armanchesco
Comandante
- 627
- 587
- 175
- Registrado
- 5 Jun 2007
- Registrado
- 5 Jun 2007
- Mensajes
- 627
- Puntos de reacción
- 587
- Puntos
- 175
18 Years of Service
[FONT="]No he queridoescribir hasta ahora sobre el dilema del indulto a Fujimori porque resultapenoso hacerlo. Enfrentar al fujimorato cuando tenía el poder fue una cosa;opinar sobre el castigo a su líder, derrotado, juzgado, sentenciado y preso, esotra. Sin embargo, dado que el presidente Humala tiene por delante la pocoenvidiable decisión de si indultar o no, expreso mi punto de vista.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Antes, debo mencionar que hace pocos días, en su sección Maticesdel semanario que dirige, César Hildebrandt se pronunció sobre el dilema. Lesrecomiendo leer ese artículo si no lo han hecho ya. En este caso, las razonesse entretejen con la trayectoria y la de Hildebrandt fue ejemplar en suenfrentamiento con el fujimorato durante aquellos años aciagos. A suscomentarios yo añado los míos, con mucho de coincidencia y algunos, digamos,matices.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Primero, es necesario identificar lo central del problema. Elpresidente Humala debe tomar una importante decisión de Estado en ejercicio delpoder que solo él tiene en tanto presidente de la República.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]El poder apareja responsabilidad. ¿Y cuál es la principalresponsabilidad del presidente? Defender nuestra República y el sistema degobierno con el que, desde el día de su fundación, comprometió su destino: lademocracia, la libertad.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]El Presidente y un gran número de peruanos sabemos cuánterriblemente duro ha sido cumplir ese destino y las desgracias que losenemigos de la democracia han infligido a nuestro país a lo largo de suHistoria.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Es cierto que ha habido gobiernos desastrosos que empezaron yterminaron democráticos como el que arrancó en 1985 y acabó en 1990 dejando elpresente griego de Fujimori, pero no solo debe tenerse en cuenta laexcepcionalidad de esos tiempos para entenderlo, sino que bien se puede decirque quizá lo único rescatable de esos años terribles fue, precisamente, lo quehubo de Democracia.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Luego, Montesinos y Fujimori asesinaron la democracia peruana ehicieron lo posible por infamarla y desacreditarla como parte central de suestrategia para mantenerse indefinidamente en el poder[/FONT][FONT="]. La describieroncon el rostro de Alan García, sus hechos y las fechorías que le atribuyeroncomo explicación del desastre que ellos proclamaron iban a arreglar y para locual habían perpetrado un golpe de Estado.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]No hay exageración algunaen definir su gobierno como el del crimen organizado en el poder[/FONT][FONT="]. Eso fue. Pueden pasar los años, pero lalista de robos, latrocinios, atropellos y asesinatos está clara, organizada,muy bien documentada.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Pero, como se sabe, el crimen organizado sabe muchas veces cómoganar una base social distribuyendo cantidades pequeñas de lo que roba yestableciendo un cierto orden. En Medellín, mucha gente humilde extraña hastahoy a Pablo Escobar. En varias ciudades gringas, la mafia ítalo-americanamantuvo orden en sus barrios. Aquí,Montesinos asesoró bien a Fujimori en el uso eficaz de las accionespsicosociales; sin contar el hecho que no esperaban y que fue decisivo para supermanencia: la captura de Abimael Guzmán.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Fue muy difícil, como sabe el presidente Humala, terminar con elfujimorato y tratar de construir después una democracia que no muriera en lainfancia, como ha sido el caso recurrente y perverso a lo largo de nuestraHistoria.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Y estos años del siglo XXI han sido de una constante vidapeligrosa para esta democracia. Muy pocos, y virtualmente nadie entre losplutócratas, le adjudicó el éxito económico del país y nos tocó vivir conuna economía crecientemente sólida y próspera al lado de institucionesprecarias y con una gobernabilidad democrática que no se nutrió ni de esecrecimiento ni de esa solidez.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]En esascondiciones, el fujimorismo no es una memoria sino una presencia. O, paradecirlo en términos adaptados al problema, no es un mal recuerdo sino unaamenaza.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Estuvo cerca dellegar al poder el 2011 y está decidido a conseguirlo el 2016.[/FONT][FONT="] Aliados no lefaltan. Entre ellos: Cipriani, un político ultraderechista con sotana; Hernandode Soto, quien después de asesorar a Kadafi encontrará de fácil explicación susreincidencias fujimoristas; y, todavía de perfil, Alan García, aunque en sucaso el perfil sea un pobre camuflaje.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Que el fujimorismopueda estar en el poder cuando se cumplan doscientos años del momento en el queel gran general San Martín fundó, inseparables, patria y libertad, no solo seríacruel y amargo. Significaría que sus ciudadanos, incluyendo a su Presidente, nohicimos lo necesario para defender la democracia[/FONT][FONT="].[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Fujimori enlibertad sería, casi con total seguridad, Fujimori en campaña. Resultaríatotalmente inmaterial quién de los Fujimori se presenta como candidato. Lafamilia tiene un jefe, que es su razón de ser como movimiento y la fuente de supoder.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Al presionar al presidente Humala a otorgar el indulto, KeikoFujimori ha subrayado que no se trata de indultar a cualquiera sino a un expresidente.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Pero es que precisamente por lo que hizo como presidente ydictador que está Alberto Fujimori sentenciado, después de un largo, prolijo ypúblico juicio, que notables expertos internacionales calificaron comoejemplar.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Entonces, desprovistode la palabrería farisea que rodea la campaña pro indulto, el objetivo de estees reforzar y asegurar la campaña del fujimorismo para ganar el poder en 2016.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Un indulto sin condiciones coadyuva precisamente a eso. No lopredestina, porque es probable que el peligro galvanice la defensa de lademocracia, pero lo hace mucho más probable.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Inicialmente se presionó el indulto indicando la presuntaenfermedad terminal de Fujimori. Ahora ya se sabe que eso no es cierto y portanto, hay sustracción de materia de ese argumento.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Creo que, ordenado y expresado el problema, el presidente Humalatendrá claros los elementos de su decisión.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]¿Resta algo por añadir? Creo que sí.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Como escribe Hildebrandt, Fujimori tiene 74 años, en los que larabia que lo amarga se ha convertido en depresión.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]La depresión no es fácil de calibrar, como ilustran los dictámenesdiscrepantes de los psiquiatras que lo vieron. Es, además, casi siempretratable.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]En esas condiciones, ¿puede considerarse un indulto? Me parece quepor ahora no. Sobre todo teniendo en cuenta la arrogante campaña de presiónpara lograrlo.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Sin embargo, y ahí coincido en buena parte con Hildebrandt, siFujimori pidiera perdón al pueblo peruano por loscrímenes cometidos porel régimen que Montesinos y él dirigieron, y expresara el arrepentimientoexplícito por ello, con las determinaciones y decisiones que ello implica,entonces y solo entonces la gracia presidencial debería considerarse.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Entre tanto, antes por la situación de otros presos en muchopeores condiciones que las de Fujimori, me parece que debería legislarsesistemas intermedios entre la reclusión y la libertad. Acercarse del encierro ala libertad, bajo vigilancia y condicionalidad de la conducta.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Lamento, lo digo con toda sinceridad, la tristeza de los hijos deAlberto Fujimori por la prisión de su padre y entiendo que busquen su libertadal margen del cálculo político. Pero la responsabilidad de defender a laDemocracia de sus enemigos es prioritaria.[/FONT][FONT="][/FONT][FONT="]Ello no anula la generosidad pero sí la condiciona a proceder conrealismo. De otra manera, la única amenaza real de suicidio sería la de lapropia Democracia.
Autor: Gustavo Gorriti[/FONT]
Autor: Gustavo Gorriti[/FONT]