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El último 11 se setiembre para George Bush
Washington (DPA) - Ninguna fecha marcó la presidencia de George W. Bush como el 11 de setiembre del 2001. Ahora, apenas a cuatro meses de abandonar la Casa Blanca, el séptimo aniversario de los atentados llega con un inevitable sabor a despedida y una obligación de hacer balance a la que el presidente se resiste.
Al mismo tiempo, con las elecciones para encontrar un nuevo presidente a menos de dos meses, el 11-S también será una prueba importante para los dos grandes aspirantes al sillón presidencial, el republicano John McCain y el demócrata Barack Obama.
Hace siete años, los atentados que impactaron no solo Nueva York y Washington, sino al mundo entero, hicieron que Bush lanzase lo que terminaría convirtiéndose en el gran proyecto de su presidencia: la "guerra global contra el terrorismo".
Siete años después, los resultados son cuando menos dudosos: la guerra en Afganistán parece más lejos que nunca de solucionarse, la de Iraq, aunque mejorando, aún no atisba el final y las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein nunca se encontraron, entre otros fracasos.
Pero lo que más duele a Bush es que el gran enemigo del país, el autor intelectual de los atentados, Osama Bin Laden, sigue aún vivo, en libertad y amenazando a Estados Unidos a través de su red, Al Qaeda, que continúa tan operativa o más que nunca. Las palabras del Bush "cowboy" prometiendo capturar "vivo o muerto" a Bin Laden son un "boomerang" que año tras año vuelve para atormentarlo y hundirlo en las encuestas.
Al menos de puertas para afuera, Bush parece resignado a abandonar la Casa Blanca sin una clara solución a las cuestiones abiertas en la lucha contra el terrorismo. Desde hace más de un año sus niveles de aceptación baten récords negativos, y el presidente tiene claro que no habrá muchos que le den las gracias de inmediato. "Será la historia la que me juzgue", repitió ya en numerosas ocasiones.
El primero que lo juzgará, sin embargo, será su sucesor. Y el veredicto será muy distinto dependiendo de a quién entregue el testigo el 20 de enero de 2009 en las escaleras del Capitolio. Si es su "correligionario" McCain, Bush tiene asegurado un cierto nivel de empatía, porque el senador por Arizona comparte su obsesión por "llevar la lucha allí" para no ser atacados en casa.
Pocas horas después de los atentados del 11-S, McCain ya habló en varias entrevistas televisivas reclamando una respuesta inmediata contra todos los países que apoyan el terrorismo, empezando por Afganistán y continuando por Iraq, Irán y Siria.
Alejándose de la cautela que le ganó respeto y admiración de todo el espectro político estadounidense y en un giro inesperado, los atentados de 2001 hicieron que el ex prisionero de guerra comenzase a alabar no sólo a Bush, sino al ala más radical de su gobierno, con el secretario de defensa Donald Rumsfeld y el vicepresidente Dick Cheney a la cabeza.
En los últimos tiempos, sin embargo, trató de moderar su visión. "Cuando creamos que es necesaria una intervención internacional, ya sea militar, económica o diplomática, intentaremos persuadir a nuestros amigos de que tenemos razón".
Si el vencedor es Obama, por el contrario, Bush puede estar seguro no sólo de que habrá un cambio de rumbo, sino de que también muchas de las culpas de lo que ocurra recaerán sobre él. El senador por Illinois, entre otras cosas, aseguró que la guerra en Iraq fue uno "de los mayores desastres" en la historia de Estados Unidos.
Sabedor de que una mayoría de los estadounidenses se siente amenazada por el terrorismo, Obama explicita que la protección y la seguridad están entre sus prioridades.
Pero su respuesta, incluida la intención de entrevistarse con "enemigos" como Fidel Castro, Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad, es mucho más moderada. "No podemos retirarnos del mundo ni intentar presionarlo hasta la sumisión", escribió Obama en la revista "Foreign Affairs".
McCain y Obama pasarán el séptimo aniversario del 11-S juntos en Nueva York, e incluso participarán en un foro transmitido a todo el país por televisión sobre seguridad nacional. Bush, sin embargo, se quedará como el año pasado en Washington.
Fuente: El Comercio Perú | Censura a Jaime Bayly, El 'padre' del iPod, Juicio a Fujimori, Perú vs. Argentina, Noticias Perú
Nota del Pajaro: Aun veo el avion estrellarse contra la segunda torre y rapidamente pienso en mi familiar, en fraccion de segundos reacciono, pero si mi familiar vive y trabaja en otro estado, luego me torturo: y si ese dia fue a la zona por x motivos?. Gracias a Dios, no fue asi.
Ahora, despues de mucho tiempo, Bin Laden aun no cae, problabemente Bush se vaya sin haberlo atrapado. Lastima que Afganistan e Irak hayan tenido que sufrir las consecuencias.
El terrorismo y el narcotrafico, son los enemigos del presente, a no ser que ya empieze una nueva guerra fria entre Rusia y USA por el tema de Georgia. Con respecto a los dos primeros problemas, poco o casi nada se ha avanzado. Por que?. esa es la gran pregunta, mientras tanto, el problema, el peligro sigue ahi, latente.
El Pajaro les Saluda
Washington (DPA) - Ninguna fecha marcó la presidencia de George W. Bush como el 11 de setiembre del 2001. Ahora, apenas a cuatro meses de abandonar la Casa Blanca, el séptimo aniversario de los atentados llega con un inevitable sabor a despedida y una obligación de hacer balance a la que el presidente se resiste.
Al mismo tiempo, con las elecciones para encontrar un nuevo presidente a menos de dos meses, el 11-S también será una prueba importante para los dos grandes aspirantes al sillón presidencial, el republicano John McCain y el demócrata Barack Obama.
Hace siete años, los atentados que impactaron no solo Nueva York y Washington, sino al mundo entero, hicieron que Bush lanzase lo que terminaría convirtiéndose en el gran proyecto de su presidencia: la "guerra global contra el terrorismo".
Siete años después, los resultados son cuando menos dudosos: la guerra en Afganistán parece más lejos que nunca de solucionarse, la de Iraq, aunque mejorando, aún no atisba el final y las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein nunca se encontraron, entre otros fracasos.
Pero lo que más duele a Bush es que el gran enemigo del país, el autor intelectual de los atentados, Osama Bin Laden, sigue aún vivo, en libertad y amenazando a Estados Unidos a través de su red, Al Qaeda, que continúa tan operativa o más que nunca. Las palabras del Bush "cowboy" prometiendo capturar "vivo o muerto" a Bin Laden son un "boomerang" que año tras año vuelve para atormentarlo y hundirlo en las encuestas.
Al menos de puertas para afuera, Bush parece resignado a abandonar la Casa Blanca sin una clara solución a las cuestiones abiertas en la lucha contra el terrorismo. Desde hace más de un año sus niveles de aceptación baten récords negativos, y el presidente tiene claro que no habrá muchos que le den las gracias de inmediato. "Será la historia la que me juzgue", repitió ya en numerosas ocasiones.
El primero que lo juzgará, sin embargo, será su sucesor. Y el veredicto será muy distinto dependiendo de a quién entregue el testigo el 20 de enero de 2009 en las escaleras del Capitolio. Si es su "correligionario" McCain, Bush tiene asegurado un cierto nivel de empatía, porque el senador por Arizona comparte su obsesión por "llevar la lucha allí" para no ser atacados en casa.
Pocas horas después de los atentados del 11-S, McCain ya habló en varias entrevistas televisivas reclamando una respuesta inmediata contra todos los países que apoyan el terrorismo, empezando por Afganistán y continuando por Iraq, Irán y Siria.
Alejándose de la cautela que le ganó respeto y admiración de todo el espectro político estadounidense y en un giro inesperado, los atentados de 2001 hicieron que el ex prisionero de guerra comenzase a alabar no sólo a Bush, sino al ala más radical de su gobierno, con el secretario de defensa Donald Rumsfeld y el vicepresidente Dick Cheney a la cabeza.
En los últimos tiempos, sin embargo, trató de moderar su visión. "Cuando creamos que es necesaria una intervención internacional, ya sea militar, económica o diplomática, intentaremos persuadir a nuestros amigos de que tenemos razón".
Si el vencedor es Obama, por el contrario, Bush puede estar seguro no sólo de que habrá un cambio de rumbo, sino de que también muchas de las culpas de lo que ocurra recaerán sobre él. El senador por Illinois, entre otras cosas, aseguró que la guerra en Iraq fue uno "de los mayores desastres" en la historia de Estados Unidos.
Sabedor de que una mayoría de los estadounidenses se siente amenazada por el terrorismo, Obama explicita que la protección y la seguridad están entre sus prioridades.
Pero su respuesta, incluida la intención de entrevistarse con "enemigos" como Fidel Castro, Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad, es mucho más moderada. "No podemos retirarnos del mundo ni intentar presionarlo hasta la sumisión", escribió Obama en la revista "Foreign Affairs".
McCain y Obama pasarán el séptimo aniversario del 11-S juntos en Nueva York, e incluso participarán en un foro transmitido a todo el país por televisión sobre seguridad nacional. Bush, sin embargo, se quedará como el año pasado en Washington.
Fuente: El Comercio Perú | Censura a Jaime Bayly, El 'padre' del iPod, Juicio a Fujimori, Perú vs. Argentina, Noticias Perú
Nota del Pajaro: Aun veo el avion estrellarse contra la segunda torre y rapidamente pienso en mi familiar, en fraccion de segundos reacciono, pero si mi familiar vive y trabaja en otro estado, luego me torturo: y si ese dia fue a la zona por x motivos?. Gracias a Dios, no fue asi.
Ahora, despues de mucho tiempo, Bin Laden aun no cae, problabemente Bush se vaya sin haberlo atrapado. Lastima que Afganistan e Irak hayan tenido que sufrir las consecuencias.
El terrorismo y el narcotrafico, son los enemigos del presente, a no ser que ya empieze una nueva guerra fria entre Rusia y USA por el tema de Georgia. Con respecto a los dos primeros problemas, poco o casi nada se ha avanzado. Por que?. esa es la gran pregunta, mientras tanto, el problema, el peligro sigue ahi, latente.
El Pajaro les Saluda
