Las semanas pasaron rápido y la chama seguía dándome sajiro cada vez que iba a la cafetería; pero, como no quería que ningún chibolo cojudo se ganará con lo que quería hacer con la chama, me aguanté hasta la última semana del reemplazo. El último día como siempre me senté alejado de puerta y sin llamarla, la chama se acerca y dice: "a la orden doctor", en mi mente ya la estaba desnudando y metiéndole lengua a ese culazo, jajajajajaja. Yo: "hola, hoy solo quiero un jugo piña, tengo la tarde libre y quiero ir a conocer un lugar nuevo", la chama se hizo la interesante y luego dijo: "ok, solo jugo piña, quien será la afortunada que lo acompañe" yo dije, aquí es, aquí le entro, yo: "si tu quieres, podemos ir juntos" manos me arriesgué era ganar o morir en el intento. Ella: "jajajajaja, doctor, tan serio que se le veía, me gustaría acompañarlo; pero, recién salgo a las 5" manos, no la deje terminar y le dije: "no hay problema, te espero a las 5 en la puerta 8", la chama sonrió y era un sí sin decirlo, tomé mi jugo, pagué como siempre y antes de entregarme mi boleta la chama me dice suavecito "no me valla a dejar plantada eh". Manos, con eso confirmé que la chama no fallaría y me retiré a comprar todo lo necesario para ese encuentro (dos cajas de condones, lubricante y una barra de halls). Aproveché para lavar mi camioneta y poner un ambientador neutro (de esos que absorben el olor por si la chama se ponía un perfume fuerte), con el apuro ni almorcé, me olvidé de todo y solo me concentré en como me llevaría a la chama a cachar.
Antes de las 5 ya estaba estacionado a lado de la puerta y la chama nada de aparecer, carajo, me dejó plantado, me nuble, estaba bajoneado, me bajé caminé, mire a lo largo de ese gran pasaje y nada, puta madre, eran las 5:20 así que dije ni modo ya perdí me quito, cuando ya estaba dando la vuelta para salir del estacionamiento del chifa, la veo, si bien estaba vestida sencilla, el pantalón jean que llevaba resaltaba su culazo y en una se me paró la pinga. Me acerqué, la saludé, le dije que estaba preciosa (se había maquillado) y le abrí la puerta del carro y nos fuimos directo a plaza San Miguel, entramos a un conocido restaurant, pedí una bebidas y comenzamos a charlar, la chama era una lora y recontra buena onda. Me contó que ya tenía 6 meses el Perú y que estaba trabajando en esa cafetería desde mediados de año y ahí se mandó con todo, que el dinero no le alcanzaba para enviar mucho a su familia en Venezuela (mamá, hermanos pequeños, ella era la mayor) y que a veces hacía otros trabajos relacionados a venta de tortas y cupcakes, gente parecía que me conocía de años, pues me contó toda su vida, yo solo asentía y aproveché un giro en la conversación para preguntarle si tenía pareja, ella: "No tengo tiempo ni para dormir, no estoy con nadie desde que dejé a mi novio en Venezuela" gente, con las chamas nunca se sabe, cojudo no soy así que solo le seguí la corriente. Como ya teníamos rato de estar charlando, me pido un par de cervezas negras (ese es mi límite, pues luego tenía que manejar) y la chama se la seco al toque, le dije que se sintiera libre de pedir lo que quiera, gente para que dije eso, la chama se mando con todo y yo en mi mente dije "boca come, poto paga". Cuando la chama ya estaba sazonada, se va al baño y yo aprovecho en pedir la cuenta y pagar. Cuando regresa, se sienta a mi lado y me manda un chape con lenguado y sacada de zarro, jajajjaja, "la pasé rico doctor" y ahí le dije: "pero más rico es lo que se viene" y la cogí de la cintura para enrumbar justo en frete del restaurant a un conocido telo de la zona. La chama entró al cuarto y en una me metió un chape tipo tirabuzón, carajo se notaba que estaba aguantada, yo quería disfrutar cada instante (por algo no había invertido mi tiempo y dinero) y la comencé a desnudar a mi antojo, la perra me bajó el pantalón y me mamó la pinga hasta casi hacerme venir, si no reaccionaba la muy perra me deslechaba en una y sin penetrarla. la desnudé por completo y por fin pude amasar ese culazo que me volvió loco desde el primer día que la vi, besé sus nalgas; pero no la sopié, soy arrecho pero no imbécil, la chama gemía y hablaba lisuras con su típico acento caribeño, me puse mi condón (durex para mi seguridad) la puse frente a frente y en misionero se la comencé a meter mientras la besaba y su aliento a alcohol se mesclaba con el mío. Fue arrechante, sentir como esa mujer volteaba los ojos hasta ponerlos blancos de placer, le levanté las piernas y empuje mi pinga fuerte contra su concha canelita y recontra ajustada, la perra no mintió hace varios meses que no tiraba. Gente, me sadiquié con la chama, la voltié y la puse en perrito y goce a mil por hora dándole duro al culazo de esa chama, la perra gritaba, maldecia, y se mojaba como una puta. yo: "Me vas a deslechar", ella: "ábreme el culo, quiero sentirlo en mi culo" gente la chama estaba poseída, se despegó de mi pinga y luego se puso al filo de la cama y me dijo: "dame aquí mi rey", le zampe hasta el fondo, yo de pie y ella al filo de la cama, esa cama se movía a nuestro ritmo, cuando de pronto veo que las piernas de la chama comienzan a perder fuerzas y llegó en un gemido que la dejó sin aliento. Saqué mi pinga de su concha y arrojé el condón a una esquina. Me acomodé a un lado de la cama y la chama se acostó a mi lado, fue un buen polvo; pero yo aun no había llegado y ella estaba sudada. Descansamos un ratito y le dije para ducharnos juntos, ella accedió feliz y en la ducha me lavó bien la pinga con sus manos y yo aproveché en jabonar ese chanchazo que se manejaba, tenía 22 años y sus caderas eran un manjar. Gente, me tuve que contener en la ducha, casi la pongo contra la pared para tubearla; pero, soy un hombre responsable y la cordura me hizo reaccionar, la llevé a la cama, me puse mi condón y le dije móntame perra, la chama se subió en una y comenzó a rozar sus tetitas en mi rostro y yo no me resistí a lamerlas, apretarlas y hacer con ellas lo que se me antoje. Cuando sentí que ella ya estaba bien caliente la pusé en media tijera para sentir como mi pinga destrozaba esa concha caribeña y canelita. Nuevamente la puse en perro y le dí a full velocidad para botar toda mi leche mientras ella no paraba de gemir y vaciarse justo antes que yo. Boté tanta leche que el condón salió con las justas, la chama aun seguía tirada en la cama y yo aproveche para botar los condones por el inodoro (uno nunca sabe manos).
Me bañé meticulosamente, eran casi las 11, le pedí un Uber a la chama, bajamos juntos y la acompañé a su taxi, me despedí cariñosamente y le dije que nos veríamos el próximo martes como siempre (en la cafetería). Enrumbé a mi casa bien deslechado y feliz.
Esa fue la última vez que la vi, pues la semana siguiente mi pata regresó y yo ya no volví nunca más a esa universidad.