Ahh ese «No hay respuestas a una problemática muy seria» sonó bien teatral... La cuestión es que yo soy mesurado y no contesto lo que que no se -a diferencia de tanto parlanchín de por acá-, pero de haber respuestas, pues las hay, pero yo no soy un especialista en nutrición ni en leyes.
Solo para comentar algunas cosas al vuelo y dentro de lo que se..., pues no he averiguado más de las experiencias de Brasil, C.R. o Chile, pero me imagino que les va bien (si me entero de una evaluación de sus procesos yo aviso). Incluso en Brasil se denunció a los restaurantes de comida chatarra por que esos juguetitos que regalan/venden son una forma de presión y chantaje hacia los mocosos. Una práctica comercial tramposa, sin tocar al tema de salud o nutricional.
Y la realidad peruana se parece más a la de nuestros vecinos latinoamericanos que los europeos (bueno, más o menos, en esos países la clase media es más amplia, al parecer el Perú va por ese rumbo también). Además la realidad europea es distinta, ellos tienen un clima más frígido lo que obliga a una mayor ingesta calórica, en nuestros países templados/tropicales tenemos necesidades energéticas diferentes.
De otra parte, ya actualmente en el los nidos y escuelas existe una mejor consciencia alimentaria; por ejemplo de los nidos que conozco, las "Misses" revisan las loncheras de los niños y devuelven a los padres todo lo que no sea comida sana, con reprensión incluida... afuera gaseosas, tortis, caramelos, etc.
A lo que voy con esta anécdota, es que tópicos como comida sana, ecología, reciclaje de desechos, ahorro energético ya se están incorporando en la enseñanza de los chicos, y eso responde a una consciencia mundial preocupada por las crisis ecológicas, alimentarias, de población energéticas; siendo así, es equivocado pensar que esta Ley es una ocurrencia de Ollanta -que por cachaco y deportista- quiere jorobar a los panzones, los industriales, recortar las libertades burguesas o distraer la atención de la gente, por favorrr.
Allí está el detalle, joven. No hay respuestas a una problemática muy seria, peor aún no se consideran sus efectos y consecuencias generales. El Estado puede asumir muchos compromisos internacionales, el punto es cómo los concreta en políticas sociales. Si tomamos como referente el programa de desayunos escolares que promueve el gobierno, no creo que se vaya por buen camino. No sé dónde escuché la frase eres lo que comes. En fin, el niño es lo que come la familia, papá, mamá, hermanos, tíos y primos, no funcionario del Estado, ya sea nutricionista de planta en los colegios o inspector de alimentos. Recuerden el fracaso de experimentos voluntaristas como la promoción de la Kiwicha, el tarwi y la cañihua en los años ochenta.