El día que me caché a mi tía. (parte 1)

buen relato buena lectura provecho
 
Muy buenas, gente. Aquí les traigo la continuación de mi historia. Para lo que recién se enteran de la existencia de este humilde usuario del foro, les invito a leer la primera parte de mi experiencia con mi tía. Bueno, empezamos!

Desperté al día siguiente, confundido. Ya había amanecido y me percaté que no me encontraba en mi casa. A mi lado estaba Sandra, mi tía, durmiendo dándome la espalda. Sentí un pequeño salto en mi corazón, todo lo ocurrido había sido real. Recordé el pecado de esa noche, cada momento, cada beso. En mi mente repasaba el momento en que habíamos traspasado la línea de la moral. Se me paró la pinga, fue inevitable. Abracé a mi tía desnuda, le puse mi pene en su entrepierna y sutilmente empecé a puntearla. Al rato ella lo notó, se movió un poco y me dijo "¿qué, ya despertaste?". Me percaté que ella abrió un poco las piernas, era una invitación para penetrarla y lo hice. Nuevamente sentí su interior, ese morbo peculiar de la noche anterior reapareció y me embriagó. Estuvimos así, de cucharita, por un rato. Ella gemía con cada embestida y su conchita ya mostraba los signos de humedad.

Cambiamos de pose, mi tía Sandra se puso boca arriba ante mí. Chupé sus senos como endemoniado para luego besarnos. Volví a entrar en ella y seguimos la faena. Nuevamente el mundo desapareció para mí, solo éramos ella y yo. Tal fue el morbo que causa tener sexo con ella, seguramente lo prohibido tenga algo que ver, que casi me sentí una bestia.

Tomé sus piernas y las llevé a los hombros. La embestía con furia. Ella estaba mojadita y su conchita ardía. "qué rico, hazle feliz a tu tía", gemía ella. Así como dije en la primera parte de mi experiencia, en esos momentos uno ya no piensa en las posibles consecuencias de nuestros actos. Cuando uno ya está adentro, solo queda seguir. No sé cuántas experiencias similares a la mía existen en mi país, es por eso que estoy interesado en conocer otros casos reales para no sentirme el único inmoral jajaja.

Mientras la embestía sentí que ya me venía. Esta vez, a diferencia de la noche pasada, no le avisé a mi tía que ya me iba a venir. Solté toda la leche nuevamente en su interior. ¡Qué rico! Me tumbé en su encima, jadeando. Sandra me abrazó con brazos y piernas y nos besamos apasionadamente. Me miró y se rio. Conversamos sobre el cache y nos hacíamos bromas picantes. Luego cuando nuestras cabezas se enfriaron, hablamos sobre nuestro pecado. Seria me dice que nadie se debe de enterar sobre lo sucedido, que nos íbamos a meter en problemas, que qué va a decir la familia, etc. Fui hábil y creo que usé las palabras adecuadas porque sentí que logré trasmitirle que estaba dispuesto a ser muy cuidadoso sobre lo sucedido.

Ya tranquilos, para romper el ambiente serio que se había construido, le di un beso y ella respondió. Mi tía llevó una mano hacia mi pichula y comenzó a masturbarme. Yo respondí llevando una mano a sus pechos para amasarlos y dar pequeños piñizcos en sus pezones. "qué rica que estas, tía" , le dije. Llevé mi mano hacia su conchita y le metí unos dedos. Nos pusimos cómodos en la cama para masturbarnos mutuamente. Mi pichula se puso dura y mi tía llevó su boquita hacia allí. Me la chupó riquísimo, subía y bajaba y me tocaba las bolas. Veía su cara de enferma mientras me lo chupaba y casi me vuelvo loco.

Luego de un rato se puso en mi encima. Desde abajo la veía, a su cuerpo, sus tetas, su carita, su conchita y la vi hermosa. Se puso mi pene en la entrada de su cueva del placer y se lo metió. Comenzó a saltar, de arriba hacia abajo. Tomé sus pechos y los amasaba. Veía como mi pinga entraba y salía de su interior. Mi tía Sandra comenzó a cabalgar rápido. ¡Qué rico, estimados!

Ella se me acercó a darme un beso y tomé sus nalgas, me acomodé en la cama, y comencé a darle con todo. Se soltó varios buenos gemidos. Al igual que yo, ella también se dejó llevar por el morbo de lo prohibido. Solo éramos ella y yo, tía y sobrino, macho y hembra.

"De perrito, de perrito", me dijo y así se hizo. Mi tía se puso en cuatro y logré ver cómo su culito se formaba ante mis ojos. Le di unos besos a sus nalgas, un par de nalgadas y manoseé su conchita y su ano. Puse mi pene en su vagina y entré. Comencé rápido y duro, un macho tiene que satisfacer a su hembra. Le jalé del cabello mientras la embestía. Me agradó que sea aguantadora porque otras jermas se quejan. Lastimosamente no me dio el tiempo para romperle el culo porque estaba totalmente entregado al cache. Me vine nuevamente dentro de su conchita y me tumbé en la cama. Mi tía Sandra se paró y se fue rápido al baño a orinar jajaja.

Luego de descansar un rato, nos bañamos y tomamos desayuno. Aunque parezca raro, no he dejado de llamarla tía a pesar de todo lo sucedido jajaja. Luego del desayuno me fui a mi casa. Luego de esto, tuve algunos encuentros caletas con mi tía, ya más adelante les cuento como me dio su culito.

Hasta la próxima, gente.
Buen relato cofrade, así es las costumbres quedan, hasta ahora una asistenta mia me dice señor cada que me la cacho
 
Uy con la tia, yo lamentablemente no tengo tias que valgan el riesgo pero sí primas :diablito:
siga con mas relatos , hay futuro en su redacción
 
Buen relato... Buen relato saludos
 
Buenisimo, me hizo recordar a mi tia Teresa que me tenia loco con sus caderas, desde que era chibolo
 
Continué cofra, cuéntenos como le bautizo el chico
 
Jaja qué locazo, solo falta una foto para ver como esta la tía de comestible
 
Asu, esa tía debe de estar para comer a diario muy apetitosa
 
Una fotito de esa tía saca leche
 
Buen cache con la tia
 
Y el culito de la tía para cuando
 
muy buena !!! gracias cofra.
 
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