Yo hace ya más de una década tuve una traición demasiado fuerte, al punto de tomar antidepresivos meses más tarde, porque no me recuperaba. Recuerdo que al inicio, antes de los medicamentos, tenía momentos de profunda pena existencial. No era una desesperación intensa ni una sensación de rabia, solo esa sensación de desolación en el alma. Lo curioso y que sí noté, es que entre esas islas de pena profunda estaba en un constante estado de arrechura muy intensa.
No es que deje de estar bajoneado, pero andaba con unas locas ganas de sexo todo el día, al punto de tener que masturbarbme varias veces solo para poder estar tranquilo. ¿Será una compensación psicológica? Mi cerebro de cavernícola sabe que ha perdido a una compañera y potencial fuente de múltiples hijos, entonces me insta a hacerlo con la mayor cantidad de mujeres que pueda, es lo que creo que pasa. Cosas evolutivas vestigiales.
Digo esto porque nunca sentí este deseo de forma consciente como consecuencia de la ruptura. No es que me "quise vengar" de mi ex teniendo sexo con alguien que no me suponga sentimientos afectivos, sino simplemente vivía con el deseo sexual a mil.