RELIGIOSA
El director para Medio Oriente y Países del Golfo de la Cancillería peruana, Augusto Thornberry, dijo que el documento que se busca suscribir al final del encuentro, la Declaración de Lima, estará enfocado al diálogo político sobre problemas de actualidad y la cooperación en los países del ASPA. Según Thornberry, en la declaración se incluirá una condena a toda forma de terrorismo y de violencia religiosa, étnica y racial, además de unos párrafos respecto a la situación de Siria, el proceso de reconstrucción de Libia y el conflicto entre Palestina e Israel.
Para el analista político Farid Kahhat la situación en el mundo árabe no afecta a la relación con los países sudamericanos: América Latina ha vivido en el pasado experiencias de transición a la democracia tanto exitosas como fallidas, y eso podría servir como ejemplo al mundo árabe.
HAY UN POTENCIAL ECONÓMICO
Kahhat manifestó que Latinoamérica tiene relaciones comerciales boyantes con China que también es un régimen autoritario que jamás ha tenido un Gobierno democráticamente elegido.
No es que el mundo árabe vaya a reemplazar como área de interés a China o Estados Unidos, pero hay un potencial mayor al que se ha explorado para la relación económica bilateral, apuntó. Para el analista, la influencia árabe en América Latina es una huella oculta pero profunda, por la dominación moral que se ejerció en la península Ibérica y la posterior conquista española.
Tienen interés en cooperación económica bilateral, más allá de las similitudes culturales que son más grandes de lo que se cree Están además las posibilidades de cooperación en áreas donde el Medio Oriente tiene ventajas comparativas como la exploración, explotación y comercialización de petróleo y gas, aseveró.
EL ROL DE LA MUJER
Una marcada diferencia entre los dos bloques es el rol de la mujer en la sociedad, que en muchos de los países islámicos ha sido relegado a un segundo plano y sometido ante el poder masculino.
En el mundo árabe el problema no es sólo de los derechos de la mujer, sino en general la falta de derechos para la población, que ha sido un factor de atraso político, pero los procesos de democratización en curso podrían cambiar esa situación, acotó Kahhat.