Hace dos años estaba metido de lleno en una red social de lectura cuando una usuaria muy popular me recomendó calurosamente este libro:
"Seda" (1997) de Alessandro Baricco. En honor a la verdad, debo decir que nunca habia escuchado de Alessandro Baricco ni mucho menos de este título (luego me enteraria que escribió otro libro notable, "Novecento"). Pero veia que las reseñas eran muy positivas y las calificaciones muy generosas -además de la insistencia de esta popular usuaria- lo que motivo más mi curiosidad y decidí comprarlo en una de mis librerias preferidas (todavía la pandemia no habia llegado a nuestro país en esos meses iniciales del 2020, al menos para la opinión pública).
Lo leí en apenas dos noches puesto que es un libro brevísimo (en realidad se puede leer tranquilamente una tarde, solo que los avatares del trabajo ocuparon mi tiempo). Y debo decir que las reseñas positivas y las generosas calificaciones estaban plenamente justificados. El libro es una obra maestra y sus traductores del italiano al español -Xavier González Rovira y Carlos Gumpert- unas estrellas. Pocas veces he visto (o leído) un equilibrio magnífico entre fondo y forma. A veces, algunos autores trabajan afanosamente el estilo y la redacción pero cuya trama resultante es insípida o no llega a colmar las expectativas, y viceversa. Pero no en el título que nos ocupa, en "Seda" encontramos una novela en que cada palabra, cada oración y cada párrafo es un viaje a sensaciones y sentimientos. Súmese a ello un halo de nostalgia. Nada falta y nada esta por demás. Baricco economiza sabiamente el lenguaje para ponerlo al servicio de la historia. Y cada capítulo es toda una experiencia que te lleva a degustar del próximo.
Esto es más destacable aún por la premisa de la trama que aparentemente no tiene gran atractivo: un hombre europeo del siglo XIX que se dedica a comprar y vender gusanos de seda. Algo sumamente anodino pero cuya fuerza en las descripciones y las acciones de los personajes, los misterios y más cosas que vienen en los siguientes capítulos no hacen sino preguntarnos cómo ha sido posible crear una maravillosa historia que se teje en cada página y que uno se ve inmerso desde el primer capítulo. Particularmente a muy pocos libros les pongo la más alta calificación (un libro tiene que maravillarme y dejarme como impronta una serie de emociones y reflexiones, soy muy exigente en ello) pero éste se lo merece grandemente y con justa razón. Un clásico del siglo XX, un libro que recomiendo calurosamente.