Las cobradoras no se salvan tengo varias con ellas pero las que mas recuerdo son estas.
Estaba en un bus grande, los que pasan por Miraflores y luego de subir la cobradora empezó a cobrar pasajes y avanzaba de la puerta delantera hacia la trasera donde yo estaba, si que gritaba como siempre lo hacen los cobradores, bajan atras!!!, cierra la puerta!!!, pasajes con sencillo!!!, era bajita, señora de unos 35 años, blusa verde, trigueña y el pelo con colete, y gritaba fuerte, mientras ella llegaba yo buscaba mi pasaje, y a la vez buscaba buen emplazamiento, el bus iba lleno, y había una colita disponible y dispuesta al avance, y alli trate de ubicarme, pero había poco espacio, subía mas gente mientras la cobradora estaba ya por el medio gritando pasajes!!!, pasajes!!!, yo solo lograba meter la cadera, la colita estaba aburrida porque el gallinazo que iba tras ella ni chus ni mus, y la cobradora ya llegaba donde estaba y a la vez en la luz roja de un semáforo subieron mas pasajeros, subían por delante y por detrás y bajaban también por ambos lados, el plumífero se fue al medio del bus, traté de ponerme tras la colita que también se reubicaba, lo que fue visto por la cobradora, yo andaba medio sesgado, pagué pasaje, la colita ya no tenía interés en braguetas, la cobradora fue cobrando hasta el fondo y ya de regreso hizo un espacio delante mío y zas!!! metió la cola jajaja, le seguí el juego me junté bien a ella y le apliqué al compás del movimiento del carro, entonces avanzó del medio del bus hacia atrás un pulpín, abriéndose paso entre los pasajeros y preguntando por un paradero donde bajar, ta mare!!! que inoportuno para interrumpir, entonces la cobradora le respondió con una voz bajita casi imperceptible mientras tenía la verga en el culo, jajaja, no le salía la voz por más que se esforzaba, luego que el muchacho bajó, y ella considerando que había tenido suficiente bragueta, que me la había probado y que debía seguir chambeando se alejó hacia la puerta delantera mientras por arte de magia le volvía la voz y nuevamente gritaba, bajan atrás!!!, cierra la puerta!!!
La otra experiencia que recuerdo fue en una combi y también fue en este otoño. Esta me gustó más.
Estaba sentado en el asiento individual junto a la puerta y la cobradora, la combi pasaba por Surco, ella era bonita y menudita, señora también de unos veintitantos años, blanquita y peli castaña, también con colita, un aire a cajamarquina, bueno iba detrás de ella y cada tanto rozaba el culo en mi rodilla, nada diferente a otras veces que me ha sucedido, habían dos o tres personas paradas, ella pedía pasajes, gritaba a ratos, bajan!!!, luego que bajaron y subieron no había ya pasajeros parados, así que había más espacio y abrí un poco las piernas para estar más cómodo y dejar que panchito respire, y en cada aceleración y arranque de la combi la pantaloneta negra iba a dar a mi rodilla derecha, vio que yo había separado las piernas y encajó primero tímidamente y luego poco a poco el culo entero entre mis dos rodillas y de reojo me miraba a mi y a la gente sentada, y se sonreía la bandida, los pasajeros como siempre sucede se hacían los dormidos o miraban a las ventanas jajaja, luego se apartaba le decía algo al chofer, quien ni cuenta, ella daba órdenes y el viaje continuaba, en los arranques ya no solo metía el tarro que quedaba entre mis dos rodillas sino también la cintura que llegaba hasta la mitad de mis piernas sin llegar a mi verga jajaja yo se la apretaba juntando un poco las piernas, ella se sonreía, jajaja, llegaba hasta la mitad de mis piernas porque llegar hasta mi bragueta en esa pose así sentado sería un poco rochoso, mi mazo estaba caliente y duro, ella también lo sabía porque me miraba el fundillo cuando se apartaba jajaja, ella cada tanto hablaba con el conductor y yo iba deduciendo que ellos eran familia y hasta que vivían en la misma casa o cerca, jajaja y también cada tanto ella seguía metiendo la cola entre mis piernas, jugaba a tratar de ponerla sobre mi mazo y a medio camino se quedaba y luego se apartaba jajaja, ella miraba a los pasajeros que se hacían los distraídos, se sonreía y me sonreía, me parece que ya lo había hecho antes y cada vez que le ganaba la arrechura y para para combatir el aburrimiento porque a esa hora, media mañana, habían trayectos largos donde nadie subía ni bajaba, hasta que llegaba a destino le pagué y quería cobrarme céntimos más jajaja.
Hay cobradoras en el transporte público de Lima que son... no todas, pero son bien avispadas y arrechas.