Un día por su ex barrio pasaba buscando algo para una amiga y de pronto vi a dos de sus hijos ( creo que tiene 3 o 4) y me reconocieron, me trataron como a un tio que no ven en tiempos, les invite unos jugos y sanguches. Conversamos amenamente. El mayor trabaja y vive con su pareja, la segunda esta en la universidad y es soltera. Los veía y recordaba cuando iban a mi casa con su madre en minifalda con esas ancas poderosas, que tentaciones razones para pecar a si tuviera dueña.
La nostalgia evocaba el pecado y los malos pensamientos, trate de alejarme de ello y le pregunte por su padre y otras amistades en común, me comentaron que su padre se fue a su tierra, Loreto y hace un par de años que no lo ven, pero el próximo viene y vivirán juntos y alli se me metió el gusano, y tu madre estará con nueva pareja, no, sigue sola, trabaja y a veces se ve con algunas primas ( algo mencionaron a otra ex amor). Para no ser tan enfermo y pregunto, les di una propina, les anote mi número y les dije que me visiten. Me agradecieron felices y se fueron.
Al día siguiente Lupe me escribe, bueno creía que era ella, porque el mensaje expresaba la alegría que sus hijos la pasaran bien ayer. Le dije, no tienes porque, espero saber de ti, sabes, me contesto, estoy cerca de tu casa. Genial, nos vemos, no, me respondió, ahora no. Estoy algo ocupada ( de seguro estaría con un tipo), y cuando le pregunte, ya pronto, señaló y acabó todo.
Pasada una semana, una chica con rasgos bien notorios de la selva, me visita, le dije quien era, soy prima de Lupe, me dio esto para ti, era un par de juanes, le dije gracias y le iba a dar unos soles y lo rechazó, dice que pronto te vendrá a ver ( siempre decía eso y no aparecía).
Comí con ganas pero mas imaginando esos potajes en su atractivo cuerpo, si fuera una noche donde pueda dejarse llevar por mi piel y mis fantasías hasta saciarla, someterla y destruirla. Sueños y locuras que han gobernado mis mejores y peores momentos.
Después de varios meses supe de ella, me dejaba otros juanes, la veía con una mini color marrón como aquella mañana de otoño que el viento le alzaba la ropa, dejaba al descubierto su tanga negra, esa risa cómplice y su melena dándome ánimos, un guiño y me da un beso efusivo, lleno de su babita, la quise aprisionar y se escapo, pronto, ahora no puedo, debo volver. Como el aire fresco en verano, cálidos momentos, oportunos para la soledad pero efímeros en mi vida, se va y solo queda aguardar con mejor semblante o tener una mejor estrategia de como doblegarla..........