Indagando en su pasado...oscuro

Continuado con el relato…

Las cosas estaban demasiado calientes en la habitación. Esa flaca estaba arrechísima y dispuesta a tomar venganza por lo que había organizado Lucero en Pucallpa. Los dos hombres ya habíamos descargado, así que al menos yo iba entrando en algo más de razón, sin embargo, veía a Lucero, como el morbo y el deseo la consumía. Ella sí la estaba pasando mal, yo la quería, eso no había cambiado por lo que estaba pasando, pero no podía dejar de pensar que era algo que efectivamente, como ella decía, necesitábamos. Aunque estoy seguro que no era lo que ella esperaba.

En el sillón el ex de Lucero se acomodó para descansar y estaba entrecerrando los ojos. Lucero por el contrario, estaba demasiado alerta, no decía nada, pero se mantenía a la expectativa. La flaca salió del baño, sólo se había lavado las partes que habían recibido semen, así que fue muy breve. Al salir, tenía en los ojos, la misma mirada que Lucero, estaba arrecha y quería venirse. Se vino de frente a mí y me cogió de la muñeca y me jaló hacia la cama. No empezamos a besar, me volvía loco como besaba y lo mejor era que sentía que había algo más que sólo deseo en esos besos, no se sentían como con una extraña.
Me echó sobre la cama con los pies hacia la pared y la cabeza hacia el lado del sillón. Mi verga aún no había reaccionado, pero ella se encargó de ponérmela a punto. Retomó sus mamada fuerte y húmeda, me lamía todo el paquete, la punta, el tronco, los huevos, se relamía, la mojaba y se la pasaba por la cara. Cogía mi pinga de la base y se daba cachetadas con ella, luego retomaba las chupadas y de nuevo cachetadas. De rato en rato me miraba y preguntaba si me gustaba, obviamente yo entre jadeos le decía que me excitaba demasiado. No tardó mucho en ponérmela de nuevo recontra tiesa. Cuando la tuve de nuevo bien erecta, volvió a hacerme una rusa.

Se acomodó, rodeó nuevamente mi verga con sus enormes tetas y empezó a masturbarme con ellas. Mientras lo hacía, decía lo mucho que le gustaba.. “la tienes bien gruesa cariño, me encanta sentir cómo te la aprieto con las tetas”. Levantaba la mirada, que en su posición, debía estar yendo directo a Lucero y seguía con la pajasa, parecía que no le molestaba la fricción porque se agarraba las tetas y las balanceaba con fuerza, me di cuenta que eso la excitaba demasiado. Yo la tenía agarrada de la cabeza, trataba de tocarle la espalda, sobarla, tener contacto con su piel, por la posición no alcanzaba a más.
Entonces sentí que alguien se acercaba, Lucero se estaba sentando en la esquina de la cama. Al parecer no quería perderse de nada. La flaca seguía con su paja rusa y no se inmutó porque Lucero se acercara. De hecho creo que eso la animó a dar el siguiente paso, dejó caer sus tetas, era hermoso el rebote tan natural que tenían. Me fue besando desde la pelvis hasta el cuello y se fue acomodando. Se arrodilló encima de mí y luego subió la pierna derecha para acomodarse mi verga en su vagina, sólo que no lo quiso hacer sola. Nos sorprendió con un.. “Toma la verga de tu noviecito y acomódala en mi entrada, quiero sentir si glande urgando por mi concha y calentándome antes que me la clave”.

Pensé que Lucero le recriminaría, le pediría que paremos o simplemente regresaría al sillón. Pero por el contrario, empezó a provocarme, se puso casi encima de mi cara, dándome acceso a su concha que se veía brillante y empapada, podía oler sus flujos desde donde estaba. Empecé a lamerle la concha mientras ella se inclinaba hacia delante, cogiendo mi verga y restregándola sobre los labios vaginales de la flaca. Tenía a las dos encima de mí y no podía perder la oportunidad, cogí las caderasas de Lucero para acomodarla bien encima de mí y tener acceso a toda su vulva, ella me pajeaba y masturbaba a su competencia mientras sobaba mi pinga por su clítoris y labios.

El momento era brutal, yo estaba apunto de vaciarme, mientras gemíamos los tres. Pero la flaca, nuevamente me ayudó a contener la corrida, tomó control de mi pinga y empezó a sobarse de manera mas suave. Lucero se recompuso encima de mí y se movía sobre mi cara, tenía los cachetes, los labios, la frente, la nariz, toda empapada de puros flujos de placer. Entonces la flaca le dijo que se quitara, que se saliera de mi cara… “Suficiente!, ahora necesito que tu macho se pueda mover libremente, porque lo que se viene es para nosotros dos, regresa a tu sitio!”. Lucero obedeció de una manera que me sorprendió.
La flaca entonces fue dejándose caer sobre mi verga, mientras sus cálidos y empapados labios vaginales abrazaban mi verga, como hace unos minutos lo hacían su enormes tetas. Apenas sintió que mi glande la llenaba, se cogío las tetas sosteniéndolas firmemente y se hundió mi pinga hasta el fondo, dejándose caer con fuerza, haciendo que el golpe de nuestros cuerpos sea muy sonoro, al igual que su gemido de placer.. “aaaahhhmmmmm uuuufff que rica la tienes cariño, me gustan gordas y la tuya me encanta”. Se movió en un círculo perfecto y lento para sentirla toda, y luego empezó un movimiento hacia adelante y hacia atrás que a mí me hacía retorcer de placer. No sólo por cómo me ajustaba la pinga, sino porque además sentía como internamente mi glande, mi tronco, chocaban con todas sus paredes interiores.

Por si fuera poco, estos movimientos hacían que sus tetas bambolearan al ritmo descomunal, algo que no había notado antes con ninguna pareja. Sus tetas se movían también en círculos, a pesar que ella lo hacía de delante hacia atrás, las aureolas y los pezones parados que tenía, ese par de melones firmes y duros que apuntaban hacia los lados, se movían en círculos de manera cadenciosa. Yo estaba disfrutando al máximo de esa montada que me estaban dando, mientras pensaba que podía volverme adicto a esos mangasos. Mis manos que primero la cogían de las caderas, acostumbrado a coger las de Lucero para encontrar las curvas y masa que me diera placer, ahora se iban hacia sus tetas. Esas enormes ubres que se movían delicioso, las amasaba, le jalaba los pezones, se los frotaba con furia con cada pulgar.

Ella sabía lo que tenía y lo que yo jamás había disfrutado, así que se inclinó hacia delante, regalándome la vista de sus tetas rebotando en mi cara, golpeando mi nariz, mis labios, con firmeza. Yo los besaba, cogía alternadamente cada una de sus tetas con ambas manos y llevaba sus aureolas a mi boca, lamía, mordía y succionaba sus perfectos pezones que estaban a punto de estallar. Frotaba mi lengua con mucha fuerza y presión en sus pezones, eso la volvía loca, porque la sentía moverse con más fuerza. Ella gemía y no paraba de decir… “dios! Que rico estás, muérdeme, muérdeme, destrózame las tetas. Cáchame así, fuerte, más fuerte, más fuerte. Quiero que me des bien duro cariño”. Sus palabras suaves pero excitantes, hacían su efecto en mí. Sentía que mi pinga ya palpitaba, bombeando semen desde lo más profundo de mis testículos. Así que con las manos en sus melones, la empujé para que se recompusiera, que se sentara encima de mí, ella lo entendió. Se apoyó en mi vientre y empezó a moverse ahora de arriba abajo, dándose sentones en mi verga, se la sacaba hasta la mitad y se la hundía con fuerza, sus gemidos no dejaban de parar, lo habrá repetido 6 o 7 veces y luego se quedó abajo, moviéndose como loca de adelante para atrás, mientras yo.. “mierdaaaa, ya no puedo más...me vengo, me vengo” y ella ..”sí, sí, sí, dame todo, lléname, lléname de leche, quiero tu semen caliente!, dame carajo!, dame esa leche caliente!, sí, así, así….síiiiiiii!”. Los dos acabamos, como no podía recordar haberlo hecho antes.

La flaca se quedó unos segundos encima y jadeando, moviéndose lentamente, yo seguía convulsionando y botando hasta la última gota que podía. Miré hacia el sofá y Lucero se llevaba los dedos a la boca, con los flujos que sacaba de su concha, tenía las piernas abiertas sobre el sillón, mirándome. No se había venido, pero estaba definitivamente a un paso de hacerlo.
 
Continuado con el relato…

Las cosas estaban demasiado calientes en la habitación. Esa flaca estaba arrechísima y dispuesta a tomar venganza por lo que había organizado Lucero en Pucallpa. Los dos hombres ya habíamos descargado, así que al menos yo iba entrando en algo más de razón, sin embargo, veía a Lucero, como el morbo y el deseo la consumía. Ella sí la estaba pasando mal, yo la quería, eso no había cambiado por lo que estaba pasando, pero no podía dejar de pensar que era algo que efectivamente, como ella decía, necesitábamos. Aunque estoy seguro que no era lo que ella esperaba.

En el sillón el ex de Lucero se acomodó para descansar y estaba entrecerrando los ojos. Lucero por el contrario, estaba demasiado alerta, no decía nada, pero se mantenía a la expectativa. La flaca salió del baño, sólo se había lavado las partes que habían recibido semen, así que fue muy breve. Al salir, tenía en los ojos, la misma mirada que Lucero, estaba arrecha y quería venirse. Se vino de frente a mí y me cogió de la muñeca y me jaló hacia la cama. No empezamos a besar, me volvía loco como besaba y lo mejor era que sentía que había algo más que sólo deseo en esos besos, no se sentían como con una extraña.
Me echó sobre la cama con los pies hacia la pared y la cabeza hacia el lado del sillón. Mi verga aún no había reaccionado, pero ella se encargó de ponérmela a punto. Retomó sus mamada fuerte y húmeda, me lamía todo el paquete, la punta, el tronco, los huevos, se relamía, la mojaba y se la pasaba por la cara. Cogía mi pinga de la base y se daba cachetadas con ella, luego retomaba las chupadas y de nuevo cachetadas. De rato en rato me miraba y preguntaba si me gustaba, obviamente yo entre jadeos le decía que me excitaba demasiado. No tardó mucho en ponérmela de nuevo recontra tiesa. Cuando la tuve de nuevo bien erecta, volvió a hacerme una rusa.

Se acomodó, rodeó nuevamente mi verga con sus enormes tetas y empezó a masturbarme con ellas. Mientras lo hacía, decía lo mucho que le gustaba.. “la tienes bien gruesa cariño, me encanta sentir cómo te la aprieto con las tetas”. Levantaba la mirada, que en su posición, debía estar yendo directo a Lucero y seguía con la pajasa, parecía que no le molestaba la fricción porque se agarraba las tetas y las balanceaba con fuerza, me di cuenta que eso la excitaba demasiado. Yo la tenía agarrada de la cabeza, trataba de tocarle la espalda, sobarla, tener contacto con su piel, por la posición no alcanzaba a más.
Entonces sentí que alguien se acercaba, Lucero se estaba sentando en la esquina de la cama. Al parecer no quería perderse de nada. La flaca seguía con su paja rusa y no se inmutó porque Lucero se acercara. De hecho creo que eso la animó a dar el siguiente paso, dejó caer sus tetas, era hermoso el rebote tan natural que tenían. Me fue besando desde la pelvis hasta el cuello y se fue acomodando. Se arrodilló encima de mí y luego subió la pierna derecha para acomodarse mi verga en su vagina, sólo que no lo quiso hacer sola. Nos sorprendió con un.. “Toma la verga de tu noviecito y acomódala en mi entrada, quiero sentir si glande urgando por mi concha y calentándome antes que me la clave”.

Pensé que Lucero le recriminaría, le pediría que paremos o simplemente regresaría al sillón. Pero por el contrario, empezó a provocarme, se puso casi encima de mi cara, dándome acceso a su concha que se veía brillante y empapada, podía oler sus flujos desde donde estaba. Empecé a lamerle la concha mientras ella se inclinaba hacia delante, cogiendo mi verga y restregándola sobre los labios vaginales de la flaca. Tenía a las dos encima de mí y no podía perder la oportunidad, cogí las caderasas de Lucero para acomodarla bien encima de mí y tener acceso a toda su vulva, ella me pajeaba y masturbaba a su competencia mientras sobaba mi pinga por su clítoris y labios.

El momento era brutal, yo estaba apunto de vaciarme, mientras gemíamos los tres. Pero la flaca, nuevamente me ayudó a contener la corrida, tomó control de mi pinga y empezó a sobarse de manera mas suave. Lucero se recompuso encima de mí y se movía sobre mi cara, tenía los cachetes, los labios, la frente, la nariz, toda empapada de puros flujos de placer. Entonces la flaca le dijo que se quitara, que se saliera de mi cara… “Suficiente!, ahora necesito que tu macho se pueda mover libremente, porque lo que se viene es para nosotros dos, regresa a tu sitio!”. Lucero obedeció de una manera que me sorprendió.
La flaca entonces fue dejándose caer sobre mi verga, mientras sus cálidos y empapados labios vaginales abrazaban mi verga, como hace unos minutos lo hacían su enormes tetas. Apenas sintió que mi glande la llenaba, se cogío las tetas sosteniéndolas firmemente y se hundió mi pinga hasta el fondo, dejándose caer con fuerza, haciendo que el golpe de nuestros cuerpos sea muy sonoro, al igual que su gemido de placer.. “aaaahhhmmmmm uuuufff que rica la tienes cariño, me gustan gordas y la tuya me encanta”. Se movió en un círculo perfecto y lento para sentirla toda, y luego empezó un movimiento hacia adelante y hacia atrás que a mí me hacía retorcer de placer. No sólo por cómo me ajustaba la pinga, sino porque además sentía como internamente mi glande, mi tronco, chocaban con todas sus paredes interiores.

Por si fuera poco, estos movimientos hacían que sus tetas bambolearan al ritmo descomunal, algo que no había notado antes con ninguna pareja. Sus tetas se movían también en círculos, a pesar que ella lo hacía de delante hacia atrás, las aureolas y los pezones parados que tenía, ese par de melones firmes y duros que apuntaban hacia los lados, se movían en círculos de manera cadenciosa. Yo estaba disfrutando al máximo de esa montada que me estaban dando, mientras pensaba que podía volverme adicto a esos mangasos. Mis manos que primero la cogían de las caderas, acostumbrado a coger las de Lucero para encontrar las curvas y masa que me diera placer, ahora se iban hacia sus tetas. Esas enormes ubres que se movían delicioso, las amasaba, le jalaba los pezones, se los frotaba con furia con cada pulgar.

Ella sabía lo que tenía y lo que yo jamás había disfrutado, así que se inclinó hacia delante, regalándome la vista de sus tetas rebotando en mi cara, golpeando mi nariz, mis labios, con firmeza. Yo los besaba, cogía alternadamente cada una de sus tetas con ambas manos y llevaba sus aureolas a mi boca, lamía, mordía y succionaba sus perfectos pezones que estaban a punto de estallar. Frotaba mi lengua con mucha fuerza y presión en sus pezones, eso la volvía loca, porque la sentía moverse con más fuerza. Ella gemía y no paraba de decir… “dios! Que rico estás, muérdeme, muérdeme, destrózame las tetas. Cáchame así, fuerte, más fuerte, más fuerte. Quiero que me des bien duro cariño”. Sus palabras suaves pero excitantes, hacían su efecto en mí. Sentía que mi pinga ya palpitaba, bombeando semen desde lo más profundo de mis testículos. Así que con las manos en sus melones, la empujé para que se recompusiera, que se sentara encima de mí, ella lo entendió. Se apoyó en mi vientre y empezó a moverse ahora de arriba abajo, dándose sentones en mi verga, se la sacaba hasta la mitad y se la hundía con fuerza, sus gemidos no dejaban de parar, lo habrá repetido 6 o 7 veces y luego se quedó abajo, moviéndose como loca de adelante para atrás, mientras yo.. “mierdaaaa, ya no puedo más...me vengo, me vengo” y ella ..”sí, sí, sí, dame todo, lléname, lléname de leche, quiero tu semen caliente!, dame carajo!, dame esa leche caliente!, sí, así, así….síiiiiiii!”. Los dos acabamos, como no podía recordar haberlo hecho antes.

La flaca se quedó unos segundos encima y jadeando, moviéndose lentamente, yo seguía convulsionando y botando hasta la última gota que podía. Miré hacia el sofá y Lucero se llevaba los dedos a la boca, con los flujos que sacaba de su concha, tenía las piernas abiertas sobre el sillón, mirándome. No se había venido, pero estaba definitivamente a un paso de hacerlo.
Cofrade tu relato sinceramente es espectacular, continuaron tu saga nos tienes en "pindinga", jajaja ..... Saludos
 
Entendible por más mente abierta que tengas que cuando te queman las dudas o el cerebro poco a poco se va convirtiendo en algo tóxico y te entiendo muy bien, conocí una flaca en una conocida universidad privada en la Molina, ella trabajaba ahí en el área de post grado, delgada de cabello lasio largo negro muy bien cuidado, de senos pequeños una buena cinturita, pero de buenas caderas un señor culo y piernas gruesas, 1.67 de altura, salimos por un tiempo y llegamos a ser enamorados, a primera impresión era muy rescatada y hasta sería, nuestro primer encuentro sexual me sorprendió porque en el sexo era bastante abierta de mente abierta,se notaba la gran experiencia en el sexo oral con garganta profunda y chupada de huevos, daba unos movimientos circulares de campeonato, pedía a gritos nalgadas fuertes, aquí háre una aclaración ( veo que los relatos exageran en sus medidas de penes al decir que lo tienen normal, y citan 18cm, según estudios científicos en esta parte de continente de 3 a 8 es un micro pene de 8 a 12 pene chico, de 12 a 15 un pene normal, de 15 a 18 un pene grande y de ahí hacia arriba ya un mega pene, decir 18 que es normal está fuera de contexto, 18cm es normal pero en África o países caribeños, que son los más aventajados en ese aspecto, es conocido si eres de descendencia negra es probable que seas pingon, así como para los asiáticos 8 o 10 es normal) en mi caso tengo 16cm pero en esta flaca prácticamente bailaba mi pene, tenía sus labios vaginales bien pronunciados como dicen cresta de gallo, cuando teníamos sexo se trasformaba completamente, hasta en su vocabulario bastante sucio y bulgar, pero no me molestaba era una experiencia nueva para mi, también me quemaba el cerebro en pensar en su pasado y esto pasa cuando estás enamorado y piensas en una relación seria, y que posiblemente sea la madre de tus hijos, si solo pensaras en vacilón del momento por lógica está idea no cruza por nuestra mente, llegamos a tener sexo a diario algunas veces mañana y noche, fue ella misma que en su cumpleaños después de celebrar con las amistades y ya en un hotel, estábamos teniendo sexo como siempre y ella me sorprendió al agarrar mi pene y metérselo a su culo, en posición perrito y entro normal sin esfuerzo, está relación me ocasionó problemas laborales, trabajaba para una trasnacional y tenía un futuro más que alentador, tuve que volver a esforzarme laboralmente y recobrar la confianza de los jefes, pero para lograrlo le quité tiempo al sexo y relación, esto termino por las sospechas que tenía o dudas que me llevaron a indagar su pasado, y por palabras de ella que muchas veces me decía en pleno sexo que ya no podía dejar de tener sexo un día conmigo, comencé implantando le una aplicación a su celular para yo poder ver sus redes sociales chats, dónde descubrí muchas cosas de ella, parte de su pasado que es pasado, pero que me era infiel que eso sí importaba, y me era infiel con su ex que trabajaba con ella eran compañeros, en ese momento recién me enteré de eso que su compañero era su ex, ese ex tenía ya otra pareja y al parecer su centro laboral era su centro de juegos de ellos, es más el pata hasta la celaba con algunos decanos, el párrafo que al leer más me marco fue: cuando el le decía que solo sólo su concha aguantaba a su pene, también vi mucho coqueteó con otros tipos que al parecer era decanos, chats en doble sentido subidos de tono, en un chat quedaron en verse saliendo del trabajo con su ex, en la rotonda de la Molina fui con el carro de un compañero y se vieron y deferente se fueron a un Telo, salieron después de una hora ni bien se despidieron me llamo, esa noche no la vi pero si quede a la siguiente en mi depa, fue la última noche que pase con ella, creo que hasta fui algo brusco o violento en el sexo con ella, pero fue mi ira contenida recuerdo que hasta le metí el pico de la botella por su culo mientras yo la penetraba vaginalmente, al día siguiente la termine mediante un mensaje de WhatsApp, con la excusa de que escogía mi trabajo y no tenía tiempo para ella, apesar de sus llamadas o buscarme no le di cara, más que nada para no decirle las cosas y humillarla no va conmigo eso, pero está aplicación lo tuve por buen tiempo en mi celular, viendo de vez en cuando sus perradas más que nada cuando el corazón me quería traicionar, hoy ya no lo tengo porque cambie de celular y resetie ese celular donde estaba, por eso te entiendo y ofrecerte disculpas por invadir tú relatos que está muy interesante.
Hasle un favor a la comunidad y comparte el nombre de la app please, una nunca sabe cuando la pueda necesitar ;)
 
Volví a mirar al cuerpazo que tenía encima mío, eran unas tetas colosales, en unos pocos segundos sus senos empezaron a dejarse caer un poco más, la excitación del orgasmo las había llevado a recogerse y retrarse un poco, pero ahora más relajada, tenía los melones con la caída natural de siempre. A unos metros, Lucero gemía mientras se frotaba la concha con fuerza, en el silencio de la cama, se podía oir sus labios vaginales empapados, cómo resonaban mientras los frotaba con sus dedos que también debían estar mojadísimos.

La flaca se bajó hacia un lado de la cama, yo me agarré la verga y la tenía realmente empapada, debía ser una mezcla de semen y flujos, ambos nos habíamos venido demasiado rico e intenso. Vi a Lucero y en sus ojos, hacía cierto reproche, pero también culpa. No podía verla así de desesperada por venirse, me parecía raro que no lo hubiese hecho antes, se había estado tocando desde hace rato. Sin importarme qué hacía la flaca y mientras el ex de Lucero seguía durmiendo (no sé cómo se quedó dormido), me acerqué a ella, con la pinga colgando y húmeda hasta ahora con flujos ajenos y me paré delante. Le acariciaba la cara y ella se metió mis dedos a la boca, le metí los 5 dedos y ella abría la boca lo más que podía, con una mano se sobaba una de las tetas y con la otra seguía frotándose abajo, pude ver que su vulva estaba muy roja, producto de la fricción, pero aún así, ella seguía.

Levantó la mirada y sentí algo de pena, tenía los ojos llorosos y la expresión como de lamentarse. No comprendía si lamentaba toda la situación, lamentaba habernos llevado a esto por un capricho suyo, o lamentaba no poder llegar al orgasmo. Pensé que tal vez había sido una situación muy forzada para ella. Haber visto cómo me venía dos veces y de manera extremadamente placentera, cómo esa flaca de enormes tetas naturales me hacía correrme como bestia, sin que ella pudiese detenerlo o participar. Creo que en el fondo, ella quería correrse, de tanto morbo, de tanda excitación, de tanto placer que había visto y sentido. Pero sabía que no podía hacerlo sola, como cualquier otra vez que se masturbara, ahora era diferente, supongo que en su mente se repetirían las escenas de esa paja rusa que me acababan de meter y cómo le colgaban las tetazas a la flaca. Ni siquiera teniendo a su ex al costado, desnudo y a su disposición.

Ella sola me cogió de la verga y sentí cómo me la apretaba, yo la tenía flácida y relajada, pero ella igual jalaba a su antojo. No le importó que estuviera lubricada con mi semen y los flujos de esa flaca tetona. Lucero estaba perdida en su único deseo en ese momento, quería tener un orgasmo y quería tenerlo ya! Pero no se vendría pajeándome o chupándomela. Lucero quería que la clave. Entonces se puso a mamarme la verga, yo estaba en el cielo, me acababa de tirar a una tetona monumental y ahora mi novia culonaza me la estaba chupando, se me hacía increíble. Lucero trató de secar mi pinga con las manos y luego me la chupó, lo justo y necesario, lo más rápido que pudo para armármela de nuevo. Me sobaba los testículos también como queriendo estimularme y una de sus manos recorría mi abdomen. Yo me había concentrado en esa chupada de pinga y había olvidado a la flaca.

Cuando volteamos para querer ir a la cama, la vimos ahí echada, con las piernas abiertas hacia nosotros. Metiéndose tres dedos en la concha como si la estuviern penetrando y sobándose las tetas con la otra mano. Lucero la miró, me miró, no dijo nada. Sólo me agarró de la verga y me jaló hacia la cama. En mi cabeza empezaba a elaborar conclusiones... Si las dos están dispuestas a hacerlo, podría darle de comer la concha a Lucero mientras me la tiraba por la vagina (la extrañaba), podría hacer que la flaca le coma la concha mientras yo le daba por el culo, podría hacer que Lucero me monte la verga mientras yo le hacía una sopa a la tetona... Uuuuufffff todos los escenarios eran favorables para mí, pero partían de la premisa, que las dos iban a querer participar...
 
Continuando con el relato...

Esa situación era totalmente nueva para mí, dos mujeres que al parecer estaban dispuestas a tirar y que peleaban por ser la más arrecha de la habitación. Tenía dos hembras realmente sensuales. Siempre me llamaron mucho la antención las nalgonas, una mujer de caderas anchas, con nalgas redondas, abultadas, firmes y bien puestas. Pensé que la sensación más placentera era la de amasar esas montañas de carne en el derrier de una mujer que además se sabía muy sensual y apetecible. pero ese día descubrí que esa sensación también se puede obtener al manosear un par de tetas enormes, llenas, redondas, con la caída natural de la gravedad pero que además sean firmes y se endurezcan y retraigan más al ser estimuladas hasta el orgasmo. Recuerdo que pensé que tenía lo que todo hombre podría desear, pero repartido en dos mujeres.

Mientras nos acercábamos a la cama, la flaca se seguía masturbando sin ninguna verguenza ni reparos. Lucero se subió a la cama e iba arrodillada hacia la cabecera, yo tampoco tuve reparos y llegando a la cama, en lugar de seguir a Lucero, me desvié hacia esos pechos gigantes, tan firmes y deliciosos. Empecé a besarlos, sobarlos, manosearlos, le sobaba los pezones, los apretaba, los mordía, los jalaba y los chupaba, succionaba con fuerza como queriendo arrancarle más que sólo los gemidos que le producían. Lucero se acercó entonces y preguntó.. "están ricas esas tetas?", la pregunta me tomó por sorpresa, me desconcertó y me hizo dudar de si era un reclamo porque le perdí la atención, o si realmente quería confirmar si estaban ricas. Muy atrás había quedado la imagen de Lucero recatada y santa, ahora sabía que había tenido innumerables encuentros con su ex, disfrutando de sus dimensiones a sus anchas, que le encantaba la verga y que le den duro, que le ponía demasiado ver porno y no cualquiera, en el que revientan a una flaca entre más de un aventajado. También sabía que había tenido varias parejas, sabía que había tenido encuentros de una sola noche con tipos desconocidos. Y sin reconocérselo cara a cara, ahora temía que su pasado sexual, sus recuerdos y sus deseos, serían muy difícil de superar..... pero de eso, a tirar con otra mujer?

Pensé que sólo le gustaban las pingas duras, largas y gordas; así como las sesiones de sexo intenso. Ahora no solo vaginal, no solo anal, sino también en doble penetración. Pero siempre con un hombre... o más de uno. Pero noté en su voz, un deseo interno por probar con otra mujer. Entonces me puse del otro lado y empecé a lamer y succionar el seno derecho de la flaca, mientras ella llamaba a Lucero a su seno izquierdo. Ahora tampoco había recriminación, rencor o disputa entre ellas. Pensé que tal vez habrían asumido que estaban a mano, ya había sido suficiente de mirar de lejos a manera de castigo y ahora sólo habría espacio para gozar del placer de nuestros cuerpos.

Mientras seguía con mi succión,no podía dejar de ver a Lucero, primero besando tímidamente una de las tetas, cogiéndola de a pocos, como no sabiendo por donde empezar ante tal inmensidad. La flaca cogía una de las manos de Lucero y se la frotaba por todo el seno, y pronto empezó a invadir con ella el seno que yo tenía. Les di un poco de espacio, lo que permitió que se acomodaran entre ellas, Lucero ahora estaba encima de ella, besándole las tetas. Metía la cara entre esos enormes pechos y se perdía en ella, besándolos y lamiéndolos. Las dos empezaban a gemir. Si Lucero le estaba comiendo bien rico las tetas a esa flaca, ella por su parte le estaba amasando bien arrecha el culaso que tenía encima suyo. Estuvieron un par de minutos en ese plan, mientras yo me corría la paja lentamente, era inevitable no sentirme excitado con tremendo espectáculo, pero no quería acelerar nada ni mucho menos venirme pronto.

Los gemidos eran sólo guturales, "uuuummmmmmm", "aaaahhhhhhhhhh", "aaahhhmmmm", "uuuuuuuffffffff", no había palabras, ninguna decía nada. Así que me arrodillé al lado de ellas, extendí mi mano y fui sobando también una de las nalgas de Lucero, era delicioso sentir el contraste de su piel versus la que había estado tocando todo este tiempo. Con la otra mano fui manoseando también una de las tetas de la flaca. Lo mejor era sentir que mi mano en el culo de Lucero chocaba por ratos con las amasadas de la flaca, la otra mientras sobaba el pezón, se encontraba con los labios de Lucero. Esa sensación de no saber donde termina la mano de uno e inicia la del otro y donde acaba una teta o un culo y empieza la piel del otro, era increible. Jamás lo había sentido y me encantaba, nos sobamos, metimos mano, ellas desviaban sus manos hacia mi verga y sentía como dos manos diferentes, me acariciaban de la manera como mejor lo consideraba cada una, a su estilo.

Las cosas ya estaban muy subidas de temperatura, de pronto mi verga se quedó sólo con la mano de la flaca, mientras ella llevaba otra a la conchita de Lucero, quien se apoyaba con una mano y le metía los dedos a la concha a su antes rival de sexo. Ellas estaban en una masturbación que era hasta perturbadora, se miraban a los ojos y se frotaban con fuerza, mi verga era pajeada de manera errática, como si fuera en piloto automático. Era como si en la cama sólo estuvieran ellas dos, pero yo no podía interrumpirlas, no me atrevía a cortarlas. Si antes disfrutaba mucho de ver a Lucero disfrutar como una perra salvaje, incluso si eso significaba que tuviera que aceptar que la verga que la clavaba fuera de su ex, esta nueva situación era muuuuucho mejor, disfrutaba por partida doble. La veía disfrutar al máximo, sentirse plena y muy mujer, pero además podía disfrutar el cuerpazo de su acompañante una flaca verdaderamente arrecha y que nos estaba enseñando una manera demasiado rica de vivir el sexo salvaje.

Desde unos centímetros de distancia, veía como esas mujeres de batían en una lucha sexual por ver quién duraría más, los gemidos iban en aumento, los sonidos de vaginas encharcadas, labios empapados, manos completamente mojadas. El sudor que corría por sus cuerpos, sus flujos, eran olores embriagantes. Pero yo quería más, no sólo mirar, ni siquiera ser sólo un participante... quería ser el protagonista.
 
Hola doc, te mande un mensaje podrías compartir la aplicación que usaste?? Gracias!
Entendible por más mente abierta que tengas que cuando te queman las dudas o el cerebro poco a poco se va convirtiendo en algo tóxico y te entiendo muy bien, conocí una flaca en una conocida universidad privada en la Molina, ella trabajaba ahí en el área de post grado, delgada de cabello lasio largo negro muy bien cuidado, de senos pequeños una buena cinturita, pero de buenas caderas un señor culo y piernas gruesas, 1.67 de altura, salimos por un tiempo y llegamos a ser enamorados, a primera impresión era muy rescatada y hasta sería, nuestro primer encuentro sexual me sorprendió porque en el sexo era bastante abierta de mente abierta,se notaba la gran experiencia en el sexo oral con garganta profunda y chupada de huevos, daba unos movimientos circulares de campeonato, pedía a gritos nalgadas fuertes, aquí háre una aclaración ( veo que los relatos exageran en sus medidas de penes al decir que lo tienen normal, y citan 18cm, según estudios científicos en esta parte de continente de 3 a 8 es un micro pene de 8 a 12 pene chico, de 12 a 15 un pene normal, de 15 a 18 un pene grande y de ahí hacia arriba ya un mega pene, decir 18 que es normal está fuera de contexto, 18cm es normal pero en África o países caribeños, que son los más aventajados en ese aspecto, es conocido si eres de descendencia negra es probable que seas pingon, así como para los asiáticos 8 o 10 es normal) en mi caso tengo 16cm pero en esta flaca prácticamente bailaba mi pene, tenía sus labios vaginales bien pronunciados como dicen cresta de gallo, cuando teníamos sexo se trasformaba completamente, hasta en su vocabulario bastante sucio y bulgar, pero no me molestaba era una experiencia nueva para mi, también me quemaba el cerebro en pensar en su pasado y esto pasa cuando estás enamorado y piensas en una relación seria, y que posiblemente sea la madre de tus hijos, si solo pensaras en vacilón del momento por lógica está idea no cruza por nuestra mente, llegamos a tener sexo a diario algunas veces mañana y noche, fue ella misma que en su cumpleaños después de celebrar con las amistades y ya en un hotel, estábamos teniendo sexo como siempre y ella me sorprendió al agarrar mi pene y metérselo a su culo, en posición perrito y entro normal sin esfuerzo, está relación me ocasionó problemas laborales, trabajaba para una trasnacional y tenía un futuro más que alentador, tuve que volver a esforzarme laboralmente y recobrar la confianza de los jefes, pero para lograrlo le quité tiempo al sexo y relación, esto termino por las sospechas que tenía o dudas que me llevaron a indagar su pasado, y por palabras de ella que muchas veces me decía en pleno sexo que ya no podía dejar de tener sexo un día conmigo, comencé implantando le una aplicación a su celular para yo poder ver sus redes sociales chats, dónde descubrí muchas cosas de ella, parte de su pasado que es pasado, pero que me era infiel que eso sí importaba, y me era infiel con su ex que trabajaba con ella eran compañeros, en ese momento recién me enteré de eso que su compañero era su ex, ese ex tenía ya otra pareja y al parecer su centro laboral era su centro de juegos de ellos, es más el pata hasta la celaba con algunos decanos, el párrafo que al leer más me marco fue: cuando el le decía que solo sólo su concha aguantaba a su pene, también vi mucho coqueteó con otros tipos que al parecer era decanos, chats en doble sentido subidos de tono, en un chat quedaron en verse saliendo del trabajo con su ex, en la rotonda de la Molina fui con el carro de un compañero y se vieron y deferente se fueron a un Telo, salieron después de una hora ni bien se despidieron me llamo, esa noche no la vi pero si quede a la siguiente en mi depa, fue la última noche que pase con ella, creo que hasta fui algo brusco o violento en el sexo con ella, pero fue mi ira contenida recuerdo que hasta le metí el pico de la botella por su culo mientras yo la penetraba vaginalmente, al día siguiente la termine mediante un mensaje de WhatsApp, con la excusa de que escogía mi trabajo y no tenía tiempo para ella, apesar de sus llamadas o buscarme no le di cara, más que nada para no decirle las cosas y humillarla no va conmigo eso, pero está aplicación lo tuve por buen tiempo en mi celular, viendo de vez en cuando sus perradas más que nada cuando el corazón me quería traicionar, hoy ya no lo tengo porque cambie de celular y resetie ese celular donde estaba, por eso te entiendo y ofrecerte disculpas por invadir tú relatos que está muy interesante.
 
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