Alejandro de Macedonia
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Ya unos diez años atrás, en mi primer trabajo formal para una empresa telefónica, llegué a conocer a una flaca de recién ingreso, simpática, de baja estatura, pero con un busto enorme, recuerdo haber conversado con ella en las reuniones que se hacían semanalmente, con el fin de caerle en algún momento, porque si bien era cierto que estábamos con el uniforme de trabajo, llegaba a sobresalir el gran tamaño de sus pechos. Conforme iban pasando las semanas, nos volvimos una especie de confidentes, me contaba los problemas que tenía con su pareja (un supervisor de la marca, pero de otra zona). Sus discusiones eran frecuentes y cada vez se tornaban más intensas, el tipo de la pegaba de gilero con las promotoras de su zona, por lo que al cabo de unas semanas terminó dicha relación y al no poder sobrellevarlo renunció al trabajo. Pasado unos meses, le seguí los pasos, ya que recibí una mejor propuesta laboral. Para ese entonces seguíamos hablando, me decía lo mal que se sentía, así que aprovechando un poco la situación, decidí invitarla al Starbucks de Surquillo, para vernos y conversar en persona ya que no nos veíamos meses, aceptó sin problema alguno y quedamos con la fecha y hora. El día pactado llegó, justo ese día hacía un calor del pincho y ella tardaba en llegar, decidí entrar y cuando lo hacía me cogen de la espalda, era ella, llegó con un vestido, de esos sueltos, con los que van a la playa, pero bien escotado y se podían ver ese par de tetas blancas y carnosas. Estuvimos hablando como un par de horas, hasta que decidimos entrar al cine, para ser sincero, no quería dar la impresión de que quería estrellar mis bolas en ese par de nalgas, así que no me sobrepase en ningún, apresar que ella me abrazaba o se recostaba en mi. Luego de ese día, salimos un par de veces más y le perdí el rastro. Borró sus redes y al WhatsApp le llegaban los mensajes, pero nunca los leía. Pasaron poco más de 3 años, hasta que me salió como amigos que quizá conozco en facebook, la agregué y empezamos a hablar nuevamente, no lo dijo al inicio, pero luego de unos días mencionó que borró sus redes porque había quedado embarazada de su ex, y que durante su embarazo la engañó. Vivía con su madre en un departamento en Surquillo, tenía trabajo pero por los gastos que tenía y lo poco que le pasaba el tipo, tenía problemas económicos. En algún momento me pidió la apoye económicamente y ahí es donde empezó todo. Quedamos un día en salir nuevamente, pero su madre tenía un compromiso y al no querer cancelarme, me dijo que mejor hay a su casa, fuí, vimos una película en su cuarto y una cosa llevó a la otra, la tenía encima mío, ella estaba con un short y un polo grande, sin sostén debajo, le quite el polo y pude ver por fin esas enormes ubres colgar de su pechos, eran blancas, con los pezones medianos y en punta, no pude resistirme y empecé a besarlas, por ahí sentí un poco de leche salir de su busto, que me llegó al pincho y continúe, la puse en cuatro contra la cama y le desabroché el short, debajo tenía una tanga negra, la cual hice a un lado y le metí todos los huevos, era demasiado estrecha y cada que la metía y la sacaba gemía como loca, quería seguir masajeando esas tetas así que la puse en patas al hombro y la sujeté de la cintura mientras empotraba mis bolas en su pequeña vagina, ver esas tetas rebotar entre si me arrecharon al cien y terminé botando todo dentro de ella. El polvo fue tan bueno que nos quedamos dormidos, cuando me desperté, ya eran casi once de la noche y me dijo que si quería, me podía quedar, ya que su mamá cuidaba a una persona mayor, cama adentro y solo venía los fines de semana. Luego de esa vez, seguí apoyándola a cambio de su cariño... La tipa era muy caliente, sabía cómo provocarme para que le dé para sus gastos, siempre estaba mandándome fotos de sus pechos o videos tocándose, pero las que más recuerdo y aún conservo, fue unas cuantas fotos amamantando a su hijo, que a pensas tenía un año. De alguna forma me ganaba el morbo cuando hacía esa m¡erda y luego iba a su casa, la follaba cómo si no fuera a verla de nuevo. Solía hacer que me siente al filo de cama y empezaba mamandomela, me la dejaba brillando como si fueran zapatos charoles y luego se montaba y empezaba a gemir de manera alocada. Coger con ella era una maravilla, podría decir que fue uno de los mejores polvos que tuve, hasta la bautice con su primer anal, que por cierto, la primera la dejé llorando de tal maltrato, pero las siguientes veces, ella misma me pedía se la saqué de la vagina y se la meta por atrás, veía como escupía sus dedos y se empezaba a frotar para estimularlo y pueda entrar suave. Conforme pasaban los meses, empezó con los celos, que si al inicio eran entre risas, luego siguieron con ella diciendome con quién estaba o donde estaba o peor aún que no le daba tiempo suficiente. Esa huevada empezó a hacer que me ponga distante porque me jodia que me quiera controlar y como era de esperar la cosa empezó a enfriarse, dejamos de vernos de a pocos y fuimos perdiendo comunicación... Ya tenemos años sin hablar, pero aún recuerdo una de las últimas cogidas que le dí, la tenía en vaquero, saltando como loca encima mío y empezó a llorar su bebé, quise detenerme, para que ella pueda verlo, pero no me dejó, siguió saltando en mis bolas hasta que me hizo correr dentro suyo, de tremendo polvo se arrecosto en mi pecho, ella está desnuda completamente y yo con polo aún, sus pezones estaban tan sensibles que cuando se recostó pude sentir humedad, terminé con el polo mojado de leche jajajaja Me volví en el metropolitano oliendo a leche, tremenda cogida jaja
Adjunto foto de esas tetas luchonas...
Hasta un siguiente relato colega

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