Ahhh si no pares Ahhhhhhhhhh, le decía a Javier mientras me follaba en la ducha mientras el agua caliente caí sobre nuestros cuerpos desnudos. El me agarraba con una mano la cintura y con la otra aplastaba mi cabeza contra la puerta transparente de la ducha. Mis pechos sobrepasaban la transparencia del vidrio sobretodo mis duros pezones mientras sentía ese enorme pene penetrándome. En ese momento me arrepentí no haber puesto música a alto volumen, estoy segura que mis gritos se escuchaban en todo el hotel pero no me importaba solo quería seguir siendo follada. Javier saca su pene y se retira el condón y comienza a bañarme con su leche cayéndome en toda mi espalda y mis nalgas.
Habíamos ido a un bonito hotel aprovechando que salí temprano de mi trabajo Javier y yo nos veíamos uno o dos veces por semanas y cada vez se consolidaba nuestra relación clandestina como también crecía la confianza que nos teníamos. Fue así que poco a poco fui sacando información de cómo conoció a Carmen y Clarisa, sus vecinas. Javier tenía solo unos meses viviendo en ese edificio, ya que antes vivía con unos amigos que lo ayudaron a venir al país y que después de llegar a Perú le cobraron lo que gastaron en él y hasta con intereses. Así que una vez que pago la deuda lo primero que hizo fue salir de ahí y comenzar de cero y lo más barato que consiguió fue esa azotea en ese edificio. En dicha azotea solo esta su cuarto prefabricado y los cordeles para colgar la ropa. Fue ahí que conoció a la más joven: Clarisa, la selvatica.
Clarisa estaba colgando su ropa al igual que Javier. Él me cuenta que le gusto desde el primer momento que la vio. Hablaron y rieron por un rato y así se hicieron amigos hasta contarse cosas personales. Clarisa salía con un hombre de cincuentón solo por su dinero. Javier la había visto que siempre la recogía en un moderno auto. Un día Javier llego tarde de madrugada de trabajar, se metió a la ducha, que esta fuera de su cuarto, y al salir vio a Clarisa fumando en el balcón de la azotea. Javier estaba solo con la toalla se acercó a saludarla y ella le conto que el hombre cincuentón con el que salía se embriago y arruino su noche y que prefirió pedir un taxi y retirarse de la discoteca donde estaban. Ella estaba con ganas de bailar y pasarla bien. Javier le dio ánimo y le dijo que si querían podían salir a bailar, ella le respondió que es muy tierno de su parte y terminaron besándose. Ella se rio muy pícara y se dio media vuelta para irse, le dijo hasta chau. Javier pensó que solo quedaría en un beso pero ella regreso hacia él y lo volvió a besar y luego le quito la toalla y se arrodillo ante él, según Javier se sorprendió de ver tremendo pene. Ella lo olio y luego comenzó a jugar con su lengua, hasta que se lo metió todo a la boca y comenzó a chupársela. Javier me dijo que se la chupaba muy rico. Le agarro fuertemente la cabeza y comenzó a follarle la boca para su corta edad era muy experta y pudo resistir las embestidas de su enorme pene. Terminaron dentro de su cuarto follandola en pose de perrito, ella era muy flexible al quebrarse, ponía sus nalgas a la altura precisa de su pene. Su vagina era muy estrecha. La destrozo en la cama haciéndola llora de placer. La follo en el mismo colchón donde meses después me follaria a mí, siendo infiel por primera vez, el día de mis bodas de plata.
Fue así que comenzaron a verse más seguido pero no solo en el cuarto de Javier si no también en el depa que Clarisa compartía con Carmen. Siempre se veían cuando Clarisa estaba sola en su depa. Un día aprovechando que Carmen trabajaba hasta tarde, Clarisa invito a Javier a su depa. Pusieron músico y comenzaron a bailar y tomar. Una cosa llevo a la otra y se besaron, la ropa comenzó a sobrar y cayeron desnudos en el sofá de la sala. En eso entra Carmen y los encuentro en pleno acto. Clarisa tenía las piernas abiertas y Javier estaba encima de ella. Imagino que Carmen debió ver la espalda ancha de Javier, cubierto de sudor, con los músculos marcados por el esfuerzo. Javier me conto que ni Clarisa, ni el pudieron parar porque estaban en pleno climax. El giro la cabeza y miro a Carmen. Ella estaba paralizada, después de unos segundos reacciono y se fue a su cuarto. Javier la siguió con la mirada y después de un rato vio que la puerta de su cuarto se abrió ligeramente, los estaba espiando. La puerta se cierra rápidamente al sentirse descubierta. Javier pone a Clarisa en 4 y le comienza a dar duro y rápido, en eso levanta la mirada hacia el cuarto de Carmen y encuentra la puerta semiabierta. Javier se ríe y levanta su mano haciendo un gesto de llamado a Carmen, como invitándola a que se unan. La puerta se vuelve a cerrar. Javier le comienza a dar más duro a Clarisa, cae encima de ella y se apoya del respaldar del sofá para darle con más fuerza. Clarisa llega al orgasmo entre gritos desgarradores, Javier también se viene, levanta la cabeza y la puerta se iba cerrando. Carmen no aguantaba la curiosidad de ver semejante escena. Clarisa recupera aliento y se ríe y avergüenza de que Carmen allá visto semejante situación. Javier se viste y se va a su cuarto.
Ya en su cuarto Clarisa lo llama y le dice que Carmen le llamo la atención, primero por no avisarle que iba a llevar a otro al depa y segundo porque le generaba desconfianza Javier, le dijo que tuviera cuidado y hasta resalto el que sea venezolano como algo malo. Clarisa se sorprendió porque Carmen estaba siendo muy conservadora cuando antes no le recriminaba por las parejas con las que salía, solía ser bien liberal. Carmen es una mujer muy locuaz, extrovertida, coqueta, con tono de voz alto, saludaba a todos en el edificio y si veía a un hombre que le gustaba no dudaba en piropearlo. Tengo que reconocer que cuando la conocí me avasallo con su personalidad, tomando en cuenta que yo soy de una fuerte personalidad. Javier escuchaba a Clarisa y por dentro se reía porque él sabía que Carmen los estaba espiando mientras follaban y entendía que todo lo malo que decía Carmen de él era por celos ya que antes lo había coqueteado.
Casi a la medianoche, después de tan intensa noche Javier se alistaba a dormir, cuando escucha un ruido. Se asoma a la ventana. Era Carmen que supuestamente estaba tendiendo ropa, a esa hora era algo bastante extraño. Javier entendió que había subido intentando toparse con él, más aun al ver que hacia intencionalmente mucho ruido como dejando caer los ganchos a cada rato o empujando baldes que otros inquilinos habían dejado. Javier muy decidido y sin querer perder el tiempo abrió la puerta de su cuarto completamente desnudo, con su enorme pene erecto y le dijo: Ven! Entra. Carmen se quedó inmóvil y con la boca abierta pero a paso lento, con miedo, sorprendida pero también muy excitada entro al cuarto.
Apenas entro la puso de rodilla para que le hiciera sexo oral. Carmen estaba sorprendía por tan enorme pene pero no dudó en metérselo todo en la boca, lo escupía, lo ensalivaba y se lo volvía a meter. Se golpeaba la cara con el pene macizo de Javier mientras lo miraba a los ojos sumisamente y le decía: Que rica pinga, castígame con eso, dame duro amor, soy tu perra. Carmen obviamente era más liberal que yo y no le costó para nada entregarse a Javier y comportarse como una perra. Como tantas otras con las que ha estado, Carmen cayó sobre su colchón q estaba en el suelo. Javier le abrió las piernas y empezó a comerle su conchita y así como es de gritona en el día a día lo era en la cama, gritaba de tanto placer que Javier tuvo q estirar su brazo para taparle la boca con la mano mientras le seguía comiendo su conchita y así evitar que los vecinos escucharon sus gritos. Luego se puso entre sus piernas y poco a poco comenzó a introducir su enorme pene en su conchita. Ella le pidió que lo hiciera suave ya que tenía miedo que le doliera por lo grande que era. Javier le dijo: Eso es lo que querías ahora aguanta. Javier apenas se la metía y Carmen ya se estaba viniendo, ella era multiorgasmica y lanzaba unos gritos ensordecedores. Javier agarró lo primero que vio, que fue uno de sus boxer y se lo metió en la boca. Javier la follo duro ya que tenía la conchita muy dilatada. Carmen no es una mujer que le guste que la dominen en todo momento, por ratos tomo la iniciativa y se puso encima de Javier. Carmen agarró de las muñecas a Javier mientras ella le saltaba encima y le movía sus enormes nalgas, ella tenía el dominio tanto que hizo gemir a Javier de placer mientras Carmen se venía una y otra vez. Javier estaba en el clímax del placer, libera su mano y le da la vuelta, quedando el encima de ella y follandola en misionero en las últimas embestidas. Carmen no para de venirse, no aguanta más y se saca el bóxer de su boca y los gritos desgarradores volvieron. Carmen y Javier se miran a los ojos sin dejar de follar y cómo si sus miradas se hablaran, entendieron lo que ambos querían hacer sin decir una sola palabra. Cuando Javier ya estaba por venirse saca su pene de la conchita de Carmen, se saca el condon, se sienta en la cara de Carmen, le mete su enorme pene en la boca y le comienza a follar la boca, hundiéndole su cabeza en el colchón. Fueron unos segundos intensos. Javier se vino, eyaculo en la boca de Carmen. Ella se tragó todo el semen de Javier, se lo lamió, absorbió, hasta dejarlo limpio. Javier le dijo: Encontraste lo que estabas buscando.
Javier me lo contó mientras estábamos desnudos en la cama descansando después de una larga sesión de sexo mostrándome fotos y algunos videos de referencia. No voy a negar que eso me encendió más. Cuando Javier me contaba la última parte de lo que les acabo de compartir ya tenía su mano en mi conchita. Yo le decía que siguiera que no parara de sobarme la conchita y no parara de contarme. Me di cuenta que más que celo me dio mucho placer que compartiera su historia que tuvo con sus vecinas. Al terminar de contarme saco su dedos de mi conchita y me mostró lo mojado que estaba toda su mano. Lo siguiente fue follar salvajemente recordando lo que había pasado con sus vecinas. Lamentablemente el tiempo no nos alcanzó para que me siguiera contando lo qué pasó después con sus vecinas, quedo pendiente para nuestro siguiente encuentro, porque hubo más.