No sabía que tenía pareja y fue sorprendente saberlo ya que yo lo fui durante varios años de vínculo emocional. La conocí cuando era un anónimo estudiante de 18 años y fue mi primera vez y la seguí viendo por años, desde un lejano 2017. La conocía más y empezamos a gustar de nuestra compañía mutua y me sentí enamorado con todo lo que significa eso. Usábamos todos los rankings para inspirarnos y pasé de ser un iniciado en las artes amatorias a ser un maratonista que podía complacerla cuando quería. Sí, sentía celos por todos los rankings pero ella me tranquilizaba con su vibrante personalidad.
Se puede decir que me vio crecer, pues pasé del anonimato a ganar bien e incluso estudiar afuera y celebrábamos todos mis avances en su famoso departamento o en sendos restaurantes o en lindos hoteles. La admiraba por ser vivaz, conversadora y carismática pero, como todos, ella tenía un horrible lado de sí que casi me hizo perder la cordura: sus adicciones. Pasaba de ser activa a deprimirse, a estar sin ganas, a enojarse, a gritarme, a ser paranoica y ser pasivo-agresiva. A pesar de mis ruegos y mi tristeza, ella seguía enganchada a la hierba, la PBC o a la cocaína y su cuarto pasaba a ser muy desordenado y ella se apagaba; pasó de ser una ninfa con un vestido negro a estar demacrada. Sin embargo, continué viéndola, escuchándola en sus monólogos e inseguridades porque seguía enamorado de ella. Tanto así que pensamos en formalizar y como yo era una persona inexperta en estas cosas por mis nulas habilidades sociales le comuniqué a mi familia y, obviamente, se enojaron porque su hijo con autismo quería salir con una bandida.
Todo terminó cuando ella me dijo que no estaría con alguien de su pasado, lo cual es curioso ya que meses después me pidió que borrase toda su evidencia informática sobre sus andares en la vida alegre. Sí estaba consciente de su conocida trayectoria como Sol en Lima, Cañete y Tacna y los años de vida licenciosa: por ello lo interpreté como su redención y sus ganas de volver a empezar. De ahí que sus videos ya no estén disponibles en las páginas XXX y todo fue por el amor sincero que sentí, apagado por las drogas. Obviamente también me pidió dinero prestado para su alquiler u otras necesidades y, como es obvio, no me lo devolvió (estoy seguro que era para sus vicios).
¿Por qué me enganché con ella? Es simple, era muy joven, no sabía hablar con las mujeres y hasta ahora no tuve la oportunidad de encontrar a alguien quien me quisiera o valorase. Ojalá que ese muchacho tenga la misma valentía que yo para aguantar sus silencios, demoras, gritos o expresiones hirientes durante 7 largos años. Planeábamos incluso vivir juntos en Finlandia cuando terminase mi maestría pero su amor por el dinero fácil la convirtió en casi un despojo humano, por eso está muy flaca y habla incoherencias de vez en cuando.