Engreída, presumida y maliciosa.
Sobre esa cúspide insolente y voluminosa. Yo a lo lejos atado y maniatado, pedía clemencia y tu, tan sola tu con tu risa y estruendosa frase, a penas pude gritar cuando sentí todo tu cuerpo, tus caderas poderosas que casi quiebran mi maso y volviste a la carcajada fácil para morderme a tu placer. Momentos de mucha tensión, sudor y recuerdos hasta yo voltear la tortilla.
Hoy en día pienso si esas curvas alguna vez tuvieron dueño y cuando menos creo ni tu misma podías con tu genio.
Luego del jueguito te pusiste con la cola en pompa, empezaste a pajearme mientras yo mordía todo tu cuerpo, salía la leche, ya desatado me comías con esas muelotas, se declaraban la guerra tu lengua y la mía y volvíamos al campo de batalla. Miraba por el reflejo como te viroleabas, ponías los ojos en blanco, estabas en trance, sedienta de poder, de lujuria y de proseguir con tu mal, te sentaste, me pusiste el culo en la cara, te saque caca y lo limpié para pasar a succionarlo hasta que te vinieras y pidieras chepa.
Un trago nos volvía a la normalidad hasta que una llamada te ponía mas que atenta, yo cansado de tanta humillación, me importo un rábano quien era, te alce y di duro, con fuerza en cada embestida, eras mías si quiera esos minutos que se volvía una eternidad, mordía tus senos y los tocaba con suavidad, todo eso y mas hasta que gritaras, me corroooooooooooooooooooooooooooo.
El celular voló por los aires, te fuiste a bañar, volviste sensual y de nuevo a continuar la sesión, porque si algo tenía esta potra es que si ella decía, se hacía sino no había vuelta para atrás. No importaba el tiempo, la hora, la salud, a veces tarde muy tarde me llamaba y tenía que ir si o si, llegar a su casa era jodido, peligroso, por Habich, oscuro, susurrante, silbido del silencio alertándote que al llegar a ese último parque te podía ocurrir cualquier cosa.
Luego de un breve diálogo casi estudiado, no había trago ni tregua, ella con ropa ( pijama, buzo o algo flojo y suelto) me iba a comer, literal, se subía, se sentaba, se echaba, todo sobre mi cuerpo, se frotaba de una forma que se venía, se tenía que cambiar porque estaba empapada en sus flujos y quería mas. Nos íbamos a su camarote y aunque me golpeaba ya que abrazaba el techo, tenerla tan cerca, bien penetrada y como se venía, era la gloria................