Parte 13
Lupe se despertó de un sobresalto. Eran aproximadamente las 4pm. Se tocó la cara y tenía el semen de Mateo casi seco. Se vio desnuda. Miro alrededor y vio toda la casa desordenada. No solo Mateo la destrozo a ella y sino también la casa. Se levantó rápidamente se puso la bata, se lavó la cara y comenzó a ordenar la casa. Comenzó con la cocina recogiendo los utensilios de cocina, las frutas y verduras tirados en el suelo, había hasta un vaso roto. Limpio varias veces la mesa donde había follado, al parecer tenia restos de su venida y del semen de Mateo. Se quedo buen rato, intentando borrarse los chupetones en ambos senos, usando limón, kion, hielo, alcohol, entre otros. Ella misma se recriminaba “Como pude ser tan estúpida para dejarme hacer eso”. Al final desistió y siguió limpiando. Luego continuo con la sala, recogiendo los cojines tirados, limpiando la alfombra manchada con los líquidos de ambos y hasta habían roto un cuadro. Metió su diminuta ropa de gimnasio y su lencería rota en una bolsa negra y la saco afuera para que se lo lleve el camión de basura. No quería dejar ni un rastro. Ya cuando casi había terminado se dio cuenta de que el portarretrato familiar estaba manchado de la leche de Mateo. Con mucha pena y vergüenza lo comenzó a limpiar. Luego de eso se dio un duchazo. Cuando salió de la ducha yo llegaba del trabajo y me acuerdo que ese día estaba rara. Me recibió con un abrazo, cuando siempre me recibe con un beso. Me acuerdo que le dije “¿Qué te pasa? ven dame un beso”. Me beso tímidamente. Me imagino que se sentía culpable y quería evitar besarme con esa boca que unas horas antes había besado la boca y el cuerpo de otro, esa boca que había tragado la saliva de otro. En ese momento me di cuenta que Lupe no había cocinado. Ella normalmente cocinaba una vez, para el almuerzo y para la cena. Ella me dijo que le dolía la cabeza. Me moleste un poco con ella y le dije que se recostara, que yo pediría un delivery. Ella comió poco, estaba retraída y poco expresiva. Nos fuimos a dormir y ella solo me dio las buenas noches. Todo eso me pareció raro, pero no le di importancia. Grave error.
Al día siguiente era sábado y no trabajaba estuve todo el día con ella. Lupe parecía más animada pero por momento distraída. La fui a dejar a la iglesia porque tenía algunas actividades. Al salir nos cruzamos con Mateo y se saludaron de forma fría y distante. Fue desde ese momento en que hubo un cambio en su relación, ya no hablaban mucho y Lupe no mostraba ese lado maternal hacia Mateo, a la justa lo saludaba. Ese día también tenía una reunión con la gente del gimnasio en la casa de mi trampa Paula, fue ahí donde encuentro a Mateo levantándose a Paula (Leer Parte 3). Ósea en un lapso de dos días Mateo se levanta a mi mujer y a mi trampa. Llegue de boleto el domingo en la mañana y Lupe ya estaba despierta, llegaba de misa. No me dijo nada, como siempre, ya que yo la había formado como una esposa machista, donde el hombre podía salir y llegar al día siguiente y ella no podía cuestionarme. Pasamos todo el domingo en casa, por más que la invite a salir a comer o ir al cine, ella no quiso y estuvo todo el domingo leyendo la biblia, buscando quizás el perdón por su acto de infidelidad.
Al día siguiente, lunes, comenzaba mi jornada laboral. Apenas me fui a mi trabajo Mateo la llamo, pero Lupe bastante ofuscada le dijo que no la volviera a llamar, ni a buscar, que lo que había pasado ese día era un error, le pidió que no insistiera y evitar tener todo tipo de contacto y le colgó. Apenas corto la llamada Lupe se tomó la cabeza, como dudando de su decisión. Revisando los videos de esa semana, Mateo no volvió a llamarla, no le insistió más después de esa llamada, pero me acuerdo que durante ese tiempo Lupe comenzó a cuestionar a Mateo
Lupe: Juan veo que Mateo mete a muchas chicas a su cuarto.
Yo: Pero amor es su vida, no tenemos por qué meternos en la vida de nuestros inquilinos, para eso tienen entrada independiente.
Lupe: Pero tú sabes que esas cosas no me gustan. Que pensaran los vecinos y las hermanas de la iglesia que vienen a visitarme, porque él las mete a cualquier hora. Habla con él por favor.
Yo: Quieres que le pida que se vaya.
Lupe: No! (lo dijo exaltada) Solo dile que no puede meter a gente extraña.
Yo: Hablare con él.
Cuando recordé esa conversación con mi mujer, me quedo claro que ella estaba celosa. Lupe pensó que después de chotear a Mateo en esa llamada, él le estaría insistiendo y rogando para verse de nuevo, pero eso no paso, porque para él, Lupe fue una más del montón y al contrario comenzó a meter más chicas a su cuarto, lo que ocasiono los celos de mi mujer.
Toda esa semana Lupe no quería tener sexo y yo no le insistí. Uno de esos días mientras se bañaba, entre a la ducha para preguntarle sobre algo y al verla desnuda pude ver una de las marca en uno de sus senos, aunque ya estaba casi borrado. Lupe solo atinó a decirme que le había picado algún zancudo y que teníamos que comprar repelente. Yo le creí tontamente.
Llego otro fin de semana y después de insistir mucho, Lupe acepto pasar el esos días en un club en Cieneguilla. Fuimos con unos amigos y Lupe parecía más animada o por lo menos fingía estarlo. Cuando llegamos a nuestra casa intente hacer el amor con ella, pero no quiso (llevábamos más de una semana sin sexo). Ya mientras dormía, ella se levantó de madrugada y se fue a la sala, se sentó en el sofá. Llevaba un babydoll blanco. Lupe comenzó a tocarse los pechos y luego puso una mano entre sus piernas y empezó a masturbarse en silencio. Era obvio que pensaba en Mateo. A pesar que le dijo que no quería volver a verlo. Lupe lo pensaba, lo extrañaba, lo deseaba. En el climax de su masturbación, no pudo contener el silencio y soltó unos leves gemidos y entre esos gemidos logre escuchar (subiendo el volumen al tope) la palabra “Mateo”. Lupe miro a su alrededor para ver si me había despertado y podía haber escuchado lo que dijo. Lupe quedo rendida en el mueble, un rato después se fue a la cama, donde yo seguía durmiendo, sin imaginar lo que pasaba.
Al amanecer como todo lunes, comenzaba otra jornada laboral (una semana antes de que me fuera de viaje y donde comenzaría a ver los videos). Antes de salir al trabajo Lupe estaba inquieta y distraída, me sirvió el desayuno robóticamente sin decirme nada. No le preste atención y me fui a mi trabajo. Era claro que su comportamiento en todos esos días fue porque estaba, como se dice coloquialmente, con la cabeza caliente, y en una mujer a veces es peor, la puede hacer tomar decisiones inesperadas. En la soledad de la casa Lupe comenzó a caminar por toda la casa, pensativa, mirando su celular, quizás esperaba una llamada de Mateo, siquiera un mensaje, pero nada, ella no era importante para él y eso la frustraba. Miraba por la ventana a ver si salía o hacia entrar a otra chica, pero nada. Cuando Lupe le pidió a Mateo que se olvidara de ella, en el fondo, ella quería todo lo contrario, pero era incapaz de pedírselo su dignidad de mujer, de esposa abnegada y digna le hacía detenerse. Quizás quería justificarse ella misma de su adulterio. Aduciendo que fue Mateo quien le insistió, le rogo, la sedujo, la forcejeo. Eso la haría sentir menos culpable, pero eso no paso. Después del habérsela tirado, Mateo no la volvió a buscar, ni a llamar y eso tenía desesperada a Lupe, que estaba arrecha por verlo, sentirlo, besarlo y follar de nuevo con él. Esa desesperación hizo que dejara atrás su dignidad y reputación y tomara su celular y finalmente marcara un número…
Lupe: Aló, Mateo!!!
Continuara…