grindo doido
Cuenta Verificada
- 42.785
- 43.990
- 229
- Registrado
- 26 Jul 2020
Máximo Nivel
- Registrado
- 26 Jul 2020
- Mensajes
- 42.785
- Puntos de reacción
- 43.990
- Puntos
- 229
4 Years of Service
Los Miserables
Autor: Victor Hugo
Año: 1862
La novela Los miserables de Víctor Hugo tiene como contexto histórico el período de la restauración de la monarquía absolutista en Francia, que inició tras la caída de Napoleón y se extendió hasta mediados del siglo XIX. En ese período crecen los ideales libertarios, republicanos y democráticos, alimentados por las profundas desigualdades sociales y las injusticias perpetradas por el Estado.
En la obra saltan dos cosas a la vista: el orden social perpetúa la pobreza y obliga a las personas más desfavorecidas a corromperse. Al mismo tiempo, el sistema de justicia se ensaña contra quien viola la ley, sin advertir cuán responsable es de las iniquidades. Víctor Hugo implica que la ley de los hombres, más que buscar el bien común, busca el castigo.
La pregunta sobre la justicia atraviesa toda la novela y está claramente representada en los personajes Jean Valjean y Javert. Valjean es un hombre fuerte y trabajador que desea alimentar a su familia. Pero no solo gana poco, sino que termina sin trabajo. La desesperación lo lleva a robar pan. Es verdad que robar está mal —piensa Valjean—, ¿pero acaso merece cinco años de prisión? ¿No es desproporcional el castigo al daño ocasionado? ¿No es un exceso del sistema de justicia?
Por su parte, Javert representa la ley y el orden, el apego absoluto a la ley por encima del bien. En realidad, la ley es para Javert lo más parecido a un ídolo sediento de sacrificios, a cuyos pies ofrece las víctimas. Javert no se interroga si las personas a las que persigue han causado daño. Simplemente, han infringido la ley.
Las nociones del bien y el mal presentes en Los miserables
A través de la crítica a la noción de justicia de la sociedad, Víctor Hugo desnuda una cuestión más profunda, base de toda la obra: las nociones del bien y el mal. El equívoco de Javert está en hacer de las leyes el absoluto, cuando el absoluto verdadero es el bien. De este modo, queda claro que para Víctor Hugo existe una distancia significativa entre la moralidad, entendida como mero cumplimiento de normas, y la ética (y el amor).
Si la ley está concebida para el castigo, el amor y la fe están concebidos para la rehabilitación, pues la invocan y la motivan. Es eso justamente lo que representa el obispo Myriel. Este personaje encarna el principio cristiano fundamental: el amor al prójimo y la fe en la capacidad de rehabilitación del ser humano. Aunque no es un personaje principal, el obispo Myriel impulsa los ejes de cambio en la novela, como una energía que se transforma de un estado al otro sin destruirse jamás.
La misericordia como motor de la transformación humana y social
La respuesta positiva a la rehabilitación es el camino de la humanización. Inversamente, el envilecimiento es el camino a la deshumanización. En esto también vemos a Valjean y a Javert: Valjean se deja transformar por el bien. Javert, en cambio, a pesar de reconocer su error, no tiene espacio ni siquiera para la autocomprensión. Por eso, se deshumaniza al punto de procurar su propia muerte.
Aunque el ser humano requiere de la fe de otro para encontrar el deseo de rehabilitarse, es cierto que el libre albedrío constituye el gancho final. Si la persona está abierta al bien que recibe de los otros, podrá cambiar. Si no, continuará deshumanizándose.
A semejanza de Jean Jacques Rousseau en el siglo XVIII, Víctor Hugo da a entender que el sistema social corrompe al ser humano. Sin embargo, Víctor Hugo no lo justifica, pues el ser humano tiene ante sí la opción de elegir entre humanizarse o deshumanizarse (envilecerse). ¿Pero de qué depende ello? Es muy claro que para Víctor Hugo este proceso no es espontáneo, sino que algo exterior al sujeto lo suscita.
El ser humano necesita el auxilio de sus pares; necesita sentirse amado por el prójimo; necesita misericordia, la respuesta a la injusticia de la «justicia». Esta relación amorosa, en su sentido más profundo y comprometido, es lo que toca el corazón corrompido de Valjean ante las injusticias sufridas, y también es lo que libera a Fantine de su extravío al final de sus días.
https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/Víctor Hugo - Los miserables.pdf
Autor: Victor Hugo
Año: 1862
La novela Los miserables de Víctor Hugo tiene como contexto histórico el período de la restauración de la monarquía absolutista en Francia, que inició tras la caída de Napoleón y se extendió hasta mediados del siglo XIX. En ese período crecen los ideales libertarios, republicanos y democráticos, alimentados por las profundas desigualdades sociales y las injusticias perpetradas por el Estado.
En la obra saltan dos cosas a la vista: el orden social perpetúa la pobreza y obliga a las personas más desfavorecidas a corromperse. Al mismo tiempo, el sistema de justicia se ensaña contra quien viola la ley, sin advertir cuán responsable es de las iniquidades. Víctor Hugo implica que la ley de los hombres, más que buscar el bien común, busca el castigo.
La pregunta sobre la justicia atraviesa toda la novela y está claramente representada en los personajes Jean Valjean y Javert. Valjean es un hombre fuerte y trabajador que desea alimentar a su familia. Pero no solo gana poco, sino que termina sin trabajo. La desesperación lo lleva a robar pan. Es verdad que robar está mal —piensa Valjean—, ¿pero acaso merece cinco años de prisión? ¿No es desproporcional el castigo al daño ocasionado? ¿No es un exceso del sistema de justicia?
Por su parte, Javert representa la ley y el orden, el apego absoluto a la ley por encima del bien. En realidad, la ley es para Javert lo más parecido a un ídolo sediento de sacrificios, a cuyos pies ofrece las víctimas. Javert no se interroga si las personas a las que persigue han causado daño. Simplemente, han infringido la ley.
Las nociones del bien y el mal presentes en Los miserables
A través de la crítica a la noción de justicia de la sociedad, Víctor Hugo desnuda una cuestión más profunda, base de toda la obra: las nociones del bien y el mal. El equívoco de Javert está en hacer de las leyes el absoluto, cuando el absoluto verdadero es el bien. De este modo, queda claro que para Víctor Hugo existe una distancia significativa entre la moralidad, entendida como mero cumplimiento de normas, y la ética (y el amor).
Si la ley está concebida para el castigo, el amor y la fe están concebidos para la rehabilitación, pues la invocan y la motivan. Es eso justamente lo que representa el obispo Myriel. Este personaje encarna el principio cristiano fundamental: el amor al prójimo y la fe en la capacidad de rehabilitación del ser humano. Aunque no es un personaje principal, el obispo Myriel impulsa los ejes de cambio en la novela, como una energía que se transforma de un estado al otro sin destruirse jamás.
La misericordia como motor de la transformación humana y social
La respuesta positiva a la rehabilitación es el camino de la humanización. Inversamente, el envilecimiento es el camino a la deshumanización. En esto también vemos a Valjean y a Javert: Valjean se deja transformar por el bien. Javert, en cambio, a pesar de reconocer su error, no tiene espacio ni siquiera para la autocomprensión. Por eso, se deshumaniza al punto de procurar su propia muerte.
Aunque el ser humano requiere de la fe de otro para encontrar el deseo de rehabilitarse, es cierto que el libre albedrío constituye el gancho final. Si la persona está abierta al bien que recibe de los otros, podrá cambiar. Si no, continuará deshumanizándose.
A semejanza de Jean Jacques Rousseau en el siglo XVIII, Víctor Hugo da a entender que el sistema social corrompe al ser humano. Sin embargo, Víctor Hugo no lo justifica, pues el ser humano tiene ante sí la opción de elegir entre humanizarse o deshumanizarse (envilecerse). ¿Pero de qué depende ello? Es muy claro que para Víctor Hugo este proceso no es espontáneo, sino que algo exterior al sujeto lo suscita.
El ser humano necesita el auxilio de sus pares; necesita sentirse amado por el prójimo; necesita misericordia, la respuesta a la injusticia de la «justicia». Esta relación amorosa, en su sentido más profundo y comprometido, es lo que toca el corazón corrompido de Valjean ante las injusticias sufridas, y también es lo que libera a Fantine de su extravío al final de sus días.

https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/Víctor Hugo - Los miserables.pdf