A lo que me condujo los celos 1 parte

La historia siempre estuvo impregnada de matices imaginarios, pero en su esencia cuando uno relata es una forma de expresar los sentimientos y experiencias personales que te está ocurriendo o te han sucedido.
En casi todo el relato se evidencia que te gusta que el hombre sea dominante, un alfa que te someta hasta convertirte en una mujer sucia; una puta barata como mencionan, pero es parte del morbo del ambiente, el rol en la cama, la esencia y el aroma del sexo que son producto de mucha dopamina segregada, pero eso también demuestra tu personalidad del día a día, que es lo opuesto al de la sábanas.
Me he leído las dos últimas partes, y una crítica personal a tu relato podría ser al momento de presentar al jovenzuelo de 60 años , como si deseara a la hija y la excitación que le produce el aroma de su perfume, aunque hay público que les gusta, personalmente me produjo rechazó, debido a que tengo hijas, pero asu vez me produjo un risa, una Jackie que mata con el placer jajaja, pobre hombre.
Bueno Madame, me hubiera gustado un capítulo más, dejas algunos vacíos y como comentas ya es parte de la imaginación del lector.
No se si te gusta leer, pero hay algunas obras que tratan sobre la infidelidad: adulterio, la gaviota y Rebecca que creo que tiene una adaptación en Netflix.
Es un gusto de leer tus relatos y las respuestas que brindas, eres una mujer con el cual uno disfrutaría pasar la tarde conversando.
Saludos
@golosisimaperu
Gracias cofrade, extrañaba tus mensajes y como comentas me gusta que mi hombre sea quien disfrute de mi cuerpo y me haga disfrutar, no sirve para domina
 
La historia siempre estuvo impregnada de matices imaginarios, pero en su esencia cuando uno relata es una forma de expresar los sentimientos y experiencias personales que te está ocurriendo o te han sucedido.
En casi todo el relato se evidencia que te gusta que el hombre sea dominante, un alfa que te someta hasta convertirte en una mujer sucia; una puta barata como mencionan, pero es parte del morbo del ambiente, el rol en la cama, la esencia y el aroma del sexo que son producto de mucha dopamina segregada, pero eso también demuestra tu personalidad del día a día, que es lo opuesto al de la sábanas.
Me he leído las dos últimas partes, y una crítica personal a tu relato podría ser al momento de presentar al jovenzuelo de 60 años , como si deseara a la hija y la excitación que le produce el aroma de su perfume, aunque hay público que les gusta, personalmente me produjo rechazó, debido a que tengo hijas, pero asu vez me produjo un risa, una Jackie que mata con el placer jajaja, pobre hombre.
Bueno Madame, me hubiera gustado un capítulo más, dejas algunos vacíos y como comentas ya es parte de la imaginación del lector.
No se si te gusta leer, pero hay algunas obras que tratan sobre la infidelidad: adulterio, la gaviota y Rebecca que creo que tiene una adaptación en Netflix.
Es un gusto de leer tus relatos y las respuestas que brindas, eres una mujer con el cual uno disfrutaría pasar la tarde conversando.
Saludos
@golosisimaperu
Te invito a leer otros relatos que he republicado
 
La historia siempre estuvo impregnada de matices imaginarios, pero en su esencia cuando uno relata es una forma de expresar los sentimientos y experiencias personales que te está ocurriendo o te han sucedido.
En casi todo el relato se evidencia que te gusta que el hombre sea dominante, un alfa que te someta hasta convertirte en una mujer sucia; una puta barata como mencionan, pero es parte del morbo del ambiente, el rol en la cama, la esencia y el aroma del sexo que son producto de mucha dopamina segregada, pero eso también demuestra tu personalidad del día a día, que es lo opuesto al de la sábanas.
Me he leído las dos últimas partes, y una crítica personal a tu relato podría ser al momento de presentar al jovenzuelo de 60 años , como si deseara a la hija y la excitación que le produce el aroma de su perfume, aunque hay público que les gusta, personalmente me produjo rechazó, debido a que tengo hijas, pero asu vez me produjo un risa, una Jackie que mata con el placer jajaja, pobre hombre.
Bueno Madame, me hubiera gustado un capítulo más, dejas algunos vacíos y como comentas ya es parte de la imaginación del lector.
No se si te gusta leer, pero hay algunas obras que tratan sobre la infidelidad: adulterio, la gaviota y Rebecca que creo que tiene una adaptación en Netflix.
Es un gusto de leer tus relatos y las respuestas que brindas, eres una mujer con el cual uno disfrutaría pasar la tarde conversando.
Saludos
@golosisimaperu
Quisiera aclarar sobre la parte del padre de mi amiga, la escena del perfume esta basada en una escena real, tenia 18 y vivia en la molina, lima peru, tenia una amiga muy intima, dormia en su casa como ella en la mia en verano, eramos tan intimas que hasta la ropa intima y perfumes comprabamos juntas (epocas del 2 x 1 en ripley, cuando en verdad era 2x1) un dia ella salio y yo estaba tomando el sol en su piscina y su padre se acerco mas de la cuenta y cuando lo note detras mio, hombre maduro y bastante atractivo aspiro mi olor y susurro que le gustaba mucho mi perfume, yo le mencione que era el mismo que usaba su hija, el sonrio ligeramente y antes de decir algo su mujer llegaba pidiendo ayuda con las bolsas, esto no se volvio a repetir. con el paso del tiempo, la universidad poco a poco perdimos el contacto, pero esa escena la use para mi relato....
 
A lo que me condujo los celos, capitulo final?


Era un nuevo dia y estaba decidida con quien pondría los cuernos a mi marido, lo llame a su móvil y se alegró de oír mi voz, el acepto gustoso venir a almorzar a mi casa aprovechando que quería hablar de un tema delicado, trate de que mi voz sonara preocupada con lo que logre su atención, además era como una hija más para él (el padre de la puta de mi amiga)

El padre de mi amiga a quien llamare Juan tenia mas de 60 años, me conocía desde los 16 porque fui buena amiga de su hija y casi me había visto crecer, siempre me dio buenos consejos, incluso estuvo presente en mi boda, sin embargo con el pasar de los años lo note disimular las miradas a mi cuerpo, sobre todo a mi escote, lo he pescado muchas veces mirando mis pechos, mis labios, mis piernas y seguramente mi trasero cuando me doy vuelta. a pesar de su edad en el cumpleaños de mi ex amiga noté una erección al estar cerca de mi cuando ya estábamos todos algo alegres por las copas pero solo fue eso nunca había pasado algo de más y siempre se mantuvo con mucho respeto.

Lo cierto es que él mantendría su posición como les he contado, pero yo sabía que debía estar conteniendo su calentura durante estos años y, en cuanto yo le diera algún pequeño indicio, sin dudar se abalanzaría sobre mí, sonreí esa seria mi venganza para mi infiel marido y la perra de mi amiga.

Para la ocasión me había puesto un vestido corto, entallado con un gran escote de color rosa, con unos tacones al tono. No me había puesto brasier, una tanga blanca de encaje y como un pequeño pecadillo me puse el perfume que sabía que era el favorito de su hija (jijiji), me vía al espejo orgullosa del resultado viendo como mis pezones se ponían duros con el frío del aire acondicionado.

Desde que llegué, a las 12 del mediodía, don Juan no paraba de mirarme, incluso lo noté algo pensativo. Almorzamos juntos en la sala de mi hogar como ya había sucedido antes en compañía de mi esposo y su hija, le serví unos vinos para acompañar el almuerzo tratando de hacer más distendido el almuerzo. Mientras levantaba los platos, como por descuido rozaba su brazo, o me estiraba delante suyo para alcanzar algo, permitiendo que viera un poco más de mis pechos.

Don Juan estaba levantando presión. Su rostro estaba colorado. Se frotaba la calva y la pequeña barba en señal de nerviosismo... pero no dejaba de mirarme. La charla era muy animada cada vez que sentía su mirada posada sobre mis senos yo le lanzaba una sonrisa cómplice hasta que empecé con mi plan poniéndome algo seria mientras le contaba el motivo de mi invitación.

-Sabe don Juan, estoy muy preocupada y es que tengo la sospecha de que mi esposo me es infiel. - dije con un tono de angustia y tristeza.
-No puede ser Jaqueline, tu esposo siempre me pareció un hombre correcto, además eres una mujer hermosa, como tendría en la cabeza la idea de serte infiel- respondió tratando de animarme y notándose preocupado.

Me levante y empecé a contarle en resumen lo sucedido días antes, mientras hablaba movía mi cuerpo buscando contonear un poco mi figura notando que no perdía detalles, al contrario noté como comenzó a mirarme de un modo muy insistente, pasando sus ojos de mis ojos, a mi boca, luego a mis pechos mientras, recordar lo que me había hecho mi esposo provocó que unas lágrimas comenzaran a caer y sin querer no lo pude controlar. Don Juan se levantó y muy caballeroso me acogió en sus brazos mientras me pedía que me calmara, que hablara con mi esposo y que todo se solucionaría, que estaba seguro que todo era un mal entendido.

Agradecí ese gesto sin embargo nuestros cuerpos el vino en nuestra sangre hizo que el abrazo empezará a durar más de lo debido, pude sentir un bulto debajo de su pantalón, mientras yo me aferraba un poco mas a el y mis senos se posaban en su pecho, debía tener una muy buena vista desde su ángulo. En un momento se separó de mí pidiendo disculpas, yo sonreí tímidamente y bajé la mirada sutilmente.

Mientras lo invitaba a sentarse en el sofá me fui hasta el mueble donde guardamos la vajilla y me agaché, dejando que viera mi trasero y mis piernas en todo su esplendor... me quedé un par de segundos y volví a mirarlo insinuante por sobre mi hombro.

Me quedé así, en esa postura acomodando los platos... demorando para ver si se animaba a dar el siguiente paso. No se animó. Permanecía inmóvil, sentado mirando la escena, con su rostro ardiendo y su pantalón a punto de explotar. Me acerqué nuevamente a él y le ofrecí otra copa de vino, que aceptó gustoso.
-Ya no voy a llorar, además si me está engañando él se lo pierde - dije mientras tomaba de golpe otra copa de vino.

-Claro que si Jaqueline, eres una bellísima mujer- dijo eso mirándome a los ojos y de arriba a abajo como si desnudara mi cuerpo con su mirada.
-venga bailemos juntos hace mucho que no lo hacemos Don Juan - dije mientras tiraba de su mano y con el control ponía música suave. Siempre he creído que un hombre que baile bien es super sexi y Don Juan lo hace de maravilla. Estuvimos así un par de canciones, yo apoyaba mi cuerpo sujetándome de su cuello mientras tenía una mano en mi cintura y la otra subía y bajaba suavemente por mi espalda.

Lo noté más de una vez turbado por mi aroma, sin evitarlo se dejaba llevar mientras nos mirábamos a los ojos, al terminar la canción fui al reproductor a poner un cd agachándome más de la cuenta brindando nuevamente un espectáculo de mis piernas y nalgas... pero esta vez no pudo resistirse más!!!
Se acercó jadeando sin decir una palabra... Apoyó su bragueta endurecida sobre mi nalga y no hizo nada más, yo al sentirlo detrás mío, me arquee un poco más y frote suavemente mis nalgas a su bulto hinchado, Don Juan al notarlo comenzó a frotarla mientras movía sus manos y se agarraba firmemente a mis caderas.

Yo estaba excitada por todo este juego y sentir como se hinchaba su miembro detrás mío me provocaba más de lo deseado, me sentía sucia pero solo pensaba en vengarme de mi infiel marido. cuando sentí el aliento del padre de mi amiga en mi oído susurrándome.

-Que bien hueles Jaqueline, ese perfume me recuerda a…-
-a tu hija???- respondí mientras frotaba suavemente mis nalgas a su ya hinchada erección.

Don Juan un hombre de 60 años al oírme decir eso se puso como fuego… levanto mi falda disfrutando la vista de mi tanga blanca de encajes metida entre mis nalgas, sentir sus áspera mano rozando mi piel fue una sensación muy placentera, oía como se bajaba el cierre, desabrochó su cinturón y dejó caer el pantalón. Luego sentí como la punta de algo caliente que latía suavemente comenzaba a jugar sobre mi tanga, haciendo presión, cogió mis senos con ambas manos aferrándose a mis dos pezones peñizcándolos y frotándolos con una suavidad que solo la experiencia te puede dar.

Estábamos en completo silencio... solo se escuchaban las respiraciones agitadas por la calentura, me gire suavemente, no pude evitar bajar la mirada y fijarme en su pene, era de tamaño mediano lo que atrajo mi mirada fue ver las canas en su entrepierna. Me acerqué a él y nos dimos un suave beso mientras tiraba de mi vestido quitándomelo sin prisas dejando como única prenda mi tanga y mis zapatos de tacón.

Me puse de rodillas y comencé a chupar su pene, él cerraba los ojos disfrutando cada lamida, acariciaba mi pelo y me decía: "sigue Jaqueline, no sabes como deseaba esto". lamia su tronco mirándolo a los ojos y pasaba mi rostro sobre esas canas alrededor de sus testículos, era una sensación nueva y muy morbosa, ahi tenia al padre de la perra de mi amiga sin embargo lejos de hacerlo en venganza sentía que lo estaba disfrutando más de la cuenta.

Cuando terminé de darle un nuevo chupetón y jugaba con su frenillo la puse entre mis senos, su olor y sabor me excitaban, sin embargo me detuvo y mirándome a los ojos me dijo.

-si sigues así terminare viniéndome y necesito algo más que eso... muero por chuparte esa concha!!! sueño con eso- nunca lo había oído expresarse así, siempre había sido tan correcto, lejos de indignarme me éxito y respondí.
-Lo que usted desee Don Juan- me saqué la tanga y me tendí sobre la mesa donde almorzaba con mi esposo, específicamente en su asiento, me abrí completamente las piernas para dejarle bien a la vista mi sexo depilado y mojado.

Don Juan separó mis piernas con ambas manos y comenzó a lamérmela de la manera más suave y dulce que jamás me había chupado. Saboreaba los jugos que brotaban de mi como si fuesen de miel. Su barba rasposa, sus labios y lengua provocaban que gimiera y moría con cada lamida.
-Don Juan por Diossss, me está matando!!!, siga siga por favor- El hombre siguió y le agregó un par de dedos que metía lentamente dentro de mi vagina buscando mi punto G... lo encontró de inmediato y comenzó a alternar sus lamidas con sus movimientos circulares. Yo pensaba que en cualquier momento me desmayaría de placer...
-Don juan... siga siga.- gemía super excitada mientras sobaba y tiraba de mis pezones, mientras empezaba a olerme como un perro
-Hueles como mi hija, eres una putita, querías verga desde un inicio no es así?- decía eso mientras lamía mi clítoris alternando con los dedos.
-ahhh siii soy su putita, esta haciendo gozar a su putita- De repente Don Juan no soportó más la presión de su pene e incorporándose, terminó sobre mi... me miró a los ojos mientras con su mano derecha sostenía su pene duro por la base y, sin dejar de mirarme a los ojos, la fue introduciendo centímetro a centímetro, viendo como con cada pedazo de carne se me metía yo me estremecía.
-Don Juan por favor siiii, lléneme con su pene - Me metió su pene hasta el fondo con un golpe violento... Acá la tenés putita, ahora muévete como la putita que eres
Comenzó a un ritmo constante a meter y sacar mientras me besaba apasionadamente en la boca para que no se escucharan mis gemidos.
-Hueles como mi hija, eres una putita al ponerte su mismo perfume - me dijo al separar nuestros labios, yo le sonreí y susurrandole al oído le susurre:
-cachame así papito, dale así, así…. - nos volvimos a besar y sentí su pene hincharse más mientras y más, Don Juan enloquecía cada vez que le susurraba "que rico, mas papito".

El pobre hombre estaba casi desmayado de tanto bombear dentro de mí, pero no quería parar ni que esa tarde se terminará nunca... le pasé mi lengua por su cuello y en ese momento no pudo soportar más...

Trató de salir lo más rápido que pudo... casi lo lograba... pero no pudo... su pene descargó semen dentro de mi vagina antes de que pudiera salir por completo... quedando parte por dentro y parte chorreando sobre la mesa de mi comedor, ambos caímos sudorosos, él se recompuso a duras penas, al verlo muy agitado por un momento me asuste, incluso le di un vaso de agua fría, por suerte poco a poco se fue recuperando, al parecer hace mucho que no tenía este tipo de encuentros.

Lo despedí con una bata en la puerta de mi hogar, nos besamos nuevamente sin importarme quien nos viera y cerré la puerta feliz por mi infidelidad.
Terminaba de bañarme cuando me llamó mi padre, quería que lo esperara y lo acompañara a una Reunión, algo contrariada porque pensaba pasar la tarde descansando acepte a regañadientes.

Me puse un vestido y trate de acomodarme el cabello con un tenue maquillaje, mi padre me recogió y fuimos apurados a su reunión, cuando llegamos vi a algunos amigos y familiares, eso me extraño, nadie me había avisado, en el centro de la pista mi esposo mientras ponían nuestra música de fondo, el se acerco a mi y me dijo: Hoy se cumplen 10 años desde aquel día que nos conocimos en aquella pista de baile y esta vez quiero hacer las cosas bien:

Me sujeto del cuerpo sin dejarme reaccionar y frente a todos empezamos a bailar una melodía de salón, no lo podía creer mi esposo el hombre de 2 pies izquierdos bailaba como nunca lo había visto, es más la primera vez que nos conocimos la anécdota fue que bailo muy mal y me piso 2 veces mis pies, siempre lo comentaba en son de burla, sin embargo había aprendido.

Al terminar todos nos aplaudían, yo solo atine a preguntar cómo pasó eso.

-Agradécele a tu amiga, estas últimas semanas, antes de viajar por trabajo salía a su casa para que me enseñara a bailar, además tu padre varias veces nos acompañaba ayudándome con los pasos.- Casi me desmayo, mi amiga?, le enseñaba a bailar?, mi cabeza daba vueltas, gire mi rostro y vi a mi amiga a quien yo creía puta, con lágrimas de felicidad sonriéndome, todo empezó a girar, los rostros se confundían, sentí que me faltaba el aire y me sujeté a mi esposo, el y mi amiga nunca me habían engañado, yo fui la única infiel y lo peor es que lo disfrute.

-Puta madre, que he hecho….

FIN?

Wuaauuu que rico relatos al final tu fuiste la infiel amiga jeje...
Esas infidelidades solo paso en el relato verdad o en la vida real paso algo ...
Aveces nuestra mente es sucia y solo pensamos en el momento con rabia, colera y con angustia de ver una escena que te rompe el corazón...
No investigamos nada por el estilo porque te dejas llevar por tus sentimientos de odio...espero que no me pase con mi amada... y tampoco a ninguno de ustedes nadie quiere ser cornudo y más si alguien más se come a tu mujer o tu marido .. mientras encuentres todo lo que quieras en una mujer en todo los sentidos, para que otras .... por eso antes del matrimonio hay que pensarlo mil veces ...si falla uno lamentablemente que se va a ser ..... empezar de 0.......

sinceramente estuvo buenísimo los relatos amiga muchos aplausos y bien merecidos
 
Wuaauuu que rico relatos al final tu fuiste la infiel amiga jeje...
Esas infidelidades solo paso en el relato verdad o en la vida real paso algo ...
Aveces nuestra mente es sucia y solo pensamos en el momento con rabia, colera y con angustia de ver una escena que te rompe el corazón...
No investigamos nada por el estilo porque te dejas llevar por tus sentimientos de odio...espero que no me pase con mi amada... y tampoco a ninguno de ustedes nadie quiere ser cornudo y más si alguien más se come a tu mujer o tu marido .. mientras encuentres todo lo que quieras en una mujer en todo los sentidos, para que otras .... por eso antes del matrimonio hay que pensarlo mil veces ...si falla uno lamentablemente que se va a ser ..... empezar de 0.......

sinceramente estuvo buenísimo los relatos amiga muchos aplausos y bien merecidos
Hola cofrade disculpa por la demora en responder, pues si me sucedió sin embargo hay partes que he aderezado, aumentado o quitado para gusto de los cofrades, incluso había incluido un nuevo capítulo donde contaba lo que sucedió dias después pero lo subí en el relato equivocado jajaja ahora lo subo por aqui
 
Hola queridos cofrades, muchos me enviaron mensajes privados pidiendome saber que paso luego del ultimo capitulo enviado es por ello que quise darle un final a esta serie, que esta basada en hechos personales, espero que sea de su agrado.

CAPITULO FINAL:
Es de mañana, recuerdo poco lo que sucedió, al parecer me desvanecí, mi padre, mi esposo y mi amiga me auxiliaron, el doctor dijo que podía ser el efecto de las emociones vividas, pero yo sabía la verdadera razon; habia engañado a mi fiel esposo con 3 diferentes hombres, uno de ellos el padre de mi amiga, la amiga de toda una vida, lo peor es que lo había disfrutado, me sentía de lo peor.

Mi esposo me estuvo cuidando ese dia, mientras no podía verlo a los ojos, me moría de la vergüenza, incluso fui a la iglesia a llorar, a pedir perdón por mi alma, a prometerme que eso no volvería a suceder y a partir de ese dia seria la esposa mas cariñosa y más fiel de todas.

Ese día por la noche aun avergonzada abrazaba a mi esposo que me tenía acurrucada, me daba suaves besos en la frente, yo lo abrazaba como queriendo que perdonara mis pecados, esos besos, fueron derivando en abrazos, luego en caricias y besos cada vez más pasionales terminando por quitarme la parte superior de mi pijama besando suavemente mis pezones.

yo me quite la parte de abajo y le pedi que me hiciera suya, con desesperacion se quito la ropa y vi su pene, por alguna razon que no entendia, lo veia mas pequeño, trate de concentrarme, quise que besara mi sexo, pero mi cuerpo buscaba no solo besos sino lamidas en su lugar recibia besos pequeños.
-comeme mi amor como tu sabes- el lo hacia, casi no sacaba su lengua, recordé a mi vecino y me asuste, pedí que me penetrara, se puso sobre mi y no la sentía igual, no me llenaba igual, lo abraze rogando que los demonios que venían a mi cabeza se esfumaran, se movía cada vez más rápido, estaba logrando arrancarme gemidos cuando sentí que se venía.

-no mi amor, aun no, todavía yo no…- dije casi suplicando pero ya era tarde, se estaba corriendo en mi interior dejándome a medias, me dio un beso y se puso a un lado de la cama tratando de recuperar el aliento, pero y yo?.

Hasta hace poco tiempo atrás nuestros encuentros para mi eran buenos, nunca me había quejado sin embargo ahora, me había quedado con una extraña sensación como si faltara algo mas, hablamos un poco y luego me di cuenta que estaba profundamente dormido.

Me levanté en silencio dirigiéndome al baño, sentandome en el inodoro, masturbandome en silencio, recordando a mi instructor, su cuerpo, su virilidad, su potencia, me veia ahi con el siendo suya y me venia en un orgasmo delicioso, luego volví a la calma con mi mente hecha un lio, yo no era así, pero no lo había podido evitar.

Al día siguiente me desperté temprano y volví a ser la esposa amorosa que recordaba mi marido, este se preparaba nuevamente para salir de viaje, lo despedí con muchos besos y abrazos, jurandole amor y que a pesar de que no se había ido ya lo extrañaba. Lo primero que hize es llamar al gimnasio para cancelar mi suscripción, a ese lugar no volvería a ir, me vestí con mi ropa deportiva unos leggings azules, un top afranelado y salí de mi departamento.

Esperando el ascensor me crucé con mi vecino, quien trató de acercarse a mí aprovechando la soledad pero trate de ser clara, directa y cortante:
-por favor quiero que olvide todo lo que sucedió, eso fue un error, yo amo a mi marido y le voy a pedir que me perdone, pero entienda que soy una mujer casada y eso no volverá a suceder- Aldo se sorprendió de mi reacción quiso decir algo pero se callo, note dolor en su respuesta:
-nunca busque ser algo mas, para mi lo que sucedió fue lo mas hermoso que me pudo pasar, respeto tu decision y te deseo lo mejor junto a tu esposo - se giró y con una sonrisa que trataba de ocultar su dolor se fue, para mi eso fue de lo peor, le había hecho daño a un hombre que estuvo ahí cuando me sentía de lo peor, sin entender cayeron unas lágrimas de mis ojos y me fui


Puse mis audífonos a alto volumen y me desconecte del mundo, en un momento grité y mordí mis labios mientras sentía el daño que le había hecho a mi vecino, no se merecía esa respuesta de mi parte, a pesar de todo me había dado mi espacio, tal vez debía pedirle disculpas, no eso podría darle falsas esperanzas, preferí olvidar y seguir con mis ejercicios.

Era un día caluroso y regrese luego de un par de horas completamente sudorosa, subí directamente por las escaleras y al llegar a mi piso nuevamente vi la puerta de mi vecino, vinieron a mi mente recuerdos de lo vivido, sonreí avergonzada de mis pecados y entre a mi departamento, me despoje de mis ropas y me fui a bañarme directamente. Toda esa tarde me mantuve ocupada sin embargo durante la noche, en sueños me veía en una cama que no era mía sentada de espaldas sobre otro hombre que no era mi marido, yo movía mis caderas, mientras disfrutaba de su miembro que no decaía en dureza ni vitalidad, sentía sus rudas manos sujetándome con fuerza dándome unas nalgadas que me provocaba un placer mientras yo jugaba con mis senos llevando mis pezones a mi boca, hasta que siendo sujetada de las caderas me levantaban como una muñeca poniéndome en cuatro sintiendo con más gusto sus embates, el sonido de nuestros cuerpos, llegaba al orgasmo gimiendo y pidiendo más, cuando abrí mis ojos entendí que todo había sido un sueño.

Al día siguiente pensaba salir a pasear por la ciudad y para eso me puse un vestido blando de tacto ligero, estaba ordenando un poco, ya eran las 11 de la mañana cuando llamaron a mi puerta, al abrir la puerta casi me puse blanca de la impresión era Ruben mi instructor, venia con un amigo al que ya había identificado del gimnasio.

Nerviosa traté de explicarle que había cancelado mi suscripción al gimnasio y no entendía porqué había venido

-Recuerdas que te prometí que vendría a visitarte, pues soy hombre de palabra- sonreí nerviosa sin embargo me mantenía firmemente agarrada a la puerta, impidiendoles pasar, me disculpe con la boba excusa de que estaba muy ocupada y trate de cerrarles la puerta pero Ruben mi instructor se opuso poniendo su cuerpo y empezó a empujar con fuerza haciéndome retroceder, su amigo reía burlonamente.

-Jaqueline, déjanos pasar solo queremos conversar, dudo que tus vecinos quieran enterarse de tus actividades extramatrimoniales- respondió con una falsa sonrisa. Me sentía amenazada, no sabia que hacer, así que derrotada abrí lentamente la puerta y les permiti pasar. Cuando ingresaron Ruben me tomó de las manos y me llevó al sofá sentándose a mi lado y acariciando mis piernas.

-por favor déjenme en paz, mi esposo puede venir- dije asustada de lo que podría hacerme, mientras tanto veía como el amigo de mi instructor cerraba las ventanas y las cortinas.

-asi me vas a tratar Jaqueline, con lo bien que la pasamos la vez anterior?, recuerdo que poco te importo tu marido ese dia- me puse roja de vergüenza mientras mi departamento se calentaba rápidamente por el calor reinante de la calle.

-quise protestar pero me tomó de la nuca y acercándome a él me dio un tremendo beso de tornillo que al inicio trate de rechazar empujando y dando golpecitos pero al hundir su lengua en mi interior no me pude resistir y nos besamos profundamente.

Nunca me había besado mi marido ni nadie de esa manera, con tanto deseo, con tanta hambre, con tanta pasión, al dejarnos de besar un rastro de saliva unía nuestras bocas y el pasando un dedo por mis labios me limpio sonriendo triunfante para luego llevarla a su boca.

-Hace mucho calor, ven quítate esto que molesta- me alzo con sus potentes brazos poniéndome de pie y empezó a desabotonar mi vestido y moviendo los tirantes de mis hombros los dejó caer mostrando mi cuerpo sin brasier y con una minúscula tanga blanca. Mezcla de la vergüenza y el morbo gire mi cabeza para dejar de mirarlo. Su amigo que se había mantenido hasta ese momento como un espectador se puso detras mio y empezo a masajear mis senos de manera circular para luego tirar de mis pezones, quise quejarme pero mi entrenador tiró de mi tanga arrancándome un quejido de dolor, me safe como pude y a empujones corrí a la puerta, tirando varias cosas tras de mí pero el amigo de mi entrenador me alcanzo fácilmente y sujetándome con más fuerza me regreso al centro de la sala, lo único que atiné a hacer fue tratar de taparme con mis manos mis senos y mi entre pierna muerta de la vergüenza, ellos disfrutaban con mi espectáculo.

Ambos hombres se alejaron de mí y se quitaron sus ropas lentamente, yo no podía dejar de ver sus cuerpos, llenos de músculos, duros y bronceados, cuando ambos cuerpos desnudos venían a mi quise dar un grito pero la voz no me salía, mi entrenador me empujo cayendo al sofá, sin dejarme reaccionar separo mis piernas y empezó a lamerme desde el clítoris hasta el ano. Para entonces su amigo se había situado frente a mí y, sin dejar de masajear nuevamente los senos y tirar de mis pezones, intentaba besarme en la boca sin poder conseguirlo, yo apartaba mi cara mientras mi entrenador seguía y seguía con su lengua.

-Ahora te niegas puta, pero ya veremos después - dijo el amigo y sujetando mis manos empezó a chupar mis senos con algo metálico que provocó que lanzara un gemido, esto era debido al piercing que llevaba en la lengua. Sentir dos bocas ocupándose de mí, me hizo que empezara a gemir y mover la cabeza de un lado al otro.

A una orden de mi instructor ambos cambiaron de lugar sin dejarme reaccionar y fue ahi que senti ese piercing en mi sexo. Nunca había sentido un "piercing" en mi entrepierna, esa lengua me provocaba sensaciones que no eran en absoluto desagradables, sino todo lo contrario, mi cuerpo me estaba traicionando y se movía al ritmo de esa maravillosa lengua. Mis piernas comenzaron a temblar y un cosquilleo característico me subía desde los dedos de los pies hasta la vagina. También empecé a notar como mi entrenador tiraba de mis pezones para volverlas a chupar y repetir nuevamente. El orgasmo era inminente. ¡Oh, que gusto Dios!. ¡Me voy a correr! –dije en voz alta-, a lo que, el amigo del instructor pasó su lengua en mi clítoris con una maestría apoderándose de él haciéndome gritar en un interminable orgasmo. Yo me venía una y otra vez y ese hombre seguía y seguía hasta que tuve que apartarlo con mis manos tirando de sus cabellos porque ya no podía con tanto placer, sentía mis músculos tensarse y mi cuerpo acalambrarse.

Cerre los ojos y agitada suspiraba, sonreia lloraba, cuando los abri vi al amigo de mi instructor mirandome frente a frente, fue ahi donde nos dimos un enorme beso sintiendo su piercing en mi boca llenandome del sabor de mi sexo y mi reciente orgasmo.

Los dos estaban ya totalmente empalmados con sus vergas hinchadas apuntando al techo, las miraba y no podía dejar de pensar:

-dios son más grandes que la de mi marido y son para mi…. - Eran verdaderamente grandes, ambas superan con creces los 20 cm. de longitud y su grosor me hizo temblar al imaginarlas dentro de mi. Mi instructor dominando la situación dijo: Ponte de rodillas y chupalas se nota que lo estas deseando. ¡Vamos, chupa!".

Me coloqué en cuclillas entre los dos hombres, de tal forma que sus vergas quedaban a la altura justa de mi boca. Como no podía ser de otra manera elegí, para empezar, el pene que me tenía absorta el de mi entrenador. Primero comencé a lamerle los huevos mientras le sujetaba aquel mango con ambas manos. Luego fui lamiendo cada centímetro del tronco hasta llegar al glande. Puse dura la puntita de mi lengua y le recorrí el capullo en círculos, deteniéndome de vez en cuando en su frenillo, comprobando que le gustaba bastante a juzgar por sus gestos de placer.

Ruben separo mi cabeza de su pene y fue reemplazada por su amigo, le hice el mismo tratamiento mientras jugaban con mis pezones, luego la soltaba y giraba mi cabeza para volver a degustar la otra verga y asi pase varios minutos lamiendo de una verga a otra, mientras ambos me animaban a seguir. De las comisuras de mis labios colgaban hilos de mi propia saliva mezclada con sus jugos pre-seminales.

Me sentía otra mujer, yo iba a seguir chupando aquellas vergas hasta que quisieran o hasta que descargaran su leche dentro. Estaba chupando la verga de Ruben cuando senti que su amigo se ponia detras mio, me acomodaba de tal manera que me pusiera en cuatro mientras jugaba con mi sexo, lejos de molestarme empeze contonearme suavemente al ritmo de sus dedos, hasta que senti su verga entrando en mi vagina, quise protestar pero Ruben no lo permitio sujetando mi cabeza, me sentia en un mar de sensaciones y no paso mucho para que yo empezara a moverme al ritmo de las embestidas.

Ruben pidió intercambiar lugares y ahora era él quien me embestía con mucha fuerza una y otra vez, yo me abandoné a las sensaciones y empecé a lamer con más placer esta verga que tenía sabor a mis flujos vaginales. No se en que momento un dedo de Ruben entraba y salía de mi ano, sentir ese dedo como un destornillador me calentaba mas, tener mi vagina y ano ocupados era una sensación extraña pero placentera, a la señal de Ruben se detuvieron, me pusieron de pie y ellos se pusieron de rodillas, no entendía ya estaba por reclamar cuando oí decir a Ruben que por ser buena niña obtendría el tratamiento especial, antes de reaccionar tenía a Rubén lamiendo entre mis nalgas y jugando con mi ano y a su amigo lamiendo con su piercing nuevamente mi vagina.

-OOOhhh siii, que rico, no paren… – me escuche decir, mi esposo había quedado olvidado, nunca había sentido dos bocas para mí, arrancándome gemidos, mientras yo misma jugaba con mis cabellos y tiraba de mis pezones. Sentía que se acercaba un orgasmo pero se detuvieron, Ruben me cogió desde atrás levantándome y sujetándome de mis piernas, su amigo con su pene muy erecto me penetró y me sujeto con sus anchos brazos. Esta posición ya la había hecho con Ruben pero no estaba preparada para lo que venía.

Ruben se puso detrás mío y dirigió su pene a la entrada de mi ano, quise impedirlo pero el amigo me tenía jeta mientras me susurraba al oído que me relajara.
Sentí su pene a la entrada de mi húmedo ano producto de su lengua, queriendo entrar, después de unos segundos de forcejeo su capullo se hundió en mi ano provocándome un grito de dolor. Esperó unos segundos y luego fue apretando más y más. Su verga iba entrando dentro de mi centímetro a centímetro. Yo notaba un pinchazo agudo en mi interior, para nada agradable. Cuando su cabeza traspasó mi esfínter me sujete al amigo, no podía gritar, respirando lentamente, después de unos segundos de forcejeo su capullo entró en mi ano provocándome un grito de dolor. Esperó unos segundos y luego fue apretando más y más. Su verga iba entrando dentro de mi centímetro a centímetro. Yo notaba un pinchazo agudo en mi interior, para nada agradable. Cuando su cabeza traspasó mi esfínter me sujete al amigo, no podía gritar, respiraba hondo tratando que la vida no se me vaya, sentía como dentro mío ambas vergas se acomodaban arrancándome gemidos de placer cada vez más fuerte, cuando se hundió completamente en mi ya no dije nada, sentí que me desvanecía mientras hacía esfuerzos por respirar, cuando empezaron a moverse al inicio muy suave pero poco a poco con más confianza.

Todo esto era nuevo para mi, las sensaciones aumentaban, los cuerpos chocando las vergas dándome placer una y otra vez, mi placer aumentaba cada vez más que me aferre a ambos hombres a disfrutar del momento y empecé a besarlos para gemir como una loca:

-así, no paren, háganme suya, lo deseo tanto, no dejen de meter sus vergas - estuvimos así por varios minutos, para mi fueron horas en las que llegue más de una vez al orgasmo, sentí como me llenaron de su espeso semen mi interior mientras rogaba que siguieran y no se detuvieran, sentir ambas vergas descargarse hicieron que llegara a un delicioso orgasmo mientras devoraba las bocas de mis machos, cuando ya no pude mas y me desvanecí.

Pasado un tiempo me desperté sobre mi cama desnuda como una cualquiera, aun con el semen de ambos machos, había engañado a mi marido de la peor manera y lo peor es que lo había disfrutado; fui directo a la ducha para quitarme el olor de ambos machos, cuando llegó mi marido al día siguiente nuestro departamento estaba pulcro como si nada hubiera sucedido. El me contó que lo habían ascendido y para ello debíamos mudarnos, yo acepte gustosa dispuesta a olvidar y empezar de nuevo desde cero y en menos de una semana nos estábamos mudando a otra ciudad para empezar una nueva etapa en nuestra vida, yo al ver como nos alejábamos de esas calles, vienen a mi mente mis encuentros con mis amantes pero trato de olvidarlo, esta será una nueva etapa y quiero ser feliz al lado del hombre que amo.

He prometido ante mi señor que no volveré a fallarle a mi esposo, solo el tiempo dirá lo contrario.

FIN
 
Hola queridos cofrades, muchos me enviaron mensajes privados pidiendome saber que paso luego del ultimo capitulo enviado es por ello que quise darle un final a esta serie, que esta basada en hechos personales, espero que sea de su agrado.

CAPITULO FINAL:
Es de mañana, recuerdo poco lo que sucedió, al parecer me desvanecí, mi padre, mi esposo y mi amiga me auxiliaron, el doctor dijo que podía ser el efecto de las emociones vividas, pero yo sabía la verdadera razon; habia engañado a mi fiel esposo con 3 diferentes hombres, uno de ellos el padre de mi amiga, la amiga de toda una vida, lo peor es que lo había disfrutado, me sentía de lo peor.

Mi esposo me estuvo cuidando ese dia, mientras no podía verlo a los ojos, me moría de la vergüenza, incluso fui a la iglesia a llorar, a pedir perdón por mi alma, a prometerme que eso no volvería a suceder y a partir de ese dia seria la esposa mas cariñosa y más fiel de todas.

Ese día por la noche aun avergonzada abrazaba a mi esposo que me tenía acurrucada, me daba suaves besos en la frente, yo lo abrazaba como queriendo que perdonara mis pecados, esos besos, fueron derivando en abrazos, luego en caricias y besos cada vez más pasionales terminando por quitarme la parte superior de mi pijama besando suavemente mis pezones.

yo me quite la parte de abajo y le pedi que me hiciera suya, con desesperacion se quito la ropa y vi su pene, por alguna razon que no entendia, lo veia mas pequeño, trate de concentrarme, quise que besara mi sexo, pero mi cuerpo buscaba no solo besos sino lamidas en su lugar recibia besos pequeños.
-comeme mi amor como tu sabes- el lo hacia, casi no sacaba su lengua, recordé a mi vecino y me asuste, pedí que me penetrara, se puso sobre mi y no la sentía igual, no me llenaba igual, lo abraze rogando que los demonios que venían a mi cabeza se esfumaran, se movía cada vez más rápido, estaba logrando arrancarme gemidos cuando sentí que se venía.

-no mi amor, aun no, todavía yo no…- dije casi suplicando pero ya era tarde, se estaba corriendo en mi interior dejándome a medias, me dio un beso y se puso a un lado de la cama tratando de recuperar el aliento, pero y yo?.

Hasta hace poco tiempo atrás nuestros encuentros para mi eran buenos, nunca me había quejado sin embargo ahora, me había quedado con una extraña sensación como si faltara algo mas, hablamos un poco y luego me di cuenta que estaba profundamente dormido.

Me levanté en silencio dirigiéndome al baño, sentandome en el inodoro, masturbandome en silencio, recordando a mi instructor, su cuerpo, su virilidad, su potencia, me veia ahi con el siendo suya y me venia en un orgasmo delicioso, luego volví a la calma con mi mente hecha un lio, yo no era así, pero no lo había podido evitar.

Al día siguiente me desperté temprano y volví a ser la esposa amorosa que recordaba mi marido, este se preparaba nuevamente para salir de viaje, lo despedí con muchos besos y abrazos, jurandole amor y que a pesar de que no se había ido ya lo extrañaba. Lo primero que hize es llamar al gimnasio para cancelar mi suscripción, a ese lugar no volvería a ir, me vestí con mi ropa deportiva unos leggings azules, un top afranelado y salí de mi departamento.

Esperando el ascensor me crucé con mi vecino, quien trató de acercarse a mí aprovechando la soledad pero trate de ser clara, directa y cortante:
-por favor quiero que olvide todo lo que sucedió, eso fue un error, yo amo a mi marido y le voy a pedir que me perdone, pero entienda que soy una mujer casada y eso no volverá a suceder- Aldo se sorprendió de mi reacción quiso decir algo pero se callo, note dolor en su respuesta:
-nunca busque ser algo mas, para mi lo que sucedió fue lo mas hermoso que me pudo pasar, respeto tu decision y te deseo lo mejor junto a tu esposo - se giró y con una sonrisa que trataba de ocultar su dolor se fue, para mi eso fue de lo peor, le había hecho daño a un hombre que estuvo ahí cuando me sentía de lo peor, sin entender cayeron unas lágrimas de mis ojos y me fui


Puse mis audífonos a alto volumen y me desconecte del mundo, en un momento grité y mordí mis labios mientras sentía el daño que le había hecho a mi vecino, no se merecía esa respuesta de mi parte, a pesar de todo me había dado mi espacio, tal vez debía pedirle disculpas, no eso podría darle falsas esperanzas, preferí olvidar y seguir con mis ejercicios.

Era un día caluroso y regrese luego de un par de horas completamente sudorosa, subí directamente por las escaleras y al llegar a mi piso nuevamente vi la puerta de mi vecino, vinieron a mi mente recuerdos de lo vivido, sonreí avergonzada de mis pecados y entre a mi departamento, me despoje de mis ropas y me fui a bañarme directamente. Toda esa tarde me mantuve ocupada sin embargo durante la noche, en sueños me veía en una cama que no era mía sentada de espaldas sobre otro hombre que no era mi marido, yo movía mis caderas, mientras disfrutaba de su miembro que no decaía en dureza ni vitalidad, sentía sus rudas manos sujetándome con fuerza dándome unas nalgadas que me provocaba un placer mientras yo jugaba con mis senos llevando mis pezones a mi boca, hasta que siendo sujetada de las caderas me levantaban como una muñeca poniéndome en cuatro sintiendo con más gusto sus embates, el sonido de nuestros cuerpos, llegaba al orgasmo gimiendo y pidiendo más, cuando abrí mis ojos entendí que todo había sido un sueño.

Al día siguiente pensaba salir a pasear por la ciudad y para eso me puse un vestido blando de tacto ligero, estaba ordenando un poco, ya eran las 11 de la mañana cuando llamaron a mi puerta, al abrir la puerta casi me puse blanca de la impresión era Ruben mi instructor, venia con un amigo al que ya había identificado del gimnasio.

Nerviosa traté de explicarle que había cancelado mi suscripción al gimnasio y no entendía porqué había venido

-Recuerdas que te prometí que vendría a visitarte, pues soy hombre de palabra- sonreí nerviosa sin embargo me mantenía firmemente agarrada a la puerta, impidiendoles pasar, me disculpe con la boba excusa de que estaba muy ocupada y trate de cerrarles la puerta pero Ruben mi instructor se opuso poniendo su cuerpo y empezó a empujar con fuerza haciéndome retroceder, su amigo reía burlonamente.

-Jaqueline, déjanos pasar solo queremos conversar, dudo que tus vecinos quieran enterarse de tus actividades extramatrimoniales- respondió con una falsa sonrisa. Me sentía amenazada, no sabia que hacer, así que derrotada abrí lentamente la puerta y les permiti pasar. Cuando ingresaron Ruben me tomó de las manos y me llevó al sofá sentándose a mi lado y acariciando mis piernas.

-por favor déjenme en paz, mi esposo puede venir- dije asustada de lo que podría hacerme, mientras tanto veía como el amigo de mi instructor cerraba las ventanas y las cortinas.

-asi me vas a tratar Jaqueline, con lo bien que la pasamos la vez anterior?, recuerdo que poco te importo tu marido ese dia- me puse roja de vergüenza mientras mi departamento se calentaba rápidamente por el calor reinante de la calle.

-quise protestar pero me tomó de la nuca y acercándome a él me dio un tremendo beso de tornillo que al inicio trate de rechazar empujando y dando golpecitos pero al hundir su lengua en mi interior no me pude resistir y nos besamos profundamente.

Nunca me había besado mi marido ni nadie de esa manera, con tanto deseo, con tanta hambre, con tanta pasión, al dejarnos de besar un rastro de saliva unía nuestras bocas y el pasando un dedo por mis labios me limpio sonriendo triunfante para luego llevarla a su boca.

-Hace mucho calor, ven quítate esto que molesta- me alzo con sus potentes brazos poniéndome de pie y empezó a desabotonar mi vestido y moviendo los tirantes de mis hombros los dejó caer mostrando mi cuerpo sin brasier y con una minúscula tanga blanca. Mezcla de la vergüenza y el morbo gire mi cabeza para dejar de mirarlo. Su amigo que se había mantenido hasta ese momento como un espectador se puso detras mio y empezo a masajear mis senos de manera circular para luego tirar de mis pezones, quise quejarme pero mi entrenador tiró de mi tanga arrancándome un quejido de dolor, me safe como pude y a empujones corrí a la puerta, tirando varias cosas tras de mí pero el amigo de mi entrenador me alcanzo fácilmente y sujetándome con más fuerza me regreso al centro de la sala, lo único que atiné a hacer fue tratar de taparme con mis manos mis senos y mi entre pierna muerta de la vergüenza, ellos disfrutaban con mi espectáculo.

Ambos hombres se alejaron de mí y se quitaron sus ropas lentamente, yo no podía dejar de ver sus cuerpos, llenos de músculos, duros y bronceados, cuando ambos cuerpos desnudos venían a mi quise dar un grito pero la voz no me salía, mi entrenador me empujo cayendo al sofá, sin dejarme reaccionar separo mis piernas y empezó a lamerme desde el clítoris hasta el ano. Para entonces su amigo se había situado frente a mí y, sin dejar de masajear nuevamente los senos y tirar de mis pezones, intentaba besarme en la boca sin poder conseguirlo, yo apartaba mi cara mientras mi entrenador seguía y seguía con su lengua.

-Ahora te niegas puta, pero ya veremos después - dijo el amigo y sujetando mis manos empezó a chupar mis senos con algo metálico que provocó que lanzara un gemido, esto era debido al piercing que llevaba en la lengua. Sentir dos bocas ocupándose de mí, me hizo que empezara a gemir y mover la cabeza de un lado al otro.

A una orden de mi instructor ambos cambiaron de lugar sin dejarme reaccionar y fue ahi que senti ese piercing en mi sexo. Nunca había sentido un "piercing" en mi entrepierna, esa lengua me provocaba sensaciones que no eran en absoluto desagradables, sino todo lo contrario, mi cuerpo me estaba traicionando y se movía al ritmo de esa maravillosa lengua. Mis piernas comenzaron a temblar y un cosquilleo característico me subía desde los dedos de los pies hasta la vagina. También empecé a notar como mi entrenador tiraba de mis pezones para volverlas a chupar y repetir nuevamente. El orgasmo era inminente. ¡Oh, que gusto Dios!. ¡Me voy a correr! –dije en voz alta-, a lo que, el amigo del instructor pasó su lengua en mi clítoris con una maestría apoderándose de él haciéndome gritar en un interminable orgasmo. Yo me venía una y otra vez y ese hombre seguía y seguía hasta que tuve que apartarlo con mis manos tirando de sus cabellos porque ya no podía con tanto placer, sentía mis músculos tensarse y mi cuerpo acalambrarse.

Cerre los ojos y agitada suspiraba, sonreia lloraba, cuando los abri vi al amigo de mi instructor mirandome frente a frente, fue ahi donde nos dimos un enorme beso sintiendo su piercing en mi boca llenandome del sabor de mi sexo y mi reciente orgasmo.

Los dos estaban ya totalmente empalmados con sus vergas hinchadas apuntando al techo, las miraba y no podía dejar de pensar:

-dios son más grandes que la de mi marido y son para mi…. - Eran verdaderamente grandes, ambas superan con creces los 20 cm. de longitud y su grosor me hizo temblar al imaginarlas dentro de mi. Mi instructor dominando la situación dijo: Ponte de rodillas y chupalas se nota que lo estas deseando. ¡Vamos, chupa!".

Me coloqué en cuclillas entre los dos hombres, de tal forma que sus vergas quedaban a la altura justa de mi boca. Como no podía ser de otra manera elegí, para empezar, el pene que me tenía absorta el de mi entrenador. Primero comencé a lamerle los huevos mientras le sujetaba aquel mango con ambas manos. Luego fui lamiendo cada centímetro del tronco hasta llegar al glande. Puse dura la puntita de mi lengua y le recorrí el capullo en círculos, deteniéndome de vez en cuando en su frenillo, comprobando que le gustaba bastante a juzgar por sus gestos de placer.

Ruben separo mi cabeza de su pene y fue reemplazada por su amigo, le hice el mismo tratamiento mientras jugaban con mis pezones, luego la soltaba y giraba mi cabeza para volver a degustar la otra verga y asi pase varios minutos lamiendo de una verga a otra, mientras ambos me animaban a seguir. De las comisuras de mis labios colgaban hilos de mi propia saliva mezclada con sus jugos pre-seminales.

Me sentía otra mujer, yo iba a seguir chupando aquellas vergas hasta que quisieran o hasta que descargaran su leche dentro. Estaba chupando la verga de Ruben cuando senti que su amigo se ponia detras mio, me acomodaba de tal manera que me pusiera en cuatro mientras jugaba con mi sexo, lejos de molestarme empeze contonearme suavemente al ritmo de sus dedos, hasta que senti su verga entrando en mi vagina, quise protestar pero Ruben no lo permitio sujetando mi cabeza, me sentia en un mar de sensaciones y no paso mucho para que yo empezara a moverme al ritmo de las embestidas.

Ruben pidió intercambiar lugares y ahora era él quien me embestía con mucha fuerza una y otra vez, yo me abandoné a las sensaciones y empecé a lamer con más placer esta verga que tenía sabor a mis flujos vaginales. No se en que momento un dedo de Ruben entraba y salía de mi ano, sentir ese dedo como un destornillador me calentaba mas, tener mi vagina y ano ocupados era una sensación extraña pero placentera, a la señal de Ruben se detuvieron, me pusieron de pie y ellos se pusieron de rodillas, no entendía ya estaba por reclamar cuando oí decir a Ruben que por ser buena niña obtendría el tratamiento especial, antes de reaccionar tenía a Rubén lamiendo entre mis nalgas y jugando con mi ano y a su amigo lamiendo con su piercing nuevamente mi vagina.

-OOOhhh siii, que rico, no paren… – me escuche decir, mi esposo había quedado olvidado, nunca había sentido dos bocas para mí, arrancándome gemidos, mientras yo misma jugaba con mis cabellos y tiraba de mis pezones. Sentía que se acercaba un orgasmo pero se detuvieron, Ruben me cogió desde atrás levantándome y sujetándome de mis piernas, su amigo con su pene muy erecto me penetró y me sujeto con sus anchos brazos. Esta posición ya la había hecho con Ruben pero no estaba preparada para lo que venía.

Ruben se puso detrás mío y dirigió su pene a la entrada de mi ano, quise impedirlo pero el amigo me tenía jeta mientras me susurraba al oído que me relajara.
Sentí su pene a la entrada de mi húmedo ano producto de su lengua, queriendo entrar, después de unos segundos de forcejeo su capullo se hundió en mi ano provocándome un grito de dolor. Esperó unos segundos y luego fue apretando más y más. Su verga iba entrando dentro de mi centímetro a centímetro. Yo notaba un pinchazo agudo en mi interior, para nada agradable. Cuando su cabeza traspasó mi esfínter me sujete al amigo, no podía gritar, respirando lentamente, después de unos segundos de forcejeo su capullo entró en mi ano provocándome un grito de dolor. Esperó unos segundos y luego fue apretando más y más. Su verga iba entrando dentro de mi centímetro a centímetro. Yo notaba un pinchazo agudo en mi interior, para nada agradable. Cuando su cabeza traspasó mi esfínter me sujete al amigo, no podía gritar, respiraba hondo tratando que la vida no se me vaya, sentía como dentro mío ambas vergas se acomodaban arrancándome gemidos de placer cada vez más fuerte, cuando se hundió completamente en mi ya no dije nada, sentí que me desvanecía mientras hacía esfuerzos por respirar, cuando empezaron a moverse al inicio muy suave pero poco a poco con más confianza.

Todo esto era nuevo para mi, las sensaciones aumentaban, los cuerpos chocando las vergas dándome placer una y otra vez, mi placer aumentaba cada vez más que me aferre a ambos hombres a disfrutar del momento y empecé a besarlos para gemir como una loca:

-así, no paren, háganme suya, lo deseo tanto, no dejen de meter sus vergas - estuvimos así por varios minutos, para mi fueron horas en las que llegue más de una vez al orgasmo, sentí como me llenaron de su espeso semen mi interior mientras rogaba que siguieran y no se detuvieran, sentir ambas vergas descargarse hicieron que llegara a un delicioso orgasmo mientras devoraba las bocas de mis machos, cuando ya no pude mas y me desvanecí.

Pasado un tiempo me desperté sobre mi cama desnuda como una cualquiera, aun con el semen de ambos machos, había engañado a mi marido de la peor manera y lo peor es que lo había disfrutado; fui directo a la ducha para quitarme el olor de ambos machos, cuando llegó mi marido al día siguiente nuestro departamento estaba pulcro como si nada hubiera sucedido. El me contó que lo habían ascendido y para ello debíamos mudarnos, yo acepte gustosa dispuesta a olvidar y empezar de nuevo desde cero y en menos de una semana nos estábamos mudando a otra ciudad para empezar una nueva etapa en nuestra vida, yo al ver como nos alejábamos de esas calles, vienen a mi mente mis encuentros con mis amantes pero trato de olvidarlo, esta será una nueva etapa y quiero ser feliz al lado del hombre que amo.

He prometido ante mi señor que no volveré a fallarle a mi esposo, solo el tiempo dirá lo contrario.

FIN

Que buen relato @golosisimaperu, se ve que lo has disfrutado tanto escribirlo como hacerlo por los detalles. Y en una nueva vida, nueva ciudad, no hubo la necesidad de recaer de buscar más placeres clandestinos
 
Que buen relato @golosisimaperu, se ve que lo has disfrutado tanto escribirlo como hacerlo por los detalles. Y en una nueva vida, nueva ciudad, no hubo la necesidad de recaer de buscar más placeres clandestinos
Gracias por ser el primer cofrade en comentar la última parte de mi serie, un besito.
 
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