Father Frost
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11 Years of Service
Hace un par de años estuve con mayor solvencia económica que ahora, tanto es así que entre eso y algo de pereza propia decidí buscar una señora que me ayudara con los quehaceres domésticos. Mi depa no es muy grande pero lo cierto es que de todas maneras se consume tiempo y esfuerzo limpiando todas las áreas y yo soy de cocinar todos los días entonces me pareció buena idea poner un aviso en un grupo de facebook, especificando el trabajo de medio tiempo, para limpieza de un departamento dos veces por semana, persona sola.
Me respondieron varias féminas interesadas, sólo respondí a quienes por lo menos tenían foto de perfil, las fantasmas quedaron descartadas. Todas me preguntaban cuánto pagaba e incluso concerté una cita con una chica de unos 20-21 pero que nunca llegó a la cita. Pensé que sería mejor quedar con personas de más edad y más responsables. Me escribió una señora base 3, me preguntó cuánto pagaba y le expliqué y le comenté que realmente era poco trabajo. Lo bueno es que vivía cerca, quedamos en reunirnos ese mismo día en mi casa, le dí la dirección y la esperé en la tarde. Ella llegó puntual.
Su nombre es Yolanda, 36 años, me dijo que era natural de Ica, que ya tenía unos años viviendo en Lima y que se vino a vivir a la casa de su papá y que heredó esa casa cuando el señor falleció, ahora vivía ahí con sus hijos. No recuerdo exactamente si en ese primer encuentro me dijo que tenía pareja, pero a la larga supe que sí. Le ofrecí 150 soles por medio día de trabajo, dos veces por semana. Como dije líneas arriba, era más por flojera mía que por verdadera necesidad, creo que bastaba hacerle limpieza profunda al depa una sola vez por semana pero bueno, quise ver qué pasaba con la señora.
La describiré físicamente, tal cual la ví ese día. Una señora de contextura normal, ni muy delgada ni muy gorda, de tez clara (aunque al ser de Ica se le notaba la piel un poco tostada por el sol), simpática, no diré que era una mamasota pero se defendía la señora. En su trato se le notaba interesada, un poco sumisa diría yo, quizás estaba nerviosa pero me cayó bien desde el inicio. Cara redonda, nariz perfilada, labios delgados, cabello largo, castaño. De altura más o menos 1.68. Era Enero y hacía calor, pero llegó a la entrevista con un mandil como de asistente de dentista, me contó que trabajaba medio tiempo como cuidadora de un adulto mayor, que ella había estudiado enfermería pero que de momento no estaba trabajando en eso y estaba buscando en qué recursearse.
Como iba a trabajar para mí sólo 2 veces a la semana e iba a ganar más que un sueldo mínimo al mes, aceptó casi sin hacer preguntas. Le mostré los ambientes del departamento y le dije que los días que trabajaría serían martes y sábado. Era un jueves así que nos veríamos en un par de días.
Para mala suerte de ella, salí esa noche y en un descuido mío choqué mi camioneta con un taxista que estaba acelerando y frenando y en una de esas no medí la distancia. No fue a velocidad ni nada por el estilo pero al carrito ése le abollé el parachoques. La verdad no quise llamar al seguro ni a la policía ni nada de eso, ya de por sí había demasiado tráfico como para esperar a los del seguro y mi carro estaba bien, yo sólo quería salir rápido de ese asunto así que conversamos y quedé de pagarle 500 soles por la reparación, la pintura y la mano de obra. Al día siguiente le escribí a la señora explicándole lo que me había pasado, que ese gasto no lo tenía presupuestado y que me disculpara pero iba a tener que postergar lo de la limpieza.
Lo cierto es que la señora me cayó bastante bien y le propuse otra cosa, le pregunté si iba a estar ocupada esa tarde y me dijo que no, así que le pedí que fuera a mi depa para conversar, que le iba a proponer otro trabajo, quizás no le iba a pagar tanto pero le dije que iba a ser menos trabajo y que igual se iba a ganar un dinero. Aceptó y quedamos de vernos nuevamente esa tarde.
Esta vez fue a mi depa mejor vestida, fue cuando pude apreciar mejor su figura y me llevé una grata sorpresa cuando ví los mangazos que se manejaba, grandes, redondos, no estaba muy escotada pero no hacía falta, se notaban grandes y apetecibles y eso fue algo que no había visto el día anterior; ese mandil de enfermera no le favorecía para nada. Les dejo una foto de ella para que se hagan una idea de su físico:

Me respondieron varias féminas interesadas, sólo respondí a quienes por lo menos tenían foto de perfil, las fantasmas quedaron descartadas. Todas me preguntaban cuánto pagaba e incluso concerté una cita con una chica de unos 20-21 pero que nunca llegó a la cita. Pensé que sería mejor quedar con personas de más edad y más responsables. Me escribió una señora base 3, me preguntó cuánto pagaba y le expliqué y le comenté que realmente era poco trabajo. Lo bueno es que vivía cerca, quedamos en reunirnos ese mismo día en mi casa, le dí la dirección y la esperé en la tarde. Ella llegó puntual.
Su nombre es Yolanda, 36 años, me dijo que era natural de Ica, que ya tenía unos años viviendo en Lima y que se vino a vivir a la casa de su papá y que heredó esa casa cuando el señor falleció, ahora vivía ahí con sus hijos. No recuerdo exactamente si en ese primer encuentro me dijo que tenía pareja, pero a la larga supe que sí. Le ofrecí 150 soles por medio día de trabajo, dos veces por semana. Como dije líneas arriba, era más por flojera mía que por verdadera necesidad, creo que bastaba hacerle limpieza profunda al depa una sola vez por semana pero bueno, quise ver qué pasaba con la señora.
La describiré físicamente, tal cual la ví ese día. Una señora de contextura normal, ni muy delgada ni muy gorda, de tez clara (aunque al ser de Ica se le notaba la piel un poco tostada por el sol), simpática, no diré que era una mamasota pero se defendía la señora. En su trato se le notaba interesada, un poco sumisa diría yo, quizás estaba nerviosa pero me cayó bien desde el inicio. Cara redonda, nariz perfilada, labios delgados, cabello largo, castaño. De altura más o menos 1.68. Era Enero y hacía calor, pero llegó a la entrevista con un mandil como de asistente de dentista, me contó que trabajaba medio tiempo como cuidadora de un adulto mayor, que ella había estudiado enfermería pero que de momento no estaba trabajando en eso y estaba buscando en qué recursearse.
Como iba a trabajar para mí sólo 2 veces a la semana e iba a ganar más que un sueldo mínimo al mes, aceptó casi sin hacer preguntas. Le mostré los ambientes del departamento y le dije que los días que trabajaría serían martes y sábado. Era un jueves así que nos veríamos en un par de días.
Para mala suerte de ella, salí esa noche y en un descuido mío choqué mi camioneta con un taxista que estaba acelerando y frenando y en una de esas no medí la distancia. No fue a velocidad ni nada por el estilo pero al carrito ése le abollé el parachoques. La verdad no quise llamar al seguro ni a la policía ni nada de eso, ya de por sí había demasiado tráfico como para esperar a los del seguro y mi carro estaba bien, yo sólo quería salir rápido de ese asunto así que conversamos y quedé de pagarle 500 soles por la reparación, la pintura y la mano de obra. Al día siguiente le escribí a la señora explicándole lo que me había pasado, que ese gasto no lo tenía presupuestado y que me disculpara pero iba a tener que postergar lo de la limpieza.
Lo cierto es que la señora me cayó bastante bien y le propuse otra cosa, le pregunté si iba a estar ocupada esa tarde y me dijo que no, así que le pedí que fuera a mi depa para conversar, que le iba a proponer otro trabajo, quizás no le iba a pagar tanto pero le dije que iba a ser menos trabajo y que igual se iba a ganar un dinero. Aceptó y quedamos de vernos nuevamente esa tarde.
Esta vez fue a mi depa mejor vestida, fue cuando pude apreciar mejor su figura y me llevé una grata sorpresa cuando ví los mangazos que se manejaba, grandes, redondos, no estaba muy escotada pero no hacía falta, se notaban grandes y apetecibles y eso fue algo que no había visto el día anterior; ese mandil de enfermera no le favorecía para nada. Les dejo una foto de ella para que se hagan una idea de su físico:
