Viernes 22 de Agosto 2003 8:05 am Séptimo día Ciudad de Bogotá Colombia
Sofía: Buenos días mi amor. ¡Al fin despertó!
Yo: Buenos días mi reina
Sofía: Sabe, tengo que enviarle algún presente a mi suegrita y cuñaditas, así que hoy iremos de compras, a ver que les puede llevar.
Mi voz interior dijo: ¡De veras!, Edgar la firme (Gina) pidió que le llevases algo, así que no te olvides de ello.
Yo: No te preocupes por eso
Sofía: ¿Cómo qué no?, hágale pues, a levantarse de esa cama don Edgar
Yo: ¿Y si nos bañamos juntos?, digo como para ahorrar tiempo.
A lo cual sonriendo cómplice, dijo:
Sofía: ¡Mijitico!, su merced como que no se cansa de ¡eso no
!. Venga pues papi bañémonos.
Estando en la ducha se dio inicio a otro de mis grandes rituales con una deliciosa mujer, bañarla.
Aquel día por la mañana en la ducha y cayéndonos el agua caliente recorrí toda su anatomía con el jabón para el cuerpo.
Empezamos nuevamente a estimularnos el uno al otro. Restriego fuertemente el jabón en mis manos para generar la mayor espuma posiblee introducirlas en sus rincones más íntimos, ella hace lo mismo con mi fiel compañero Edguitar con una delicadeza y devoción indescriptible.
Luego de enjuagar su bella figura. Mi lengua inicia el recorrido a toda su piel, donde aún el líquido elemento discurre en forma lenta y sensual.
Después de algunos minutos de seguir con mi recorrido, me arrodille y llegue a su conchita que estaba empezando a soltar sus deliciosos fluidos que al mezclarse con el agua tienen un sabor exquisito. Estuve aquí por un prolongado tiempo.
Doy vuelta a su figura para que me deje toda su colita en mi cara y empiezo a realizarle un memorable black kiss, lamiendo, acariciando con mis dedos, mordisqueando, estando aquí; mi lengua se cree Edguitar, la que trato de introducir dentro de ese delicioso hoyito.
Sofía: aahhh
, sí
, así
, más
, ¡Qué delicia
!, ¡Papi
!.
Me puse de pie y coloque a Sofía con sus manos y rostro contra la pared junto a la llave de la ducha. Aferrándome a su cintura y con Edguitar ya con su chullo y dentro de su conchita, dio inicio el concierto sinfónico de sonidos ¡Plap
, plap
, plap
!, Al chocar sus riquísimas nalgas y mi pelvis. Esta pose, dejo a mi completa disposición su sabroso asterisco.
Deje caer un poco de saliva para lubricar la zona e introduje muy lentamente de a pocos mi dedo meñique en el hasta ahora escurridizo hoyito, al lograrlo Sofía volteo a mirarme con una cara de total placer.
Seguí taladrando por un rato más y escuchándola gemir más fuerte aproveche para introducir un dedo más el anular, al sentir las embestidas de mis dedos Sofía inicio un vaivén frenético de movimiento de su conchita contra Edguitar y se vino.
Momento después de haber estado en aquel éxtasis se liberó de Eguitar, de mis dedos dentro de su chiquillo y de mi brazo izquierdo que la sujetaba de la cintura y procedió a darme un beso con lengua ¡espectacular!, con sus manos le quito la piel de látex a mi fiel compañero, abrió la ducha lo refresco, bajo su rostro y empezó a succionar rápidamente. Al verla arrodillada y dándome semejante soplada de flauta ¡Descargue!, llegando Sofía a saborear algo del quaker
(sí ese, la del viejito, jejeje) espeso que derrame.
Mi voz interior dijo: ¡Excelente Edgar!, hemos dado inicio a la operación bauticemos al chiquillo. Ya que esta vez con dos de mis dedos en su chiquitín
tin
tin, había tenido un orgasmo. Por fin pude sembrar la semilla de ese placer que había sentido, ahora tocaba esperar la cosecha.
¡La santísima paciencia!, esa era la clave cofrades, para que aquel delicioso anillo sea al fin mío. Era cuestión de esconder las garras, como dice aquel dicho Con mucha paciencia y saliva un Elefante se c
cho a una hormiga. Jejeje
Ambos jabonándonos y enjuagándonos nuevamente le dije:
Yo: Mi reina, ¿Te gusto?
Sofía: Estuvo delicioso mi amor, su merced me pone tan caliente que me desconozco. Hágale rapiito, que nuevamente me está dando sueño vámonos hacer las compras.
Tres horas después
Zona Comercial San Andresito - Bogotá
De compras en esta zona comercial que me hizo recordar a nuestra querida Gamarra, aunque el emporio comercial de La Rica Vicki es muchísimo más grande y más atiborrada de gente.
Sofía: ¿Cuáles son los gustos en ropa de la suegrita?
Yo: ¡Ni idea...!
Dos horas después
Recorriendo más de dos veces las mismas tiendas comerciales preguntando y no comprando nada hasta ese momento.
(Caballero cofrades a veces nos toca pasar por estos momentos algo complicados para algunos con nuestras damiselas, ustedes entienden, es ¡exasperante!, ¡Carajo!, por la pu**
m**).
Almorzamos y aun no habíamos comprado absolutamente nada.
Yo: Mi reina, creo que es hora de comprar de una vez, pues a las 7:30 pm nos esperan tu tía y Richard para ir a la cabalgata nocturna.
Sofía: Pero, no sé qué comprar.
Una hora después
Al fin después de casi tres horas
(por la put
m
), Sofía empieza a hacer compras, primero para mi viejita, aquí no había ningún problema.
Pero cuando compraba para mis hermanas sí, pues yo tenía que pagar doble o hasta triple.
Sofía: ¿Porque hay que comprar dos o tres de cada cosa para sus hermanas?
Yo: Lo que pasa es que no quiero que se peleen ¡Conociéndolas!
Mi voz interior decía: ¡Mas falso!, estoy camuflando los obsequios para la firme, mi linda piurana (Gina). Jejeje
Viernes 22 de Agosto 2003 6:45 pm Séptimo día Ciudad de Bogotá Colombia
Llegamos presurosos al hotel a dejar las compras y salir rápidamente al encuentro de la tía Eulalia y Richard que nos esperarían en la casa de los abuelitos de Sofía.
Dos horas después
Ya en el auto y dirigiéndonos hacia un rancho de caballos que existe en las alturas de los cerros de la zona La Calera. Desde donde hay excelentes miradores hacia la ciudad de Bogotá.
Richard: Parce ya estamos llegando. ¿Tomamos hora y media o dos horas y media de cabalgata?
Yo: Seria bueno dos horas y media para conocer mejor.
Richard: Pero eso va a costar su billetico
Yo: No hay problema doc.
Al llegar a aquel rancho, nos recibieron con aguardiente o como le dicen los colochos aguardientico para el frio, asignándonos un guía y se unieron a nuestro grupo dos bellas colochas, cuyo acento era más marcado.
Cada uno de los integrantes del grupo hizo las presentaciones respectivas
(nombres, origen, edad, etc.), aquí me entere que aquellas dos mamitas que se nos unieron eran de Medellín (Paisas), las cuales estaban algo picadas por los aguardientes, ya que ellas habían llegado al menos una hora antes que nosotros.
Se nos permitió elegir el caballo a cabalgar, el guía impartió algunas recomendaciones con respecto a la seguridad y sobre todo del equino, diciendo que era un animal de raza, capacitado para la labor y quien conocía todas las rutas habidas, capaz de llegar a su destino sin ningún problema aun en las noches más oscuras y lluviosas, sabían incluso cruzar las carreteras que intersectaban la ruta seguida en la cabalgata.
Iniciamos el recorrido. Sinceramente es una experiencia alucinante cabalgar en medio de la noche en un ambiente campestre, teniendo un lado romántico a la luz de la luna, visitamos paisajes nocturnos realmente excelentes.
De todos los caballos el mío era el más veloz, el guía me lo había advertido y como ya se abran dado cuenta cofrades, soy algo
aventurero. ¿Para qué me dijo eso el guía?, estaba esperando el momento para hacer correr a mi corcel. Hasta que al fin ante mis ojos apareció un camino tipo trocha recto. Apreté con los talones y solté algo la rienda dándole señal al caballo de correr. Así lo hizo, y recorrí a todo galope aquel sendero que tenía un túnel de árboles.
Detuve al caballo, ya que regrese a mirar y me había alejado totalmente del grupo. Esperando y deleitándome con aquellos paisajes; cuando llego Marcela
(una de las mamacitas paisas).
Marcela: ¿Quiubo papi bien o qué?
Yo: ¡Hola!, ¿tú eres Marcela?
Marcela: ¡Sí señor
!, aquí para lo que usted ordene. ¿Así que usted es de Perú?
Yo: Así es
Marcela: Sabe mi prima y yo, estamos por estos lados de rumba. Después que deje a la novia en casa. ¿Se nos une?,
¿Tiene donde anotar mi móvil?
De pronto.
Marcela: ¡No pues!, ¡Más maluco que
! ¡Ya ésta aquí la novia!. Más adelantico, le doy mi número. ¡Chao papi!.
Después de alejarse aquella rica paisa, llego Sofía y más atrás la tía Eulalia y Richard
Sofía: ¡Qué bonito don Edgar!, pelándole el diente a esa care e mico (cara de mono / simio)
Eulalia: Ya ve mijita, usted no me para bola (poner atención), le dije que desde hace rato esas dos están detrás de este par. Nos las vio ahora como estaban de lambisconas. Así que ¡pilas! mijita, porque las paisas son capaces de empelotarce (desnudarce) a
hombre ajeno y en tu jeta (cara).
Sofía: Edgar por favor no me saque la piedra (mal humor)
Mi voz interior dijo: ¡Carajo!, me salió policía por esto lares. Por la put***m***.
Transcurrieron más de dos hora y media de una cabalgata nocturna fabulosa, al terminar nuevamente en la cabaña comimos pizza y regresamos.
Viernes 22 de Agosto 2003 11:30 pm Séptimo día Ciudad de Bogotá Colombia
Estando ya en la habitación del hotel, nuevamente nos bañamos juntos y habiéndola calentado otra vez, le pregunte si lo gusto lo que hice por la mañana con mis dedos en su culito.
Sofía: Sí papi, estuvo delicioso. Ven vámonos a la cama.
Mi voz interior dijo: Es ahora o nunca tiene que ser mío ese riquísimo asterisco.
La empecé a besar apasionadamente, seguidamente hicimos un delicioso 69 por unos buenos minutos, al verla que estaba lo bastante excitada, la guie hasta el vértice posterior derecho de la cama, la ubique de tal forma que quedase sus piernas entre abiertas por la esquina de la cama y sus pies en el piso y de cubito ventral echada en la cama, en esta posición es más difícil que pueda escapar a lo que tenía en mente.
Me fui por un instante al ras del piso para mordisquear sus tobillos y subir por la parte posterior de sus piernas. Llegue a su espalda lamiendo y besando toda su espina dorsal. Baje nuevamente hacia sus ricas nalgas a morderlas, después de unos momentos introduje a mi fiel compañero Edguitar por su conchita que se siente muy húmeda.
Con sus propios fluidos, lubrique aquel delicioso hoyito, y uno
, dos
, dedos adentro.
Sofía: Pacito papi, pacito
, mmm
, ¡Qué rico
!
Haciendo la misma labor por varios minutos hasta que dilatara más su tan ansiado anillo. Probé introducir un dedo más el medio, sintió la pegada pero cedió el paso.
(Caminante no hay camino, se hace camino al andar
. En este caso al c
char. jejeje).
Al verla excitadísima, rápidamente le puse su respectivo chullo a Edguitar, bastante saliva y puse mi casco Alemán en la entrada de su anillo y empecé a empujar suavemente.
(Siempre hay que cuidar la integridad de mi fiel herramienta, por mucho que sea muy rica la hembra es un ser humano que como todos, va al baño, así que Ojito al mosquito
)
Sofía: ¡Ayyy
!, Papi duele, duele
, ¡sáquelo!, ¡sáquelo!
Termine de enterrar todo el Edguitar, y la escuche sollozando
Sofía: ¡Ayyy
!, ¡Ayyy
!, no sea malo ¡sáquelo!
Voltea su rostro hacia mí y veo sus lagrimitas, me acervo muy despacio casi sin moverme hacia su oído y le dije:
Yo: Tranquila mi reina, no sabes lo feliz que me haces.
La empecé a besar y llenarla de caricias para tranquilizarla por un buen momento. Viendo que ya ese riquísimo hoyito se había acostumbrado a Edguitar, con mis manos acaricio su hermosa espalda y me levanto para empezar al mete y saca, saca y mete, con sumo cuidado.
Mi voz interior dijo: ¡Carajo! lo están estrangulando a Edguitar, ¡rico papa!
(Textualmente le quedaba a Edguitar como anillo al dedo) Jejeje.
Seguí taladrando por un momento más y por la sensación de ajuste que sentía Edguitar no pudo más y toda la leche condensada a fuera.
Al sacar a Edguitar de aquel delicioso anillo, fue doloroso también para Sofía.
Nos metimos al baño a asearnos, luego ella diciéndome.
Sofía: Usted es un malo.
Yo: ¿Te gusto o no?
Sofía: Sí pero duele muchísimo.
Yo: ¿Te viniste?
Señalándome el vértice de la cama, donde se podía apreciar su manchita de humedad.
Sofía: Cuando me enterró su coso, y con todo el dolor me vine, ¡no sé cómo!
Mi voz interior decía: Culmino la faena con éxito Edgar. Punto para Perú. ¡Eso
!
Ambos sonriéndonos de aquella travesura, nos echamos en la cama abrazados y conversando de todo un poco, nos quedamos dormidos.
Así culmino mi séptimo día en Bogotá.
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Sábado 23 de Agosto 2003 7:25 am Octavo día Ciudad de Bogotá Colombia
Mientras dormía, escuchaba vagamente llorar a alguien; desperté y:
Yo: ¿Qué paso mi reina?
Sofía: Su merced se va hoy y no es justo.
Yo: Tranquila no te pongas así, ¡No llores por favor!
Nos abrazamos fuertemente e hicimos el amor en una forma muy romántica, despacio pasudamente, sintiendo cada parte de nuestros cuerpos, sabiendo que era la despedida. Cuando concluyo aquel mágico momento aún estaba con su carita triste. Hice mil y un malabares para sacarle una sonrisa, y logre muy poco.
Tres horas después
Luego de desayunar, Sofía me ayudo a empacar y luego salimos del hotel rumbo a que me despidiera de cada familiar que conocí.
Almorzamos en casa de sus abuelitos, me despedí de cada una de las personas quienes fueron siempre muy amables.
Sábado 23 de Agosto 2003 4:55 pm Octavo día Ciudad de Bogotá Colombia
Estaba en plena dialogo con algunos de los familiares de Sofía de pronto:
Eulalia: Edgar ya está aquí Richard para ir a lo del hotel por sus cosas y luego al aeropuerto.
Yo: Ok. Muchas gracias
Una hora después
Sofía y yo estábamos recogiendo mis cosas en la habitación del hotel y empezó a llorar nuevamente.
Sofía: Edgar, ¿será que es la última vez que nos vamos a ver?, Su merced dígame que no por favor.
Seque sus lágrimas y dije
Yo: Mi reina, espero que no.
Sofía: ¿Cuándo lo voy a volver a ver?
Yo: Mi reina, su tía y Richard nos esperan, cambie la carita, que no noten que lloro. Ayúdeme con esta chaqueta por favor.
Ya en el auto.
Eulalia: Sofía, y esa cara mijita. No pues. ¡Ya ve!, yo le dije.
(Y como siempre cuando es complicado irte de un lugar las horas pasan muy rápido, lo contrario que cuando te quieres ir de un lugar ya).
Sábado 23 de Agosto 2003 6:50 pm Octavo día Aeropuerto El Dorado Bogotá Colombia
Sentados en un restaurant tomando un café y esperando mi vuelo de regreso:
Eulalia: Venga Sofía, acompáñeme a los servicios. Vamos a cambiarle esa cara niña. No pues que aquí nadie se murió. ¡Ya regresamos!.
Se Alejaron camino hacia el baño y Sofía llevaba abrazada mi casaca.
Richard: Oiga Parce, como que la monita esta encarretada (enamorada) con usted. Cuantos por el barrio y de la Universidad quisieran estar en sus pantalones papa.
Dos horas después
La tía Eulalia y Richard de lejos nos miraban despedirnos a Sofía y a mí en la puerta de entrada para dirigirse a los controles del aeropuerto.
Sofía: Prometa que volverá.
Yo: Lo prometo.
Sofía: Pero cúmplalo. Aquí está su chaqueta. Puse una nota en uno de sus bolsillos. Por favor prométame que la leerá siempre.
¡Aquí no...!. Cuando este en Lima.
Yo: Deja de llorar. Por favor
La abrace fuertemente y la bese se acercaron la tía Eulalia y Richard
Eulalia: Venga niña ya deje la lloradera. Mire Edgar como me deja a la niña.
Mi voz interior dijo: Por la put
m, Cuanta razón tenía aquel taxista que me llevo al aeropuerto en Lima Se le va hacer muy difícil volver.
Muy lentamente y en forma dubitativa fui alejándome muy contrariado. Viendo a mi bella colochita llorar abrazando a su tía.
Sábado 23 de Agosto 2003 9:55 pm Octavo día Aeropuerto El Dorado Bogotá Colombia
Habiendo abordado aquel avión sentado mirando por la ventana los alrededores del aeropuerto y con un nudo en la garganta. Me acorde de la nota que me dijo Sofía la había puesto en un bolsillo de la chaqueta.
Tripulación, listos para el despegue, se escuchaba dentro del avión.
Saque aquella nota del bolsillo, era una carta con un sobre con corazones y olía a la fragancia que Sofía utilizaba. La abrí y a la letra decía:
Amor mío. Sí voy a reconocer que me enamore de usted Edgar, no sé cómo paso, todos estos días que pasamos juntos han sido los mejores días de mi vida. Le pedí que abriera lejos de mí esta carta porque si lo hubiera hecho conmigo presente, no hubiese tenido las fuerzas para soportar su partida.
Con todo mi corazón le pido que no se olvide de mí, recuerde siempre que aquí en Colombia tiene a una mujer que espera su regreso. ¡Lo estaré esperando!.
Su partida se está llevando parte de mí, se está llevando mi corazón y como se lo dije en algún momento se me pegaron muchas palabras que usted dice, sobre todo la forma como las dice; por ello le digo que se está llevando todo mi amor, todo el amor como solo una mujer de estas tierras puede dar a su hombre, un amor A la colombiana.
~ Fin ~
Autor: ©
taparte
Lima Diciembre - 2013