red_citizen
Teniente
Esta es una historia que me sucedió un tiempo antes de la pandemia, más o menos un año o un poco más antes.
Antes he contado mi historia con tres señoritas a las que quise mucho: Jenni, Alondra y Mariana. Si gustan pueden revisar lo que conté. Las tres fueron muy especiales para mí y las recuerdo con cariño.
Esta historia es antes de que conociera a Mariana y un mucho tiempo después de que dejé de ver a Alondra, no fue con una kine ni con una masajista, eso lo hace más alucinante.
Como en mis otras historias, voy a cambiar el orden de varios eventos, y voy a cambiar algunos detalles de los eventos para que guardar la privacidad de los involucrados.
Desde ya, las señoritas a las que voy a mencionar no son kines, les agradeceré que no me pidan datos de ellas pues no los voy a compartir por ningún motivo.
Primera Parte
En aquel tiempo estaba trabajando en una consultora que prestaba servicios a otras empresas, yo me encargaba de brindar algunos de esos servicios y normalmente no me movía de Lima. Los servicios se brindaban a empresas de todo el país, fue así que en cierto momento tuvimos un cliente en Pucallpa. El cliente era muy bueno, muy amable y sabía su tema, así que era un trabajo agradable. En cierto momento nos contrató por un tema más complejo y nos pidió ir para allá, se hicieron las coordinaciones y finalmente me enviaron para Pucallpa.
La verdad es que no quería ir, era para estar por allá por dos semanas completas y si se concretaba un servicio más, podía quedarme una o dos semanas más. Pero era trabajo y no lo iba a desperdiciar. Así fui y llegué a Pucallpa un domingo, me recibieron dos personas de la empresa que ese día me llevaron a mi hotel, que iba a ser mi casa por dos semanas por lo menos, fuimos a comer y a conocer algunos lugares por ahí.
El lunes fui a trabajar. En verdad que si no estás acostumbrado al calor, es una verdadera molestia. Esa primera semana fue muy buena. Estaba gratamente sorprendido del orden que tenía la empresa y pude hacer mi trabajo sin problemas, de hecho completé casi el 80% del trabajo en los primeros 4 días, para el jueves habíamos avanzado bastante y el cliente estaba feliz. Toda esa semana me centré en trabajar y pasear un poco. El viernes salí con algunas personas de la empresa cliente y empezó mi historia.
Fuimos a tomar unos tragos, me cuidé bastante de no emborracharme. Luego fuimos a una discoteca. Había salido con dos patas y una chica del trabajo. La pasamos bien pero de una manera muy sana, bailando, conversando y tomando. Como éramos 3 varones, en cierto momento uno de ellos bailaba con nuestra amiga y el otro me dijo vamos a sacar a bailar a unas chicas, así que buscamos y encontramos a un grupo de chicas que estaba por ahí, nos acercamos y bailamos con dos de ellas, resultaba que ellas eran 5 chicas, así que nos juntamos todos en plan tranquilo. A cierta hora las tres personas del trabajo se fueron y dos de las chicas del grupo también. Me quedé solo con tres de ellas.
Una de las chicas es mi musa de esta historia, la llamaré Rubí. De todas ellas fue la que más me agradó porque era conversadora y tenía una sonrisa muy bonita y contagiosa. Rubí es delgada, piel canela (típica de la selva), carita alargada con ojos chinitos (también típico de la selva), pelo largo y lacio. Estuve conversando y bailando con las tres chicas hasta que se tuvieron que ir. Eran cerca de las 3 de la mañana, creo, así que decidí acompañarlas a sus casas a todas, contraté una mototaxi que nos llevó. Dejamos a las dos amigas de Rubí primero y al final la dejé a ella en su casa, al llegar me quedé conversando con ella un buen rato más. Al final nos despedimos y entró a su casa, pero antes me dijo que si tenía tiempo podíamos ir a almorzar al día siguiente, así que quedamos así, me dio su número y quedé en llamarla. Aquel viernes no pasó nada, pero tampoco lo estaba buscando, eso sí, Rubí me cayó muy bien.
El sábado la llamé, nos encontramos y fuimos a almorzar, luego me llevó a algunos sitios a conocer. Estuvimos juntos toda la tarde y parte de la noche. A eso de las 8 me dijo que se tenía que ir a encontrarse con unos amigos, entendí que hasta ahí quedaba yo, así que me despedí de ella, pero hice un primer movimiento, me acerqué y le robé un piquito. Me dijo que de repente me llamaba más tarde.
Me fui a recorrer algunos sitios en los que ya había estado y a buscar un sitio donde comer. Luego pensé en ir a tomar algo, así que volví a uno de los locales donde estuve el día anterior. Pensé en visitar a alguna kine, pero al final me desanimé. Eran como las 10, ya me estaba yendo a mi hotel, y me llamó Rubí, me dijo que le dijera a la moto que me lleve a un local y así lo hice. Llegué y la encontré con unas amigas, dos de ellas estuvieron con nosotros el día anterior. Estuve con ellas un buen rato, tomamos unos tragos, conversamos un montón, a cierta hora quedaron en irse a algún lugar, Rubí se quedó conmigo y nos fuimos a otro local, a bailar porque le encantaba bailar y al final... la llevé a su casa... no pasó nada tampoco, pero para ser sincero tampoco lo estaba buscando.
El domingo todo fue normal, ella me llamó en la tarde para vernos, fui a buscarla, paseamos, comimos unos postres, conversamos un montón, nos dio la noche, le dije para cenar, fuimos a comer algo y tomamos unos traguitos. Ya le había dado unos piquitos y un par de buenos besos, esta vez, me imaginé que iba a ser igual, es decir que la iba a llevar a su casa y nada más, pero esta vez me dijo "¿a dónde vamos?", a lo que respondí "bueno, ya es tarde y mañana sí tengo que trabajar, así que en un rato ya me tengo que ir al hotel", "te acompaño", me dijo. Yo no me hacía ilusiones y me imaginaba que al llegar al hotel se iba a despedir y se iba a ir a su casa, pero al llegar al hotel, se bajó de la moto y me dijo que el hotel era bonito, "¿quieres entrar?" le dije y me respondí "ya pues", así que entramos.
Entramos al hotel, el encargado me dijo que no estaba permitido entrar a la habitación con alguien que no estaba registrado, así que fuimos a los salones a tomar unos traguitos más y unos piqueos. Al final fui donde el encargado y le di su propina para que me dejara subir con Rubí, así que la llevé a mi habitación, pedí unos traguitos más.
Entramos, ella fue al baño, luego se sentó en la cama, conversamos y tomamos los traguitos, ella se soltaba cada vez más, jugaba con su pelo, hablaba conmigo, se reía bastante, me contaba un montón de cosas que le habían pasado, me pidió que le contara ciertas cosas, y cuando yo estaba hablando, se quitó el top que tenía puesto, por fin le vi sus preciosas tetitas, como era delgada, sus tetitas eran pequeñas, sus pezones eran pequeños, no podía dejar de mirarlos. Me dijo, "pero cuéntame pues", así que seguí contándole lo que me había preguntado, en eso se paró de la cama y se quitó el short, mostrando un hilo criminal que tenía puesto. Sus piernas eran delgaditas pero suaves, y tenía un trasero muy bien formado, la verdad es que era una chica bonita.
Me quedé callado, se acercó a mí y esta vez sí me dio un señor chape, acabé recontra emocionado, así que no aguanté y la llevé a la cama. La besé por todas partes, ella también lo hizo conmigo, entonces bajó y empezó a jugar con mi muchacho, lo lamía, lo besaba y en cierto momento lo engulló con ganas. ¡Qué rico mamaba! Era una experta y me encantó lo que hizo. Luego se puso encima y rozó su conchita con mi muchacho una y otra vez, luego lo volvió a engullir y jugar con él. Hice lo mismo, la empecé a besar por todas partes y al final me dejé llevar y me comí esa conchita preciosa y se notaba que le gustaba, se movía como loca, pero en mi cabeza estaba que la única cajita de condones que había llevado la tenía en el cajón y que no sabía como aguantar hasta sacarlo. Ella me jaló y me puso en su encima mientras con su mano jugaba con el muchacho y lo rozaba con su conchita, me estaba costando mucho aguantar las ganas de clavársela en ese momento, pero lo hice, saqué el bendito condón, me lo puse a la volada mientras ella se puso en 4 y le di de alma.
Probamos un montón de poses, perrito, cowgirl, cowgirl inverso, donde se le veía su precioso culito. Se notaba que le gustaba que la viera y la tocara, días después me confesó que le gustaba que la tocaran y sentirse deseada. Lo hicimos dos veces esa noche. Fue una delicia, la chica me gustaba un montón.
Después de las faenas, estaba muy preocupado porque ya era tarde, lo que me parecía increíble es que nadie de su casa la había llamado. Así que después de darnos una ducha juntos donde me la levanté de nuevo, la llevé a su casa. Nos despedimos, pero me costó irme.
En el trabajo, como el servicio original se cubrió en menos de una semana, la empresa contrató el otros servicios que me obligaron a quedarme por Pucallpa casi un mes entero. Pero valió la pena, no solo por Rubí sino porque recibí un buen bono por mi trabajo.
No fue la última vez que estuve con Rubí, estuve con ella casi todo el mes que estuve ahí y fue increíble porque ella era más movida de lo que jamás me hubiera imaginado. Pero eso lo contaré en una segunda parte.
Antes he contado mi historia con tres señoritas a las que quise mucho: Jenni, Alondra y Mariana. Si gustan pueden revisar lo que conté. Las tres fueron muy especiales para mí y las recuerdo con cariño.
Esta historia es antes de que conociera a Mariana y un mucho tiempo después de que dejé de ver a Alondra, no fue con una kine ni con una masajista, eso lo hace más alucinante.
Como en mis otras historias, voy a cambiar el orden de varios eventos, y voy a cambiar algunos detalles de los eventos para que guardar la privacidad de los involucrados.
Desde ya, las señoritas a las que voy a mencionar no son kines, les agradeceré que no me pidan datos de ellas pues no los voy a compartir por ningún motivo.
Primera Parte
En aquel tiempo estaba trabajando en una consultora que prestaba servicios a otras empresas, yo me encargaba de brindar algunos de esos servicios y normalmente no me movía de Lima. Los servicios se brindaban a empresas de todo el país, fue así que en cierto momento tuvimos un cliente en Pucallpa. El cliente era muy bueno, muy amable y sabía su tema, así que era un trabajo agradable. En cierto momento nos contrató por un tema más complejo y nos pidió ir para allá, se hicieron las coordinaciones y finalmente me enviaron para Pucallpa.
La verdad es que no quería ir, era para estar por allá por dos semanas completas y si se concretaba un servicio más, podía quedarme una o dos semanas más. Pero era trabajo y no lo iba a desperdiciar. Así fui y llegué a Pucallpa un domingo, me recibieron dos personas de la empresa que ese día me llevaron a mi hotel, que iba a ser mi casa por dos semanas por lo menos, fuimos a comer y a conocer algunos lugares por ahí.
El lunes fui a trabajar. En verdad que si no estás acostumbrado al calor, es una verdadera molestia. Esa primera semana fue muy buena. Estaba gratamente sorprendido del orden que tenía la empresa y pude hacer mi trabajo sin problemas, de hecho completé casi el 80% del trabajo en los primeros 4 días, para el jueves habíamos avanzado bastante y el cliente estaba feliz. Toda esa semana me centré en trabajar y pasear un poco. El viernes salí con algunas personas de la empresa cliente y empezó mi historia.
Fuimos a tomar unos tragos, me cuidé bastante de no emborracharme. Luego fuimos a una discoteca. Había salido con dos patas y una chica del trabajo. La pasamos bien pero de una manera muy sana, bailando, conversando y tomando. Como éramos 3 varones, en cierto momento uno de ellos bailaba con nuestra amiga y el otro me dijo vamos a sacar a bailar a unas chicas, así que buscamos y encontramos a un grupo de chicas que estaba por ahí, nos acercamos y bailamos con dos de ellas, resultaba que ellas eran 5 chicas, así que nos juntamos todos en plan tranquilo. A cierta hora las tres personas del trabajo se fueron y dos de las chicas del grupo también. Me quedé solo con tres de ellas.
Una de las chicas es mi musa de esta historia, la llamaré Rubí. De todas ellas fue la que más me agradó porque era conversadora y tenía una sonrisa muy bonita y contagiosa. Rubí es delgada, piel canela (típica de la selva), carita alargada con ojos chinitos (también típico de la selva), pelo largo y lacio. Estuve conversando y bailando con las tres chicas hasta que se tuvieron que ir. Eran cerca de las 3 de la mañana, creo, así que decidí acompañarlas a sus casas a todas, contraté una mototaxi que nos llevó. Dejamos a las dos amigas de Rubí primero y al final la dejé a ella en su casa, al llegar me quedé conversando con ella un buen rato más. Al final nos despedimos y entró a su casa, pero antes me dijo que si tenía tiempo podíamos ir a almorzar al día siguiente, así que quedamos así, me dio su número y quedé en llamarla. Aquel viernes no pasó nada, pero tampoco lo estaba buscando, eso sí, Rubí me cayó muy bien.
El sábado la llamé, nos encontramos y fuimos a almorzar, luego me llevó a algunos sitios a conocer. Estuvimos juntos toda la tarde y parte de la noche. A eso de las 8 me dijo que se tenía que ir a encontrarse con unos amigos, entendí que hasta ahí quedaba yo, así que me despedí de ella, pero hice un primer movimiento, me acerqué y le robé un piquito. Me dijo que de repente me llamaba más tarde.
Me fui a recorrer algunos sitios en los que ya había estado y a buscar un sitio donde comer. Luego pensé en ir a tomar algo, así que volví a uno de los locales donde estuve el día anterior. Pensé en visitar a alguna kine, pero al final me desanimé. Eran como las 10, ya me estaba yendo a mi hotel, y me llamó Rubí, me dijo que le dijera a la moto que me lleve a un local y así lo hice. Llegué y la encontré con unas amigas, dos de ellas estuvieron con nosotros el día anterior. Estuve con ellas un buen rato, tomamos unos tragos, conversamos un montón, a cierta hora quedaron en irse a algún lugar, Rubí se quedó conmigo y nos fuimos a otro local, a bailar porque le encantaba bailar y al final... la llevé a su casa... no pasó nada tampoco, pero para ser sincero tampoco lo estaba buscando.
El domingo todo fue normal, ella me llamó en la tarde para vernos, fui a buscarla, paseamos, comimos unos postres, conversamos un montón, nos dio la noche, le dije para cenar, fuimos a comer algo y tomamos unos traguitos. Ya le había dado unos piquitos y un par de buenos besos, esta vez, me imaginé que iba a ser igual, es decir que la iba a llevar a su casa y nada más, pero esta vez me dijo "¿a dónde vamos?", a lo que respondí "bueno, ya es tarde y mañana sí tengo que trabajar, así que en un rato ya me tengo que ir al hotel", "te acompaño", me dijo. Yo no me hacía ilusiones y me imaginaba que al llegar al hotel se iba a despedir y se iba a ir a su casa, pero al llegar al hotel, se bajó de la moto y me dijo que el hotel era bonito, "¿quieres entrar?" le dije y me respondí "ya pues", así que entramos.
Entramos al hotel, el encargado me dijo que no estaba permitido entrar a la habitación con alguien que no estaba registrado, así que fuimos a los salones a tomar unos traguitos más y unos piqueos. Al final fui donde el encargado y le di su propina para que me dejara subir con Rubí, así que la llevé a mi habitación, pedí unos traguitos más.
Entramos, ella fue al baño, luego se sentó en la cama, conversamos y tomamos los traguitos, ella se soltaba cada vez más, jugaba con su pelo, hablaba conmigo, se reía bastante, me contaba un montón de cosas que le habían pasado, me pidió que le contara ciertas cosas, y cuando yo estaba hablando, se quitó el top que tenía puesto, por fin le vi sus preciosas tetitas, como era delgada, sus tetitas eran pequeñas, sus pezones eran pequeños, no podía dejar de mirarlos. Me dijo, "pero cuéntame pues", así que seguí contándole lo que me había preguntado, en eso se paró de la cama y se quitó el short, mostrando un hilo criminal que tenía puesto. Sus piernas eran delgaditas pero suaves, y tenía un trasero muy bien formado, la verdad es que era una chica bonita.
Me quedé callado, se acercó a mí y esta vez sí me dio un señor chape, acabé recontra emocionado, así que no aguanté y la llevé a la cama. La besé por todas partes, ella también lo hizo conmigo, entonces bajó y empezó a jugar con mi muchacho, lo lamía, lo besaba y en cierto momento lo engulló con ganas. ¡Qué rico mamaba! Era una experta y me encantó lo que hizo. Luego se puso encima y rozó su conchita con mi muchacho una y otra vez, luego lo volvió a engullir y jugar con él. Hice lo mismo, la empecé a besar por todas partes y al final me dejé llevar y me comí esa conchita preciosa y se notaba que le gustaba, se movía como loca, pero en mi cabeza estaba que la única cajita de condones que había llevado la tenía en el cajón y que no sabía como aguantar hasta sacarlo. Ella me jaló y me puso en su encima mientras con su mano jugaba con el muchacho y lo rozaba con su conchita, me estaba costando mucho aguantar las ganas de clavársela en ese momento, pero lo hice, saqué el bendito condón, me lo puse a la volada mientras ella se puso en 4 y le di de alma.
Probamos un montón de poses, perrito, cowgirl, cowgirl inverso, donde se le veía su precioso culito. Se notaba que le gustaba que la viera y la tocara, días después me confesó que le gustaba que la tocaran y sentirse deseada. Lo hicimos dos veces esa noche. Fue una delicia, la chica me gustaba un montón.
Después de las faenas, estaba muy preocupado porque ya era tarde, lo que me parecía increíble es que nadie de su casa la había llamado. Así que después de darnos una ducha juntos donde me la levanté de nuevo, la llevé a su casa. Nos despedimos, pero me costó irme.
En el trabajo, como el servicio original se cubrió en menos de una semana, la empresa contrató el otros servicios que me obligaron a quedarme por Pucallpa casi un mes entero. Pero valió la pena, no solo por Rubí sino porque recibí un buen bono por mi trabajo.
No fue la última vez que estuve con Rubí, estuve con ella casi todo el mes que estuve ahí y fue increíble porque ella era más movida de lo que jamás me hubiera imaginado. Pero eso lo contaré en una segunda parte.