Hace mucho que no visitaba este local, al que fui asiduo en otro tiempo por motivos que ya son pasado.
En la puerta, el buen
Javier,
el político, me recibe de buena gana. Lamentablemente el
DJ Alex no se encontraba este día de Marte, ya que había sido requerido en el hermano mayor de este local, pero su émulo
Cesar hacía sus veces.
La primera niña que tuve oportunidad de conocer y de apreciar fue
Verónica, quien con su buena talla, monumental figura y excelente trato fue el centro de mi atención durante el grueso de mi permanencia en este local, que se prolongó por varias horas. No pude sustraerme a invitarle un trago.
En algún momento que esta ninfa se descuidó, otra fémina ya muy mencionada en estas páginas se presentó por sí misma:
Mistica. Morena de talla mediana, excelente derriere aunque un poquito entrada en kilos. Pero de trato amable y acequible. Lamentablemente había llegado tarde. Esta noche con ella no sería.
Un incidente produjo silencio en los parlantes, el cual se prolongó por varios minutos hasta que el sonido fue restablecido con un reproductor de DVD. Al parecer el computador ya no estaba operativo. Esto dió oportunidad de escuchar una continua selección de canciones interpretadas por Enrique Iglesias quien, aunque canta peor que su padre, merece que se celebre el genio del autor de sus canciones.
Pasada la medianoche, nos retiramos a
nuestro siguiente destino.