Martes 19 de Agosto 2003 6:45 am Cuarto día, Ciudad de Bogotá Colombia
Sonó la alarma de mi reloj de mano, pues lo había programado para esa hora
6:45 am.
No soy de madrugar, pero necesitaba tramar milimétricamente cada uno de los pasos a seguir para cuando Sofía llegase.
¡Carajo!, esta vez no se podía escapar la carne del asador. Aquí los pasos:
-Primero.- Siempre es lo primero. A ducharse.
(Como buen hincha de los amantes del eucalipto y los maravillosos placeres que en antaño se disfrutaba con tu kine favorita
en algunas habitaciones de saunas de renombre en Lima).
Bañando bien y acicalando a Edguitar, mentalizándole la ardua y muy placentera faena que dentro de poco le esperaba.
-Segundo.- Bajar a desayunar al restaurant y estar reposado para la batalla en el ring de las 4 perillas.
-Tercero.- Hablar con la recepcionista.
Yo: Señorita buenos días.
Recepcionista: Buenos días Sr.
Yo: Dentro de un rato vendrá una joven de nombre Sofía buscándome. Por favor que suba a mí habitación, la estaré
esperando. A
, y otra cosa, después que la señorita suba a la habitación, por favor, ¡No estoy para nadie!, ni siquiera
llamadas. ¡Gracias!
Recepcionista: Ok. Sr.; mmm
, es la señorita que vino con usted la vez pasada. ¡Verdad!
Yo: Sí
Recepcionista: ¿Es la novia?
Yo: He
., mmm
¡Sí!.
Habiendo respondido aquellas preguntas, la recepcionista me sonrió en forma cómplice. Esto hizo que saliera por un momento de
la concentración casi trance en la que me encontraba y pude apreciar que aquella chica detrás del mostrador de la recepción
estaba buenísima, una colochita de unos 23 añitos, blanca de rizos negros y unos ojos grandes y azules. ¡Muy guapa!
Mi voz interior dijo: ¡Carajo!, es verdad que por estas tierras la carne es muy buena, de alta calidad. Pero no te distraigas Edgar,
el objetivo es otro.
-Cuarto.- A esperar en mi habitación pacientemente que la carne llegase a mí asadero, con los jebes al alcance de la mano.
(Nada de hijos Colombo Peruano Hombre precavido vale por dos).
Martes 19 de Agosto 2003 9:30 am Cuarto día Ciudad de Bogotá Colombia
Estaba algo impaciente, caminando de un lado a otro dentro de la habitación, mejor dicho estaba con todos los muñecos encima.
Mi voz interior dijo: cálmate Edgar, ¡Carajo! pareces nuevo.
Una hora después.
Llamaron a la puerta de la habitación, abrí presuroso.
¡Sí! cofrades, era Sofía en todo su esplendor, bañadita y muy bien arreglada, estaba radiante.
Sofía: Quiubo mi amor, buenos días.
Me dio un tímido piquito.
Yo: Buenos días. Adelante por favor. ¡Qué bonita estas
!
Sofía: ¡Gracias! Ya se va a poner de cansón (cargoso) conmigo, me va hacer sonrojar.
Yo: Sabes a partir de ahora te llamare: Mi reina.
(Llamar de la misma forma cariñosa a las mujeres que de alguna u otra forma compartan parte de tu vida sexual,
para así evitar confusiones y problemas futuros. Otro secreto de mi santísimo abuelo).
Procedí a cerrar la puerta de la habitación.
Sofía: Mijito, así usted les llama a todas. Mi reina
Y mi voz interior dijo: ¡cómo adivinaste!. Jejeje
Yo: No
, como crees, ¿me permites tu celular por favor?
-Quinto y último paso.- Teniendo el celular de Sofía en mis manos lo apague, le saque la batería y exprese:
Yo: Murió el celular.
Sofía: ¿Qué hace?, apago el teléfono.
Yo: Sí. Te dije claramente que hoy la pasaríamos solos tú y yo. Y así será.
Sofía: Bueno, su merced y entonces, ¿qué vamos hacer?
Y me miro con aquella mirada coqueta con ojos ardientes de deseo, sabiendo muy bien lo que lo que iba a pasar.
Yo: ¿Qué vamos hacer?, acaso ya no recuerdas como quede la vez pasada, y lo que me dijiste en el auto. ¿Lo recuerdas?,
o te lo recuerdo
Sofía: Sí recuerdo mí amor, pero mi mamá está viajando y me ha dejado a cargo el negocio, aparte tengo y que ir a lo de la
Universidad. Mire
, más bien aquí le traje algo para usted.
(La put
m, como les gusta a las mujeres hacerse de rogar, bien que quieren, sí no ¿por qué? vienen así de lo más sensuales
cuando le quieren malograr las dos cabezas a uno, con esa forma tan coqueta y sexy de vestirse, que por cierto Sofía llego
vestida con una chaqueta de color guinda oscuro con cuello V de color blanco tipo peluche, por dentro con un top color crema
claro, pantalón jean bien pegado a sus deliciosas curvas y botas marrones oscuro las que estilizaban muy bien su figura; una
combinación agradable de colores, dejando apreciar así su buen gusto al vestir).
Abrió una bolsa que traía en las manos.
Sofía: Aquí le traje arepas y [...]
Pude interrumpir lo que decía, le quite su cartera y la bolsa que llevaba, cogí su mano diciendo:
Yo: Shhh
¡Silencio!, dame eso. Pongámoslo por aquí.
La mire a los ojos fijamente por un momento, la tome de la cintura y la acerque a mi cuerpo, lo que dio inicio después a un beso suave
y lento, casi rosando nuestros labios, luego con voz tenue y acariciando con mis dedos su rostro le dije:
Yo: Me traes loquito, vienes así vestida, oliendo delicioso, y aun así me quieres privar de siquiera besarte. ¡Así no juega Perú!
Sofía sonrió y continuó mirándome fijamente.
La atraje nuevamente hacia mí cuerpo ahora con más ahínco la volví a besar más apasionadamente, introduciendo la punta de mi lengua
y besando cada esquina de su pequeña boca, deslizándome por su labio inferior simulando morderlo, presionando, chupando y halando
suave y delicadamente con mis dientes.
Sin dejar de besarla y estando de pie, camine con ella lentamente hacia el lecho que sería testigo del encuentro de dos cuerpos ansiosos
de prodigarse mutuamente el mayor placer posible.
La eche muy despacio en la cama sin separarme de sus labios, luego baje hacia su cuello haciendo un recorrido con mis caricias en forma
pausada por todo su contorno. Volví nuevamente a besar su boca, esta vez acelerando un poco más mi pasión y metafóricamente
comiéndome sus sabrosos labios que estaban impregnados de Chapstick de cereza que me ponían más Arriola que la put...m.
Sin apartarme en ningún momento de su deliciosa boca, le quite su chaqueta dejando al descubierto sus hermosos hombros los cuales
quedaron a mí completa disposición.
Mi lengua se entrelazada con la suya por momentos y de vez en cuando con la punta recorría su paladar superior
(como recorre
una brocha en la mano al pintar una pared). Jugaba por instantes mordisqueando su barbilla y rápidamente regresaba a besar su boca.
Al hacer esto escuche a Sofía gemir.
Volví a bajar a su cuello, esta vez explorando hasta sus hombros que yacen descubiertos, luego procedí a lamer el lóbulo y la parte
detrás de sus orejas. Aproveche que estaba acariciando esta zona y le susurraba al oído diciéndole:
Yo: ¡Qué hermosa eres
! Sabes, no tienes ni la más mínima idea de cuánto había deseado este momento. Tenerte así como
estamos aquí y ahora.
Continúe besando, lamiendo y haciendo círculos con la punta de mi lengua deslizándome lentamente en forma vertical desde la base de
su oreja, pasando por su cuello hasta la clavícula. Deteniéndome aquí para mordisquear y saborear la piel tersa y joven que la cubría.
Mis manos estaban en la excitante labor de despojarla de su top crema que llevaba puesto. Ella me quiso ayudar. La detuve musitando
en su oído.
Yo: Mi reina, ¡recuerda! es mi turno, tú solo déjate llevar, y disfruta.
Al decir esto, Sofía cuya respiración ya estaba acelerada y emitiendo lentos y muy suaves gemidos, asintió y se dejó llevar.
Luego de terminar de sacar el sexy top, quedo bajo mi mirada aquel brasier de media copa color crema de una marca de ropa interior
femenina muy conocida.
(Toda su ropa interior era de esta marca, made in Colombia).
Poco a poco fui bajando y explorando con caricias su deliciosa cintura y como siempre me sucede cuando tengo frente a mí un
coqueto ombliguito, me siento poseído; besando, lamiendo y mordisqueando toda esta zona. Aquí inicie la exquisita experiencia de
todo buen cofrade. Es decir comencé a abrir el botón y cremallera del su sensual jean.
(Mi mirada estaba regocijada al verla arañar las sabanas de aquel lecho, y mis oídos escuchando aquella música mágica de su
respirar acelerado y gemidos tenues).
Luego hice masajes en sus muslos por encima del pantalón, baje rápidamente y le quite sus botas y medias.
Lo más rápido que pude subí para continuar besando apasionadamente sus labios y que la carne siga calentándose lentamente como
cocinarla a baño maría. Le susurre al oído que necesitaba que levantase un poco su colita de la cama para que me permitiera quitarle
aquel delicioso jean.
¡Así lo hizo! y me abalance a esa lucha ritual y arrechante de despojar aquel pantalón de su bello cuerpo contorneado, sorteando cada
una de sus riquísimas curvas, hasta lograr el objetivo.
(Todo este ritual, que para mí es estar en la gloria y que me saca de este mundo como Ícaro volando directo al Sol. Siempre me hace
recordar cuando siendo niño, apurado y muy emocionado le arrancaba el papel de regalo a los obsequios recibidos en mi onomástico).
Por fin
, luz para mis ojos, tenía ante mí y en ropa interior a la sexy y sensual Sofía echada y entregada a mis deseos, me quede por
unos instantes estupefacto mirándola fervientemente. Aprovechando para quitarme la ropa, zapatos y quedarme solo en bóxer.
Mi voz interior dijo: ¡Carajo Edgar!, ¡Chapa esa flor!, causa
, lo que te vas a comer, ¡Que tal hembra!. Es real, ya no es la alucinada
que te metías en el baño, acuchillándote con su foto. Ahora está aquí a tu disposición. Y ella será la encargada de ordeñarte desde la
agüita de coco hasta la última gota de leche. Y como lo hace aquella pitonisa viendo el futuro, pude ver que Edguitar al finalizar toda
esta dulce faena quedara como moco de pavo. Jejeje.
Casi susurrando y con algo de dificultad Sofía dijo:
Sofía: Venga Edgar mi amor, siga besándome
¡Qué rico que besa papi!
(Esa dulce voz de mujer entregada a su hombre, deseosa de más placer, es como el Sol derritiendo las Alas de Ícaro y este cayendo
al Mar. Pero de sus ardientes besos).
Volví a proporcionarle un ósculo y a sumergirme en aquellos exquisitos labios, ambos probando mutuamente nuestros fluidos salivales que
al mezclarse sabían al maná caído del cielo.
Al escuchar aquellos gemidos tímidos aun; pero cada vez más constantes, decidí que era hora de reconocer cada centímetro de su delicada
y joven figura.
(Reconocimiento de cancha obligatorio para cualquier jugador que disputará un partido internacional de campeonato).
Estando Sofía aun con ropa interior, le di vuelta para empezar a estudiar primero su espalda, empezando por la parte posterior del cuello y
con las yemas de mis dedos ejerciendo una suave presión en su cuero cabelludo.
Acariciando, lamiendo y con suaves mordiscos avanzando con dirección hacia donde la espalda pierde su nombre. No sin antes detenerme a
la mitad y sumergir mis pulgares por debajo de su brasier y masajear la base de sus pequeñas pero exquisitas tetas.
Mi voz interior dijo: Edgar, ¡abre ya! ese delicado brasier. Y sigue besando toda su espina dorsal y te detienes a admirar esa curvatura de
su anatomía antes de llegar a sus hermosas nalgas, que es igual a la curvatura del cuerpo que tiene tu guitarra acústica. ¡Carajo! Que tal curva.
Hice caso al pie de la letra a mi voz interior y luego llegue a su hermoso culito redondito y de forma de corazón que aun tenia puesta la
tanguita; lo mordí, amasé y dándole palmadas hasta que sus nalgas se pusieron calientes y de color purpura. Recorrí por la parte posterior
cada una de sus piernas hasta sus tobillos al mordisquearlos Sofía se volteó y con voz entrecortada dijo:
Sofía: ¡Qué delicioso
! mi amor, venga papi, quiero sentirlo ¡Ya!.
Al voltearse cayo el brasier dejándome ver nuevamente aquellas pequeñas pero hermosas tetas de aureola color rosado, con sus
riquísimos pezones medianos.
Mi voz interior dijo: Respira Edgar, ¡Respira!
(En ese momento sentí que mis pulmones aduras penas pueden inhalar aire, mi corazón latiendo a mil por hora y Edguitar con todo
el casco Alemán hinchado queriendo romper el bóxer para salir a hacer lo que sabe hacer en momentos como este su chamba, ¡Taladrar!).
Besaba lujuriosamente a Sofía por un momento, para luego bajar presuroso a reconocer nuevamente sus delicadas tetas, besando
y mordisqueando su base, luego con la punta de mi lengua dibujaba el contorno de su aureola y sus pezones, soplándoles aire
caliente de mi boca. Al hacer esto reaccionaban poniéndose duros, con mis pulgar e índices los aprieto girándolos hacia arriba. Y ella
casi sin poder hablar por los gemidos más sonoros dijo:
Sofía: aahhh
, sí
, oohhhh
, ¡Papi!, Edgar, ¡por favor!, usted me quiere hacer venir.
Mi voz interior cantando dijo: - Qué inspirado el creador cuando hizo la mujer, ay qué bueno que le encargo que se dejara
querer. (El Gran Combo y su Azuquita pal Café).
Aquellas suplicas, me hicieron hervir la sangre y me imagino que muy poco me faltaba para convertirme en el demonio de
Tasmania con la lengua afuera, jejeje. Imagen en mi memoria de aquellos dibujos animados, tan buenos de antaño.
Siento ese indescriptible cosquilleo o electricidad que atraviesa por mis manos, que solo siento en los momentos que estoy deslizando
mis pulgares por los costados y debajo de una arrechante tanguita femenina.
¡Sí!, yo estaba en ese momento sublime de todo buen cofrade, despojando de la última diminuta prenda que a Sofía le quedaba sobre
su delicado y contorneado cuerpo y halando hacia abajo lentamente. ¡Oh
!. - Veo deslizarse junto con su prenda íntima un hilo cristalino
que al romperse queda formando un pequeño triangulo entre su conchita y su pierna izquierda. Esta fascinante humedad femenina que
representa el goce que Sofía estaba sintiendo. Cada vez que veo algo tan maravilloso pienso que este debió ser el néctar de los dioses que
se habla en la mitología griega.
(Lo descrito líneas arriba, es como ver un mágico Sunset en Máncora o Colán, o aquél subliminal Sunrise con cielo despejado en
Cuzco).
Mi voz interior cantando nuevamente dijo: - Y no hay oro ni diamantes que se compare con su amor ahí se rinde el más valiente
el más lindo y el mejor. (El Gran Combo y su Azuquita pal Café). Salsa de la buena. ¡Carajo!, ¡Que genios! estos tíos. ¿Cómo lo hacen?,
en tan pocas palabras y con ritmo todavía. Pueden encerrar todo lo que a mí me cuesta varias páginas expresarlo. ¡Y eso!, que aun
no acabo. Por la put
m.
Finalice con placer la labor de quitar aquella sexy prenda, observo detenidamente su desnudez y empiezo a besar lenta y pausadamente
sus piernas, mordisquear sus tobillos. Subí hacia sus rodillas las mordí, lamí, pellizque, por delante y por detrás, avance hacia sus muslos
y llegue a su conchita ese triangulo bendito que nos prodiga tanto placer. Por todo su contorno lo fui recorriendo con la punta de mi lengua.
Sofía: Ooohhhh
, Edgar, ¡por favor!, ¡por favor...!
Seguí mordisqueando y con mis dientes halando aquella piel de su monte de venus, la que se veía muy bien cuidada y depilada con un
pequeñísimo mechón de vellos castaños claros,
moda a lo bigote de Hitler, y toda su piel muy bien depilada.
Mi voz interior dijo: No que, ¡No!, ¡Qué el negocio!, ¡Qué la Universidad!, ha
¡pamplinas!. Bien que querías estar así con este pechito
que come papa Perucha y ahora Colocha.
Empecé lentamente a separar aquellas hermosas piernas de piel blanca y a medida que se separaban, con la punta de mi lengua recorría la
parte interior de sus muslos subiendo hacia su conchita y al llegar a ella:
Mi voz interior dijo: ¡Mie
! ¡Santa cachucha! ¡Qué deliciosa Chu
!. A no
carajo, ya que tenemos todos los insumos requeridos es hora
de hacer una sopita de molleja.
Dando rienda suelta a mi imaginación comencé a lamer el contorno de su conchita por sus labios externos, bajando hacia el perineo quedándome
aquí por un momento, traviesamente deslizo mi lengua por su inmaculado anito, siento estremecer a Sofía después de la traviesa embestida
de mí lengua en su rincón más íntimo, que esta delicioso y es de un color marroncito claro.
Vuelvo rápidamente hacia su conchita esta vez abriéndome paso con mi lengua entre sus labios menores para probar la salinidad de sus
exquisitos flujos vaginales. Estiro mi lengua lo más que puedo hasta alcanzar el perineo nuevamente y doy un lengüetazo lentamente desde
aquí hasta el capuchón del clítoris, lamo su vulva por un prolongado momento y luego le dedico toda mi atención a su clítoris propiamente
dicho, haciéndolo temblar con mi lengua de atrás para delante en diferentes velocidades para luego soplarlo y atraparlo suavemente con mis
labios.
(Me imagino que estando aquí, en pleno Cunnilingus debo haber parecido como perro cachorro jugando con una media). Jejeje
Sofía: Edgar mi amor, ¡Por favor!, aahhh
, sí
, oohhhh
, No puedo más. ¡Me vengo!
Puso sus manos en mi cabeza, pegándome más a su sexo, siento que tiembla y se arquea y a duras penas puede decir:
Sofía: aahhh
, Papi
, sí
¡Rico!, ¡Muy rico!
Luego de escaparme de sus manos que me presionaban contra su conchita, miré las sabanas las cuales tenían ya una pequeña humedad, y
sonriendo de medio lado me vuelvo a verla hacia su rostro y vi que sus mejillas están de color escarlata. Y algo avergonzada dijo:
Sofía: ¡Lo ve su merced!, le dije que me venía.
La bese apasionadamente, y note que al probar de mi boca sus propios fluidos vaginales la pusieron caliente al instante. Aun besándola Sofía
atrapo con su diestra por encima del bóxer a mi fiel compañero Edguitar. Sumergió su mano acariciándolo tiernamente y dijo:
Sofía: Lo quiero sentir dentro de mí.
Yo: Tus deseos son ordenes mi reina.
Me quite rápidamente el bóxer y todo mi cuerpo ya estaba encima de ella. Besándola, acariciándola toda nuevamente, baje a mordisquear sus
pezones que se hinchaban nuevamente poniéndose duros.
Edguitar ya estaba en puntería de ballesta en la conchita de Sofía y como buen cíclope el mismo se untó de los fluidos exquisitos que seguía
emanando la mollejita de Sofía dejándole el casco Alemán brilloso.
Un movimiento de pelvis hacia arriba y hacia debajo de mi parte, dejo a Edguitar que estaba con todo el casco Alemán bien brilloso en la
entrada de la conchita de Sofía. Que al sentirlo clavo sus uñas en mi espalda. Estaba enterrando lentamente a Edguitar sintiendo la estreches
muy lubricada de su mollejita deliciosa cuando:
Mi voz interior silbó: ¡ffffiiiiiiuuuu
!. Todo el Edguitar hasta el fondo papa.
(¡Gol
! De Perú señores).
Mire el rostro de Sofía que estaba con su pequeña boca abierta y con sus delgados labios temblorosos haciendo gestos de placer.
(¡Carajo!, ya me están dando ganas. Por la put
m).
Bombeando por varios minutos susurre en su oído.
Yo: mi reina cambiemos de posición.
La guie con mis manos y la coloque en pose Doggy style.
Edguitar, que estaba empapado de sus fluidos pero muy ¡Feliz!, ya tenía apuntada nuevamente a su conchita por detrás en la entrada a la gloria y:
Mi voz interior dijo: ¡Eso
!, buena la remojada de mi crespo y fiel compañero.
Teniendo a mi disposición en esta pose su culito de infarto, les propine palmadas a sus deliciosas nalgas quedando dibujados mis dedos
en color rojo en este lienzo de piel blanca.
Sujete sus cabellos lacios y castaños con mi mano derecha y la otra en donde la espalda pierde su nombre, la empecé a halar dejando
su rostro hacia arriba y:
Mi voz interior silbando nuevamente: ¡ffffiiiiiiuuuu
!. A domar a la potranca se ha dicho. ¡Eso
! Hasta que choque el hueso.
¡Perrea mami!, ¡perrea!.
La pose agoto a Sofía, quien cayó sobre la cama.
Sintiendo yo esa sensación indescriptible que Edguitar quiere explosionar, lo vestí con su chullo. Y volvimos a la misma posición inicial.
Taladrando con más velocidad empiezo a sentir que mis boloñas en cada embestida se humedecen más, levanto las piernas de Sofía quien
gimiendo cada vez más fuerte. Hunde sus uñas en mi espalda y yo devolviéndole el favorcito con mis manos me dirigí a la planta de sus
pies y clave mis dedos con las poquísimas uñas que tengo. Al hacer esto me abrazo fuerte y dio un suspiro largo, señal que se vino
nuevamente.
Edguitar ya no podía más, me acerque hacia su rostro que yacía con su boquita entreabierta jadeando y su cabello alborotado y le ordene
a Edguitar que suelte toda la descarga de yogurt dentro de su conchita, la cual sentía latir contrayéndose.
Toda la habitación es silencio por algunos cuantos minutos y nosotros estábamos inmóviles.
Hago el primer movimiento y dejo reposar mi cuerpo a un costado del de ella, la bese y le dije:
Yo: Mi reina estuvo delicioso.
Sofía: ¡Sí!, demasiado bueno mi amor. Pero tengo mucho sueño.
En pocos minutos quedo profundamente dormida. Y yo con mi sonrisa de oreja a oreja.
Aquel día hicimos el amor varias veces, es uno de esos días maratónicos de full sexo no salimos de la habitación ni a almorzar. Después
de terminar cada exquisito polvo, ella se quedaba dormida por un buen rato, mientras yo solo podía dormitar y admirar lo riquísima que es.
Martes 19 de Agosto 2003 7:05 pm Cuarto día Ciudad de Bogotá Colombia
Dormitando aun, siento que Sofía despierta y dice:
Sofía: ¡Papi! ¿Está usted durmiendo?, tengo mucha hambre.
Yo: vamos a comer algo entonces mi reina.
Una hora después.
Levitando. Que diga caminando por un centro comercial comimos algo y de pronto Sofía vio la cartelera del cine.
(Dije levitando, porque después de la maratónica sesión amatoria y de lo cansado, así me sentía al caminar).
Sofía: Mire Edgar. ¡Papi!. Quiero ver esa película, dicen que es muy bacana.
Todopoderoso
(Protagonizada por Jim Carrey, Morgan Freeman yJennifer Aniston), se leía en los afiches
Yo: Se ve buena. ¡Entremos!.
Al terminar la película. Toda la sala llena de colochos aplaudiendo de pie.
Sofía: ¿A su merced no le gusto la película?, ¡sí esta divina!
Yo: ¡Claro! sí me gusto.
Sofía: y ¿Por qué no aplaude?
Yo: ¡Oe que
!, Jejeje
¡Que graciosos! los colochos por la put..m
Una hora después.
Sofía: Voy a llamar a mi tía Eulalia, debe estar preocupada
Luego de terminar de hablar con su tía Eulalia.
Sofía: Edgar, La embarre con mi tía y está furiosa, dice que me ha estado llamando todo el día. Pero ya le dije que estuve
en lo de la universidad y que ahorita estoy saliendo del cine, que ya me estoy yendo para la casa.
Yo: Entonces tomemos un taxi, la llevare a casa.
Sofía: No iré a mi casa desde hoy y hasta cuando usted se vaya la pasaremos juntos.
Yo: ¡Oe que
!
Y mi voz interior dijo: ¡bien chambeao
! , Punto para Perú.
De regreso en el hotel volvimos hacer el amor. Luego de ello caí en la cama como tronco ¡knock out!.
¡Que rico carajo! por la put..m
Así concluyo mi cuarto día en Bogotá.
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Miércoles 20 de Agosto 2003 8:30 am Quinto día Ciudad de Bogotá Colombia
Después del respectivo mañanero y descansado en la cama llegó varios mensajes de texto al celular de Sofía y:
Sofía: Edgar que mi tía Eulalia le manda a decir que lo están invitando a almorzar Bandeja Paisa, que vayamos como a las
2:00 pm, a la casa de mi otra tía la que estuvo presente en el desayuno ¿se acuerda?
Yo: Ok.
Una hora después
Mientras llegaba la hora de ir a almorzar la famosa Bandeja Paisa, fuimos a pasear a conocer Museos y plazas como: Museo del Oro,
Museo nacional, La plaza de Bolívar, la universidad donde Sofía estudiaba.
Miércoles 20 de Agosto 2003 2:30 pm Quinto día Ciudad de Bogotá Colombia
Almorzando la popular Bandeja Paisa. La tía Eulalia dijo:
Eulalia: Estarán portándose juiciosos (bien) ustedes ¿No?
Sofía: Tía no sea cansona (cargosa) ¡Que jartera! (aburrida)
Eulalia: Oiga Edgar, un amigo mío lo quiere conocer y nos invita hoy en la noche a comer gallinita, le hable que no le gusto
el pescadito de la otra vez y me dice que él conoce buenos lugares donde quedara fascinado con la comida.
Cuatro horas después
Eulalia: Mire Edgar, él es Eder. El amigo de quien le hable.
Eder: Quiubo Edgar. ¿Cómo me lo trata la tierrita?. Dicen que no le gusta nuestra comida.
Yo: ¡Qué tal!, mucho gusto Eder.
Eder: No pues mijo; si no le gusto la comidita, es porque no se juntó con los que saben, venga papa yo los voy a llevar donde se
come bueno. Los llevare a un asadero de gallinita para que pruebe el sancocho y la gallinita asada con su guarro (cerveza), va a ver
que cambia de opinión mijo.
Ya en el restaurant, estábamos comiendo el sancocho, el asado de gallina y bebiendo una popular cerveza Colombiana.
Eder: Oiga monita, a usted la noto diferente, como que los ojos le brillan, parece que en estos días se puso más bonita con la presencia
del amigo de Perú.
Eulalia: Ya se va a poner de cansón Eder, no moleste a la niña.
Eder: Pobres pelaos que le forman fila esperando una oportunidad. Usted sí que es mala con sus fans monita. Ellos sufriendo por usted y
la monita pasándolo lo más de bueno.
Con cara de pocos amigos Sofía lo miraba
Eder: No se enoje monita, solo estoy recochando. Usted me entiende no pelao.
Asentí con la cabeza y sonriendo.
Eder: ¿Qué dice el paladar mijo?, Si o No. Ta buena la comidita.
Yo: Sí esta buena.
Mi voz interior dijo: Hay que reconocer que estaba agradable, pero sabe muchísimo mejor cuando es invitada. jejeje
Eder: Ya ve si viene nuevamente de Perú tiene que buscar a los que saben mijo. Sé que por su tierra se come bueno habrá que ir a
Perú a constatar.
Yo: Cuando gustes doc. En mi tierra se come de lo mejor.
Eder: Oiga Edgar, más bien yo le propongo una cosita; ¡qué tal! si vamos a dejar a su casa a las monitas y nos vamos de rumba,
le muestro lo mejorcito de Bogotá. ¿Qué dice?
Sofía: Mire tía lo que está diciendo Eder.
Eulalia: Seguro lo quiere llevar a Edgar donde sus amigas esas guarichas (jugadoras). Ya ve Eder, se da cuenta usted, porque es que
no le hago caso.
Eder: No importa hay un montón, sí o no pelao.
Mi voz interior dijo: Que cag
e de risa este colocho de mie
, este es de los míos.
Tres horas después.
Eulalia: Edgar, ¿usted ya conoce?, se ira a dejar a Sofía y luego regresa a lo de su hotel.
Yo: Sí ya conozco no hay problema.
Fuimos a casa de Sofía, ¡sí!, pero para que hiciera cuentas de las ventas en el negocio. Luego tomaríamos taxi de regreso al hotel.
Dentro de la habitación hicimos el amor nuevamente y a dormir.
Así concluyo mi quinto día en Bogotá.
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Jueves 21 de Agosto 2003 9:30 am Sexto día Ciudad de Bogotá Colombia
Despertamos haciendo el amor nuevamente y aquí hice el intento, de que fuera mío ese culito en forma de corazón que me traía de
cabeza. Sofía adujo que le hice doler mucho en una embestida, así que por ese momento lo deje pasar.
Una hora después.
Sonó el celular de Sofía. Era la tía Eulalia para que me avisara que en hora y media pasarían recogiéndola a Sofía en su casa y después
irían por mí en el auto de Richard.
Sofía: Tía mejor nos encontramos en lo del hotel.
Al terminar la llamada, ufff
, casi expreso Sofía.
Este día gracias a la movilidad de Richard conocimos varios excelentes lugares de la ciudad de Bogotá.
Por la mañana:
Quinta del Libertador Simón Bolívar
Ciudad Universitaria de Bogotá
La calera, que tiene una vista de toda la ciudad de Bogotá.
Casa de Nariño (Palacio de gobierno de Colombia)
Por la noche
Volvimos a la Calera a apreciar la excelente vista nocturna de Bogotá
Sitios varios.
Plaza de toros.
Jueves 21 de Agosto 2003 7:40 pm Sexto día Ciudad de Bogotá Colombia
Regresando en el auto de Richard.
Richard: Oiga parcero. Creo que sería un pecaito que usted se fuera de Bogotá sin haber hecho una cabalgata a caballo
de noche. Lo malo que sí cuesta su platica. ¿Sabe montar a caballo?
Yo: Claro no hay problema. Chévere, que te parece si mañana la hacemos.
Richard: Claro parce. Mañana entonces.
Me dejaron en mi hotel. Y luego fueron a dejar a Sofía a casa.
Dos horas y media después
Sofía y yo nuevamente estábamos haciendo el amor en la habitación del hotel y yo volví a intentar hacer mío ese riquísimo culito
y se volvió a escapar.
Una hora después
Sofía estaba profundamente dormida y yo estaba viendo televisión y recordando los lugares que ese día habíamos visitado y:
Mi voz interior dijo: Edgar te quedan 2 días aquí disfrutando en la compañía de esta hermosa mujer. Debe ser una señal, el visitar
al último de todo el recorrido de hoy la plaza de toros, donde los toreros después de una buena faena el premio era el rabo y
orejas (Ojo estoy en contra del maltrato a los animales, pero la frase es muy buena para uso metafórico).
Rabo y orejas. Me repetía en mis pensamientos.
La primera palabra de esta frase me está faltando para completar mi faena. Por la pu**
m.
Continuará...