canebo
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Parte 1:
Un día decidí hacer compras en un mercado relativamente lejos de mi choza, no el más cercano donde normalmente lo hacia, ya que estaba todo sudoroso luego de pelotear con la gente de la facu, así que salí con la lista que me encargaron mis viejos, y ese sábado no pensé que sería el comienzo de algo muy especial.
Al ingresar a un centro de abastos realmente conocido por mí por fuera, no por dentro, no sabía como estaban distribuidos los puestos si así fuese, la cosa es que entré y justo encuentro un puesto de abarrotes donde habria todo lo que necesitaba, como para ir directo a mi jato y duchazo de ley sin hacer paradas cerca de casa.
La señora: Hola niño que va a llevar?
Yo: Hola seño, deme ¼ de trigo pelado seco, un kilo de ese arroz piurano, y ¼ de frijol camanejo
La señora: (poniendo las cosas ya listas) algo más llevaras?
Yo: ¼ de esa lenteja bebe, ¼ de garbanzos y 1 aceite primor
La señora: (otra vez poniendo las cosas ya listas) algo más llevaras?
Yo: ahi queda seño
La señora: (me da la lista de la cuenta) aqui está ...
Yo: (cojo la bolsa, metiendo uno por uno las cosas) cobrese
La señora: su vuelto, gracias
Yo: gracias
Llegué a mi jato y al sacar las cosas me percato que no estaban las lentejas, mi mamá me hace roche, se asa y tuve que retornar volando al mercado donde compré, por dentro sentía que por querer ahorrarme tiempo ahora la hice más larga.
Llegué al puesto donde compré, lo reconocí y la señora no estaba, solo estaba una chica comiendo sentada, que al verme me dice:
La chica: Usted es el joven de las lentejas
Yo: sí señorita olvidé llevarlas, y la señora??
La chica: soy su hija
Yo: señorita, gracias en serio...
(Continuará)
Un día decidí hacer compras en un mercado relativamente lejos de mi choza, no el más cercano donde normalmente lo hacia, ya que estaba todo sudoroso luego de pelotear con la gente de la facu, así que salí con la lista que me encargaron mis viejos, y ese sábado no pensé que sería el comienzo de algo muy especial.
Al ingresar a un centro de abastos realmente conocido por mí por fuera, no por dentro, no sabía como estaban distribuidos los puestos si así fuese, la cosa es que entré y justo encuentro un puesto de abarrotes donde habria todo lo que necesitaba, como para ir directo a mi jato y duchazo de ley sin hacer paradas cerca de casa.
La señora: Hola niño que va a llevar?
Yo: Hola seño, deme ¼ de trigo pelado seco, un kilo de ese arroz piurano, y ¼ de frijol camanejo
La señora: (poniendo las cosas ya listas) algo más llevaras?
Yo: ¼ de esa lenteja bebe, ¼ de garbanzos y 1 aceite primor
La señora: (otra vez poniendo las cosas ya listas) algo más llevaras?
Yo: ahi queda seño
La señora: (me da la lista de la cuenta) aqui está ...
Yo: (cojo la bolsa, metiendo uno por uno las cosas) cobrese
La señora: su vuelto, gracias
Yo: gracias
Llegué a mi jato y al sacar las cosas me percato que no estaban las lentejas, mi mamá me hace roche, se asa y tuve que retornar volando al mercado donde compré, por dentro sentía que por querer ahorrarme tiempo ahora la hice más larga.
Llegué al puesto donde compré, lo reconocí y la señora no estaba, solo estaba una chica comiendo sentada, que al verme me dice:
La chica: Usted es el joven de las lentejas
Yo: sí señorita olvidé llevarlas, y la señora??
La chica: soy su hija
Yo: señorita, gracias en serio...
(Continuará)