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10 Years of Service
Hola a todos, continuando con los relatos ya propuestos, procederé a contar lo que sucedió con Lorena, como ven el título es una mujer que gusta del trato rudo en la cama, fue algo difícil entrar en su mundo.
Lo irónico de todo esto es que no tiene intereses en común conmigo e incluso su forma favorita de sexo dista mucho de lo que generalmente hago.
Pues bien empezando, Lorena de 30 años trabaja conmigo en el hospital, sí en el área de mantenimiento, ella es una mujer de 1.70 de estatura, pechos 34b, delgada, de piernas estilizadas y una piel blanca, pero tan blanca... Imagínense que de cariño le digo Gasparín, Jajajajajajajaja. Y se manejaba un rico derriere de 110cm.
Bueno resulta que ella es mi asistente personal, me comentaba todas sus dudas y me apoya en los papeleos, en realidad odio hacerlos, transcurría la rutina normalmente, hasta que a eso de las 19.00h, ella suspira pesada y tristemente.
I: Hey Gasparín, que pasa?
L: Jefe, sé que le gusta bromear, pero evítelo creo que hoy me levanté de malas.
I: Entiendo ¿Qué sucede?
L: Últimamente me siento mal, apática... Y cero atractiva.
I: Bah, si acá hasta el gerente te quiere dar y no consejos... Precisamente.
L: Lo sé pero, me siento rara e incluso siento que paso desapercibida.
I: Desapercibida por el que te gusta será...
L (sorprendida y ruborizada): ¿ Cómo supo eso?
I: Un galgo viejo, sabe de cacerías así como de presas.
L: Hummmm, sí el chico que me gusta es demasiado formal y temo atemorizarlo al momento de intimar,
ya que a veces puedo ser muy directa y eso es solo la punta de iceberg. Por eso le pregunto a usted: ¿Cree usted si yo estuviese acostumbrada a alguna práctica en la cama, eso debería intimidarlo?
I: Prefiero evitarme problemas, si algo no va conmigo, me voy y ya.
L: Eso temo, ya que el se parece en eso a usted, es demasiado directo, serio y no aguanta pulgas a nadie...
I: ¿Qué te agrada de él?
L: Precisamente su seriedad, ya me cansé de aventuras de una noche, usted sabe los rumores sobre mí cierto?
Efectivamente sobre Lorena se hablaban muchas cosas, la única que pude palpar a certeza, es que gustaba de masturbarse en los baños femeninos, con material audiovisual a volumen bajo, sí aunque les parezca inverosímil, una vez la encontré en esa actitud, en pleno horario de trabajo, en ese entonces se compartía baño, luego de eso decidí hacer gestión para baños separados, se lo comenté y nunca o dije a nadie pero fuera de eso....
La hacían ver como que ella era la cortesana de los altos mandos del hospital, su imagen de que femme fatale y de que su puesto, era por acostones con el gerente de ese entonces eran frecuentes. Y ni que decir del alcohol, se descontrolaba y no decía no a nada.
Bueno al menos conmigo mantenía la distancia prudencial y yo notaba que era esforzada en el trabajo.
I: ¿Qué te lleva a preguntarme estas cosas?
Ella solo atinó a mostrarme una conocida página de videos porno con determinado item, en el cual entendería su preocupación por ese chico que ella quería solo para ella...
Continuará.
Lo irónico de todo esto es que no tiene intereses en común conmigo e incluso su forma favorita de sexo dista mucho de lo que generalmente hago.
Pues bien empezando, Lorena de 30 años trabaja conmigo en el hospital, sí en el área de mantenimiento, ella es una mujer de 1.70 de estatura, pechos 34b, delgada, de piernas estilizadas y una piel blanca, pero tan blanca... Imagínense que de cariño le digo Gasparín, Jajajajajajajaja. Y se manejaba un rico derriere de 110cm.
Bueno resulta que ella es mi asistente personal, me comentaba todas sus dudas y me apoya en los papeleos, en realidad odio hacerlos, transcurría la rutina normalmente, hasta que a eso de las 19.00h, ella suspira pesada y tristemente.
I: Hey Gasparín, que pasa?
L: Jefe, sé que le gusta bromear, pero evítelo creo que hoy me levanté de malas.
I: Entiendo ¿Qué sucede?
L: Últimamente me siento mal, apática... Y cero atractiva.
I: Bah, si acá hasta el gerente te quiere dar y no consejos... Precisamente.
L: Lo sé pero, me siento rara e incluso siento que paso desapercibida.
I: Desapercibida por el que te gusta será...
L (sorprendida y ruborizada): ¿ Cómo supo eso?
I: Un galgo viejo, sabe de cacerías así como de presas.
L: Hummmm, sí el chico que me gusta es demasiado formal y temo atemorizarlo al momento de intimar,
ya que a veces puedo ser muy directa y eso es solo la punta de iceberg. Por eso le pregunto a usted: ¿Cree usted si yo estuviese acostumbrada a alguna práctica en la cama, eso debería intimidarlo?
I: Prefiero evitarme problemas, si algo no va conmigo, me voy y ya.
L: Eso temo, ya que el se parece en eso a usted, es demasiado directo, serio y no aguanta pulgas a nadie...
I: ¿Qué te agrada de él?
L: Precisamente su seriedad, ya me cansé de aventuras de una noche, usted sabe los rumores sobre mí cierto?
Efectivamente sobre Lorena se hablaban muchas cosas, la única que pude palpar a certeza, es que gustaba de masturbarse en los baños femeninos, con material audiovisual a volumen bajo, sí aunque les parezca inverosímil, una vez la encontré en esa actitud, en pleno horario de trabajo, en ese entonces se compartía baño, luego de eso decidí hacer gestión para baños separados, se lo comenté y nunca o dije a nadie pero fuera de eso....
La hacían ver como que ella era la cortesana de los altos mandos del hospital, su imagen de que femme fatale y de que su puesto, era por acostones con el gerente de ese entonces eran frecuentes. Y ni que decir del alcohol, se descontrolaba y no decía no a nada.
Bueno al menos conmigo mantenía la distancia prudencial y yo notaba que era esforzada en el trabajo.
I: ¿Qué te lleva a preguntarme estas cosas?
Ella solo atinó a mostrarme una conocida página de videos porno con determinado item, en el cual entendería su preocupación por ese chico que ella quería solo para ella...
Continuará.